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Mi día de suerte con una lesbiana(primer relato)

Bueno, me decidí a subir mi primer relato, espero sea de su agrado, espero mejorar con el tiempo, tengo bastantes historias para compartir

Esta experiencia es una de las más recientes que tuve, en un antiguo trabajo.
Realmente, nunca creí que tuviera la suerte de pasar por algo así, pero bien dicen que nada es imposible.
Todo empezó un día en una oficina donde trabajaba haciendo tele marketing para una compañía de televisión satelital. Había muchas buenas chicas, con las cuales habría logrado avances e incluso un oral que gane en una apuesta, pero no me había conseguido tirarme a alguna. Un día de tantos pasada la hora de almuerzo, mientras estaba en mi cubículo, escuche una discusión que crecía cada vez más. Eran Mariana y Francinne, esta ultima conocida como Fran, y ambas lesbianas declaradas. Según rumores ambas salían juntas desde hace unos meses, pero era obvio que tenían algún desacuerdo. Finalmente escuche que Fran mandaba al diablo a Mariana y salió de la oficina como un vendaval.

Desde que había entrado a trabajar Fran y yo éramos bastante cercanos, ya que ambos aplicamos el mismo día y aparte tomábamos el mismo colectivo, por lo que decidí seguirla aprovechando que los jefes habían salido y volvería. La encontré en la cafetería llorando, y decidí preguntarle qué había pasado. Bastante triste me contó que se había enterando que Mariana era bisexual y le había sido infiel con un vecino. La abracé para consolarla y sin malicia, aunque no miento que Fran siempre me había atraído un poco a pesar de ser lesbiana.

Fran era de complexión rellena sin llegar a ser gorda, morocha, tenía el cabello un poco corto y teñido, con una cara bastante linda con unos hoyuelos resaltados por unos piercings. Debido a que usaba ropa un poco masculina no resaltaba mucho sus formas, pero parecía tener un buen trasero y unos pechos regulares. Mientras la consolaba, note que por estar pegados mi verga se marcaba en mis pantalones y ella lo notó. En ese momento me miró y me dijo:

-Que crees que debería hacer?
-Por ahora, sería adecuado darse un tiempo, no crees?
-Tienes razón, gracias por ser compresivo y venir a preguntarme como me sentía
-No hay problema, para eso somos amigos
-Sabes, creo que yo merezco tomar venganza
-Estás segura, y que harás?

En ese momento me miró y sonrió, y luego me dio un pequeño beso para luego reírse y agregar con voz melosa:

-Sígueme
-Que dices?, mientras sorprendido me tomaba de la mano y me llevaba al segundo piso del edificio.

Ese lugar del complejo estaba siendo remodelado y los baños siempre estaban vacíos. Mientras íbamos subiendo, yo trataba de procesar lo que estaba pasando. Entramos al de Damas y Fran cerró por dentro para asegurar que nadie entrará. Inmediatamente se abalanzo sobre mí y comenzó a besarme de forma salvaje, casi extraña en ella. Yo que siempre había deseado tener algo con ella, ahora no sabía cómo reaccionar. Pero pudo más la calentura y empecé a corresponder sus avances. Pronto le quite su blusa y un top negro que tenía debajo, para llevarme una gran sorpresa: unos bellos y bastante grandes pechos, un poco más de lo que yo pensaba, sus pezones eran oscuros y un poco llamativos y para rematar, coronados con unos piercings de argolla.

Empecé a comérselos como loco, mientras ella buscaba sacar mi verga del pantalón para luego ponerse de rodillas y chupármela como nunca antes alguna otra chica con que hubiese estado lo hubiese hecho. No paraba de tocarme las bolas mientras incluso se atragantaba con ella, para luego lograr acabar en sus tetas, tras lo cual ella recogió mi chele y se la llevó a su boca. Entretanto me reponía, le quite el jeans que andaba y la bombachita. Su conchita era bastante oscura, con pocos pelos y unos labios bastante grandes, aparte de que estaba bastante mojada, lo que me sorprendió bastante. Arrime una mesa que había cerca, la ayude a montarse encima de la mesa para empezar a darle placer. Me puse a comerle la concha con bastantes ganas, a la vez que jugaba con su vientre y sus caderas mientras le decía:

-Apuesto que alguna chica nunca te lo ha hecho así, verdad?
-Mmmmm, que rico!; dijo ella mientras se mordía los labios.

Seguimos así por un rato, logrando sacarle un sabroso orgasmo que me llenó la boca con jugos. Le di un par de minutos para reponerse mientras jugaba de nuevo con sus tetas para decirle que quería penetrarla, a lo que accedió. La bajé de la mesa y la acomode para hacerla apoyarse en la misma, y luego de preparar mi verga comencé a ponérsela un poco despacio, para luego subir la velocidad. Luego la acomode encima de la mesa para dársela de frente por un rato más y así estuvimos unos minutos hasta que ya vi que no aguantaba y le acabé adentro de su conchita a la vez que ella tenía otro delicioso orgasmo.

Nos miramos el uno al otro y después de unos segundos ella me dio un largo beso y me susurró:

-Muchas gracias, realmente me siento mucho mejor.
-Cuando gustes, amiga, a la vez que le devolvía el beso.

Dimos unos minutos para reponernos, limpiarnos y vestirnos nuevamente. Afortunadamente solo una compañera notó nuestra ausencia, pero no preguntó nada y solo nos dijo que esperaba hubiéramos disfrutado. Desde entonces Fran y yo a veces aprovechamos alguna salida en común con amigos para ir al baño y darnos sexo oral, pero aún no está lista para repetir la experiencia que tuvimos…

2 comentarios - Mi día de suerte con una lesbiana(primer relato)

SeRgIuSaNdRo +1
Buena capo... eso es sacarse las ganas... jajajaja