El día continuaba y ella seguía con las hormonas revolucionadas.
Estaba particular.
Persistía el sabor de su piel y la excitación en su boca desde temprano en la mañana.
Ese encuentro fugaz en el baño.
Inevitable.
El sabor de su descarga había servido únicamente para abrir más su apetito por ese hombre.
Tenía ganas de acorralarlo y cogerlo. Si idas ni vueltas. Sin previas. Solo cogerlo.
Es su objeto de deseo. Su cuerpo es una escultura. Digno de un infarto. Alto. Morocho. La naturaleza lo ha dotado con algo más que lo de un simple mortal, un Adonis.
Para deleite de sus ojos. Lo veía todos los días en la oficina y ella ya contaba entre sus tantas medallas de guerra con la distinción de haberlo tenido entre sus piernas más de una vez.
Jugaban un juego. Ese que nadie sabía. Miradas cómplices. Reportes fuera de hora. Reuniones. Siempre era buena la excusa para encerrarse en la oficina y que mundo se derrumbe tras la puerta.
Ese día, y ya sabiendo lo que quería, se puso su mejor pollera. Sus tacones stilettos. Una camisa blanca cerrada hasta las comisuras de sus tetas. Medias con liga era lo que encontró junto a su tanguita trasparente. Esa que lo vuelve loco.
Sabe que quiere guerra y se lo va a hacer saber.
Él llegó tarde y cuando la vio hizo una mueca. Ambos conocían esa mueca.
No falto mucho para que la llamara para ver tema de una reunión con unos clientes.
Cerró la puerta tras ella. Con llave. Es la manera que nadie entre de improvisto.
Paso detrás de ella. Susurrándole que hoy estaba muy linda. Ella se mordió el labio, como sabe que lo vuelve loco y lo miro con carita de nena buena, esa que él, no sabe resistir.
Intento besarla y ella lo aparto.
No quería besarlo. Era necesario no hacerlo.
Así que lo hizo sentar en su sillón de jefe y ella se sentó en el escritorio. Paso una pierna a un lado y al otro de él. La pollera muestra que las medias son sus favoritas como la tanguita que llevaba puesta.
Él se recostó en la silla, puso su mano en la boca y sonrió. Disfrutaba de la escena. Esa sonrisa... desarma a cualquier mortal...
Ella recorrió sus piernas desde las rodillas con las manos hasta subir esa pollera mostrándole bien la escena que quería que viera. Sus manos acariciaban la zona por arriba de la ropa. Mostraban la humedad. Jugaba con sus dedos por los costados de la tanga. Cada vez más caliente.
Es cuando una de sus manos llega a la boca de él y le hace probar ese néctar. El devora esos dedos con desesperación. A ella se divierte al verle. Le gusta disfrutarlo.
La otra mano no deja de moverse en su perdición. Humedece la zona, recorre, mete los dedos mientras que su hombre no para de observar la acción que sus manos crean.
Ya desesperado por tocarla la toma de la cintura y en un solo movimiento la da vuelta sobre el escritorio.
Ella boca abajo sonríe de la locura, levanta la colita declarando la guerra explícitamente .
Él mientras, saca la tanguita que ya es parte de sus rodillas, clava la yema de sus dedos en sus glúteos y se hunde a besar cada parte húmeda de su putita.
Despedaza cada cm de su ser... Su lengua juega con lujuria. La devora con obscenidad.
Ella ya no puede mantenerse coherente ante tal invasión.
Gime, como solo él puede lograr que gima. La lengua va abriendo paso en su colita que lejos de resistirse, se abre a él, preparándose para un castigo celestial y está a punto de tocar las nubes del paraíso.
Él se aparta, se reincorpora. Ella escucha el sonido inconfundible de su cierre bajando, que cae al vacío dejando descubierta su pija dura. Hinchada en una erección esplendorosa. Con la punta brillante debido a las primeras gotas del rocío de placer.
La ubica en las puertas de su cola que lubricada y hambrienta espera por él. Se apuntala sobre ella estirando al límite el desgarro de su cordura...
No hay vuelta atrás... No hay vueltas...
Ella nota que su travesura funciono a la perfección. Tal como lo había planeado.
Las embestidas son bestiales. Tal como su hombre. No tiene piedad y cada centímetro de carne va desgarrándola. Abriéndola a su gusto, penetrándola hasta los confines de la sanidad. Los niveles de excitación son insospechados. Con una mano firme en sus caderas y la otra masajeándola en su perdición.
Es imposible combatir tal batalla y ganarla. Así que solo decide disfrutarlo. Cada embestida es más profunda y ya no puede mantenerse en pie.
