Un seguidor nos envió este relato, que apenas lo retocamos por razones de identidad y le agregamos algo de intriga, y con su aquiescencia, lo publicamos. Es la forma que hallamos de agradecerle. El Pepe y la Pepa de Uruguay.
Todos pueden comentar
La noche es una delicia. Las estrellas dominan el firmamento y la temperatura agradable relaja los sentidos. La fiesta era magnífica. La música lo invadía todo. La elegancia y el buen gusto era la nota común de esa velada especial. Todos se divertían mucho. Algunos bailaban animados por la banda, otros hablaban, se reían; en fin, la fiesta estaba en su punto máximo.
Ahí están el Pepe y la Pepa. Divertidos, joviales, lindos… ella luce un bello vestido azul noche que roba las miradas de muchos hombres que, con gestos, miradas y algún que otro piropo, le hacen sentir todo el poder de su seducción. Tiene un gran escote en su espalda y un tajo en la falda que muestra toda su belleza.
Ella se siente una reina. Se sabe bella y atractiva, deseada. Ahí está su macho, Pepe, que disfruta de la escena. Solo él sabe cuánto la ama y la desea. Pero solo él sabe cuánto le excita imaginarla poseída por otro hombre y él al mismo tiempo. Lo han hablado pero todavía no se animan, pues solo Pepe sabe cuan caliente y puta es esa bella y fina mujer que en la cama saca sus mejores argumentos y es capaz de hacer explotar a quien se le ponga enfrente; y a la vez, de gozar como una perra en celo, sin reparos, ni remordimientos tontos.
Ahí estoy yo, la he mirado mucho. Ambos lo percibieron. La postura simpática de Pepe, me demuestra cierto permiso para avanzar. Hablo con ambos, tomamos unos tragos, intento poner en juego todos mis encantos. Nos reímos mucho, pasamos realmente bien. En un momento dado, le pido permiso al caballero para bailar con la dama. El consiente mi deseo.
Fue entonces cuando le tomo la cintura para desplazarnos por la pista de baile… disfrutamos el momento… la siento animada, pero con mucho recato. Pepe nos mira sonriendo y disfrutando del momento, bebiendo un trago. Interpreto esa sonrisa y lentamente deslizo mi mano por su espalda desnuda… siento que ella se eriza… suelta un pequeño suspiro… y susurra “me siento en una nube”. Vuelvo a mirar a Pepe, que me responde con otra sonrisa que me abre el camino para seguir descubriendo a esa mujer maravillosa que comienza a soltar su verdadero ser.
Le digo cosas al oído mientras toco su oreja con mis labios, como al descuido, y ella vuelve a responder con pequeños gemidos. Pepe observa la escena, me doy cuenta que lo disfruta porque apuesta que algo puede pasar. Pero como yo lo respeto, lo miro interrogante y me devuelve gestos de aprobación. Bailamos un rato más y mis manos se animan a recorrer los peligrosos contornos de la espalda de Pepa, que se deja llevar por el perfume de la lenta y constante excitación que se escapa con persistentes suspiros y suaves gemidos que me abren las puertas de su deseo. Pepe, el macho dominante, me marca con su mirada y me obliga a seguir. Me siento un mandadero de él… pero sé que obtendré una recompensa sin igual, y por ello sigo. Volvemos a la mesa donde está Pepe. Seguimos hablando divertidamente de temas sin importancia, como si nada hubiera pasado.
En determinado momento Pepe toma la iniciativa y mirando fijamente a los ojos de Pepa me pregunta a boca de jarro:
Te gusta ¿verdad?.
Es una mujer increíble, le respondo, y miro que Pepa sonríe. Además, agrego, es la mujer más excitante que he conocido en mi vida, no he podido dejar de mirarla desde que llegué, y sentir su piel me despierta todas las fantasias.
Cuáles...?? Replicó Pepa.
Me gustaría decírtelo con mi propia piel, dije mirando la reacción de Pepe, que se lo veía caliente y excitado.
Resueltamente Pepe dice: Vamos a otro lado. Sin decir una palabra, yo consiento.
Subimos a su auto. Confío en ese hombre que apenas conozco. Subo en la parte de atrás; ella, hace el ademán de subir adelante, pero Pepe le ordena que suba atrás, mientras él se dispone a conducir.
