Antes de comenzar con el relato, me gustaría aclarar que cuando digo "morochón" no lo digo de manera racista. Para nada.
Ahora sí, me gustaría que disfruten de mi historia, comenten si pueden!
"¿Quién no quiere disfrutar de los pequeños (grandes) placeres de la vida?", eso es lo que nos preguntamos siempre con mis amigas, y esa es nuestra mejor excusa para disfrutar el día a día.
Una de las tantas cosas que nos gustan a las tres es el café de Starbucks, en todas sus variedades. Somos fanáticas, siempre vamos a uno que queda sobre Av. de Mayo, a metros de 9 de Julio. Dani siempre pide un Café Mocha porque dice que le hace acordar a su novio (por qué será?), ella es la única de las 3 con novio. A veces, aunque esto suene de mal amiga, nos gustaría que sea soltera. Pauli, zorrita como yo, no piensa tener novio y es virgen. Es la más linda de las 3 (aunque ella dice que soy yo) y no podemos creer como todavía siga siendo virgen; pero bueno, a ella le gusta y pide siempre el "Skinny Vainilla Latte".
Para mi ellas son algo aburridas. Por más ricos que sean sus cafés siempre piden lo mismo. Yo no me manejo así. A mi me gusta ir variando, descubrir cosas. En este caso, todos los gustos de los cafés. Creo que si no fuese por mí, nuestras reuniones siempre tendrían el mismo sabor... y a eso quería llegar.
Con mis amigas, como dije antes, vamos muy seguido. Hasta casi ya conocemos los horarios de los empleados, y a algún que otro fanático de la cafeína que anda por ahí. Ya los tenemos fichados: Quienes son los lindos y los que más nos sonríen. A veces, medio en broma y medio en serio, alguna pregunta a otra: "che, le dás?", jajaja, típico. Bueno. Uno de los que ya teníamos fichado, era un morocho (por no decir negro) que siempre se ponía en el mismo lugar con su netbook y sus anteojos, su cuerpo robusto y bien formado y su ancha espalda.
El otro día fuimos las tres. Estabamos sentadas las 3 en una de esas barras que hay contra la pared, así cargabamos el cel. Hacía calor. Yo estaba con una pollera cortita y suelta y una remera escotada que me marcaba bien las tetas. Mis amigas estaban vestidas algo parecido a mi. Entre charla y charla, Dani intentaba convencer a Pauli de que le de bola a un chico, para escucharlas mejor giré con la silla, por lo que quedé de costado a la pared, frente a ellas. No me di cuenta que al tener las piernas un poco levantadas y cruzadas, mi pollera me tapaba muy poco de una pierna. Fue sin querer.
- Che Flor, no seas puta y sentáte bien. Estás mostrando toda la pierna y el negro no para de mirarte! jajaja; me dijo Pauli, experta en cambiar de tema
- Apa, que lindo que te mire asi, no? No lo mires, quedate quieta; me dijo Dani.
Me quedé inmóvil. De golpe algo por dentro me entró a hacer cosquillas.
- Si, te esta re mirando! (la sentencia de Pauli fue muy sincera)
Las cosquillas que no se me iban, me hicieron levantar un poco más la pierna. Era una pose algo extraña la mía.
- Sacó el celular, se hace el que lee un mensaje pero me parece que quiere sacarte fotos...
Ese comentario me pudo. Fueron no sé, 10, 15, 20 minutos de ellas metiéndome fichas con el morocho hermoso. Su estrategia ya causaba efecto en mí. Mi espíritu de aventurera estaba dispuesto a avanzar en algo, pero no sabía qué ni cómo. Hasta que de golpe llegó la motivación de afuera:
- Te apuesto 20 cafés, los que quieras, a que no te lo garchas!
La propuesta de Dani fue sincera, contundente y sorpresiva. Estaba hablando en serio. Hacía unos días que cumplió 19 años y eso le había pegado de esa manera, le daba otro peso a sus palabras. Ah, y obvio, me había encantado la apuesta. Mi cosquilleo seguía en aumento y con esto, claro, mucho más. Después de unos segundos silenciosos, mi respuesta fue:
- Sí. Y lo hago hoy mismo.
Dani se sorprendió. Mis palabras fueron más contundentes que las de ellas. Él me seguía mirando. Me moría de ganas de saber en que estaba pensando, o que era lo que estaba pensando de mí. Tan sólo con mostrarle mis piernas estábamos seguras de que el tipo se calentaba viéndome. Me perdí en el horario. No sabía hace cuanto tiempo había empezado ese cachondeo. Quizá fueron 10, 20, 40, una hora,
En eso desarrollé mi plan. Me levante con intención de ir al baño del subsuelo. Tenía que pasar por al lado de él. Pase sin mirarlo. Pero él me miró con mucha carpa, eso me pareció. Una vez en el baño le mande un wasap a Pauli, que tenía mejor vista para ver mi recorrido. Necesitaba saber si me miró o no...
