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CSI: En casa de Lady Heather

CSI: En casa de Lady Heather


CSI: En casa de Lady Heather

sexo

-Jim, estaba en mi día libre-protestó Grissom mientras iba hacia él por el pasillo-. ¿Qué es tan importante para que me llames?.

-Ven a la habitación y lo sabrás-respondió esté, entrando uno detrás de otro-: Justin Davis, 27 años, natural de Los Ángeles. Lo encontró una de las señoras de la limpieza haciendo su ronda hace un par de horas. En cuanto entró y vio el escenario nos llamó a nosotros.

Grissom miró a la cómoda, donde observó una pequeña bandeja con restos blancos en ella. Luego miró a su alrededor, observando el entorno. Se percató de que los agentes uniformados contenían la risa.

-Jim, ¿cuál es el chiste-preguntó-?.

-El cadáver-contestó secamente-.

El capitán Brass señaló el cadáver. Éste estaba cubierto por una sábana la cual parecía una pequeña carpa de circo, ya que algo la impedía estar totalmente sobre el cuerpo. Grissom, movido por la curiosidad, se acercó al difunto Justin Davis y descorrió ligeramente la sábana. Su sorpresa no pudo ser mayor al ver que, aún muerto, Justin Davis estaba erecto, y eso era lo que impedía a la sábana bajar del todo.

-¿¡El cadáver estaba así-preguntó Grissom-¡?.

-Sí, como lo ves. ¿Alguna explicación que lo aclare?.

-Aún no, pero al menos sabemos una cosa de él.

-Ah, sí, ¿Cuál?.

-Que murió contento.



EN CASA DE LADY HEATHER

Ya en el laboratorio, Grissom se encuentra con el doctor Robbins y David, su ayudante. Los tres están rodeando la mesa donde se encuentra Justin Davis.

-Esto es algo que no se ve todos los días-comentó Robbins jocoso-. ¿Dónde dices que apareció?.

-En una habitación del hotel Tangiers. No te imaginas lo que costó sacarlo de allí y traerlo hasta aquí sin llamar la atención.

-Me hago una idea-respondió-. Bien, imagino que te interesará saber el motivo de su interminable capacidad eréctil.

-Por favor Al, compláceme.

-El análisis forense ha detectado un sobre engarrotamiento de los músculos pélvicos y sexuales, así como un fallo cardiaco.

-¿Murió de un ataque al corazón?.

-Más o menos. El cuerpo recibió una cantidad exagerada de estimulante, tanta que acabó provocando que su corazón entrase en una arritmia letal. El que su miembro no descendiera fue que los músculos quedaron tan tensos que no podían relajarse. Hemos tenido que inyectarle un par de sedantes para poder deshincharlo.

-¿Cuánto tiempo lleva muerto?.

-A juzgar por la temperatura corporal, yo diría que entre 6 y 8 horas.

-¿Su erección se mantuvo unas 8 horas después de muerto?.

-Ya ves, rarezas de la biología-comentó en tono irónico-…

Al mismo tiempo, en otra parte del laboratorio, Archie y Sarah estaban frente al ordenador, comprobando información sobre el fallecido.

-Archie, búscame a Justin Davis en la base de datos, a ver que encuentras.

-Sí, dame un segundo.

Los dedos volaron rápidos sobre el teclado. Tras escanear su huella digital y su nombre, su ficha apareció.

-Aquí lo tenemos: ajá, Justin Davis, natural de Los Ángeles, residente en Las Vegas hace dos semanas…cliente de lujo…ejecutivo en una alta compañía…

-¿Puedes comprobar las llamadas de su habitación?.

-Veamos…realizó tres…dos al servicio de habitaciones…y una exterior…

-¿A dónde?.

-Pues…

En cuanto tecleó y salió la dirección, ambos se quedaron mirando.

-¡¡Dios mío-exclamó Sarah-!!. Necesito a Grissom…

Tras salir de allí fue a ver a Grissom, que acababa de salir de estar con el doctor Robbins y ahora estaba charlando en el pasillo con Warrick y Catherine.

-¡¡Justin Davis era cliente de Lady Heather!!.

Los tres se quedaron mirando a Sarah. Fue Grissom quien habló.

-¿¿Estás segura??.

-Sí, acabo de comprobarlo. Tenemos sus llamadas. Llamó a una tal Monique que trabaja en casa de Lady Heather para quedar con ella en el Tangiers.

-¿Y donde está Monique-se preguntó Catherine-?. No apareció en el escenario.

-Quizá fue allí, se encontró al cadáver de Justin y huyó-supuso Warrick-…

-Bueno, tendré que ir a hablar con la jefa para saberlo. Vosotros seguid investigando en el laboratorio. Os llamaré si os necesito.

Poco después, la puerta de casa de Lady Heather se abría, siendo la propia dueña quien abría la puerta, encontrándose a Grissom ante ella.

-Que sorpresa-dijo ella-. De todas las personas que esperaba encontrar por aquí, usted no era una de ellas.

-El destino es caprichoso-comentó él con tono gracioso-.

-Supongo que no es una visita informal.

-No. Tenemos un cadáver que encontramos en el Tangiers. Antes de morir llamó aquí y habló con Monique. ¿Qué puedes decirme sobre ella?.

-Adelante, pase-dijo ella cortésmente, cerrando la puerta y paseando por la casa-. Monique es una de mis mejores dominadoras. Su especialidad es el arte de la sumisión sin falta de cadenas ni cuero. Solo su voz y su carácter.

-¿Sabes algo de ella?. ¿Su nombre completo, donde está?...

-Su nombre completo es Monique Fry, y la última vez que la vi fue hace unas 8 horas aproximadamente. Desde entonces no sé nada de ella.

En ese momento una chica enfundada en un traje negro con una cajita pasó junto a ellos dos, mostrándole a ella la cajita, un látigo y un vibrador de acero.

-Lady Heather, ¿puedo?.

