You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Lunes gris explosivo...

El lunes es un día complicado en lo laboral, el trajín del fin de semana, lo pendiente de la anterior y una sumatoria de cosas que hacen que sea un día odioso.

Además de eso, llovió desde la madrugada hasta el día siguiente, desde que salí de casa me mojé por completo, pasé el día trabajando húmedo con la única idea de llegar a casa, darme una ducha, comer algo caliente y terminar el maldito lunes. Pero mis planes no iban a darse tan fácil, empezando porque me mandaron a hacer un trabajo que no me correspondía y en vez de llegar a las 19, llegué a las 23 a casa... muy fastidiado ya...

Llegué a casa sigiloso para no despertar a mi novia porque imaginé que se habría dormido cansada de la espera, así como llegué me metí en la ducha y me pegué un baño hermoso con agua caliente. Mientras me enjabonaba me iba tocando un poco la pija, haciendo un masaje que me calentaba mucho.

Sin ningún tipo de apuro me pajeaba lentamente y me calentaba más y más, mis huevos se iban llenando mientras pensaba las mil formas en que me la chupaban, las guarangadas que le haría si se despertaba. Empecé a acelerar el ritmo y a apretarme un poco más la pija, eso me calienta mucho... al rato me mandé una acabada tremenda en la bañera, la tenía muy al palo, colorada, sedienta de guerra. Me terminé de bañar y cuando miro la hora ya había pasado más de una hora, era tarde por ser lunes, así que me sequé y me dirigí a la pieza para irme a dormir.

Cuando entro a la pieza mi novia iba por el sueño mil doscientos, yacía casi desmayada y no se había percatado que yo estaba ahí. En la penumbra se vislumbraban sus hermosas tetas, su bombachita de algodón blanco me marcaba el territorio ya que estaba destapada por el calor del día... yo no había comido, así que lo primero que pensé fue: ESA CONCHA ES MÍA!!!

Me subí a la cama muy cuidadosamente, terminé de bajar la sábana que cubría sus rodillas, y de a poco abrí sus piernas lentamente, no quería despertarla... y lo logré porque ni se inmutó.

Ella estaba en su mundo, completamente... entonces yo tomé la tijerita para cortar las uñas y corté la bombachita por los costados, era zona liberada ya! Ahí pude disfrutar de verle la concha toda depiladita.

Pero no esperé mucho porque estaba re caliente, así que abrí un poco sus labios con los dedos y empecé a besar con mi lengua toda su raya, de arriba a abajo, muy despacito durante unos segundos, luego arranqué a succionar la zona de su clítoris con mi lengua y frotándolo con mis dientes! Ahí largó un gemido digno de una película porno de esas que te calienta solo la voz, bajó su mano, me tomó la cabeza con fuerza como diciendo CHUPALA TODA!

Como buen pollerudo hice caso, le abrí bien las piernas, empecé a chuparla mejor, con más intensidad, amasándole las tetas con una mano, con la otra le frotaba el clítoris y mi lengua haciendo lo mejor que sabe hacer: chupar concha!!

La temperatura subía, sus gemidos se hacían más intensos, me daba cuenta que el momento estaba por venir así que con el dedo que tenía mojado de su concha empecé a frotarle el culito, y casi pidiendo permiso se lo metí todo. Ahí se puso loca, empezó a gritar más, a putear y a moverse como un pez fuera del agua, al ratito ya estaban jugando dos deditos en el culito!

Así como si nada le saco los dedos del culo y mientras le sigo chupando la concha bien mojada me doy vuelta como para hacer el 69 pero sólo quería que me chupe un poco los huevos, y lo hizo muy bien mientras me arañaba la espalda... ya la cosa estaba a punto caramelo.

Cuando los gemidos se hicieron más y más consecutivos me volví a la posición de frente a su argolla, la tomé los dos cachetes del culo, la levanté un poco y le seguí comiendo la concha como quien se come una sandía, toda para mí!!

A los pocos segundos se empezó a estirar más y más, como quien se despereza con fuerza, mientras su concha se abría más y más, hasta que pegó un gemido del otro planeta y quedó toda dura, estirada en la cama con una pierna en cada polo...

Ahí la dí vuelta y le metí mi pija hirviendo en la concha inundada, por atrás mientras ella seguía con los gemidos, cada vez con más fuerza yo la bombeaba hasta que acabé y se sintió en nuestras ingles que el tema estaba muy caldoso.

Seguimos conversando un rato en la cama, me pegué otra ducha para bajarme la calentura y nos fuimos a dormir bien relajados. Qué rica concha me comí, mejor que cualquier asado!

Espero les guste mi primer relato, es algo real y espero seguir compartiendo más si así lo desean!

0 comentarios - Lunes gris explosivo...