Como ya os conté en mi anterior post después del encuentro con mi tía me fui a mi casa sin hablar de lo que acababa de pasar. Mi cabeza estaba hecha un lío. Había sido algo genial después de soñarlo tanto tiempo pero, por otra parte, me sentía culpable y un poco avergonzado y tampoco sabía lo que estaría pasando en ese momento por la cabeza de mi tía.
Los 2 días siguientes no aparecí por casa de mis tíos. Al final del 2º día me llamó por teléfono mi tío. Me puse de los nervios, estuve a punto de no contestar pero al final lo hice. Estaba claro que no sabía nada. Me llamaba para saber por qué no había ido a comer y si estaba todo bien. Le dije que había tenido mucho trabajo y que había comido algo por ahí y luego directo a casa a descansar. Me respondió que recordara que podía ir a comer cuando quisiera. Le dije que de acuerdo, que ya me pasaría, pero en el fondo no pensaba hacerlo, hasta que una hora después recibí un mensaje de mi tía. Solo decía “ven a comer mañana”.
Ese mensaje solo me hizo ponerme más nervioso. ¿Querría hablar? Sin duda. ¿Se arrepentiría? ¿Sería mejor olvidar lo que pasó? Seguramente. ¿Querría repetirlo? Ojala. Ni que decir tiene como pasé esa noche y la mañana siguiente en el trabajo.
Cuando toqué el timbre de la casa de mi tía el corazón se me salía por la boca. Cuando abrió la puerta estaba preciosa pero seria. Con un chándal gris (va por las mañanas a aerobic). Pasamos al salón y nos sentamos en el mismo sofá que 2 días atrás fue testigo de nuestro primer encuentro.
Me habló del problema de mi tío y como al principio él intentaba complacerla de otras formas, pero que ella se daba cuenta de lo frustrante que era para él, por lo que dejó de pedírselo y con el tiempo dejaron de hacer nada. Ella lo quería y no quería hacerle daño, pero también sentía necesidades, a pesar de las cuales nunca le había sido infiel a mi tío hasta ese día. En este punto de la conversación yo ya pensaba que lo que iba a decir es que había que olvidar y ocultar lo que había pasado. Pero no. Dijo que lo del otro día había sido estupendo y no se arrepentía, pero que no sentía ningún interés romántico por mi ni que tenía planeado lo que pasó, que fue espontaneo aunque reconoció que se había fijado alguna vez en mi como hombre y quería que hiciéramos el amor, sin ningún compromiso y que prefería que fuera conmigo que con un extraño. Yo no había hablado hasta ese momento. Le conté un poco la atracción que sentía por ella desde hacía años y cosas como las que os escribí en mi post anterior y por primera vez en la tarde ella sonrió.
Se puso de pie, me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Hizo que me sentara en la cama. Se abrió la cremallera de la chaqueta y vi sus pechos, no llevaba sujetador. Se quitó el pantalón y se quedó totalmente desnuda. Estaba impresionante, como la vez anterior, con la diferencia de que se había rasurado el coño. No pude resistirme a esa visión y la tumbé en la cama y metí mi cabeza una vez más entre sus piernas. Su coño recién rasurado estaba suave, hinchado, caliente y mojado. Yo estaba como loco. Estuvimos besándonos, acariciándonos, explorando nuestros cuerpos pero yo evitaba penetrarla. Puede parecer una tontería pero en mi cabeza era como si todo aquello fuera menos grave si no cruzábamos esa línea. Ya nos habíamos corrido los dos pero seguíamos besándonos y tocándonos como adolescentes cuando ella dijo: “quiero que te corras dentro de mi, quiero sentir una polla dentro otra vez”. Pensaba que no podía estar más excitado pero oírla decir eso me encendió aun más. Yo sabía que mi tía estaba operada de trompas porque tuvo problemas en el parto de mi prima al igual que mi madre con mi hermana así que no podía quedarse embarazada.
Mi tía no esperó a que me decidiera, se giró y se puso sobre mi en cuclillas, buscó con su mano mi pene y lo guió hacia su coño. Lentamente fue descendiendo hasta que entró completamente y se sentó sobre él. La imagen de mi tía sobre mi, desnuda, excitada, caliente, cabalgándome, su cara sofocada, su pelo alborotado, sentir que estaba dentro de ella, mojada, todo me excitaba cada vez. Quería tocarla, mis manos iban a sus pechos, a sus tetas, a sus piernas, a su cintura. A ratos me incorporaba para besarla, o lamer sus pechos. Otros era ella la que se agachaba sobre mi y me sujetaba los brazos por las muñecas contra el colchón, entonces se movía y no me dejaba tocarla y ponía su cara muy cerca de la mía mirándome a los ojos sintiendo su aliento en mi cara. En una de esas sentí que me corría, levanté la cadera intentando entrar aun más dentro del coño de mi tía, levantándola en el aire sobre mi, ella me soltó y yo llevé las manos a su cintura para correrme bien dentro de ella, ella se llevó la mano a su coño frotando su clítoris sobre mi polla, en ese momento solté toda mi leche dentro de ella. Ella se echó hacia atrás, su mano moviéndose muy rápido, sentí como se estremecía y finalmente caía sobre mi exhausta.