Le gusta que la besen, me dijo, lo sentí casi como una orden.
Ella está nerviosa, lo percibo por su mirada sorprendida pero a la vez expectante.
Es la primera vez que hacemos esto, dice Pepa.
Lo sé y me siento un privilegiado, le respondo.
Y con mucha delicadeza, me acerco a ella y solo con mis labios comienzo a recorrerle el cuello y sus orejas, mientras mis manos acarician suavemente sus piernas. Ella comienza a gemir suavemente. Pepe mira por el espejo retrovisor y de nuevo veo su cara de aprobación.
Pero enseguida para mi sorpresa, Pepe me dice, ya estamos llegando. Miro hacia afuera, y veo un telo muy elegante, detengo mis caricias.
Entramos en la cochera, Pepe pide un lugar, el conserje le da una llave, estaciona el auto, bajamos los tres y entramos a una gran habitación muy bien arreglada, con una gran cama de agua redonda… muchos espejos, luces, un jacuzzi, en fin.
Cierra la puerta y Pepe vuelve a tomar la iniciativa.
Sabés, me dice, hace mucho que nos da vueltas en la cabeza tener un tercero en la cama, es nuestra primera vez y espero que sea buena. Y entre los dos vamos a hacerla Reina, con mayúsculas.
Agradezco la confianza, respondo, voy a dar lo mejor de mí para que sea una noche inolvidable.
Ella, aún parada frente a nosotros, entre nerviosa y excitada, no dice nada, solo se deja llevar por el deseo de su macho que la quiere ver gozar como una verdadera perra.
Pepe me entrega un gran pañuelo de seda, y otra vez con su mirada parece ordenarme que comience a vendar los ojos de Pepa, para que su desconcierto le produzca un torrente mayor de adrenalina.
Entonces tomo el pañuelo y vendo los ojos de Pepa. Ella se entrega totalmente.
Pepe se sienta a mirar en el sofá a los pies de la cama.
La dejo de pie, y por unos instantes queda inmóvil, a la espera de lo que decidan hacer los dos machos con ella. Pepa no sabe que soy yo quien la voltea y le apoyo sus manos en una de las paredes que está cubierta totalmente por un gigantesco espejo. Pepe comienza a tomar fotos con su celular.
Solo con mis labios comienzo a recorrer su cuello y sus orejas… despacio… sin apuro. Ella se arquea de placer y la obligo a que no quite sus manos del espejo… sigo jugando con mis labios... en su cuello, sus orejas y sus hombros.
Desabrocho su vestido. Suavemente se lo quito y cae pesadamente al piso. Ella queda solo con una diminuta tanga negra y unos tacos aguja negros…y con sus ojos vendados. Nuevamente la obligo a que no quite sus manos del espejo y suavemente le separo un poco sus piernas. La posición en que la dejo es muy excitante, y por eso me retiro un par de metros para observar tanta belleza y sensualidad.
Pregunta por mi y por Pepe. Ambos nos miramos y nos llamamos a silencio. La intriga que se está apoderando de Pepa la está excita mucho. Luego de unos segundos, Pepe me indica por señas que continúe deleitándome con ella. Y voy.
Pepe mira cada detalle. Saca su pija y comienza a masturbarse... despacio.
Yo abro un poco más las piernas de Pepa y entonces me agacho hasta el piso. Solo con mis labios... comienzo a subir desde el tobillo izquierdo… desde atrás, suavemente por su pierna..pantorrilla.. toda.. subo más.. por su muslo.. si.. desde atrás.. sigo.. despacio.. subo más.. hasta llegar a su cola… que ella instintivamente empina un poco. Entonces, yo tomo su diminuta tanga con mis dientes..y comienzo a bajársela. Lo hago totalmente, hasta llegar al piso. Ella vuelve a abrir las piernas y yo comienzo a subir desde atrás, por su tobillo derecho… su pantorrilla… su muslo...los gemidos se vuelven intensos y profundos. Pepe tiene una erección fenomenal, se pone saliva en la mano que resbala por su verga caliente.
Llego a la cola de Pepa… beso sus glúteos... los abro y mi lengua comienza a jugar en su hoyito… si... mucho… lo lamo, lo penetro con mi lengua..si… juego ahí.. ella gime sin parar..