Él toma el control. Con una mano aferrando con firmeza su pelo tira de su cabeza hacia atrás logrando que ella arquee su espalda y forzándola a recibirlo entero dentro suyo. Lo siente entrando y saliendo brutalmente.
El salvajismo de su hombre hunde más y más en una dimensión de placer y lujuria donde no es posible la distinción entre uno u otro.
Solo es ella, entera y devota de ese hombre y su cuerpo que le exprime hasta la última gota de placer. Se siente violada por esa fiera hambrienta y es eso lo único que pide: Ser su hembra en celo.
Sus piernas se pierden, sus rodillas no responden. Es la fuerza bruta de ese hombre y el bombear de su hombría lo que la mantienen de pie.
El zumbido en sus oídos se hace más fuerte, le tiemblan las piernas, los brazos, se acalambran sus abdominales, le tiemblan los sentidos...
No para! Aumenta su ritmo. Su salvajismo. Ella recibe.. solo recibe... Se ahoga en gemidos de placer y clemencia. Explota en un orgasmo de destellos y gritos salvajes. Las palpitaciones se hacen mas fuertes, aprietan y relajan la pija como queriendo ordeñarlo.
Solo aguanta unas cuantas embestidas más antes de explotar inevitablemente dentro de ella... se aflojan mis brazos, se afloja la presión de su cuerpo. Cae sobre ella
Siente como la descarga es descomunal. Realmente hizo bien su trabajo. Se siente satisfecha...
Ha cumplido con la diablura de hoy... mañana? mañana sera una nueva...
Estaba particular.
Persistía el sabor de su piel y la excitación en su boca desde temprano en la mañana.
Ese encuentro fugaz en el baño.
Inevitable.
El sabor de su descarga había servido únicamente para abrir más su apetito por ese hombre.
Tenía ganas de acorralarlo y cogerlo. Si idas ni vueltas. Sin previas. Solo cogerlo.
Es su objeto de deseo. Su cuerpo es una escultura. Digno de un infarto. Alto. Morocho. La naturaleza lo ha dotado con algo más que lo de un simple mortal, un Adonis.
Para deleite de sus ojos. Lo veía todos los días en la oficina y ella ya contaba entre sus tantas medallas de guerra con la distinción de haberlo tenido entre sus piernas más de una vez.
Jugaban un juego. Ese que nadie sabía. Miradas cómplices. Reportes fuera de hora. Reuniones. Siempre era buena la excusa para encerrarse en la oficina y que mundo se derrumbe tras la puerta.
Ese día, y ya sabiendo lo que quería, se puso su mejor pollera. Sus tacones stilettos. Una camisa blanca cerrada hasta las comisuras de sus tetas. Medias con liga era lo que encontró junto a su tanguita trasparente. Esa que lo vuelve loco.
Sabe que quiere guerra y se lo va a hacer saber.
Él llegó tarde y cuando la vio hizo una mueca. Ambos conocían esa mueca.
No falto mucho para que la llamara para ver tema de una reunión con unos clientes.
Cerró la puerta tras ella. Con llave. Es la manera que nadie entre de improvisto.
Paso detrás de ella. Susurrándole que hoy estaba muy linda. Ella se mordió el labio, como sabe que lo vuelve loco y lo miro con carita de nena buena, esa que él, no sabe resistir.
Intento besarla y ella lo aparto.
No quería besarlo. Era necesario no hacerlo.
Así que lo hizo sentar en su sillón de jefe y ella se sentó en el escritorio. Paso una pierna a un lado y al otro de él. La pollera muestra que las medias son sus favoritas como la tanguita que llevaba puesta.
Él se recostó en la silla, puso su mano en la boca y sonrió. Disfrutaba de la escena. Esa sonrisa... desarma a cualquier mortal...
Ella recorrió sus piernas desde las rodillas con las manos hasta subir esa pollera mostrándole bien la escena que quería que viera. Sus manos acariciaban la zona por arriba de la ropa. Mostraban la humedad. Jugaba con sus dedos por los costados de la tanga. Cada vez más caliente.
Es cuando una de sus manos llega a la boca de él y le hace probar ese néctar. El devora esos dedos con desesperación. A ella se divierte al verle. Le gusta disfrutarlo.
La otra mano no deja de moverse en su perdición. Humedece la zona, recorre, mete los dedos mientras que su hombre no para de observar la acción que sus manos crean.
Ya desesperado por tocarla la toma de la cintura y en un solo movimiento la da vuelta sobre el escritorio.
Ella boca abajo sonríe de la locura, levanta la colita declarando la guerra explícitamente .