Esos minutos posteriores, ella sentada sobre mi, yo todavía dentro de ella, ella apoyada en mi pecho su cuerpo desnudo y caliente, su cabeza apoyada junto a la mía, sintiendo su respiración acelerada aun, era lo más parecido a haber muerto y haber subido al cielo.
Esa fue la segunda vez que estuve con mi tía. O la primera según como queráis interpretarlo. Pero esas 2 últimas semanas del verano de 2013 dieron para mucho más. No habría posts suficientes para contarlas. Nos encontrábamos a diario, en su casa, a veces en la mía, aprovechando las ausencias de mi tío o ella cualquier excusa para salir de casa e ir a la mía. En la ducha. En la bañera. En el sofá…
Realicé todas mis fantasías pendientes con ella y ella algunas insatisfechas. Fui el primer hombre que le folló el culo. La primera vez en mi casa. En mi cama. A petición de ella. Nunca se lo había permitido a mi tío. Fue genial desvirgar su culo redondo, firme y perfecto. La primera vez costó un poco, era muy estrecho pero la visión de mi tía a 4 patas ofreciéndome su culo me tenía la polla tan dura que habría sido capaz de abrirme paso en el agujero de una aguja. Costó un poco. Le dolía pero me pedía que siguiese. Yo intenté ser todo lo delicado que podía en ese estado de excitación y al final llegué hasta el fondo. Y allí me corrí una primera vez de otras muchas en los días siguientes que la volví a dar por culo ya con menos dificultades pero siempre igual de placentero.
La cubrí de semen por dentro y por fuera esos días que no se como no acabé deshidratado. Dentro de su coño. Dentro de su culo. En sus tetas, ella extendiéndolo con sus manos. En su cara. En su boca, corriéndome dentro sin sacarla como aquella primera vez, o ella con la boca abierta mientras me corría. Incluso al final me dejó sacar fotos de todo ello e incluso grabar algunos pequeños videos que guardo como un tesoro.
El verano terminó. Mis padres volvieron. Y yo volví a mi rutina. Yo desde entonces apenas he visto a mi tía pues tenemos vidas separadas. Algún evento familiar, fiestas y poco más. En esas ocasiones alguna mirada furtiva y alguna sonrisa cómplice y en navidad un pequeño video a mi teléfono móvil que me mandó masturbándose en el mismo sofá donde lo hicimos la primera vez.
Ahora se acerca la Semana Santa. Mis padres se irán. Yo una vez más me quedaré solo en casa. Espero que mi tía se ofrezca a darme de comer también en esta ocasión.
Los 2 días siguientes no aparecí por casa de mis tíos. Al final del 2º día me llamó por teléfono mi tío. Me puse de los nervios, estuve a punto de no contestar pero al final lo hice. Estaba claro que no sabía nada. Me llamaba para saber por qué no había ido a comer y si estaba todo bien. Le dije que había tenido mucho trabajo y que había comido algo por ahí y luego directo a casa a descansar. Me respondió que recordara que podía ir a comer cuando quisiera. Le dije que de acuerdo, que ya me pasaría, pero en el fondo no pensaba hacerlo, hasta que una hora después recibí un mensaje de mi tía. Solo decía “ven a comer mañana”.
Ese mensaje solo me hizo ponerme más nervioso. ¿Querría hablar? Sin duda. ¿Se arrepentiría? ¿Sería mejor olvidar lo que pasó? Seguramente. ¿Querría repetirlo? Ojala. Ni que decir tiene como pasé esa noche y la mañana siguiente en el trabajo.
Cuando toqué el timbre de la casa de mi tía el corazón se me salía por la boca. Cuando abrió la puerta estaba preciosa pero seria. Con un chándal gris (va por las mañanas a aerobic). Pasamos al salón y nos sentamos en el mismo sofá que 2 días atrás fue testigo de nuestro primer encuentro.
Me habló del problema de mi tío y como al principio él intentaba complacerla de otras formas, pero que ella se daba cuenta de lo frustrante que era para él, por lo que dejó de pedírselo y con el tiempo dejaron de hacer nada. Ella lo quería y no quería hacerle daño, pero también sentía necesidades, a pesar de las cuales nunca le había sido infiel a mi tío hasta ese día. En este punto de la conversación yo ya pensaba que lo que iba a decir es que había que olvidar y ocultar lo que había pasado. Pero no. Dijo que lo del otro día había sido estupendo y no se arrepentía, pero que no sentía ningún interés romántico por mi ni que tenía planeado lo que pasó, que fue espontaneo aunque reconoció que se había fijado alguna vez en mi como hombre y quería que hiciéramos el amor, sin ningún compromiso y que prefería que fuera conmigo que con un extraño. Yo no había hablado hasta ese momento. Le conté un poco la atracción que sentía por ella desde hacía años y cosas como las que os escribí en mi post anterior y por primera vez en la tarde ella sonrió.