De repente, Pepa vuelve a decir mi nombre, y espera unos segundos; nombra a Pepe y espera, y ninguno emitimos sonido alguno. Somos cómplices de su intriga. La Pepa está con la incertidumbre de saber cuál de los dos machos es el responsable de tanto placer, o si serán los dos juntos o alternados. Esa intriga le produce una tremenda excitación, pero no intenta en ningún momento quitarse la venda.
Aprovecho y me quito rápidamente toda la ropa. Pepe hace lo mismo. Ella aún con las manos sobre la pared espejada está muy caliente. Yo sigo con mi tarea.
Solo con la punta de mi lengua comienzo a subir por su espalda... toda... recorro con mis labios cada centímetro de su espalda… a su cuello... entonces la aprisiono contra mi cuerpo… ella siente en la mitad de su espalda mi pija dura y caliente como un hierro... aprieto sus pezones... mis manos van a su clítoris empapado, jugoso, beso su cuello y busco su boca… siempre ella con sus ojos vendados, intrigada, excitada, a punto de estallar.
La doy vuelta y la pongo de frente a mi. Pepa está en un estado de excitación intenso y profundo... le abro los brazos en cruz... y le como la boca. Bajo por su cuello..si.. más... bajo a sus hombros... su pecho.. si.. bajo más.. voy a sus pezones erectos... los lamo... los aprieto.. los acaricio.. los muerdo suavemente... los tironeo..con mis dientes. Pepe se suma y comienza a lamer uno de sus pezones…y yo el otro… bajamos ambos por su vientre…bajamos más… las manos de Pepa acarician nuestras cabezas.. y espaldas….y suspira profundamente. Ella abre más las piernas.
Yo pido un momento a Pepe.
La tomo en mis brazos, la levanto… y la llevo alzada hasta la cama… la deposito suavemente allí… abro las piernas de ella, y coloca sus pies en mis hombros…comienzo a lamer su clítoris mucho… si... lo lamo… siento el placer de su orgasmo inminente.. lo disfruto..y sigo si… penetro su conchita con mi lengua…juego.. ahí... sin pausa…me acaba en mi boca sus exquisitos fluidos y se derraman por mis labios. Un torrente de jugos celestiales caen de la concha de Pepa. Ahí Pepe le quita la venda, y le pone su pija tremendamente dura en la boca… que ella chupa con placer… con devoción... ella mama esa pija desesperadamente. Pepe comienza a hablarle como a una puta…maravillosa y divinamente puta, le dice. Mientras yo le como la conchita y mis dedos se van metiendo suavemente en su culito, en un ir y venir maravilloso... ella goza como nunca... es una una loba en celo... su macho la domina, ella se entrega y yo cumplo con su fantasía… y como recompensa saboreo los placeres de una hembra cabal.
Miro a Pepe y cambiamos de lugar. Ahora es Pepe el que directamente va a lamer el culo de Pepa….y yo pongo mi pija en su boca… ella la siente distinta... pero la come… toda.. mucho... la disfruta también… y sigue mamando magistralmente mi pija. Pepe levanta sus piernas y comienza a penetrarla… profundo… si... ella gime como loca... él le da con fuerza... pero Pepa no deja de mamar mi pija... si… ella goza como loca... me retribuye todo el placer que le he dado, y los tres estamos borrachos de placer y de lujuria.
Pepe para bruscamente y se sale de su concha porque está a punto de acabar. Y él solo quiere que Pepa se lleve todos los galardones de una noche infernal e inolvidable, que sienta todo el infinito placer que dos machos juntos pueden darle a una Reina, porque una verdadera hembra se lo merece.
Entonces… yo la pongo en cuatro patas… comienzo a darle desde atrás… la penetro, suave al principio… y luego... le doy fuerte... muy fuerte con movimientos largos, haciéndole sentir cada centímetro de mi pija… desde la cabeza hasta mis huevos.. que golpean en su clítoris. Pepe disfruta viendo la cara de placer y de lujuria de Pepa... y el vaivén de mi pija desde atrás…y le pide y le ordena que le vuelva a chupar la verga.