-Sí Nadine, puedes.

Nadine se fue y Grissom se quedó mirando a Lady Heather.

-¿Qué había en la cajita?.

-Un pequeño experimento para ayudar a personas con problemas de excitación.

-¿Justin Davis tenía esos problemas?.

-Sí. Monique lo ayudó para conseguir excitarlo. Practicaron mucho y con buenos resultados. Justin resultó ser una persona muy descentrada. Monique lo puso en su sitio.

-¿Tuvo contacto con alguien más?.

-Eso no lo sé. Supongo que es trabajo suyo.

-Y de mi equipo, con permiso-se excusó cuando sonó su móvil-. Grissom.

-Soy Nick. Acabo de comprobar todas las huellas de la habitación de Justin. En la bandeja de la cómoda he encontrado una huella desconocida algo borrosa. Warrick y Catherine han trabajado con las sustancias químicas, y han descubierto restos de viagra, cocaína, y una sustancia extraña no identificada con componentes extraños: feromonas, testosteronas…

-Nick escúchame bien. Trae a todo el equipo a casa de Lady Heather. La víctima quizá tuvo aquí contacto con su asesino.

-Muy bien, allí estaremos.

-¡Ah!, y trae a Greg contigo, así irá ganando experiencia sobre el terreno.

-¿A Greg?, ¿por qué?.

-La semana pasada nos ayudó a Warrick y a mí en el caso de las monedas antiguas, mientras vosotros investigabais el asesinato de Christian Cutler en las competiciones de mini-robots de demolición. Greg tiene ganas de aprender y quiero que vea como es "actuar en el terreno".

-Entendido. Hasta luego.

-Supongo que no te importará que vengan aquí-dijo volviéndose hacia Lady Heather-.

-Aquí todo el mundo es bienvenido señor Grissom. No me importa, pero pido algo a cambio.

-¿El que?.

-Que se quede a tomar otro té conmigo.

-La anterior vez no nos salió muy bien-contestó él frunciendo el ceño-.

-Para eso están las segundas oportunidades señor Grissom…

Al cabo de un rato, ya avanzada la noche, Catherine y todos los demás llegaban a la casa de Lady Heather, la cual los llevó a la sala donde Justin y Monique hacían sus sesiones, un gran salón ambientado con una enorme cantidad de velas y de aspecto gótico. Luego, excusándose, los dejó trabajar para procesar todo el salón.

-¿Sabéis donde está Grissom-preguntó Sarah-?.

-Apuesto lo que sea que está con Lady Heather. ¿Visteis que cara tenía ella cuando se marchó?. Quien los pudiera ver juntos…

-¡¡Greg-lo cortó Catherine-!!. No seas morboso y saca huellas.

-Sí, señora-dijo éste cabizbajo-.

-Lo que es seguro es que Grissom tendrá asuntos que arreglar con ella-comentó Nick-. De lo contrario estaría con nosotros, ¿verdad?.

En ese momento Greg miró debajo de la cama, encontrado una pequeña cajita, que sacó para tomar huellas.

-Eh chicos, mirad que he encontrado.

Abriendo la cajita, se encontró unas cuantas bolsitas con cierre hermético, que contenían un polvo de color rosado. Greg, sin pensarlo, abrió una.

-¿¿Pero que haces-preguntó Warrick-??. Podría ser peligroso.

-No tiene aspecto de LSD, ¿verdad-se rió, colocando una pequeña cantidad en la mano-?. La verdad es que huele bien…

Un repentino estornudo hizo que los polvos volaran por todo el cuarto. El resto de polvos, que estaban dentro de la bolsita, también acabó esparciéndose, difuminándose en una nube rosa que los envolvió a todos.

-¡¡Muy bueno, listillo-se quejó Nick-!!.

-Lo siento, culpa mía.

-¡¡Oh Greg-se quejó Sarah-!!.

Avergonzado, Greg agachó la cabeza y se dedicó a procesar junto con todos los demás, pero no pasó mucho tiempo sin que girase la cabeza, observando detenidamente el culo de Catherine, quien estaba agachada tomando las huellas de una cómoda. Al tiempo, Warrick también miraba a Catherine y Nick a Sarah. Ellas dos, casi a la vez, giraron las cabezas para mirar a los chicos. Apenas se decían nada, pero la forma en que se miraban hablaba alto y claro: había fuego en sus ojos.

Cerrando la puerta del salón, Greg se levantó y se fue hacia Catherine, quien recibió al joven Sanders con los brazos abiertos, fundiéndose en un enorme beso. Sarah, por su parte, se fue hacia Nick quitándose la chaqueta y la camisa que llevaba. Warrick, indeciso, optó por ir por Catherine, desvistiéndose rápidamente. Ésta, viéndose doblemente deseada, no tardó en sacarse la ropa, dejándola bien repartida por toda la habitación. Una vez desnuda, Catherine se entregó a los besos de Warrick mientras recibía las caricias de Greg, recompensadas por una mano juguetona que palpaba sus pantalones con ávida rapidez. Al mismo tiempo, Sarah y Nick se frotaban como animales en celo, poseídos por una especie de fuerza rabiosa que los empujaba a besarse como si la vida les fuera en ello. Ella buscaba ansiosamente la erección de él, que era incapaz de despegar las manos de su compañera de trabajo. A todos parecían haberles entrado un indescriptible furor sexual.

