Sabes qué? yo te amé pedazo de pelotudo.
De una manera ilusa. Tonta. Infantil. Nada me había dolido tanto, como dejar de verte. Porque tuve que elegir yo el hacer eso. No puedo entender todavía cómo no te diste cuenta de todo lo que yo sentía por vos y tu pellejo de psicópata desagradecido.
Extraño cogerte. Extraño desarmarme de un choque total contra tu cuerpo.
Sabe Dios que necesito sexo. Que me duele algo dentro, que se extiende y es físico. Que mi cuerpo recuerda en sus huesos, la forma del tuyo. Pero por qué tenías que ser tan hijo de todas las prostitutas desamparadas del universo?
Por qué?
Porque no reconocer que te portaste mal, que aunque sea, una puta vez, pensaste en mí.
Porqué ser tan roboticamente frío??
Por qué no dar unas migas de ternura? Por qué meterte en mis sueños? Por qué despertarme justo cuando voy a besarte por primera vez? Por qué sentir en mi piel las esquirlas de fuego de tu semen derramándose en un orgasmo brutal? Y yo caliente, colmada de la asquerosa insatisfacción de mi sexo vacío. De mi sexo en invierno.
Masturbándome con la furia de necesitar que sea otra mano la que me dé placer. Tu mano. Que tan perfectamente me conocía. Qué astuta me robaba los límites y los goces.
Masturbándome triste. Encerrada entre las paredes de esta soledad a la que me arrojé suicida y resentida, después de tu paso por mi vida. No sabiendo cómo salir. Tratando caminos, en un laberinto donde ninguna Ariadna perdió ovillos de lana.
Y me encuentro con vos. Y me volves a doler. Y te vuelvo a desaparecer, entre los brotes frágiles de un pequeño amor propio, y un tornado de ganas de llorar. Otra vez me callé lo que te quise. Otra vez sobreviví a tus exigencias y demandas.
Y me duele. Mierda. me duele. Me siento extenuada después de esta escaramuza con vos. Harta de tu pelotudez y de todos los imbéciles que pululan este mundo y que son una copia al carbón tuya.
Quiero un poco de calma.
Quiero olvidarme de tus miserias y de las mías.
Quiero otro capítulo en mi vida, con alguien que se quede conmigo hasta que llegue el Fin. Y lo espero. esperanzada.
Porque no sé no tener esperanza, aunque ahora sea sólo un montón de partes sueltas. Lo que quedo después de cruzarme idiota ilusa con un hijo de puta cómo vos.
De una manera ilusa. Tonta. Infantil. Nada me había dolido tanto, como dejar de verte. Porque tuve que elegir yo el hacer eso. No puedo entender todavía cómo no te diste cuenta de todo lo que yo sentía por vos y tu pellejo de psicópata desagradecido.
Extraño cogerte. Extraño desarmarme de un choque total contra tu cuerpo.
Sabe Dios que necesito sexo. Que me duele algo dentro, que se extiende y es físico. Que mi cuerpo recuerda en sus huesos, la forma del tuyo. Pero por qué tenías que ser tan hijo de todas las prostitutas desamparadas del universo?
Por qué?
Porque no reconocer que te portaste mal, que aunque sea, una puta vez, pensaste en mí.
Porqué ser tan roboticamente frío??
Por qué no dar unas migas de ternura? Por qué meterte en mis sueños? Por qué despertarme justo cuando voy a besarte por primera vez? Por qué sentir en mi piel las esquirlas de fuego de tu semen derramándose en un orgasmo brutal? Y yo caliente, colmada de la asquerosa insatisfacción de mi sexo vacío. De mi sexo en invierno.
Masturbándome con la furia de necesitar que sea otra mano la que me dé placer. Tu mano. Que tan perfectamente me conocía. Qué astuta me robaba los límites y los goces.
Masturbándome triste. Encerrada entre las paredes de esta soledad a la que me arrojé suicida y resentida, después de tu paso por mi vida. No sabiendo cómo salir. Tratando caminos, en un laberinto donde ninguna Ariadna perdió ovillos de lana.
Y me encuentro con vos. Y me volves a doler. Y te vuelvo a desaparecer, entre los brotes frágiles de un pequeño amor propio, y un tornado de ganas de llorar. Otra vez me callé lo que te quise. Otra vez sobreviví a tus exigencias y demandas.
Y me duele. Mierda. me duele. Me siento extenuada después de esta escaramuza con vos. Harta de tu pelotudez y de todos los imbéciles que pululan este mundo y que son una copia al carbón tuya.
Quiero un poco de calma.
Quiero olvidarme de tus miserias y de las mías.
Quiero otro capítulo en mi vida, con alguien que se quede conmigo hasta que llegue el Fin. Y lo espero. esperanzada.
Porque no sé no tener esperanza, aunque ahora sea sólo un montón de partes sueltas. Lo que quedo después de cruzarme idiota ilusa con un hijo de puta cómo vos.
11 comentarios - Hijo de Puta
no te conozco pero me gustaria ver una foto tuya para ver como sos y que se perdio ese pelotudo
un placer para el lector 😉
Muy bueno 👏 👏 👏 👏 👏
Te mando un beso y escribis muy bien!
Excelente!