Juego de cuernos y orgias (1)
Hola, este es el primero de varios relatos, es una historia real que nos paso en Córdoba, Argentina.
Mi nombre es Antonio, tengo 41 años, pelo claro, de 1.80mts. de cuerpo delgado pero atlético, mi esposa Estela tiene también 41 de 1.58 mts. unas tetas sobresalientes, también delgada pero atlética, ya que le gusta ir al gym.
Esto nos paso en el 2002 vivíamos en un semipiso del centro de Córdoba, que lo había adquirido por un negocio que me salió de maravilla a un costo muy bajo, compuesto de una habitación matrimonial, 3 habitaciones mas chicas y un cuarto de servicio, además tenia 2 baños cocina comedor y dos entradas una principal que daba al hall del edificio y otra de servicio que daba al ascensor trasero. Cuento esto porque la distribución del departamento es fundamental para todos los relatos siguientes.
En ese tiempo por los problemas económicos que pasaba el gobierno me despidieron de la empresa donde trababa, así que por no tener ninguna entrada de dinero decidimos con Estela alquilar las habitaciones que no eran ocupadas. Así que pusimos el aviso en el diario y comenzaron a llegar las solicitudes, de todas decidimos alquilar la primara habitación a dos chicos cubanos de unos 27 años uno se llamaba Gerome, alto como de 1.90 mts. y el otro José de mi altura , los dos muy bien parecidos de cuerpos musculosos, estarían todo el año por un intercambio de la universidad, la segunda habitación un poco mas chica se la alquilamos a un joven contador Maximiliano, recién graduado que trabajaba en un banco privado de la zona, rubio de unos 28 años cuerpo atlético y bien parecido, la tercera y la mas chica habitación se la alquilamos a una joven estudiante de medicina Karina, esta cursaba el cuarto año de la carrera y tenia también unos 25 años, de pelo negro lacio hasta la cintura, un cuerpo descomunal, tetas pronunciadas, cintura pequeña y un culo que daba calambre en los ojos de solo mirarlo.
Después de la mudanza la vida pasaba normal, Estela hacia las tareas del y tambien buscaba trabajo, pero no conseguía, yo encontré trabajo en una fábrica en las afueras, así que me pasaba casi todo el día fuera de casa, la paga era mucho menor que el trabajo anterior, pero para salir del paso no podía despreciar nada. Pasaron las semanas hasta que un día me llamaron de una empresa de computación donde me ofrecían un cargo más alto acorde a mis estudios, así que presente mi renuncia, y ese día salí mucho más temprano, contento no veía las horas de llegar a casa a darle la buena nueva a mi esposa, compre flores y un regalo y decidí entrar por la puerta de servicio, en silencio para sorprenderla, al entrar a mi casa saque mis zapatos para no hacer ruido y avancé silenciosamente por el pasillo, cuando sentí unos murmullos, atento seguí sigilosamente y el murmullo se transformo en jadeo, al llegar a la puerta de mi habitación quede atónito al ver semejante espectáculo sobre la cama. Estaban Gerome y José parados a un costado de la cama y mi mujer desnuda chupando sus enormes vergas, sorprendido, y sin saber qué hacer, me quedé viendo perplejo lo que ocurría, la primera reacción fueron lagrimas en mis ojos, pero después cuando pasaron los minutos regresando en mí, me di cuenta que tenía mi pija dura como piedra y la mano en ella por debajo del pantalón, lo que significaba que además de la tristeza de ver a mi esposa engañarme, y agravado por el hecho que eran dos y además hombres negros de enormes chotas, el morbo se había adueñado de mi, y tenía sensaciones encontradas, bronca y excitación a la vez, tal vez porque antes habíamos hablado del tema de traer otras personas a nuestra intimidad, lo cual era una gran fantasía que yo tenía, pero ella siempre se había negado, argumentando que con migo era suficiente.