Greg y Warrick, que se disputaban los besos de Catherine como si dos lobos hambrientos se estuvieran disputando la carne, estaban fuera de sí contemplando el cuerpo de ella, totalmente absortos en deleitarse y satisfacerse. Greg dejó que Warrick siguiera besándose con ella, pero no tardó en arrodillarse para pegar su cara entre los muslos de la rubia criminalista y pasar la lengua por allí. Catherine, de inmediato sorprendida, miró un poco hacia abajo y sonrió maliciosamente. Se desplazó hacia la cama y se tumbó en ella, acogiendo a Warrick con los brazos abiertos para besarse con él, y a Greg con las piernas abiertas para dejarse besar por él. Éste, frenético, hundía la lengua por la palpitante panocha sin dejar de saborear todos y cada uno de los jugos que le iban saliendo como agua de mayo. Catherine, que no paraba de recibir los besos de tornillo de Warrick, gemía sin parar debido a la potentísima cunnilingus del joven Sanders. Tras dejarla bien mojadita, Warrick y Greg tuvieron la misma idea y ambos, como buenos amigos, se repartieron las tetas de Catherine, chupándolas y lamiéndolas sin prisa pero sin pausa, jugando a pasar la lengua por el pezón y la areola, tentando la suerte con pequeños mordiscos y succionando como ventosas con los labios. Catherine gemía sin parar y se removía en la cama, no solo consintiendo lo ocurrido si no animándoles a seguir. La rubiales buscó con desmedido afán las erecciones de ambos, encontrándolas y poniéndose a trabajar en ellas con caricias lentas y firmes, excitándolos más aún a la vez éstos la excitaban a ella.

Enfrascados en sus propios asuntos, Sarah y Nick se atrincheraron en un rincón de la amplia cama de aquel salón. Nick se sentó y Sarah al lado de él, agachándose después para engullir en su boca toda la verga de él. Nick, agachándose levemente, separó las piernas de Sarah para comenzar a masturbarla sin prisa pero sin pausa. Apoderándose de su vulva, la frotó con mucha lentitud, tocando el clítoris para irla excitando, acompasando sus movimientos con los de ella, que agarraba el manubrio de su compañero con su mano derecha para aferrarse a él, sin dejar por un segundo de llenarse la boca como si fuera una sibarita. Dejándose hacer, Sarah gemía con cada avance de los dedos de Nick sin dejar de centrarse ni por un segundo en la tarea de pegarle a su compañero de fatigas una mamada de infarto. Sus ansias por llenarse la boca con la verga de él la hacían ir a toda velocidad, subiendo y bajando su cabeza para tragársela toda y volver a sacarla. Con la lengua jugaba a lamer la cabeza del glande, dibujando círculos a uno y otro lado, pasándola después por el tronco de la misma desde la base hasta la punta y vuelta a empezar. Nick, que para aquel entonces casi estaba a punto de correrse, hizo detenerse a la diablesa feladora que tenía a su lado para echarla en la cama y devolverle el favor, abriéndola de piernas y metiendo su cabeza entre ellas, listo para darse un banquete de almeja.

Los otros participantes del evento, en ese instante, decidieron cambiar y pasar a mayores. A cuatro patas como las perras, Catherine se movía de lado a lado contoneándose e invitando a sus dos amantes a unirse a ella, acariciándose las nalgas y las puntas de los pezones, al tiempo que se relamía, invitándolos al pecado. Éstos no perdieron un solo instante y pusieron enfrente de ella para que los satisficiera, cosa que hizo encantada. Durante largo tiempo, tanto Warrick como Greg fueron mimosamente tratados por su superiora, quien se tragaba ambas vergas como un niño goloso se tragaba caramelos, cambiando de una a otra rápidamente y maniobrando con una facilidad y una experiencia que a ellos los volvía locos: lengüetazos, succiones de labios, mamadas profundas y suaves, lentas y rápidas…ambos estaban que lo tiraban y no pasó mucho sin que, incapaces de aguantarse más, cogieran a Catherine entre los dos y Greg debajo de ella y Warrick por encima, ésta recibiera el placer de la doble penetración. Una vez ambas trancas se hubieron acomodado, se pusieron a buscar un ritmo común de martillearla. Totalmente perdida en un mar de lujurioso sexo, Catherine gemía y jadeaba sin control alguno, pidiendo que le dieran más fuerte.

El ambiente se que vivía al lado hizo que Sarah reaccionara e hiciera detenerse a Nick, quien en lugar de tumbarse sobre ella, se limitó a ponerla a cuatro patas como Catherine y a penetrarla, consiguiéndolo casi a la primera de tan mojada que estaba. Agarrada a la cabecera de la cama Sarah recibía todos los empujones de Nick con un placer desmedido, jadeando hasta casi quedarse sin respiración. Su cuerpo no paraba de recibir las caricias de él, centradas casi siempre en sus tetas, pero dada la proximidad de todos, a veces era Greg quien acariciaba a Sarah mientras disfrutaba follando con Catherine. Warrick, por su parte, demostraba todo su dominio alargando cuanto más mejor la enculada que le daba a la rubiales. Ésta ni siquiera podía hablar coherentemente, solo se limitaba a jadear loca de sexo, deseando sentir suyo la leche de sus compañeros. Greg, debajo de Catherine, tenía completo acceso a las bien puestas y firmes a las tetas de Catherine y las sobaba sin parar, presa de un exacerbado deseo que crecía a cada segundo que pasaba. Entre las caricias de sus amantes y el ritmo que ya habían cogido, Catherine estaba tan salida y tan excitada que creía iba a ser partida en dos por ellos, que iban a desgarrarla de arriba abajo.

Sarah, al lado de Catherine, dejó salir a su lado más salvaje e hizo cambiar a Nick de agujero, pasando de follarla a encularla con rapidez. Costó que entrara debido a que estaba bien cerrada, pero los esfuerzos por abrirla hicieron a Sarah ponerse al filo del orgasmo, deseando sentir como su compañero la regaría dentro de su orto perforado. Él, a fuerza de insistir en las estrechas nalgas de su compañera, logró su objetivo y la barrenó, enculándola como ella quería y metiéndosela toda hasta que las caderas de él chocaron con las nalgas de Sarah. En el momento en que Nick empezó a beneficiársela, Sarah se puso a chillar como loca como si estuviera siendo una víctima de violación. Ninguno de los allí presentes daba crédito a los gritos que Sarah estaba dando mientras Nick la enculaba, pero eso fue como una especie de reto para Catherine, quien no solo no se amedrentó, si no que redobló fuerzas y energías para superarla, con la ventaja de llevar dos vergas bien metidas dentro suyo. Sarah no tardó en comprender el reto al que la estaban desafiando y aceptó de inmediato, dispuesta a demostrar quien era la mejor de las dos. Los chicos, observando el duelo que se estaba formando delante de ellos, follaban y refollaban con mas ganas que antes, liberándose de unos deseos reprimidos durante muchísimo tiempo. Nick enculaba a Sarah con más pasión ahora, y lo mismo hacían Warrick y Greg, casi obsesionados por ver a Catherine gritar pidiendo que se la metieran más fuerte aún.