Se puso de pie, me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Hizo que me sentara en la cama. Se abrió la cremallera de la chaqueta y vi sus pechos, no llevaba sujetador. Se quitó el pantalón y se quedó totalmente desnuda. Estaba impresionante, como la vez anterior, con la diferencia de que se había rasurado el coño. No pude resistirme a esa visión y la tumbé en la cama y metí mi cabeza una vez más entre sus piernas. Su coño recién rasurado estaba suave, hinchado, caliente y mojado. Yo estaba como loco. Estuvimos besándonos, acariciándonos, explorando nuestros cuerpos pero yo evitaba penetrarla. Puede parecer una tontería pero en mi cabeza era como si todo aquello fuera menos grave si no cruzábamos esa línea. Ya nos habíamos corrido los dos pero seguíamos besándonos y tocándonos como adolescentes cuando ella dijo: “quiero que te corras dentro de mi, quiero sentir una polla dentro otra vez”. Pensaba que no podía estar más excitado pero oírla decir eso me encendió aun más. Yo sabía que mi tía estaba operada de trompas porque tuvo problemas en el parto de mi prima al igual que mi madre con mi hermana así que no podía quedarse embarazada.
Mi tía no esperó a que me decidiera, se giró y se puso sobre mi en cuclillas, buscó con su mano mi pene y lo guió hacia su coño. Lentamente fue descendiendo hasta que entró completamente y se sentó sobre él. La imagen de mi tía sobre mi, desnuda, excitada, caliente, cabalgándome, su cara sofocada, su pelo alborotado, sentir que estaba dentro de ella, mojada, todo me excitaba cada vez. Quería tocarla, mis manos iban a sus pechos, a sus tetas, a sus piernas, a su cintura. A ratos me incorporaba para besarla, o lamer sus pechos. Otros era ella la que se agachaba sobre mi y me sujetaba los brazos por las muñecas contra el colchón, entonces se movía y no me dejaba tocarla y ponía su cara muy cerca de la mía mirándome a los ojos sintiendo su aliento en mi cara. En una de esas sentí que me corría, levanté la cadera intentando entrar aun más dentro del coño de mi tía, levantándola en el aire sobre mi, ella me soltó y yo llevé las manos a su cintura para correrme bien dentro de ella, ella se llevó la mano a su coño frotando su clítoris sobre mi polla, en ese momento solté toda mi leche dentro de ella. Ella se echó hacia atrás, su mano moviéndose muy rápido, sentí como se estremecía y finalmente caía sobre mi exhausta.
Esos minutos posteriores, ella sentada sobre mi, yo todavía dentro de ella, ella apoyada en mi pecho su cuerpo desnudo y caliente, su cabeza apoyada junto a la mía, sintiendo su respiración acelerada aun, era lo más parecido a haber muerto y haber subido al cielo.
Esa fue la segunda vez que estuve con mi tía. O la primera según como queráis interpretarlo. Pero esas 2 últimas semanas del verano de 2013 dieron para mucho más. No habría posts suficientes para contarlas. Nos encontrábamos a diario, en su casa, a veces en la mía, aprovechando las ausencias de mi tío o ella cualquier excusa para salir de casa e ir a la mía. En la ducha. En la bañera. En el sofá…
Realicé todas mis fantasías pendientes con ella y ella algunas insatisfechas. Fui el primer hombre que le folló el culo. La primera vez en mi casa. En mi cama. A petición de ella. Nunca se lo había permitido a mi tío. Fue genial desvirgar su culo redondo, firme y perfecto. La primera vez costó un poco, era muy estrecho pero la visión de mi tía a 4 patas ofreciéndome su culo me tenía la polla tan dura que habría sido capaz de abrirme paso en el agujero de una aguja. Costó un poco. Le dolía pero me pedía que siguiese. Yo intenté ser todo lo delicado que podía en ese estado de excitación y al final llegué hasta el fondo. Y allí me corrí una primera vez de otras muchas en los días siguientes que la volví a dar por culo ya con menos dificultades pero siempre igual de placentero.
La cubrí de semen por dentro y por fuera esos días que no se como no acabé deshidratado. Dentro de su coño. Dentro de su culo. En sus tetas, ella extendiéndolo con sus manos. En su cara. En su boca, corriéndome dentro sin sacarla como aquella primera vez, o ella con la boca abierta mientras me corría. Incluso al final me dejó sacar fotos de todo ello e incluso grabar algunos pequeños videos que guardo como un tesoro.
El verano terminó. Mis padres volvieron. Y yo volví a mi rutina. Yo desde entonces apenas he visto a mi tía pues tenemos vidas separadas. Algún evento familiar, fiestas y poco más. En esas ocasiones alguna mirada furtiva y alguna sonrisa cómplice y en navidad un pequeño video a mi teléfono móvil que me mandó masturbándose en el mismo sofá donde lo hicimos la primera vez.
Ahora se acerca la Semana Santa. Mis padres se irán. Yo una vez más me quedaré solo en casa. Espero que mi tía se ofrezca a darme de comer también en esta ocasión.
2 comentarios - Con mi tía despues de tanto tiempo (parte 2)