Entro de golpe a tu oficina, sin prestar atención a la importante llamada que estás atendiendo. Me mirás de reojo: vestido negro, medias de fantasía, tacos y conociéndome sabés que llevo tu portaligas favorito.
Me siento encima tuyo, acaricio tu nuca, beso tu cuello, me resfriego en vos como una gata en celo. Cuando por fin cortás te doy un beso caliente, antes de que puedas decirme que no te haga eso cuando estás al teléfono.
Estás caliente putita?, me preguntás. Con voz aniñada te respondo al oído: Muy, me ayudás?
Besás mi cuello y mis manos hunden tu cabeza en mis tetas, sé cuánto te gustan y el deseo de sentir tus labios en mis pezones me delata a través de la fina tela de mi vestido, están duros y se marcan mucho.
Tus manos bajan por mi espalda y te sorprendés al descubrir que no llevo ropa interior puedo sentir como se endurece tu pija al notarlo. Te encanta que sea tan puta, tu miembro no miente.
Acariciás mis labios, rozás mi clítoris, disfrutás de toda esa humedad y mi piel se eriza. De a poco dos dedos se cuelan en mi vagina, un suspiro y mi cara de placer te lo agradecen.
Me hacés gozar con tus dedos como sólo vos sabés hacerlo, ese jueguito me pierde, lo sabés muy bien y lo disfrutás tanto como yo, te encanta ser mi macho y poseerme así.
Mi cadera se balancea, me tenés en éxtasis, tus dedos me llenan por dentro, y para darme la estocada final hacés presión en mi punto G. Pego mi frente a la tuya, exhalo con fuerza en tu cara y te miro a los ojos. Es tuyo, te digo, tomalo.
Casi como si fuera un desafío tus dedos siguen haciendo firme presión en mi interior mientras con tu otra mano masajeás mi botoncito de placer, tiro mi cabeza hacia atrás, me tenés donde querés y donde quiero estar. Muerdo mis labios para no gritar y acabo en silencio empapando tus manos, jadeo y sonrío.
Llevás tus dedos a mi boca, llenos de mi sabor, los lamo y te beso con ternura...
Una llamada nos devuelve a la realidad, tu secretaria te recuerda que la videoconferencia está a punto de comenzar.
Me hacés señas para que me quede callada, pongo cara de nena obediente y me siento enfrente tuyo, donde la cámara no puede captarme.
Me encanta verte tan serio, no parecés el mismo que acaba de sacarme un orgasmo de película hace apenas unos minutos.
Mis pensamientos me vuelven a excitar. Levanto mi vestido y empiezo a acariciarme. Paso mis dedos por mis labios aún hinchados y húmedos. Tu mirada me fulmina, te ponés algo nervioso, pero lo disimulás bien y seguís con tu tarea.
Abro mi cartera y saco uno de mis juguetes, empiezo a penetrarme con él mientras acaricio mis pechos, mis gemidos, apenas perceptibles te están enloqueciendo, lo sé y me odiás por hacerte eso.
Sin hacer caso a tu bronca sigo jugando y justo antes de que termines con tu llamada acabo una vez más, ante tus ojos que no pueden creer que te desobedezca así.
Te parás de golpe de tu silla, te acercás a mí
Qué me hacés putita?, me decís. No te dije que te portaras bien?
Me tomás con fuerza del cabello y con la otra mano desprendés rápidamente tu pantalón. te sonrío irónica, desafiante.
Desbordado, con bronca y calentura me obligás a comerme toda tu pija de un solo bocado y sostenés mi cabeza para que no pueda zafarme. Casi no puedo respirar pero no dejo de succionarte con mis labios, de recorrerte con mi lengua dentro de la boca, de disfrutar lo que logré...
De a poco te vas entregando y soltás mi pelo. Libero un segundo mis labios y te digo relajate, dejame comerte como a vos te gusta.
Te sentás y me arrodillo frente a vos, mi lengua recorre todo tu falo inmenso, brillante, tierno. Cubro tu glande con mis labios y te doy sonoros besos. Bajo con una larga lamida desde tu glande hasta la base de tu pene, sigo bajando y lamo tus testículos, pesados, cargados de leche, de mi leche. Bajo un poco más y lamo tu perineo, tu respiración agitada me indica que te está gustando mi tarea.
Vuelvo a subir, meto toda tu pija en mi boca y la succiono con fuerza, como si pudiera ordeñarte con mis labios. Sé que estás a punto de acabar, casi puedo sentir el sabor de tu semen en mi boca, casi puedo notar cómo esos chorros suben desde tus huevos a tu glande. Cuando la primer gota está a punto de salir y hacerte explotar me paro y me voy. Desconcertado primero, enojado después me gritás:
Qué hacés? Vení acá puta! Terminá lo que empezaste.
Salgo de tu oficina, lográs arreglarte un poco la ropa y asomarte justo antes de que se cierre la puerta del ascensor, te guiño un ojo y te tiro un beso.
Inmediatamente recibís un mensaje en tu celular...
Esta noche te espero esposada a la cama y con los ojos vendados
para que puedas sacarte todas las ganas.
Lochi.
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Me siento encima tuyo, acaricio tu nuca, beso tu cuello, me resfriego en vos como una gata en celo. Cuando por fin cortás te doy un beso caliente, antes de que puedas decirme que no te haga eso cuando estás al teléfono.
