Tuve una novia hace algunos años que se llama Sonia en la ciudad de Bs As y esto es lo más delicioso que aprendí con ella y hasta la fecha me encanta hacer.
Llegamos a casa ese día y ella venía con un vestido ligero pues era época de calor, ella en aquel tiempo tenía 21 años, lo demás no importa, entramos a mi cuarto a ver TV, pero yo no podía dejar de ver sus piernas, me encantaban sus piernas, bien formadas y me excitaban muchísimo al tenerla tan cerca y además iba pensando en un sin fin de escenas, cómo deseaba cogérmela pero de una forma que ni yo mismo sabia, sabía que no habíamos hecho todo lo que se podía hacer pero me daban tantas ganas que bueno...
Nos sentamos en la cama y sin querer prender la TV, comencé a acariciarle su cabello y hombros, comencé a besarla y acariciarle sus piernas que me tenían loco de calentura, le quité el vestido y ella se quitó el corpiño y la tanga, me quedé viendo su cuerpo desnudo en mi cama, parecía que era la primera vez que la veía desnuda, el verla ahora y saber que estaba dispuesta me llenó de locura por su piel y supe qué es lo que quería y faltaba.
Me desnudé frente a ella, quise que me viera, que supiera cómo estaba por ella, que viera lo excitado que me encontraba por verla así, comencé a besarla, a enredarme con su cabello, a darle pequeñas mordidas en sus pechos grandes y deliciosos, escuchar cómo cambiaba el ritmo de su respiración me hacía poner aún más caliente, bajé y bajé, hasta que me dijo que qué iba a hacer, le dije que no se preocupara, que me dejara hacer, sólo cierra los ojos y no pienses, sólo siente lo que te voy a hacer y entonces me dediqué a hacer lo que más me gusta, comencé a acercarme más y más a esa parte deliciosa, besando sus piernas, acariciándolas, besando desde los pies hasta el muslo, en su cara interna, sabiendo que me acercaba más y más, iba sintiendo su olor y me gustaba mucho retrasar lo más posible el llegar hasta ahí, quería que se prolongara todo lo posible, me fui acercando y primero rocé sus pelitos con mis labios, qué delicia, si olor más fuerte, cómo cambiaba su respiración, sabía lo que venía y eso me encantaba.
Me acerqué de nuevo y otra vez, cada vez más cerca, esta vez saqué la lengua y le rocé los labios, suave, despacio, y dejó en mi lengua un sabor que no recordaba tan delicioso, qué locura, mi pene estaba que explotaba, mi cuerpo se estremeció al igual que el de ella, cerré mis ojos para quedarme sólo con su sabor en mi mente y se desató la vorágine de imágenes y sabores, no pude controlarme más, inicié pasando una y otra vez la lengua por sus labios, iba sintiendo cómo se humedecían, usé mi lengua para separarlos y entonces pude saborear la parte interna de esa vagina deliciosa, pude sentir el sabor de sus flujos qué mujer excitada y caliente, pude quedarme con mi lengua dentro de esa abertura llena calor y humedad, mientras mis manos recorrían sus piernas y sus senos, mientras que mis oídos eran invadidos por sus murmullos y quejidos, así mi vida, así mi amor, qué rico se siente, los ruidos que producía de la excitación no lograban más que excitarme más pero los ruidos de mis labios al succionar sus labios vaginales y su respuesta era increíble, entonces lo vi entre los labios, y ahora ahí estaba su clítoris esperándome, lo sentí primero con mi lengua, la respuesta de ella fue instantánea, todo en ella tembló al sentir la caricia, me dediqué en cuerpo y alma a lamerlos, besarlos, frotarlos, de arriba hacia abajo, de un lado al otro y alrededor, ya no eran sonidos, eran casi gritos de placer lo que escuchaba de Sonia, una deliciosa locura, comencé a bajar más, quería conocerla toda, enterré mi lengua en su cueva de nuevo sólo para recoger más del delicioso flujo que salía de ella, comencé a acariciarle la piel tan suave y sensible que se encuentra entre la vagina y el año con mi lengua, despacio, quería que lo disfrutara tanto como yo lo hacía, sentí sus manos en mi espalda y cabello, sintiendo su desesperación y ansiedad producidas por el placer que sentía, bajé más y llegué al ano, nunca pensé que llegaría a lamerle al ano a alguien, pero ya no me importaba nada, lo probé y su reacción fue diferente pero igual de intensa al sentir mi lengua en su cola, separándole sus nalgas con mis manos para poder ver a quién recibiría mi lengua, la volteé y la puse en 4 patas, así era mejor y mientras me dedicaba a saborearla, mis dedos comenzaban a penetrarla por la vagina, dándole placer por ambos lados, había escuchado cómo se dilata el esfínter al ser estimulado pero verlo, saborearlo y saber que es mi lengua la que hace el trabajo es de verdad excitante, así como de vez en cuando llevar a mi boca mis dedos con su sabor.