Él mientras, saca la tanguita que ya es parte de sus rodillas, clava la yema de sus dedos en sus glúteos y se hunde a besar cada parte húmeda de su putita.
Despedaza cada cm de su ser... Su lengua juega con lujuria. La devora con obscenidad.
Ella ya no puede mantenerse coherente ante tal invasión.
Gime, como solo él puede lograr que gima. La lengua va abriendo paso en su colita que lejos de resistirse, se abre a él, preparándose para un castigo celestial y está a punto de tocar las nubes del paraíso.
Él se aparta, se reincorpora. Ella escucha el sonido inconfundible de su cierre bajando, que cae al vacío dejando descubierta su pija dura. Hinchada en una erección esplendorosa. Con la punta brillante debido a las primeras gotas del rocío de placer.
La ubica en las puertas de su cola que lubricada y hambrienta espera por él. Se apuntala sobre ella estirando al límite el desgarro de su cordura...
No hay vuelta atrás... No hay vueltas...
Ella nota que su travesura funciono a la perfección. Tal como lo había planeado.
Las embestidas son bestiales. Tal como su hombre. No tiene piedad y cada centímetro de carne va desgarrándola. Abriéndola a su gusto, penetrándola hasta los confines de la sanidad. Los niveles de excitación son insospechados. Con una mano firme en sus caderas y la otra masajeándola en su perdición.
Es imposible combatir tal batalla y ganarla. Así que solo decide disfrutarlo. Cada embestida es más profunda y ya no puede mantenerse en pie.
Él toma el control. Con una mano aferrando con firmeza su pelo tira de su cabeza hacia atrás logrando que ella arquee su espalda y forzándola a recibirlo entero dentro suyo. Lo siente entrando y saliendo brutalmente.
El salvajismo de su hombre hunde más y más en una dimensión de placer y lujuria donde no es posible la distinción entre uno u otro.
Solo es ella, entera y devota de ese hombre y su cuerpo que le exprime hasta la última gota de placer. Se siente violada por esa fiera hambrienta y es eso lo único que pide: Ser su hembra en celo.
Sus piernas se pierden, sus rodillas no responden. Es la fuerza bruta de ese hombre y el bombear de su hombría lo que la mantienen de pie.
El zumbido en sus oídos se hace más fuerte, le tiemblan las piernas, los brazos, se acalambran sus abdominales, le tiemblan los sentidos...
No para! Aumenta su ritmo. Su salvajismo. Ella recibe.. solo recibe... Se ahoga en gemidos de placer y clemencia. Explota en un orgasmo de destellos y gritos salvajes. Las palpitaciones se hacen mas fuertes, aprietan y relajan la pija como queriendo ordeñarlo.
Solo aguanta unas cuantas embestidas más antes de explotar inevitablemente dentro de ella... se aflojan mis brazos, se afloja la presión de su cuerpo. Cae sobre ella
Siente como la descarga es descomunal. Realmente hizo bien su trabajo. Se siente satisfecha...
Ha cumplido con la diablura de hoy... mañana? mañana sera una nueva...
28 comentarios - La Bella y la Bestia..
Fantástica descripción de un polvazo maravilloso !!!
Super erótico !!!! 🔥 🔥 🔥 🔥
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
Gracias a ambos por siempre pasar por aca y leerme! 😀
Felicitaciones nuevamente!
#mindblowing
Gime, como solo él puede lograr que gima. La lengua va abriendo paso en su colita que lejos de resistirse, se abre a él, preparándose para un castigo celestial y está a punto de tocar las nubes del paraíso.
casi q es mi deporte favorito 😉
🔥 🔥 🔥 🔥 🔥 🔥
de nada putita!.. dps te doy... tips(?)
besosss shanshiiiii 😉
Gracias 😉
Me gustó, me gustó!
el CV.. lo puede dejar en un mp por este medio... lo estaremos estudiando en breves 😛
Mi diosa pagana 😉
Beso!!!
Gracias lindo! 😉
Enhorabuena, y gracias por compartir!
Prometo que ni bien saque la cabeza del freezer ❄️ dejo un comentario
Él mientras, saca la tanguita que ya es parte de sus rodillas, clava la yema de sus dedos en sus glúteos y se hunde a besar cada parte húmeda de su putita.
Soberbio !!!
Muuy caliente relato!
Me encanto!
Gracias por compartir
"Las embestidas son bestiales..., no tine piedad y cada centimetro de carne va desgarrandola, abriendola a su gusto, penetrandola hasta los confines de la sanidad..."
"Se ahoga en gemidos de placer y clemencia"
Esas frases me calentaron demasiado ¡¡GENIAL, MARAVOLLOSO!! 👏 👏 👏 😀 😀 😀