La atmósfera allí creada fue definitiva para la culminación de sus deseos, pues Catherine, con la ventaja adquirida, logró ganar el primer asalto y correrse antes que Sarah y Nick. Warrick y Greg, uno primero y otro después por pocos segundos se corrieron con explosivos estertores y bañaron en leche a su superiora. No pasó no un minuto sin que Nick y Sarah hicieran lo propio, quedando ella inmóvil en la cama con el culo dolorido por el esfuerzo. Sin embargo, era incapaz de dejar de sonreír. Llegado ese clímax, todos quedaron unos con otros repartidos en la cama, recuperando el aliento y las ganas de continuar, pues ese primer asalto solo sirvió para dejar salir a todos los deseos que llevaban dentro pugnando por salir. Llevados por ese deseo algunos se cambiaron de lado, de manera que Sarah se quedó con Warrick quedó y Nick se pasó para estar con Catherine. Ésta, al ver llegar a su nuevo amante, se fue veloz como un rayo a por su verga, acogiéndola en su boca como una posesa. Sarah, que vio aquello, repitió la jugada para intentar ganar la segunda tanda, y Greg, que acababa de salir debajo de Catherine, tenía a las dos mujeres en la misma posición, pues cada mano frotaba la vulva de ambas con fluidez, procurando hacerles una buena paja para mantener el nivel de su excitación. La situación para éste último era tremenda, pues por fin podía ver el cuerpo y las aptitudes de Sarah para disfrutar, descubriendo que era más ardiente de lo que sus (muchas) fantasías auguraban.

Tanto Catherine con Nick como Sarah con Warrick se entregaban con una devoción absoluta a darles a ellos unas mamadas dignas de infarto, poniéndolos de nuevo erecto: las besaban, chupaban y lamían casi sin parar para respirar, usando la lengua, los labios y toda la boca para ponerlas tan dura como les fuera posible. Greg, como una especie de árbitro de lo que ocurría, se conformaba con usar sus manos para pajear a las dos, procurando alternar sus orificios para mantener dilatados ambos ortos. Sarah, como intentando ganar ventaja, bajó su mano derecha para unirla con la del joven Sanders, animándolo no solo a seguir si no a hacerlo con más fuerza aún. Los jadeos de ellos y ellas llenaban aquel salón donde los cinco se liberaban de las presiones y las tensiones del trabajo. Se sentían no solo libres si no necesitados los unos de los otros y eso los animaba a seguir, siendo recompensados ampliamente con cada segundo y con cada jadeo que cualquier de ellos daba. La paja a dos bandas entre Sarah y Greg era igualada por la (excelente) mamada que Catherine estaba propinándole a Nick. Éste bufaba y resoplaba como un toro, pues la felación de Catherine lo tenía a punto de nieve, adelantándose a Sarah, quien se valió de la mano libre para masajear los huevos de Warrick para que éste estuviese totalmente erecto. Su rival paró de golpe y se echó boca arriba en la cama, invitando a Nick a darle un señor repaso de arriba abajo. Warrick no esperó la invitación e hizo lo propio. Greg, indeciso, optó por alternar ambas parejas.

Primero se acercó a Sarah y a Warrick, morreándose con ella mientras ésta recibía los embates del negro criminalista. Como devolviéndole el favor, la mano que Sarah tenía libre la llevó directamente para acoger la verga de Greg y empezar a pajearlo sin prisa pero sin pausa, usando los dedos para masajeárselo a lo largo del troncho y en la punta del glande, haciendo que el joven Sanders gimiera entre dientes intentando aguantar las lacerantes caricias de su añorado objeto de deseo. Warrick, al lado, estaba enfrascado con la vulva de Sarah, masajeándose el clítoris a la vez que la empalaba con lentitud, disfrutando de cada momento dentro de ella. Su verga entraba y salía casi totalmente, luego entraba hasta el fondo y volvía a salir, proporcionando unas largas y estoicas corrientes de placer para la morena investigadora. Su rival, justo al lado, veía toda la escena sin dejar de perder de vista a Nick. Ambos se enzarzaban en una sempiterna lucha de lenguas, aumentando las llamas de su fogosidad con cada beso, con cada lengüetazo que se daban. Las manos de él frotaban y cogían las nalgas de ella, apretándolas con ganas, retorciéndolas sin dejar por un momento de follársela usando todas las fuerzas de que él disponía. Catherine, a diferencia de Nick, aún tenía fuerzas de reserva y ayudaba empujando con las caderas, acompasando el ritmo de su compañero e igualando el ritmo de Sarah y Warrick. Greg, que estaba con ellos entonces, cambió de lado, besándose un poco con Catherine y acariciándola por todas partes.