Cuando levante la vista vi a Gerome que se acostaba en la cama y mi mujer lo montaba como posesa, se veía claramente entrar esa enorme pija en la rajita de Estela, mientras ella chupaba el falo de José, así estuvieron montando un buen rato, luego José, se puso por detrás de Estela y yo vi venir lo inevitable, agarro un poco de gel lubricante de la mesa de noche, lo unto en el ano de Estela, apunto su gran trabuco hacia su pequeño culito y lo penetro sin piedad, antes habíamos practicado el sexo anal, pero solo unas cuantas veces, y cuando lo hacíamos me costaba metérsela de un solo golpe, porque ella acusaba dolor, aunque siempre terminaba gozando, ante el primer empujón de José, Estela exclamó un grito de dolor al principio, luego él se detuvo, apenas había metido su glande, luego comenzó a bombear lentamente y a cada arremetida entraba un poco mas y mas y ella paso del dolor al placer, de esa forma estuvieron cogiendo un rato largo, los jadeos se transformaron en gritos de placer de mi esposa, gritaba y decía cosas como, cójanme, hijos de putas, métanmela hasta el fondo, quiero sentir todas esas chotas muy adentro hasta el fondo, al rato cambiaron de posición pero siempre ella penetrada por los dos lados. La cara de Estela estaba desencajada, nunca había tenido dos pijas de semejante calibre y mucho menos las dos a la vez, los orgasmos en ella se fueron dando sin cesar, uno tras otro, ella rogaba por mas gritaba - no paren hijos de puta, les voy a sacar toda la leche, háganme gozar como la puta que soy- a lo que ellos respondían - toma yegua puta, perra chupapijas, te gusta la pija negra, ahora te vas a tragar toda la leche por tus agujeros-.
De pronto le vi la cara a Gerome y me di cuenta que se correría dentro del culo de mi mujer, y así fue, mientras ella tenía su enésimo orgasmo, el empezó a bombear con más fuerza, la trataba como una muñeca de trapo, mientras José, abajo de Estela le bombeaba su vagina como si fuera una bomba hidráulica, el orgasmo de Gerome fue de campeonato, tanto así que cuando saco la verga del culo de mi mujer este quedo abierto y se le chorreaba lefa blanca a borbotones, luego le llego el turno a José, ella le dijo que adentro de su vagina no, que se lo de en la boca, entonces él se incorporo y mi mujer empezó a chupar, unos gritos de placer de José anunciaron que se venía y así salto la leche que inflo los cachetes de Estela, esta hizo lo posible para tragárselo todo, cosa que estaba acostumbrada, siempre le gustó tragarse el esperma, ella decía que era sabroso y rico en proteínas y nutrientes, pero era tanto el elixir que se le escapó por la comisura de los labios, depositando los restos en sus tetas y pansa, José repasaba los restos de leche por las tetas, los pezones y por su cara. Luego quedaron tendidos los tres en mi cama.
De pronto sentí una voz suave que venía de atrás mío, que decía - ¿te gusto el espectáculo?, Me di vuelta y me encontré a Karina, que estaba en tanga y sin corpiño, se aproximó y tomo mi chota que estaba a mil, diciéndome -sería injusto que ella goce con dos y vos te masturbes solo-, en eso sentí a Estela hablar - pueden irse que me voy a bañar, en un rato llega mi esposo y no quiero que sospeche nada-
Karina me tomo de la mano y nos dirigimos al cuarto de servicio, que en ese momento no era usado y estaba en un lugar desde donde no se escuchaba ningún ruido, entramos y Karina sin mediar palabra se agachó directamente a mi pene y comenzó a chuparlo, después de un rato ya no pensaba en mi esposa ni en lo que había pasado, luego ella se incorporo y apoyando sus manos en una mesa que había en el lugar, me dijo métemela hasta el fondo papi, la enfunde y comencé a bombearla, ella estaba a mil, sus orgasmos salían uno tras otros, unos diez minutos después se detuvo y agarro mi verga diciéndome- adentro no, estoy ovulando, este fierro caliente lo voy a enfriar con mi culito, ella misma lo apunto hasta el centro del ano, luego empujo hacia atrás mientras yo hacía lo propio en dirección contraria, entro primero la puntita, luego todo de a poco empecé a bombear con fuerza y era tal la calentura que yo tenía que me vine dentro del orto de Karina, ella exhausta se dejo caer sobre la mesa, luego se puso en cuclillas y llevando su mano abajo, y haciendo fuerza empezó a sacar la leche de su culo tomarla con su mano y llevársela a la boca para luego tragarla.
Terminamos nos arreglamos como pudimos y me retiré por donde había llegado, después de dar un par de vueltas por las calles, entre al edificio, vi a mi mujer recién bañada y fresca, me recibió con un beso cálido y apasionado, su amor por mi parecía intacto, le di la noticia y me abrazó diciéndome que yo me lo merecía que era un gran hombre y que siempre estaría a mi lado. Desde ese momento comenzó un juego de cuernos, sexo y orgias, pero eso es otra historia y van a tener que esperar hasta el próximo relato.
Hola, este es el primero de varios relatos, es una historia real que nos paso en Córdoba, Argentina.
Mi nombre es Antonio, tengo 41 años, pelo claro, de 1.80mts. de cuerpo delgado pero atlético, mi esposa Estela tiene también 41 de 1.58 mts. unas tetas sobresalientes, también delgada pero atlética, ya que le gusta ir al gym.