De nuevo quería cambiar, me puse boca arriba y pedí que se pusiera en cuclillas sobre mi boca, de rodillas sobre mi boca su vagina y ella agarrándose de la cabecera fue como comencé a realizar el mejor trabajo oral que había hecho hasta entonces, ella se movía al ritmo que deseaba y yo sólo obedecía, le tomaba las tetas, veía cómo se movían para mí, las estrujaba sabiendo que le dolía pero que ya en ese momento no le importaba nada, que estaba cerca del orgasmo y lo veía venir, la levantaba para que bajara sobre mi lengua y que ésta entrara en ella, me maravillaba lo delicioso de su clítoris entre mis labios y entonces me toma de los cabellos y me jala hacia ella como si me quisiera tener dentro de sí, siento cómo se tensa todo su cuerpo y comienzo a sentir por toda mi cara sus flujos, se ha venido en mi boca, ah qué delicia aquello, qué sabor y cuanto, una buena cantidad de flujo sale de ella mientras yo lo saboreo, aquello hace que yo pierda el sentido, que pierda la realidad y sólo desee saberla mía, salgo de debajo de ella e inmediatamente me pongo detrás, le tomo las caderas y le penetro la vagina, ella lanza un grito ahogado, mientras le digo al oído lo deliciosa que está, lo bien que sabe y que me ha encantado cogérmela de esta forma, sé que su sabor es mío y que aunque no hable sé qué quiere, me la cojo más fuerte y más rápido, más rápido y fuerte, mi cama parece que se desarma, ya nada importa, le digo que me voy a venir y que no pienso salirme de ella, ella me pide que no me salga, que quiere mi leche dentro de ella que quiere sentirme y en el momento que siento que termino, le tomo las tetas con toda la tensión de mi corrida dentro de ella, siento de nuevo sus flujos por mis muslos, se ha venido de nuevo, casi no puedo hablar pero mi cara esta llena de ella, de su sabor y su aroma en mi piel.
Desde entonces me encanta el sabor y aroma de ti.
Llegamos a casa ese día y ella venía con un vestido ligero pues era época de calor, ella en aquel tiempo tenía 21 años, lo demás no importa, entramos a mi cuarto a ver TV, pero yo no podía dejar de ver sus piernas, me encantaban sus piernas, bien formadas y me excitaban muchísimo al tenerla tan cerca y además iba pensando en un sin fin de escenas, cómo deseaba cogérmela pero de una forma que ni yo mismo sabia, sabía que no habíamos hecho todo lo que se podía hacer pero me daban tantas ganas que bueno...
Nos sentamos en la cama y sin querer prender la TV, comencé a acariciarle su cabello y hombros, comencé a besarla y acariciarle sus piernas que me tenían loco de calentura, le quité el vestido y ella se quitó el corpiño y la tanga, me quedé viendo su cuerpo desnudo en mi cama, parecía que era la primera vez que la veía desnuda, el verla ahora y saber que estaba dispuesta me llenó de locura por su piel y supe qué es lo que quería y faltaba.
Me desnudé frente a ella, quise que me viera, que supiera cómo estaba por ella, que viera lo excitado que me encontraba por verla así, comencé a besarla, a enredarme con su cabello, a darle pequeñas mordidas en sus pechos grandes y deliciosos, escuchar cómo cambiaba el ritmo de su respiración me hacía poner aún más caliente, bajé y bajé, hasta que me dijo que qué iba a hacer, le dije que no se preocupara, que me dejara hacer, sólo cierra los ojos y no pienses, sólo siente lo que te voy a hacer y entonces me dediqué a hacer lo que más me gusta, comencé a acercarme más y más a esa parte deliciosa, besando sus piernas, acariciándolas, besando desde los pies hasta el muslo, en su cara interna, sabiendo que me acercaba más y más, iba sintiendo su olor y me gustaba mucho retrasar lo más posible el llegar hasta ahí, quería que se prolongara todo lo posible, me fui acercando y primero rocé sus pelitos con mis labios, qué delicia, si olor más fuerte, cómo cambiaba su respiración, sabía lo que venía y eso me encantaba.