Sarah, lejos de sentirse indignada por la deserción de Greg, se embaló directa para dejarse hacer por Warrick. Éste, quien desde el principio no había parado un momento de follársela, cambió de lado para dejarse cabalgar por ella, echándose en la cama sin siquiera sacársela de dentro. Sarah, encontrándose sentada sobre él, se puso a cabalgarlo como una amazona salvaje, empalándose con la verga de su compañero, sintiendo como le entraba y la llenaba por dentro. Cogiendo las manos de él las llevó a sus tetas para que jugase con ellas y las amasase, como dándole a entender a Greg lo que se estaba perdiendo por no estar con ella, pero éste se encontraba bastante ocupado chupando golosamente los pezones de la rubia investigadora, que no paraba de gemir recibiendo las estocadas de Nick. De golpe y sin esperarlo, Catherine se vio volteada y Nick pasó de estar follándosela a estar siendo enculada por él, tal y como antes había hecho con Sarah. Catherine, cogida por sorpresa pero no contrariada por aquello, solo se limitó a asentir con la cabeza y se abrió las nalgas con las manos, recibiendo en ellas la dura verga de él. Greg, viendo la escena, se tumbó debajo de Catherine pero vuelto del revés, de manera que él tenía la vulva de ella al alcance de su boca y ella podía chupársela sin esfuerzo alguno, haciéndolo sin pensárselo dos veces. La escena era de lo más morbosa: la aparentemente experta y fría Catherine Willows estaba recibiendo una auténtica lección de sexo digna de manual por parte de Nick Stokes y el alocado Greg Sanders, mientras que la obsesiva del trabajo Sarah Sidle se convertía en una ninfómana insaciable que estaba derritiéndose en manos de Warrick Brown. Todos daban rienda suelta a sus deseos y nadie quería quedarse atrás.

Catherine, entre la enculada de Nick y el cunnilingus de Greg, se encontraba más plena que nunca. Se sentía como si estuviese quitándose una gran carga de encima y no quería ni por un solo momento que aquello parase, y Sarah, que no pensaba en otra cosa que no fuese ser enculada por Warrick, se movía arriba y abajo como un ascensor, penetrándose ella sola mientras sus nalgas eran estrujadas por las firmes y fuertes manos de él. La manera en que se las apretaba la encantaba, la hacía ponerse más excitada y rebotar más sobre él. El que mejor podía ver toda la escena era Greg, quien se iba de un lado a otro observando embobado como las dos mujeres gozaban y competían entre ellas por ver quien era la mejor. Nick y Warrick, convertidos en meras piezas de aquella porno-partida de ajedrez, no hacían la más mínima protesta, si no que se entregaban a fondo, aprovechando la fantástica ocasión que tenían para hacer de todo con ellas, bien fuera darse un gustazo a base de banquete de almeja, bien con una magnífica follada o bien descubriendo en ellas las virtudes de la sodomía. En esos momentos, Sarah era quien llevaba la voz cantante, en el sentido más literal de la palabra, pues mientras recibía los pollazos de Warrick no paraba de gemir como si estuvieran violándola un grupo de pervertidos. Incluso Catherine quedó atónita por los gemidos que escuchaba.

Dispuesta a no dejarse vencer, Catherine hizo todo lo que pudo para equipararse a Sidle, pero la juventud de Sarah era un obstáculo que Catherine no podía vadear. No obstante, compensaba con su experiencia, rebotando y gimiendo en manos de Nick y Greg, uno follándola sin compasión alguna, a medio camino del sexo violento y la verdadera violación, y Greg, que incorporándose un poco puso su verga al alcance de la boca de la rubiales detective. Ésta se la tragó de una sola vez, disfrutándola al contacto con su boca, lamiéndola desde la base hasta la punta y dejando que Greg tomara el control para follarle la boca a su capricho. La orgía que se estaba montando allí mismo tenía a todos con el alma en vilo, pues nadie sabía lo que pasaría a continuación. Lo que ellos sabían es que nunca habían podido ver en todo su esplendor a sus compañeras en semejante situación, follando como putones verbeneros, como salidísimas zorras que vivieran por y para la verga, y lo más increíble es que ellas parecían estar de acuerdo con la situación. Tanto Nick como Warrick y Greg se felicitaban por dentro por poder asistir a semejante espectáculo, que no deseaban que terminase jamás. En medio de sus alocadas fantasías y delirios sexuales, Sarah se corrió con fuertes convulsiones y Catherine hizo lo propio minutos más tarde, terminando la segunda ronda de polvos.

Segunda que no la última, ya que, quizá por efecto de tanto tiempo reprimidos, quizá por el efecto del polvo que respiraron o una mezcla de ambos, lo cierto es que aún tenían aguante para un último intento, y esta vez, al menos para uno de los participantes, esa fue la mejor de todas, pues por fin se iba a realizar su sueño de tirarse a la tía que tanto le gustaba. Se trataba, evidentemente, de Greg, el cual, tras correrse en la boca de Catherine y ver como ésta lo tragaba todo, cambió de bando y acudió al lado de Sarah, sola después de que Warrick se fuera al otro lado de la cama. Sarah, al ver a Greg, lo recibió con los brazos abiertos, y él no podía sentirse más feliz en toda su vida. En el momento en que ésta lo abrazó él probó el mail de sus labios y la calidez de su cuerpo, que acariciaba como presa de una incontenible lujuria. Sarah se entregó sin temores al alocado de Greg, diciéndole claramente que tenía carta blanca. Atrajo su cabeza hacia sus empitonadas tetas, y Greg se dio el gustazo de comérselas como un poseso, chupando y tironeando de sus pezones hasta dejárselos duros como rocas. El deseo de Sarah por él creció según éste iba explorando cada rincón de su anatomía, y las yemas de sus dedos parecían hincharse, manifestando el deseo de tocarle, de sentirle. Después de acariciarlo por todas partes ambos se enzarzaron en una rabiosa lucha de besos a cual más incendiario, liberándose los dos de largo tiempo de reprimir sus impulsos.

