rodrigo 13/64 (los otros entre el 6 y el 12)
Se que ando desaparecida, pero sólo dire en mi defensa que los ascensos en el trabajo nunca vienen acompañados de tranquilidad.
Asi que bueno… la ultima vez les conte de mi aventura N° 6
Asi que las siguientes cinco fueron la verdad nada memorable los clásicos chicos de bas/boliche de una sola noche al que se les da un numero que no es el verdadero y después si te he visto no me acuerdo. Sólo dire que a uno lo concí en Vistoria, un bar pool de Varela, a dos en el Bosque y los restante en Buro (vale la aclaracion que uno por noche).
El numero 12 Fue mi compañero de oficina (si, si al fin.. pero como toda esa historia es muy retorcida, estoy tratando de acomodarla en lo narrativo… sólo les adelanto que fue para el olvido)
El numero 13 se llama Rodrigo y es la historia que les voy a contar
El numero 14 es un ex alumno
El numero 15 es otro ex alumno de la misma comicion (si mis laburos me dan tiempo en breve las subo)
Vamos con Rodrigo
Iba a trabajar una mañana temprano y se me estallo (literalmente) una cubierta del auto, cuando atropelle un vidrio. Llegue a duras penas a una estacion de servcio para cambiar la rueda y descubro que en el baul no estaba el auxilio. Con ganas de cometer homicidio calificado, agrabado por el vinculo, en estado de emoción violenta. Le pregunte al playero donde podia llevar a parchar la rueda. Me miro a mi primero. Después a la rueda. Volvio a mirarme y me dijo:
- la más cercana abierta a esta hora esta en Monserrat y Godoy cruz.
Como conozco las calles lo mire y suspire, a lo que él agrego.
- Con la rueda asi no vas a llegar. Te conviene dejar el auto aca. Y llevar la rueda caminando. Lo mire, y tuve que reconocer que tenia razon. Asi que saque la rueda, cerre el auto y empece a caminar.
Llegue a la gomeria y me atendió un chico de mi edad con una hermosa sonrisa. Que me dijo que esperara un poquito que terminaba con la rueda que estaba armando.
Yo estaba exausta y con las manos adoloridas. Deje la rueda en el piso, y busque en mi bolso algo con que limpiarme las manos. Lo unico liquido que tenia era perfume. Asi que me rocie las manos y el dolor fue inconmensurable. Me ardia tanto, que unas lagrimas (parte dolor, parte bronca) britaron de mis ojos. Note que Rodrigo me miraba, al igual que el hombre que esperaba su rueda. Busque un pañuelo y me seque los ojos. Di un paso hacia el gomero y le pregunte si tenia un poco de agua para lavarme las manos.
Me estudio un segundo y me dijo.
-ahí tenes una canilla. No te apoyes en la pileta que esta llena de grasa y te vas a arruinar la ropa.
Asenti y me fui a lavar las manos.
Me las lave y vi dos tajos en el pulgar y varios pequeños cortes en el indice y el anular.
Sali y buscando de nuevo en mi bolso volvi a hecharme perfume, para desinfectarme las heridas. Esta vez sin llorar.
El chico de la gomeria. Me miraba sin disimulo. Empezo a darme charla, y yo le segui la conversación. Hablamos todo el tiempo que tardo en arreglarme la maldita rueda. Entre la charla me preguntó donde tenia el auto. Y le conte mi caminata.
Cuando terminó subio a su casa y al bajar me dijo que me acercara a su auto gris. Le dije que no hacia falta y él inistió. Acepté.
En la conversación le conte que habia llorado por el alcohol en las lastimaduras y el asintió en el auto el buen clima que teniamos en la gomeria pareció transformase en un aire denso.
Llegamos a donde estaba mi auto. Y él antes que yo termine de meter mi bolso en el auto ya estaba colocando la rueda.
Le extendi 50 pesos, para pagarle y se nego a aceptarlos, argumentando que no tenia cambio. (veamos no se mucho cuanto esta un parche de auto. Pero si tuvo que armar y desarmar mi rueda dos veces, y encima me llevo y me volvio a colocar la rueda, 50 mangos no es como para que me de mucho vuelto).
