Es un hecho: ellos mueren por el sexo anal. Será porque es una zona “prohibida”, y esto tal vez se deba al hecho de que se necesita mucha confianza para poder relajarse y dejar que otra persona la explore.
Tenemos muchos miedos a la hora de hablar de esto, sobre todo por el hecho de que si no nos aseamos bien antes de dejar que él ande manoseándonos por ahí atrás, corremos el riesgo de pasar un momento muy incómodo.
Lo que tengo para decir es lo siguiente: pruébalo. Deja al menos que él introduzca lentamente un dedo dentro. Que lo mueva suavemente, que te haga un masaje: ahí dentro tenemos nervios y al ser estimulados, aunque quizás cueste creerlo, puede ser muy pero muy placentero.
Lo importante es perder la vergüenza: si te duchas antes del acto todo estará bien y no tendrás por qué sentirte insegura. Puede que al principio cuando te penetre con su dedo sientas unas repentinas ganas de ir al baño, pero lo más probable es que se trate solamente de una sensación, se te pasará.
Cierra los ojos y deja que tu cuerpo se exprese por ti, que tu cerebro y prejuicios no interfieran. Él moverá muy lentamente su dedo dentro de tu agujerito que comenzará a dilatarse poco a poco, hasta que sientas que necesitas más. Es entonces que le pedirás a gritos que por favor te penetre con un segundo dedo y luego un tercero.
Lo importante es que no intente penetrarte con su pene desde el comienzo: deben dejar que sus dedos comiencen a ser absorbidos por ese pequeño hoyo, uno a uno. Tú sentirás sorpresivamente que te encanta y dejarás que sigan entrando hasta que… ¡Sorpresa! Estarás lista para su miembro.
Cuando vaya a introducirlo es recomendable que utilicen algo de lubricante a base de agua, aunque estarás tan excitada luego de ese espectacular masaje anal que él podrá simplemente trasladar el jugo de tu placer desde tu vagina hasta tu trasero con sus dedos para humedecer la zona y facilitar la penetración.
Recuerda ducharte bien antes de hacerlo, y si el dedo de tu chico o su pene estuvieron dentro de tu trasero, entonces es preferible que no lo introduzca en tu vagina por una cuestión de higiene.
Puedes darle un regalito y dejar que acabe dentro: es probable que tú tampoco te aguantes demasiado tiempo cuando sus embestidas comiencen a ser más salvajes y acaben juntos como nunca antes: puedes masajear tu clítoris con tus dedos mientras tanto.
Lo importante es no decirle que no a este acto que puede ser muy placentero si se hace con cariño: el único riesgo es que quieras repetirlo ¡una y otra vez!
Si quieren leer más de mis relatos los voy subiendo a mi blog: www.vfemenina.com
A los hombres: ¿qué esperan para hacérselo a sus chicas?
A las chicas: ¿qué esperan para dejarse invadir?
¡Disfrutemos del sexo libremente!
Besitos,
Ardillita_89
2 comentarios - La zona prohibida: perdamos el miedo al sexo anal