En tanto que Sarah y Greg se satisfacían y devoraban entre sí, Catherine lo era por Nick y Warrick, que no dejaban rincón de su cuerpo sin chupar, lamer, acariciar o besar. Se morrearon con ella, le hicieron chupetones en el cuello, devoraron sus pezones como hambrientos lobos en celo, pasaron la lengua por su vientre y le dieron una buena ración de sexo oral, cada uno a su tiempo. Mientras uno de ellos iba por abajo el otro subía y viceversa, turnándose todos sus recovecos. Catherine, desbordada por las atenciones que recibía de sus compañeros, no se molestaba ni en hablar más que para decir "mmm sigue así" "no pares" "me gustaaaaa" "oooh síiiiiiii" y cosas por el estilo, consiguiendo que los dos se pusieran con más ganas de disfrutarla. Llegados este punto, ambos hicieron un sándwich con ella en medio, y Nick por delante y Warrick por detrás, los dos criminalistas la perforaron hasta el fondo, empalándola con ambas trancas. Catherine ladeó la cabeza hacia atrás en cuanto sintió como ellos la habían penetrado, meneándose ligeramente para sentir como estaba de clavada por sus compañeros de fatigas. Luego, para sorpresa de los dos, la rubiales se puso a rebotar de un lado a otro, moviéndose lo justo para regodearse en sentir como aquellas barras de carne entraban y salían de su orto y su panocha. Su cuerpo le ardía, su fuego casi la hacía arder y necesitaba con desesperación liberarse, desbocarse como una riada y dar rienda a su lado más obsceno. Tanto Warrick como Nick, que la veían follarse ella sola, estaban de los más complacidos por el poco esfuerzo que tenían que realizar, aparte de pequeños contoneos para que las penetraciones fueran más profundas, algo que Catherine, con roncos gemidos, daba a entender que le apasionaba.

Con la cabeza de Greg entre las piernas, Sarah se retorcía sin poder detenerse, mordisqueándose el labio inferior para resistir, en vano, los jadeos que la boca y la lengua de él la provocaban. Para su deleite y sorpresa Greg era un experto comecoños y estaba demostrándola a ella lo mucho que sabía sobre la materia, usando sus dientes para hacer leves mordiscos en sus labios vaginales y su clítoris, alternando con los labios para chupar y succionar con fuerza, y finalizando con una lengua juguetona que iba dibujando letras y toda clase de figuras geométricas sobre la vulva de Sarah, convirtiéndola en un manantial que echaba jugos una y otra vez. Greg, abriendo la boca cuanto podía, se tragaba gustoso todos los jugos de Sarah, que no tardó en devolverle el favor bajando un poco hasta toparse de morros con su erecta herramienta, frotarla con sus manos para menearla y así ponerla totalmente erecta, y jalársela hasta que su nariz topó contra el vello púbico de él, causándole algunas cosquillas. En cuanto probó su sabor en el paladar, Sarah se convirtió en una especie de potente aspiradora que trabajaba sobre el manubrio de Greg a toda velocidad, mamándolo de parte a parte, metiéndoselo todo en la boca para sacarlo y vuelta adentro. El ritmo al que trabajaba dejó a Greg asombrado, pues quedó patente que él no era en tener un as en la manga. Las sensaciones se multiplicaban en su cuerpo y estuvo a punto de eyacular en su boca, pero Sarah adivinó lo que pasaba al oír los jadeos de él y paró en seco, para después tenderse a la larga en la cama y abrirse de piernas, invitando a Greg a entrar. Éste no tuvo que pensárselo dos veces para saber que hacer.

Para ese entonces Catherine ya estaba atrapada entre Nick y Warrick, el primero perforándola con fuertes estocadas por la pucha y el segundo endiñándosela a base de bien en su orto, dejándolo tan escocido como dilatado, pero a pesar de eso Catherine no protestó ni una sola vez, tan solo gemía y gemía pidiendo que le dieran más fuerte, con más ganas. Las manos de Nick se afianzaron sobre las erguidas tetas de ella, apretándolas y retorciéndolas a capricho, y Warrick, desde su posición, hizo lo mismo con su culo, dándole cachetes y estrujándolo para escuchar los sonoros y casi estratosféricos gemidos de Catherine resonando por las cuatro esquinas de aquel lugar. Con su cuerpo violentando y usado sin cuartel, Catherine se sentía poderosa y mujer a partes iguales, y también más obscena y perversa que nunca, lo que la satisfacía por dentro como pocas veces se sabía sentido. Los niveles de excitación crecían conforme Nick y Warrick lograron alcanzar un ritmo común de penetrada, ya que antes iban al compás de "uno dentro-otro fuera", y se pusieron a embatirla con ánimos de castigarla, de someterla. Ésta se dejó hacer y les dijo que le gustaba, que le encantaba lo que le estaban haciendo y que no quería parar ni por todo el oro del mundo. Ellos, metidos en vereda, seguían acometiendo en su cuerpo para gozar una última y esplendorosa vez, tomándose su tiempo para reponer fuerzas. El olor a sexo y a sudor impregnaba toda la habitación, confiriéndole al momento una atmósfera de sensualidad y sexualidad maravillosa.

Tumbada debajo de él, Sarah abrazaba a su amante y movía las caderas todo lo que podía para ayudarla con la follada que le estaban pegando. Greg, que se enseñaba en besarse con ella mientras no dejaba de penetrarla, la rodeó con sus brazos para sentarse en el lateral de la cama con ella sentada en su regazo, poniéndola en una postura idónea para agarrarla por los hombros o las nalgas y que ella rebotase y cabalgase sobre él. Sarah, al estar sentada y penetrada sobre Greg, se agarró a él con todas sus energías y siguió meneándose, moviéndose ligeramente arriba y abajo, sintiendo como aquella poronga se le clavaba, salía y volvía a clavarse. Sanders hacía lo que podía, y viendo que ella lo tenía bien abrazado por los hombros, él optó por agarrarla fuertemente del culo para tener un asidero donde embatirla con mayor facilidad. Sarah cambió las piernas de sitio, pasando de estar rodeando a Greg, a estar a ambos lados de él, totalmente dobladas sobre la cama para tener mejor movilidad. Eso logró que Sarah rebotara sobre la verga de Greg mucho más fácilmente. Sus esfuerzos por gozar eran iguales a los de Catherine, Nick y Greg, que estaban casi al límite de sus fuerzas y casi a punto de correrse. Apretando un poco el ritmo, los cinco se embalaron hacia la recta final, jadeando, chillando, follando y gozando como esquizofrénicos. Sarah y Greg tuvieron la victoria de su parte y gozaron los primeros, quedando así sentados durante un buen rato, con ella inmóvil y aún penetrada por él. En cuanto al trío colindante, Catherine fue incapaz de mover un solo músculo después de que Nick y Warrick la hicieran gozar y la dejasen bien empapada de leche. Fue un clímax apoteósico en que quedaron derrengados, y no vieron como una figura se les acercaba con intenciones sospechosas.

