Anoche volví tarde de un amigo, medio borracho y más volao. Ya en la calle mientras pedaleaba me iba haciendo la cabeza, que chupada de argolla le voy a pegar a la flaca (me decía y la pija ya se me mojaba). Y al llegar, la agarre a mi morocha durmiendo en sus shortcitos ajustados... me arrodille al ladito de la cama, metí la cabeza debajo de las sabanas y comencé a oler su concha... ella estaba dormida claro.
Si hay algo que me gusta hacerle a las mujeres es despertarlas con la lengua en sus conchitas y que al despertarse ya estén mojadas... Y mi morocha se moja de una forma espectacular, creo que lo que mas me gusta de ella es su negra, carnosa y jugosa argolla... he llegado hasta la media hora y mas de estar chupe y chupe.
Anoche, al despertarse como de costumbre se quedo quietita... aguantándose las ganas de moverse, hasta que decidí zambullir de lleno mi cara en sus entrepierna, de modo que con mi nariz pudiera estimularle el clítoris. Ahí ya no aguanto y comenzó a menear las caderas, como una culebra se movía...
Un buen rato se la chupe hasta que al fin acabo, (esto fue a las 03:00 mas o menos por lo que aun tengo su aroma impregnado en mi barba, que rico!!!). Luego me le monte encima y comencé a franelearla con mi pija durisima... A ella le encanta el franeleo!!! la vuelve loca que le apoyen la pija en la entrepierna y se la froten bien fuerte. Ahí es donde ella empieza a actuar, la mirada le cambia, se le transforma la cara y entonces ya no puede parar de pedirme que la coja fuerte, bien fuerte.
Mi pene, como verán niñas, es cabezón, bastante ancho y cuando mi morocha esta mojadita me encanta ponérsela y sacársela solo unos centímetros, me gusta mucho sentir como mi miembro llena, abre y separa los labios. Adoro sentir como entra en el cuerpo femenino toda mi virilidad.
Es algo que adoro hacerle a todas en general, me gusta ver la expresión que ponen en el momento justo de penetrarlas. Adoro preguntarles si realmente quieren que se las ponga y como, todas sin excepción, responden si!!!
- Si que? Suelo decir...
Y todas dicen.
-Si quiero que me la pongas.
Y ponen carita de putitas.
Entonces ahí les pego la embestida, porque me transformo en una bestia, y comienzo a darles bien duro. Hasta aquí me gusta tenerlas de patitas para arriba, sujetarlas de los tobillos, con las piernas extendidas y bien separadas.
Luego y siempre después de hacerlas acabar, que me cabalguen. Adoro a las mujeres cuando me cabalgan... (algunas pueden estar mucho tiempo sin cansarse), pero al fin todas o por cansancio o por acabarse se bajan y vuelvo a separarles las piernas a bombearlas hasta casi el punto de explotar y como un loco desquiciado, se las saco... se las muestro. Les cierro las piernas y mientras me pajeo las cabalgo yo a ellas y justo antes de terminar les pregunto donde la quieren. La mayoría contesta donde quieras y ese es mi premio por ser buen amante. Las lecheo a gusto y placer, por lo general bastante, en las tetas, la cara, la panza, la cola o encima de la concha. al fin me derrumbo sobre ellas, me rió (señal de un polvo), desparramo mi leche sobre ellas, sobre mi... y luego vuelvo a mis cabales.
Si hay algo que me gusta hacerle a las mujeres es despertarlas con la lengua en sus conchitas y que al despertarse ya estén mojadas... Y mi morocha se moja de una forma espectacular, creo que lo que mas me gusta de ella es su negra, carnosa y jugosa argolla... he llegado hasta la media hora y mas de estar chupe y chupe.
Anoche, al despertarse como de costumbre se quedo quietita... aguantándose las ganas de moverse, hasta que decidí zambullir de lleno mi cara en sus entrepierna, de modo que con mi nariz pudiera estimularle el clítoris. Ahí ya no aguanto y comenzó a menear las caderas, como una culebra se movía...
Un buen rato se la chupe hasta que al fin acabo, (esto fue a las 03:00 mas o menos por lo que aun tengo su aroma impregnado en mi barba, que rico!!!). Luego me le monte encima y comencé a franelearla con mi pija durisima... A ella le encanta el franeleo!!! la vuelve loca que le apoyen la pija en la entrepierna y se la froten bien fuerte. Ahí es donde ella empieza a actuar, la mirada le cambia, se le transforma la cara y entonces ya no puede parar de pedirme que la coja fuerte, bien fuerte.
Mi pene, como verán niñas, es cabezón, bastante ancho y cuando mi morocha esta mojadita me encanta ponérsela y sacársela solo unos centímetros, me gusta mucho sentir como mi miembro llena, abre y separa los labios. Adoro sentir como entra en el cuerpo femenino toda mi virilidad.
Es algo que adoro hacerle a todas en general, me gusta ver la expresión que ponen en el momento justo de penetrarlas. Adoro preguntarles si realmente quieren que se las ponga y como, todas sin excepción, responden si!!!
- Si que? Suelo decir...
Y todas dicen.
-Si quiero que me la pongas.
Y ponen carita de putitas.
Entonces ahí les pego la embestida, porque me transformo en una bestia, y comienzo a darles bien duro. Hasta aquí me gusta tenerlas de patitas para arriba, sujetarlas de los tobillos, con las piernas extendidas y bien separadas.
Luego y siempre después de hacerlas acabar, que me cabalguen. Adoro a las mujeres cuando me cabalgan... (algunas pueden estar mucho tiempo sin cansarse), pero al fin todas o por cansancio o por acabarse se bajan y vuelvo a separarles las piernas a bombearlas hasta casi el punto de explotar y como un loco desquiciado, se las saco... se las muestro. Les cierro las piernas y mientras me pajeo las cabalgo yo a ellas y justo antes de terminar les pregunto donde la quieren. La mayoría contesta donde quieras y ese es mi premio por ser buen amante. Las lecheo a gusto y placer, por lo general bastante, en las tetas, la cara, la panza, la cola o encima de la concha. al fin me derrumbo sobre ellas, me rió (señal de un polvo), desparramo mi leche sobre ellas, sobre mi... y luego vuelvo a mis cabales.
1 comentarios - Asi hago el amor yo.