Le pregute cuanto le tenia que pagar y me dijo que 15 pesos. Lo mire y le dije:
-no tengo mucha idea pero al que estaba en la gomeria solo le parchaste la rueda y le cobraste 25. supongo que con todo lo que me ayudaste tiene que ser un 15 es un chiste.
Me volvio a estudiar. Yo reconoci esa mirada lobuna tipica del que tiene otra intencion, pero el la disfrazo con una sonrisa y me contesto.
-bueno la proxima vez que andes por alla, comprame facturas y listo. Se subio al auto y se fue.
Subi al auto. Me fui a la oficina.
Al otro dia, tenia que pasar por cerca de la gomeria. Asi que compre facturas y se las lleve. Cuando llegue él no estaba. Asi que se las deje con una nota de agradeciemiento, los 50 mangos y una tarjeta de mi trabajo.
A media mañana me llamo. Estaba muy divertido por haberle dejado el dinero y las facturas. Me invito un café y acepte.
Nos juntamos en una estación de servicio de la av Dardo Rocha (medio camino de mi trabajo y su gomeria) conversamos un rato. Y cuando salimos el noto que yo estab sin el auto. Se ofrecio a llevarme. En un semaforo me miro fijo y en un arrebato de locura le di un beso.
Se sorprendió. Salio de la av. 21 a una lateral estacionó y sin mas me comio la boca.
Los besos dieron paso a las caricias bajo la ropa. Sus manos eran callosas y frias y al tocar mis pechos sobre el encaje del corpiño hizo que mis pesones de estremecieran poniéndose rigidos. Claro! El confunfio escalofrios con exitacion ( bueno, estaba bastante kenchy) Y me invito a un telo. Yo que habia mentido una diligencia para escaprme de la oficina, Estaba corta de tiempo, Asi que le propuse dejarlo para otro dia.
Supongo que intuyo que si no aprovechaba el momento no me iba a volver a ver, por lo que Me invito a desayunar a su casa el Sábado. Lo pense mientras seguiamos besando. Sus labios eran suaves y tenian sabor a cafe y menta. Internamente tenia la batalla de siempre mi sentido comun que me dice que es mala idea. Que debo ser fiel, y la loca del pizarron, que me dice que mande todo al carajo, que lo unico bueno de la vida son las aventuras. Gano la loca del pizarron asi que acepte.
Como se imaginaran el sabado lo que menos hicimos fue desayunar.
Apenas llegue, me recibió con un beso en los labios, como si fuéramos novios de toda la vida. Me apoyo contra una pared con mas brusquedad de la que el queria, porque me pidió disculpas en verdad apenado. Volvió a besarme y empezó a manosearme. Me deje hacer.
Apenas movia las manos. Rodrigo era demasiado intenso y no me lo esperaba.
Empezo a quirme el saco de lana gris y luego siguio con la camista. Se detuvo a contemplar mis pechos cubiertos del encaje negro del sutien y suspiro.
Me mordisquio los pechos sobre el encaje, rodeo mis oesones con la lengua mientras me desprendia el corpiño. Me mordio y chupo fuerte ( tanto que me dejo una marca).
En pocos minutos mi ropa se habia amontonado en el piso, yo comence a quitarle la camiseta, y me encontre con un torso marcado ( que la verdad no me esperaba) quitarle los pantalones fue muy fa que tenia joggins. Me guio hasta un sillon, me hizo arrodillar apoyando mis manos contra el respando y mientras me besaba la espalda, se puso un preservativo y me penetro. Fue intenso. Sus manos acariciaban mi clitoris, mis menos de repente parecía que tenia mas de dos manos. Me mordisqueba la nuca la espalda.
Me llevo al limete un par de veces, pero no me dejaba acabar.
Hasta que me dijo al oido que esta listo para terminar. Me acaricio ritmicamete mientras se movia en mi interior y acabamos casi juntos.
Si increíblemente Rodrigo resultó ser un capo en la cama. Y para ser honesta. Con él repeti al Sábado siguiente, con menos apuro, el sexo oral y anal me encanto.tanto que aunque no sume a este proyecto, voy a seguir repitiendo hasta que uno de nosotros se aburra.