Me acerqué de nuevo y otra vez, cada vez más cerca, esta vez saqué la lengua y le rocé los labios, suave, despacio, y dejó en mi lengua un sabor que no recordaba tan delicioso, qué locura, mi pene estaba que explotaba, mi cuerpo se estremeció al igual que el de ella, cerré mis ojos para quedarme sólo con su sabor en mi mente y se desató la vorágine de imágenes y sabores, no pude controlarme más, inicié pasando una y otra vez la lengua por sus labios, iba sintiendo cómo se humedecían, usé mi lengua para separarlos y entonces pude saborear la parte interna de esa vagina deliciosa, pude sentir el sabor de sus flujos qué mujer excitada y caliente, pude quedarme con mi lengua dentro de esa abertura llena calor y humedad, mientras mis manos recorrían sus piernas y sus senos, mientras que mis oídos eran invadidos por sus murmullos y quejidos, así mi vida, así mi amor, qué rico se siente, los ruidos que producía de la excitación no lograban más que excitarme más pero los ruidos de mis labios al succionar sus labios vaginales y su respuesta era increíble, entonces lo vi entre los labios, y ahora ahí estaba su clítoris esperándome, lo sentí primero con mi lengua, la respuesta de ella fue instantánea, todo en ella tembló al sentir la caricia, me dediqué en cuerpo y alma a lamerlos, besarlos, frotarlos, de arriba hacia abajo, de un lado al otro y alrededor, ya no eran sonidos, eran casi gritos de placer lo que escuchaba de Sonia, una deliciosa locura, comencé a bajar más, quería conocerla toda, enterré mi lengua en su cueva de nuevo sólo para recoger más del delicioso flujo que salía de ella, comencé a acariciarle la piel tan suave y sensible que se encuentra entre la vagina y el año con mi lengua, despacio, quería que lo disfrutara tanto como yo lo hacía, sentí sus manos en mi espalda y cabello, sintiendo su desesperación y ansiedad producidas por el placer que sentía, bajé más y llegué al ano, nunca pensé que llegaría a lamerle al ano a alguien, pero ya no me importaba nada, lo probé y su reacción fue diferente pero igual de intensa al sentir mi lengua en su cola, separándole sus nalgas con mis manos para poder ver a quién recibiría mi lengua, la volteé y la puse en 4 patas, así era mejor y mientras me dedicaba a saborearla, mis dedos comenzaban a penetrarla por la vagina, dándole placer por ambos lados, había escuchado cómo se dilata el esfínter al ser estimulado pero verlo, saborearlo y saber que es mi lengua la que hace el trabajo es de verdad excitante, así como de vez en cuando llevar a mi boca mis dedos con su sabor.
De nuevo quería cambiar, me puse boca arriba y pedí que se pusiera en cuclillas sobre mi boca, de rodillas sobre mi boca su vagina y ella agarrándose de la cabecera fue como comencé a realizar el mejor trabajo oral que había hecho hasta entonces, ella se movía al ritmo que deseaba y yo sólo obedecía, le tomaba las tetas, veía cómo se movían para mí, las estrujaba sabiendo que le dolía pero que ya en ese momento no le importaba nada, que estaba cerca del orgasmo y lo veía venir, la levantaba para que bajara sobre mi lengua y que ésta entrara en ella, me maravillaba lo delicioso de su clítoris entre mis labios y entonces me toma de los cabellos y me jala hacia ella como si me quisiera tener dentro de sí, siento cómo se tensa todo su cuerpo y comienzo a sentir por toda mi cara sus flujos, se ha venido en mi boca, ah qué delicia aquello, qué sabor y cuanto, una buena cantidad de flujo sale de ella mientras yo lo saboreo, aquello hace que yo pierda el sentido, que pierda la realidad y sólo desee saberla mía, salgo de debajo de ella e inmediatamente me pongo detrás, le tomo las caderas y le penetro la vagina, ella lanza un grito ahogado, mientras le digo al oído lo deliciosa que está, lo bien que sabe y que me ha encantado cogérmela de esta forma, sé que su sabor es mío y que aunque no hable sé qué quiere, me la cojo más fuerte y más rápido, más rápido y fuerte, mi cama parece que se desarma, ya nada importa, le digo que me voy a venir y que no pienso salirme de ella, ella me pide que no me salga, que quiere mi leche dentro de ella que quiere sentirme y en el momento que siento que termino, le tomo las tetas con toda la tensión de mi corrida dentro de ella, siento de nuevo sus flujos por mis muslos, se ha venido de nuevo, casi no puedo hablar pero mi cara esta llena de ella, de su sabor y su aroma en mi piel.
Desde entonces me encanta el sabor y aroma de ti.
4 comentarios - Sexo oral bien hecho
pd:si te gusta leer, te invito a leer mis relatos
excelente relato
Gracias x pasar y comentar