Te gusta putita... le dice Pepe…siiiii… dice ella... me encanta!!! Pepe me pide que me acueste boca arriba… entonces ella, sin mediar palabras... sube a mi pija y cabalga como loca... desaforadamente. Pepe, comienza a filmar otra vez, viendo a su esposa comiendo una pija como si fuera la última vez... hasta verla explotar en un nuevo orgasmo… realmente imponente.
Ella queda tendida sobre mi cuerpo… pero Pepe, con celular en mano sigue filmando y vuelve a la carga…agarrando su pija que va directo al culo de Pepa... que sigue penetrada por mi.
Pepe se abre bien de piernas y se pone mucho lubricante en la pija… y va despacio al hoyito de Pepa… le penetra el culo... si, como un desalmado... ella suelta un grito y gime... y en un par de movimientos comienza a gozar como una perra.. Me mira a los ojos y su mirada incrédula me confiesa la sorpresa de tanto placer. Pepe le da una cogida profunda y caliente en su culo… yo comienzo a moverme debajo de ella... para que sienta las dos pijas juntas… jugando... en sus dos agujeros... si… ella siente que está en el cielo… creo que comienza a delirar de gozo infinito y sus dos machos nos movemos con fuerza... ella gime, grita, …. suelta todo su loco placer... en otro orgasmo interminable y profundo… casi sin límites… como pocas veces tuvo en su vida.
Súbitamente Pepe la recuesta sobre la cama… ambos ponemos la pija a la altura de su pecho… y nos empezamos a pajear con fuerza hasta que primero yo y luego Pepe, volcamos. toda... toda nuestra leche en medio de tremendos y masculinos gemidos de placer sobre las tetas y cara de Pepa, convertida finalmente en diosa y reina.
Nos recostamos los dos extenuados y ella… increíble hembra… comienza a lamer con su lengua hasta la última gota de leche de las pijas de su macho dominante y de su ocasional amante.
Se tumba entre los dos, y los tres quedamos en silencio. Solo ella sabe que hoy casi toca el cielo con las manos y se siente afortunada de haber accedido a los caprichos de Pepe, aunque en su interior ya presentía que iba a aprovechar y gozar cada instante de esta experiencia sexual, porque se sabe una dama en la sala… y una perra en la cama. Pero… aún le queda la duda de quién fue el culpable de esas lamidas frente al espejo…
Todos pueden comentar
La noche es una delicia. Las estrellas dominan el firmamento y la temperatura agradable relaja los sentidos. La fiesta era magnífica. La música lo invadía todo. La elegancia y el buen gusto era la nota común de esa velada especial. Todos se divertían mucho. Algunos bailaban animados por la banda, otros hablaban, se reían; en fin, la fiesta estaba en su punto máximo.
Ahí están el Pepe y la Pepa. Divertidos, joviales, lindos… ella luce un bello vestido azul noche que roba las miradas de muchos hombres que, con gestos, miradas y algún que otro piropo, le hacen sentir todo el poder de su seducción. Tiene un gran escote en su espalda y un tajo en la falda que muestra toda su belleza.
Ella se siente una reina. Se sabe bella y atractiva, deseada. Ahí está su macho, Pepe, que disfruta de la escena. Solo él sabe cuánto la ama y la desea. Pero solo él sabe cuánto le excita imaginarla poseída por otro hombre y él al mismo tiempo. Lo han hablado pero todavía no se animan, pues solo Pepe sabe cuan caliente y puta es esa bella y fina mujer que en la cama saca sus mejores argumentos y es capaz de hacer explotar a quien se le ponga enfrente; y a la vez, de gozar como una perra en celo, sin reparos, ni remordimientos tontos.
Ahí estoy yo, la he mirado mucho. Ambos lo percibieron. La postura simpática de Pepe, me demuestra cierto permiso para avanzar. Hablo con ambos, tomamos unos tragos, intento poner en juego todos mis encantos. Nos reímos mucho, pasamos realmente bien. En un momento dado, le pido permiso al caballero para bailar con la dama. El consiente mi deseo.
Fue entonces cuando le tomo la cintura para desplazarnos por la pista de baile… disfrutamos el momento… la siento animada, pero con mucho recato. Pepe nos mira sonriendo y disfrutando del momento, bebiendo un trago. Interpreto esa sonrisa y lentamente deslizo mi mano por su espalda desnuda… siento que ella se eriza… suelta un pequeño suspiro… y susurra “me siento en una nube”. Vuelvo a mirar a Pepe, que me responde con otra sonrisa que me abre el camino para seguir descubriendo a esa mujer maravillosa que comienza a soltar su verdadero ser.