Estás caliente putita?, me preguntás. Con voz aniñada te respondo al oído: Muy, me ayudás?
Besás mi cuello y mis manos hunden tu cabeza en mis tetas, sé cuánto te gustan y el deseo de sentir tus labios en mis pezones me delata a través de la fina tela de mi vestido, están duros y se marcan mucho.
Tus manos bajan por mi espalda y te sorprendés al descubrir que no llevo ropa interior puedo sentir como se endurece tu pija al notarlo. Te encanta que sea tan puta, tu miembro no miente.
Acariciás mis labios, rozás mi clítoris, disfrutás de toda esa humedad y mi piel se eriza. De a poco dos dedos se cuelan en mi vagina, un suspiro y mi cara de placer te lo agradecen.
Me hacés gozar con tus dedos como sólo vos sabés hacerlo, ese jueguito me pierde, lo sabés muy bien y lo disfrutás tanto como yo, te encanta ser mi macho y poseerme así.
Mi cadera se balancea, me tenés en éxtasis, tus dedos me llenan por dentro, y para darme la estocada final hacés presión en mi punto G. Pego mi frente a la tuya, exhalo con fuerza en tu cara y te miro a los ojos. Es tuyo, te digo, tomalo.
Casi como si fuera un desafío tus dedos siguen haciendo firme presión en mi interior mientras con tu otra mano masajeás mi botoncito de placer, tiro mi cabeza hacia atrás, me tenés donde querés y donde quiero estar. Muerdo mis labios para no gritar y acabo en silencio empapando tus manos, jadeo y sonrío.
Llevás tus dedos a mi boca, llenos de mi sabor, los lamo y te beso con ternura...
Una llamada nos devuelve a la realidad, tu secretaria te recuerda que la videoconferencia está a punto de comenzar.
Me hacés señas para que me quede callada, pongo cara de nena obediente y me siento enfrente tuyo, donde la cámara no puede captarme.
Me encanta verte tan serio, no parecés el mismo que acaba de sacarme un orgasmo de película hace apenas unos minutos.
Mis pensamientos me vuelven a excitar. Levanto mi vestido y empiezo a acariciarme. Paso mis dedos por mis labios aún hinchados y húmedos. Tu mirada me fulmina, te ponés algo nervioso, pero lo disimulás bien y seguís con tu tarea.
Abro mi cartera y saco uno de mis juguetes, empiezo a penetrarme con él mientras acaricio mis pechos, mis gemidos, apenas perceptibles te están enloqueciendo, lo sé y me odiás por hacerte eso.
Sin hacer caso a tu bronca sigo jugando y justo antes de que termines con tu llamada acabo una vez más, ante tus ojos que no pueden creer que te desobedezca así.
Te parás de golpe de tu silla, te acercás a mí
Qué me hacés putita?, me decís. No te dije que te portaras bien?
Me tomás con fuerza del cabello y con la otra mano desprendés rápidamente tu pantalón. te sonrío irónica, desafiante.
Desbordado, con bronca y calentura me obligás a comerme toda tu pija de un solo bocado y sostenés mi cabeza para que no pueda zafarme. Casi no puedo respirar pero no dejo de succionarte con mis labios, de recorrerte con mi lengua dentro de la boca, de disfrutar lo que logré...
De a poco te vas entregando y soltás mi pelo. Libero un segundo mis labios y te digo relajate, dejame comerte como a vos te gusta.
Te sentás y me arrodillo frente a vos, mi lengua recorre todo tu falo inmenso, brillante, tierno. Cubro tu glande con mis labios y te doy sonoros besos. Bajo con una larga lamida desde tu glande hasta la base de tu pene, sigo bajando y lamo tus testículos, pesados, cargados de leche, de mi leche. Bajo un poco más y lamo tu perineo, tu respiración agitada me indica que te está gustando mi tarea.
Vuelvo a subir, meto toda tu pija en mi boca y la succiono con fuerza, como si pudiera ordeñarte con mis labios. Sé que estás a punto de acabar, casi puedo sentir el sabor de tu semen en mi boca, casi puedo notar cómo esos chorros suben desde tus huevos a tu glande. Cuando la primer gota está a punto de salir y hacerte explotar me paro y me voy. Desconcertado primero, enojado después me gritás:
Qué hacés? Vení acá puta! Terminá lo que empezaste.
Salgo de tu oficina, lográs arreglarte un poco la ropa y asomarte justo antes de que se cierre la puerta del ascensor, te guiño un ojo y te tiro un beso.
Inmediatamente recibís un mensaje en tu celular...
Esta noche te espero esposada a la cama y con los ojos vendados
para que puedas sacarte todas las ganas.
Lochi.
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31 comentarios - Ataque comando
Muy bueno Lo, me encendió la mecha 😛 volveré...
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
imaginacion a full
Al Palo!!!!!!
jajaja
La venganza puede llegar a ser terrible .... 😀 😀
Muy real morocha.....,
Felicitaciones
Gracias por compartir
Muuuuy caliente!
Me encanto!
Gracia spor compartir
pase por mis post para conocerme!
Te dejo puntos... Y cuando quieras toda esta leche...
ués de eso..
Te mando un beso ahi en la foto de tu avatar..... estas con cara de culo..... y qué culo!!!!