Esto nos paso en el 2002 vivíamos en un semipiso del centro de Córdoba, que lo había adquirido por un negocio que me salió de maravilla a un costo muy bajo, compuesto de una habitación matrimonial, 3 habitaciones mas chicas y un cuarto de servicio, además tenia 2 baños cocina comedor y dos entradas una principal que daba al hall del edificio y otra de servicio que daba al ascensor trasero. Cuento esto porque la distribución del departamento es fundamental para todos los relatos siguientes.
En ese tiempo por los problemas económicos que pasaba el gobierno me despidieron de la empresa donde trababa, así que por no tener ninguna entrada de dinero decidimos con Estela alquilar las habitaciones que no eran ocupadas. Así que pusimos el aviso en el diario y comenzaron a llegar las solicitudes, de todas decidimos alquilar la primara habitación a dos chicos cubanos de unos 27 años uno se llamaba Gerome, alto como de 1.90 mts. y el otro José de mi altura , los dos muy bien parecidos de cuerpos musculosos, estarían todo el año por un intercambio de la universidad, la segunda habitación un poco mas chica se la alquilamos a un joven contador Maximiliano, recién graduado que trabajaba en un banco privado de la zona, rubio de unos 28 años cuerpo atlético y bien parecido, la tercera y la mas chica habitación se la alquilamos a una joven estudiante de medicina Karina, esta cursaba el cuarto año de la carrera y tenia también unos 25 años, de pelo negro lacio hasta la cintura, un cuerpo descomunal, tetas pronunciadas, cintura pequeña y un culo que daba calambre en los ojos de solo mirarlo.
Después de la mudanza la vida pasaba normal, Estela hacia las tareas del y tambien buscaba trabajo, pero no conseguía, yo encontré trabajo en una fábrica en las afueras, así que me pasaba casi todo el día fuera de casa, la paga era mucho menor que el trabajo anterior, pero para salir del paso no podía despreciar nada. Pasaron las semanas hasta que un día me llamaron de una empresa de computación donde me ofrecían un cargo más alto acorde a mis estudios, así que presente mi renuncia, y ese día salí mucho más temprano, contento no veía las horas de llegar a casa a darle la buena nueva a mi esposa, compre flores y un regalo y decidí entrar por la puerta de servicio, en silencio para sorprenderla, al entrar a mi casa saque mis zapatos para no hacer ruido y avancé silenciosamente por el pasillo, cuando sentí unos murmullos, atento seguí sigilosamente y el murmullo se transformo en jadeo, al llegar a la puerta de mi habitación quede atónito al ver semejante espectáculo sobre la cama. Estaban Gerome y José parados a un costado de la cama y mi mujer desnuda chupando sus enormes vergas, sorprendido, y sin saber qué hacer, me quedé viendo perplejo lo que ocurría, la primera reacción fueron lagrimas en mis ojos, pero después cuando pasaron los minutos regresando en mí, me di cuenta que tenía mi pija dura como piedra y la mano en ella por debajo del pantalón, lo que significaba que además de la tristeza de ver a mi esposa engañarme, y agravado por el hecho que eran dos y además hombres negros de enormes chotas, el morbo se había adueñado de mi, y tenía sensaciones encontradas, bronca y excitación a la vez, tal vez porque antes habíamos hablado del tema de traer otras personas a nuestra intimidad, lo cual era una gran fantasía que yo tenía, pero ella siempre se había negado, argumentando que con migo era suficiente.
Cuando levante la vista vi a Gerome que se acostaba en la cama y mi mujer lo montaba como posesa, se veía claramente entrar esa enorme pija en la rajita de Estela, mientras ella chupaba el falo de José, así estuvieron montando un buen rato, luego José, se puso por detrás de Estela y yo vi venir lo inevitable, agarro un poco de gel lubricante de la mesa de noche, lo unto en el ano de Estela, apunto su gran trabuco hacia su pequeño culito y lo penetro sin piedad, antes habíamos practicado el sexo anal, pero solo unas cuantas veces, y cuando lo hacíamos me costaba metérsela de un solo golpe, porque ella acusaba dolor, aunque siempre terminaba gozando, ante el primer empujón de José, Estela exclamó un grito de dolor al principio, luego él se detuvo, apenas había metido su glande, luego comenzó a bombear lentamente y a cada arremetida entraba un poco mas y mas y ella paso del dolor al placer, de esa forma estuvieron cogiendo un rato largo, los jadeos se transformaron en gritos de placer de mi esposa, gritaba y decía cosas como, cójanme, hijos de putas, métanmela hasta el fondo, quiero sentir todas esas chotas muy adentro hasta el fondo, al rato cambiaron de posición pero siempre ella penetrada por los dos lados. La cara de Estela estaba desencajada, nunca había tenido dos pijas de semejante calibre y mucho menos las dos a la vez, los orgasmos en ella se fueron dando sin cesar, uno tras otro, ella rogaba por mas gritaba - no paren hijos de puta, les voy a sacar toda la leche, háganme gozar como la puta que soy- a lo que ellos respondían - toma yegua puta, perra chupapijas, te gusta la pija negra, ahora te vas a tragar toda la leche por tus agujeros-.