Se que ando desaparecida, pero sólo dire en mi defensa que los ascensos en el trabajo nunca vienen acompañados de tranquilidad.
Asi que bueno… la ultima vez les conte de mi aventura N° 6
Asi que las siguientes cinco fueron la verdad nada memorable los clásicos chicos de bas/boliche de una sola noche al que se les da un numero que no es el verdadero y después si te he visto no me acuerdo. Sólo dire que a uno lo concí en Vistoria, un bar pool de Varela, a dos en el Bosque y los restante en Buro (vale la aclaracion que uno por noche).
El numero 12 Fue mi compañero de oficina (si, si al fin.. pero como toda esa historia es muy retorcida, estoy tratando de acomodarla en lo narrativo… sólo les adelanto que fue para el olvido)
El numero 13 se llama Rodrigo y es la historia que les voy a contar
El numero 14 es un ex alumno
El numero 15 es otro ex alumno de la misma comicion (si mis laburos me dan tiempo en breve las subo)
Vamos con Rodrigo
Iba a trabajar una mañana temprano y se me estallo (literalmente) una cubierta del auto, cuando atropelle un vidrio. Llegue a duras penas a una estacion de servcio para cambiar la rueda y descubro que en el baul no estaba el auxilio. Con ganas de cometer homicidio calificado, agrabado por el vinculo, en estado de emoción violenta. Le pregunte al playero donde podia llevar a parchar la rueda. Me miro a mi primero. Después a la rueda. Volvio a mirarme y me dijo:
- la más cercana abierta a esta hora esta en Monserrat y Godoy cruz.
Como conozco las calles lo mire y suspire, a lo que él agrego.
- Con la rueda asi no vas a llegar. Te conviene dejar el auto aca. Y llevar la rueda caminando. Lo mire, y tuve que reconocer que tenia razon. Asi que saque la rueda, cerre el auto y empece a caminar.
Llegue a la gomeria y me atendió un chico de mi edad con una hermosa sonrisa. Que me dijo que esperara un poquito que terminaba con la rueda que estaba armando.
Yo estaba exausta y con las manos adoloridas. Deje la rueda en el piso, y busque en mi bolso algo con que limpiarme las manos. Lo unico liquido que tenia era perfume. Asi que me rocie las manos y el dolor fue inconmensurable. Me ardia tanto, que unas lagrimas (parte dolor, parte bronca) britaron de mis ojos. Note que Rodrigo me miraba, al igual que el hombre que esperaba su rueda. Busque un pañuelo y me seque los ojos. Di un paso hacia el gomero y le pregunte si tenia un poco de agua para lavarme las manos.
Me estudio un segundo y me dijo.
-ahí tenes una canilla. No te apoyes en la pileta que esta llena de grasa y te vas a arruinar la ropa.
Asenti y me fui a lavar las manos.
Me las lave y vi dos tajos en el pulgar y varios pequeños cortes en el indice y el anular.
Sali y buscando de nuevo en mi bolso volvi a hecharme perfume, para desinfectarme las heridas. Esta vez sin llorar.
El chico de la gomeria. Me miraba sin disimulo. Empezo a darme charla, y yo le segui la conversación. Hablamos todo el tiempo que tardo en arreglarme la maldita rueda. Entre la charla me preguntó donde tenia el auto. Y le conte mi caminata.
Cuando terminó subio a su casa y al bajar me dijo que me acercara a su auto gris. Le dije que no hacia falta y él inistió. Acepté.
En la conversación le conte que habia llorado por el alcohol en las lastimaduras y el asintió en el auto el buen clima que teniamos en la gomeria pareció transformase en un aire denso.
Llegamos a donde estaba mi auto. Y él antes que yo termine de meter mi bolso en el auto ya estaba colocando la rueda.
Le extendi 50 pesos, para pagarle y se nego a aceptarlos, argumentando que no tenia cambio. (veamos no se mucho cuanto esta un parche de auto. Pero si tuvo que armar y desarmar mi rueda dos veces, y encima me llevo y me volvio a colocar la rueda, 50 mangos no es como para que me de mucho vuelto).