Le digo cosas al oído mientras toco su oreja con mis labios, como al descuido, y ella vuelve a responder con pequeños gemidos. Pepe observa la escena, me doy cuenta que lo disfruta porque apuesta que algo puede pasar. Pero como yo lo respeto, lo miro interrogante y me devuelve gestos de aprobación. Bailamos un rato más y mis manos se animan a recorrer los peligrosos contornos de la espalda de Pepa, que se deja llevar por el perfume de la lenta y constante excitación que se escapa con persistentes suspiros y suaves gemidos que me abren las puertas de su deseo. Pepe, el macho dominante, me marca con su mirada y me obliga a seguir. Me siento un mandadero de él… pero sé que obtendré una recompensa sin igual, y por ello sigo. Volvemos a la mesa donde está Pepe. Seguimos hablando divertidamente de temas sin importancia, como si nada hubiera pasado.
En determinado momento Pepe toma la iniciativa y mirando fijamente a los ojos de Pepa me pregunta a boca de jarro:
Te gusta ¿verdad?.
Es una mujer increíble, le respondo, y miro que Pepa sonríe. Además, agrego, es la mujer más excitante que he conocido en mi vida, no he podido dejar de mirarla desde que llegué, y sentir su piel me despierta todas las fantasias.
Cuáles...?? Replicó Pepa.
Me gustaría decírtelo con mi propia piel, dije mirando la reacción de Pepe, que se lo veía caliente y excitado.
Resueltamente Pepe dice: Vamos a otro lado. Sin decir una palabra, yo consiento.
Subimos a su auto. Confío en ese hombre que apenas conozco. Subo en la parte de atrás; ella, hace el ademán de subir adelante, pero Pepe le ordena que suba atrás, mientras él se dispone a conducir.
Le gusta que la besen, me dijo, lo sentí casi como una orden.
Ella está nerviosa, lo percibo por su mirada sorprendida pero a la vez expectante.
Es la primera vez que hacemos esto, dice Pepa.
Lo sé y me siento un privilegiado, le respondo.
Y con mucha delicadeza, me acerco a ella y solo con mis labios comienzo a recorrerle el cuello y sus orejas, mientras mis manos acarician suavemente sus piernas. Ella comienza a gemir suavemente. Pepe mira por el espejo retrovisor y de nuevo veo su cara de aprobación.
Pero enseguida para mi sorpresa, Pepe me dice, ya estamos llegando. Miro hacia afuera, y veo un telo muy elegante, detengo mis caricias.
Entramos en la cochera, Pepe pide un lugar, el conserje le da una llave, estaciona el auto, bajamos los tres y entramos a una gran habitación muy bien arreglada, con una gran cama de agua redonda… muchos espejos, luces, un jacuzzi, en fin.
Cierra la puerta y Pepe vuelve a tomar la iniciativa.
Sabés, me dice, hace mucho que nos da vueltas en la cabeza tener un tercero en la cama, es nuestra primera vez y espero que sea buena. Y entre los dos vamos a hacerla Reina, con mayúsculas.
Agradezco la confianza, respondo, voy a dar lo mejor de mí para que sea una noche inolvidable.
Ella, aún parada frente a nosotros, entre nerviosa y excitada, no dice nada, solo se deja llevar por el deseo de su macho que la quiere ver gozar como una verdadera perra.
Pepe me entrega un gran pañuelo de seda, y otra vez con su mirada parece ordenarme que comience a vendar los ojos de Pepa, para que su desconcierto le produzca un torrente mayor de adrenalina.
Entonces tomo el pañuelo y vendo los ojos de Pepa. Ella se entrega totalmente.
Pepe se sienta a mirar en el sofá a los pies de la cama.
La dejo de pie, y por unos instantes queda inmóvil, a la espera de lo que decidan hacer los dos machos con ella. Pepa no sabe que soy yo quien la voltea y le apoyo sus manos en una de las paredes que está cubierta totalmente por un gigantesco espejo. Pepe comienza a tomar fotos con su celular.