En otra parte de la casa, minutos antes de ese clímax, Grissom y Lady Heather se acababan de levantar y estaban disfrutando de una tranquilada velada tomando el té.

-¿Ya vestido del todo?. Te hubiera dejado alguna ropa que hay por aquí.

-No gracias-contestó Grissom con una leve sonrisa-. Prefiero estar así.

-¿Cómo te encuentras?, ¿mejor?.

Grissom se limitó a sonreír, sin articular palabra.

-¿A que viene la sonrisa?. ¿Es por lo de esta noche-preguntó, viendo que él asintió después-?. ¿Fue por el Shiatsu que hicimos, o por todo lo demás?.

-Un poco de todo-sonrió-. No imaginaba que alguien que tiene una casa de dominación conociera las artes orientales, aunque debo reconocer que ha sido renovador.

-Soy una mujer con muchos secretos señor Grissom-dijo en tono irónico-. No solo soy dominadora y masajista, también tengo un master de química y otro en psiquiatría…

-¿Eres doctora en química?, ¿y porqué nunca me lo dijiste?.

-Nunca lo preguntaste-se rió-. Estudié a distancia y me saqué el doctorado. ¿Sorprendido?.

-Gratamente-contestó, frunciendo éste el ceño después-. Lady Heather, necesito saber algo: a Justin Davis le encontramos una sustancia que no identificamos que contenía una mezcla de feromona y testosterona, ¿no sabrías decirme que es?.

-Mmmm…Quizá pueda ser una fórmula que estoy probando para ayudar a los casos como Justin Davis.

-¿Qué padecía exactamente?.

-Poseía problemas de erección y excitación, algo terrible para un hombre cuya profesión es ser ejecutivo en una gran compañía. Vino aquí pidiendo ayuda y decidí probar en él mi producto, confiando en que le sirviera para aumentar y canalizar sus deseos y objetivos.

-¿Y como es tu producto?, ¿qué aspecto tiene?.

-Es un polvo de color rosado hecho a base de elementos naturales, entre ellos feromonas y testosteronas en pequeñas dosis. Es muy efectivo pero peligroso, en grandes dosis puede provocar parálisis muscular o un infarto, y solo dos chicas aparte de mí manejan los polvos, Monique y Nadine.

-¿Nadine?, ¿la chica de ayer?.

-Sí, llevaba los polvos en la cajita que viste en sus manos…

-Un momento-dijo él cuando su móvil empezó a sonar-. Grissom.

-Señor Grissom, soy Archie, del laboratorio. ¿Sabe algo de Nick o de Sarah?.

-No, no sé nada. ¿No están allí contigo?.

-No señor, no han aparecido desde ayer por la noche en que fueron a casa de Lady Heather. No han llamado ni dado señales de vida.

Aquello hizo que una sombría duda comenzase a roer la mente de Grissom como un gusano comiendo por dentro una manzana.

-Archie, escúchame atentamente. ¡¡Llama al capitán Brass y dile que venga a casa de Lady Heather inmediatamente!!. ¿¿¡¡DE ACUERDO!!??.

-¡Sí, señor!.

Grissom colgó y de inmediato se puso en pie, cogiendo su arma. Lady Heather quedó sobresaltada por su actitud y se lo preguntó con los ojos.

-Warrick y los demás aún están aquí. Tengo que encontrarlos a tiempo.

Grissom salió corriendo como alma que lleva el diablo, con el corazón en un puño y temiéndose lo peor. Al otro lado, en el cuarto donde los cinco reposaban, una figura cogió los polvos y los esparció un poco más sobre los criminalistas, yendo luego a buscar luego un enorme cuchillo oculto en una cómoda. Con paso lento pero firme se acercó a la cama donde Warrick, Nick, Greg, Sarah y Catherine estaban inconscientes y desnudos. Al llegar a los pies de la cama alzó las manos por encima de la cabeza, dispuesta a clavarlas una y otra vez en cada uno de ellos, pero en ese instante, un disparo rebotó por la habitación y ella cayó hacia adelante, rebotando y huyendo a toda prisa, pero justo cuando llegó a la puerta y la abrió para escapar, un arma le apuntó a la cabeza.

-¡Ah ah bonita!, ¡ni se te ocurra!.

Cuando Grissom, que iba detrás de la figura, llegó a la puerta, se encontró con Jim Brass y dos agentes, que estaban esposando a Nadine, la chica que vio ayer.

-¿¿Cómo has llegado tan rápido??. No hace ni diez minutos que Archie me llamó.

-Acabo de recibir su llamada, pero no era por eso que veníamos aquí. Hace una hora hemos encontrado el cuerpo sin vida de Monique Fry oculto en un contenedor, a una manzana del Tangiers. Veníamos a interrogar a Lady Heather cuando Archie me telefoneó y pedí refuerzos. Iba a llamar a la puerta cuando ésta se abrió de golpe.

Alegrándose de la coincidencia, Grissom llamó a emergencias para que un par de ambulancias que recogieran a Nick y a todos los demás. Éstos fueron llevados al hospital urgentemente, mientras Brass y Grissom llevaban a Nadine a la oficina para interrogarla. Ésta, debido al disparo de Grissom, llevaba el brazo derecho en cabestrillo, pues la bala le había atravesado el hombro.