Le pregute cuanto le tenia que pagar y me dijo que 15 pesos. Lo mire y le dije:
-no tengo mucha idea pero al que estaba en la gomeria solo le parchaste la rueda y le cobraste 25. supongo que con todo lo que me ayudaste tiene que ser un 15 es un chiste.
Me volvio a estudiar. Yo reconoci esa mirada lobuna tipica del que tiene otra intencion, pero el la disfrazo con una sonrisa y me contesto.
-bueno la proxima vez que andes por alla, comprame facturas y listo. Se subio al auto y se fue.
Subi al auto. Me fui a la oficina.
Al otro dia, tenia que pasar por cerca de la gomeria. Asi que compre facturas y se las lleve. Cuando llegue él no estaba. Asi que se las deje con una nota de agradeciemiento, los 50 mangos y una tarjeta de mi trabajo.
A media mañana me llamo. Estaba muy divertido por haberle dejado el dinero y las facturas. Me invito un café y acepte.
Nos juntamos en una estación de servicio de la av Dardo Rocha (medio camino de mi trabajo y su gomeria) conversamos un rato. Y cuando salimos el noto que yo estab sin el auto. Se ofrecio a llevarme. En un semaforo me miro fijo y en un arrebato de locura le di un beso.
Se sorprendió. Salio de la av. 21 a una lateral estacionó y sin mas me comio la boca.
Los besos dieron paso a las caricias bajo la ropa. Sus manos eran callosas y frias y al tocar mis pechos sobre el encaje del corpiño hizo que mis pesones de estremecieran poniéndose rigidos. Claro! El confunfio escalofrios con exitacion ( bueno, estaba bastante kenchy) Y me invito a un telo. Yo que habia mentido una diligencia para escaprme de la oficina, Estaba corta de tiempo, Asi que le propuse dejarlo para otro dia.
Supongo que intuyo que si no aprovechaba el momento no me iba a volver a ver, por lo que Me invito a desayunar a su casa el Sábado. Lo pense mientras seguiamos besando. Sus labios eran suaves y tenian sabor a cafe y menta. Internamente tenia la batalla de siempre mi sentido comun que me dice que es mala idea. Que debo ser fiel, y la loca del pizarron, que me dice que mande todo al carajo, que lo unico bueno de la vida son las aventuras. Gano la loca del pizarron asi que acepte.
Como se imaginaran el sabado lo que menos hicimos fue desayunar.
Apenas llegue, me recibió con un beso en los labios, como si fuéramos novios de toda la vida. Me apoyo contra una pared con mas brusquedad de la que el queria, porque me pidió disculpas en verdad apenado. Volvió a besarme y empezó a manosearme. Me deje hacer.
Apenas movia las manos. Rodrigo era demasiado intenso y no me lo esperaba.
Empezo a quirme el saco de lana gris y luego siguio con la camista. Se detuvo a contemplar mis pechos cubiertos del encaje negro del sutien y suspiro.
Me mordisquio los pechos sobre el encaje, rodeo mis oesones con la lengua mientras me desprendia el corpiño. Me mordio y chupo fuerte ( tanto que me dejo una marca).
En pocos minutos mi ropa se habia amontonado en el piso, yo comence a quitarle la camiseta, y me encontre con un torso marcado ( que la verdad no me esperaba) quitarle los pantalones fue muy fa que tenia joggins. Me guio hasta un sillon, me hizo arrodillar apoyando mis manos contra el respando y mientras me besaba la espalda, se puso un preservativo y me penetro. Fue intenso. Sus manos acariciaban mi clitoris, mis menos de repente parecía que tenia mas de dos manos. Me mordisqueba la nuca la espalda.
Me llevo al limete un par de veces, pero no me dejaba acabar.
Hasta que me dijo al oido que esta listo para terminar. Me acaricio ritmicamete mientras se movia en mi interior y acabamos casi juntos.
Si increíblemente Rodrigo resultó ser un capo en la cama. Y para ser honesta. Con él repeti al Sábado siguiente, con menos apuro, el sexo oral y anal me encanto.tanto que aunque no sume a este proyecto, voy a seguir repitiendo hasta que uno de nosotros se aburra.
5 comentarios - rodrigo el numero 13 (resubido, no se que paso)