Solo con mis labios comienzo a recorrer su cuello y sus orejas… despacio… sin apuro. Ella se arquea de placer y la obligo a que no quite sus manos del espejo… sigo jugando con mis labios... en su cuello, sus orejas y sus hombros.
Desabrocho su vestido. Suavemente se lo quito y cae pesadamente al piso. Ella queda solo con una diminuta tanga negra y unos tacos aguja negros…y con sus ojos vendados. Nuevamente la obligo a que no quite sus manos del espejo y suavemente le separo un poco sus piernas. La posición en que la dejo es muy excitante, y por eso me retiro un par de metros para observar tanta belleza y sensualidad.
Pregunta por mi y por Pepe. Ambos nos miramos y nos llamamos a silencio. La intriga que se está apoderando de Pepa la está excita mucho. Luego de unos segundos, Pepe me indica por señas que continúe deleitándome con ella. Y voy.
Pepe mira cada detalle. Saca su pija y comienza a masturbarse... despacio.
Yo abro un poco más las piernas de Pepa y entonces me agacho hasta el piso. Solo con mis labios... comienzo a subir desde el tobillo izquierdo… desde atrás, suavemente por su pierna..pantorrilla.. toda.. subo más.. por su muslo.. si.. desde atrás.. sigo.. despacio.. subo más.. hasta llegar a su cola… que ella instintivamente empina un poco. Entonces, yo tomo su diminuta tanga con mis dientes..y comienzo a bajársela. Lo hago totalmente, hasta llegar al piso. Ella vuelve a abrir las piernas y yo comienzo a subir desde atrás, por su tobillo derecho… su pantorrilla… su muslo...los gemidos se vuelven intensos y profundos. Pepe tiene una erección fenomenal, se pone saliva en la mano que resbala por su verga caliente.
Llego a la cola de Pepa… beso sus glúteos... los abro y mi lengua comienza a jugar en su hoyito… si... mucho… lo lamo, lo penetro con mi lengua..si… juego ahí.. ella gime sin parar..
De repente, Pepa vuelve a decir mi nombre, y espera unos segundos; nombra a Pepe y espera, y ninguno emitimos sonido alguno. Somos cómplices de su intriga. La Pepa está con la incertidumbre de saber cuál de los dos machos es el responsable de tanto placer, o si serán los dos juntos o alternados. Esa intriga le produce una tremenda excitación, pero no intenta en ningún momento quitarse la venda.
Aprovecho y me quito rápidamente toda la ropa. Pepe hace lo mismo. Ella aún con las manos sobre la pared espejada está muy caliente. Yo sigo con mi tarea.
Solo con la punta de mi lengua comienzo a subir por su espalda... toda... recorro con mis labios cada centímetro de su espalda… a su cuello... entonces la aprisiono contra mi cuerpo… ella siente en la mitad de su espalda mi pija dura y caliente como un hierro... aprieto sus pezones... mis manos van a su clítoris empapado, jugoso, beso su cuello y busco su boca… siempre ella con sus ojos vendados, intrigada, excitada, a punto de estallar.
La doy vuelta y la pongo de frente a mi. Pepa está en un estado de excitación intenso y profundo... le abro los brazos en cruz... y le como la boca. Bajo por su cuello..si.. más... bajo a sus hombros... su pecho.. si.. bajo más.. voy a sus pezones erectos... los lamo... los aprieto.. los acaricio.. los muerdo suavemente... los tironeo..con mis dientes. Pepe se suma y comienza a lamer uno de sus pezones…y yo el otro… bajamos ambos por su vientre…bajamos más… las manos de Pepa acarician nuestras cabezas.. y espaldas….y suspira profundamente. Ella abre más las piernas.
Yo pido un momento a Pepe.
La tomo en mis brazos, la levanto… y la llevo alzada hasta la cama… la deposito suavemente allí… abro las piernas de ella, y coloca sus pies en mis hombros…comienzo a lamer su clítoris mucho… si... lo lamo… siento el placer de su orgasmo inminente.. lo disfruto..y sigo si… penetro su conchita con mi lengua…juego.. ahí... sin pausa…me acaba en mi boca sus exquisitos fluidos y se derraman por mis labios. Un torrente de jugos celestiales caen de la concha de Pepa. Ahí Pepe le quita la venda, y le pone su pija tremendamente dura en la boca… que ella chupa con placer… con devoción... ella mama esa pija desesperadamente. Pepe comienza a hablarle como a una puta…maravillosa y divinamente puta, le dice. Mientras yo le como la conchita y mis dedos se van metiendo suavemente en su culito, en un ir y venir maravilloso... ella goza como nunca... es una una loba en celo... su macho la domina, ella se entrega y yo cumplo con su fantasía… y como recompensa saboreo los placeres de una hembra cabal.