-Cuando ayer pasó al lado de Lady Heather y el mío-comenzó a decir Grissom-, lo hizo adrede para averiguar si nosotros sabíamos algo, y cuando minutos después me llamaron, usted escuchó la llamada y preparó una encerrona. Fue usted quien dejó la cajita con los polvos debajo de la cama, con la esperanza de que alguno abriera las bolsas y los esparciera. Además, El análisis ha revelado la marca de sus huellas en la bandeja de la habitación de Justin Davis, y en el cuerpo de Monique hemos encontrando un cabello que corresponde con usted, de modo, Nadine, que sabemos el quien, pero no el porqué.

-¿Acaso Monique la descubrió fuera de la casa de Lady Heather y amenazó con desvelarlo?, ¿o le pedían dinero por algo que ellos sabían de usted-preguntaba Brass, intentando aclararse las ideas-?.

-Se equivoca. No fue por dinero ni chantaje. Fue por Justin.

-¿Por qué?.

-Porqué esa zorra lo iba de estropear todo. ¡¡Esa puta de mi hermana iba a quitarme lo que más quería en el mundo!!.

Tanto Grissom como Brass se miraron sorprendidos.

-¿Monique y usted eran hermanas-preguntó Grissom-?. Pero su apellido es Johns, y el de Monique era Fry…

-Éramos hermanastras, nuestros padres se casaron cuando éramos pequeñas. Durante años aguanté lo indecible, pero yo no podía seguir en aquel ambiente. Me sentía un cero a la izquierda, siempre desplazada por Monique, mi "hermanita menor", y me vine aquí a empezar de cero. Aunque no lo crean trabajar en casa de Lady Heather era mi sueño hecho realidad, pero ella también se trasladó a Las Vegas. Al principio no le di importancia, pero se fue a vivir a mi barrio, consiguió trabajar donde yo trabajaba…y vi que quería eclipsarme, como siempre…esa zorra…

-¿Cómo encajaba Justin en todo esto-preguntó Brass-?.

-Él y yo salíamos antes de que me trasladara a Las Vegas. Un día él vino aquí y descubrió en que trabajaba, y le gustó. De vez en cuando se daba una escapada para verme trabajar, le gustaba y comenzó a ser cliente habitual. Todo iba perfecto: puertas fuera éramos una pareja normal y corriente, y puertas adentro éramos dominadora y sumiso, o viceversa. Todo iba de perlas, hasta que Monique nos descubrió.

-¿Y que pasó?.

-Que comenzó a acercarse a él, a insinuársele, a rivalizar conmigo, como siempre hacía, incluso en la casa de Lady Heather: quien infringía más daño, quien soportaba más dolor, quien se dejaba hacer las cosas más obscenas…Yo quería a Justin por como era, pero Monique lo quería por su dinero-recalcó con desprecio-, y él ni la vio venir. No podía permitirlo, él era mío. Cuando él pasó hace dos días, ella ya lo estaba esperando. Se fueron al Tangiers pero los seguí, y cuando Monique se iba la abordé, la dije que lo dejara en paz, que Justin era mi novio, pero ella se rió en mi cara, me dijo que no importaba nada, que había otros chicos ricos que cazar por ahí, que ya encontraría otro…No sé lo que me pasó, no pude controlarme, así que la estrangulé y me deshice de ella. Solo era una zorra-añadió con odio-.

-¿Y porque matar a Justin?. La rival ya estaba muerta.

Nadine miró a Grissom con ojos sombríos.

-Fui con él después de dejar a Monique en el contenedor de basura, quise que todo volviera a ser como antes, pero él me dijo que no, que le gustaba Monique, que lo había pasado bien conmigo pero que la prefería a ella, que le parecía mejor que yo…no solo mejor mujer, si no mejor dominadora…y eso me hizo enfurecer…cogí los polvos de Lady Heather y se los hice respirar, lo tumbé en la cama y lo dejé retorciéndose…yo lo quería…lo quería muchísimo…y yo le maté…

Presa de la emoción Nadine se echó a llorar, y el agente que la custodiaba se la llevó de la sala de interrogatorios. Tanto Grissom como Brass se miraban apenados.

Un par de días después, a última hora de la tarde, Greg caminaba alegre por el laboratorio, directo hacia las taquillas.

-Bueno, por fin se acabó. Un día más de duro trabajo. Ahora me iré a casa y…

Según llegó a las taquillas, Nick, Sarah, Catherine y Warrick le miraron fijamente, y aunque no hubo palabras, Greg se sintió como atravesado por cuchillos.

-…y creo que volveré un momento a rastros. Seguro que me he olvidado algo.

Greg se fue y los demás quedaron mirándose unos a otros. Nadie hablaba, pero con los ojos se lo decían todo. Aunque no recordaban lo sucedido con claridad debido a los polvos, sabían lo bastante como para saber que nunca tocarían ese tema. Luego, cada uno por separado se fue sin mirar atrás, sin cruzarse. Aquel asunto estaba olvidado y enterrado. Mañana sería otro día.

En otra parte de la ciudad, Lady Heather acudía a la puerta principal, donde había sonado el timbre. Para su sorpresa, vio a Grissom allí plantado.

-Buenas noches señor Grissom. ¿En que puedo ayudarle?.

-Venía a pedir disculpas por lo ocurrido anteayer, y también venía para ver si podíamos tomar esa taza de té con tranquilidad.

-¿Y no habrá imprevistos como la última vez-respondió ella con mordacidad-?.

-No lo creo, estoy en mi día libre-sonrió-.

-¿Y que hace aquí que no está en la montaña rusa?.

-Bueno, digamos que he encontrado algo más interesante para disfrutar…

Lady Heather lo miró atentamente, le dedicó una amplia sonrisa, y tendiéndole la mano, lo invitó a entrar…

FIN

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