De pronto le vi la cara a Gerome y me di cuenta que se correría dentro del culo de mi mujer, y así fue, mientras ella tenía su enésimo orgasmo, el empezó a bombear con más fuerza, la trataba como una muñeca de trapo, mientras José, abajo de Estela le bombeaba su vagina como si fuera una bomba hidráulica, el orgasmo de Gerome fue de campeonato, tanto así que cuando saco la verga del culo de mi mujer este quedo abierto y se le chorreaba lefa blanca a borbotones, luego le llego el turno a José, ella le dijo que adentro de su vagina no, que se lo de en la boca, entonces él se incorporo y mi mujer empezó a chupar, unos gritos de placer de José anunciaron que se venía y así salto la leche que inflo los cachetes de Estela, esta hizo lo posible para tragárselo todo, cosa que estaba acostumbrada, siempre le gustó tragarse el esperma, ella decía que era sabroso y rico en proteínas y nutrientes, pero era tanto el elixir que se le escapó por la comisura de los labios, depositando los restos en sus tetas y pansa, José repasaba los restos de leche por las tetas, los pezones y por su cara. Luego quedaron tendidos los tres en mi cama.
De pronto sentí una voz suave que venía de atrás mío, que decía - ¿te gusto el espectáculo?, Me di vuelta y me encontré a Karina, que estaba en tanga y sin corpiño, se aproximó y tomo mi chota que estaba a mil, diciéndome -sería injusto que ella goce con dos y vos te masturbes solo-, en eso sentí a Estela hablar - pueden irse que me voy a bañar, en un rato llega mi esposo y no quiero que sospeche nada-
Karina me tomo de la mano y nos dirigimos al cuarto de servicio, que en ese momento no era usado y estaba en un lugar desde donde no se escuchaba ningún ruido, entramos y Karina sin mediar palabra se agachó directamente a mi pene y comenzó a chuparlo, después de un rato ya no pensaba en mi esposa ni en lo que había pasado, luego ella se incorporo y apoyando sus manos en una mesa que había en el lugar, me dijo métemela hasta el fondo papi, la enfunde y comencé a bombearla, ella estaba a mil, sus orgasmos salían uno tras otros, unos diez minutos después se detuvo y agarro mi verga diciéndome- adentro no, estoy ovulando, este fierro caliente lo voy a enfriar con mi culito, ella misma lo apunto hasta el centro del ano, luego empujo hacia atrás mientras yo hacía lo propio en dirección contraria, entro primero la puntita, luego todo de a poco empecé a bombear con fuerza y era tal la calentura que yo tenía que me vine dentro del orto de Karina, ella exhausta se dejo caer sobre la mesa, luego se puso en cuclillas y llevando su mano abajo, y haciendo fuerza empezó a sacar la leche de su culo tomarla con su mano y llevársela a la boca para luego tragarla.
Terminamos nos arreglamos como pudimos y me retiré por donde había llegado, después de dar un par de vueltas por las calles, entre al edificio, vi a mi mujer recién bañada y fresca, me recibió con un beso cálido y apasionado, su amor por mi parecía intacto, le di la noticia y me abrazó diciéndome que yo me lo merecía que era un gran hombre y que siempre estaría a mi lado. Desde ese momento comenzó un juego de cuernos, sexo y orgias, pero eso es otra historia y van a tener que esperar hasta el próximo relato.
12 comentarios - Juego de cuernos y orgias (1)
Pueden pasar y comentar las otras entregas de Juego de Orgias y Cuernos, estan ya publicadas la segunda y tercera parte. Saludos.
http://www.poringa.net/posts/relatos/2510257/Juego-de-cuernos-y-orgias-2.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2510348/Juego-de-cuernos-y-orgias-3.html
Gracias por pasar princesa.
http://www.poringa.net/posts/relatos/2512885/Juego-de-cuernos-y-orgias-5.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2511666/Juego-de-cuernos-y-orgias-4.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2510348/Juego-de-cuernos-y-orgias-3.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2510257/Juego-de-cuernos-y-orgias-2.html