Miro a Pepe y cambiamos de lugar. Ahora es Pepe el que directamente va a lamer el culo de Pepa….y yo pongo mi pija en su boca… ella la siente distinta... pero la come… toda.. mucho... la disfruta también… y sigue mamando magistralmente mi pija. Pepe levanta sus piernas y comienza a penetrarla… profundo… si... ella gime como loca... él le da con fuerza... pero Pepa no deja de mamar mi pija... si… ella goza como loca... me retribuye todo el placer que le he dado, y los tres estamos borrachos de placer y de lujuria.
Pepe para bruscamente y se sale de su concha porque está a punto de acabar. Y él solo quiere que Pepa se lleve todos los galardones de una noche infernal e inolvidable, que sienta todo el infinito placer que dos machos juntos pueden darle a una Reina, porque una verdadera hembra se lo merece.
Entonces… yo la pongo en cuatro patas… comienzo a darle desde atrás… la penetro, suave al principio… y luego... le doy fuerte... muy fuerte con movimientos largos, haciéndole sentir cada centímetro de mi pija… desde la cabeza hasta mis huevos.. que golpean en su clítoris. Pepe disfruta viendo la cara de placer y de lujuria de Pepa... y el vaivén de mi pija desde atrás…y le pide y le ordena que le vuelva a chupar la verga.
Te gusta putita... le dice Pepe…siiiii… dice ella... me encanta!!! Pepe me pide que me acueste boca arriba… entonces ella, sin mediar palabras... sube a mi pija y cabalga como loca... desaforadamente. Pepe, comienza a filmar otra vez, viendo a su esposa comiendo una pija como si fuera la última vez... hasta verla explotar en un nuevo orgasmo… realmente imponente.
Ella queda tendida sobre mi cuerpo… pero Pepe, con celular en mano sigue filmando y vuelve a la carga…agarrando su pija que va directo al culo de Pepa... que sigue penetrada por mi.
Pepe se abre bien de piernas y se pone mucho lubricante en la pija… y va despacio al hoyito de Pepa… le penetra el culo... si, como un desalmado... ella suelta un grito y gime... y en un par de movimientos comienza a gozar como una perra.. Me mira a los ojos y su mirada incrédula me confiesa la sorpresa de tanto placer. Pepe le da una cogida profunda y caliente en su culo… yo comienzo a moverme debajo de ella... para que sienta las dos pijas juntas… jugando... en sus dos agujeros... si… ella siente que está en el cielo… creo que comienza a delirar de gozo infinito y sus dos machos nos movemos con fuerza... ella gime, grita, …. suelta todo su loco placer... en otro orgasmo interminable y profundo… casi sin límites… como pocas veces tuvo en su vida.
Súbitamente Pepe la recuesta sobre la cama… ambos ponemos la pija a la altura de su pecho… y nos empezamos a pajear con fuerza hasta que primero yo y luego Pepe, volcamos. toda... toda nuestra leche en medio de tremendos y masculinos gemidos de placer sobre las tetas y cara de Pepa, convertida finalmente en diosa y reina.
Nos recostamos los dos extenuados y ella… increíble hembra… comienza a lamer con su lengua hasta la última gota de leche de las pijas de su macho dominante y de su ocasional amante.
Se tumba entre los dos, y los tres quedamos en silencio. Solo ella sabe que hoy casi toca el cielo con las manos y se siente afortunada de haber accedido a los caprichos de Pepe, aunque en su interior ya presentía que iba a aprovechar y gozar cada instante de esta experiencia sexual, porque se sabe una dama en la sala… y una perra en la cama. Pero… aún le queda la duda de quién fue el culpable de esas lamidas frente al espejo…
3 comentarios - Recibimos, publicamos y agradecemos
Muy bueno el relato !
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!