- Y? me miró?
- Si boluda, y mucho
- Más puntos para mi
- Si... y no sabes el gesto que hizo cuando te vió de atrás! Se mordió los labios
- Uy
- Sí! Encima vos que sos toda blanquita y rubia, sabés que combineta harías con uno así jajaja
- Jajajaja, bueno, eso está por verse...
- Que zorra que sos, por eso sos mi amiga
- Callate vos! Miren lo que hago ahora eh, presten atención.
Aproveche ya que estaba frente al espejo, a acomodarme la remera para lucir más mis lindas tetas, y acomodarme la pollera para mostrarle las piernas, en definitiva, era eso lo que lo calentaba a él. A mí, la situación me calentaba mucho. Si lo agarraba no habría quien lo salve. Quizá el pensaba lo mismo. Pero si me guio por lo que dicen de ellos, y lo que veo en las porno de ellos... me debería cuidar, nunca había tenido una muy grande.
En fin, salí del baño. Miré a mi alrededor. Todo ese "ante-baño" era muy amplio, muy tranquilo y poco transitado. Pero no era un buen lugar para tener sexo, o al menos chupar una pija.
Subí. Doy los primeros pasos y veo a lo lejos y de frente a mis amigas sentadas, y mucho más cerca mío y de espaldas, a mi negrito hermoso. Veo que estaba sentado muy relajado, con las piernas algo estiradas. En ese momento, nada me importaba y puse en marcha mi plan...
Doy unos pasos hacia él, lo mido, calculo. No quería que salga mal la cosa. Estaba muy nerviosa por dentro aunque por fuera no lo pareciera. Veo su pie izquierdo algo "adelantado". Ya esta. Lo pisé "sin querer" y me choque contra la mesa, inclinándome sobre ella...
- Uy perdón!
Muy sorprendido, se queda mirándome fijo a los ojos. Al "chocarme" me acerque más y me apoye sobre la mesa con las manos y un poco con la cintura, dejándo caer mi teléfono a la mesa. La inclinación de mi cuerpo sobre la mesa fue suficiente como para que él pierda toda concentración y clave, después de mirarme a los ojos, su mirada ahí (posiblemente con la perversa idea de clavarme otra cosa). Me río nerviosamente, y me tomo todo el tiempo del mundo en extender mi mano para agarrar el celular, que estaba del otro lado de la mesa.
Él permaneció inmóvil. Duro. Sin reacción, salvo por sus ojos. Necesite inclinarme un poquito más, y girar apenas para donde estaba él, y cruzar el brazo. Quiero aclarar que no le puse las tetas en la cara. No, pero si le di una mirada mucho mejor a la buena que ya tenía. Agarro el télefono y me voy poniendo de a poco parada normal.
- Perdón por la pisada, no me di cuenta.
No contestó. Siguió mirandome las tetas por un momento hasta que se dió cuenta que tendría que contestarme. Fue lo suficiente como para quedar, como dicen los hombres, en off-side.
- Amiga, está todo bien,
Fue muy graciosa su respuesta. Sin dudas era un castellano muy forzado, me causó cierta ternura. Movió sus manos de una manera rara y cerró los ojos cuando dijo eso; como muy cordial y amigable.
Lo tomé como un cumplido, así que me tome el atrevimiento de poner mi mano derecha en su brazo. Estaba muy duro, muy trabajado. Si digo que no me exitó, estaría mintiendo. Y le dije, sonriendo:
- Ay, me siento una tonta, a veces soy tan torpe.
Sin dudas no esperaba ese gesto. Se sorprendió y me volvió a decir lo mismo.
- Amiga, está todo bien,
Esta vez no sonó taaan amigable como antes. No me importó, le volví a sonreír y darle las gracias y me fui.
Volví con las chicas. Estaban muy tentadas. Me volví a sentar en el mismo lugar, volviendo a lucir mis piernas, ahora con la seguridad de haber sido observada muy bien por él.
- Flor, sos una zorra! dijo Pauli
- Que provocadora que sos... dijo Dani
Fueron algunos minutos de chistes de ese tipo. Y de lo que él me podía hacer. Se me estaba haciendo agua la boca. Sobre todo porque sabía que él me miraba y yo no podía ver lo bueno que estaba. Cuando de golpe...
- Se va tu príncipe, dice Pauli
En ese momento me cambió la cara.
- Para! se va al baño! andá, seguilo.
Y en ese momento también me volvió a cambiar la cara.
- Dale! anda! acordate de los cafés, dijo Dani.
- Jajaj, obvio!
- Che, pero tenés que tener algo que compruebe que te lo garchaste, sino no vale, dijo Pauli.
- Ok. Me lo cojo y lo traigo.
- Suerte! me dijo Dani
No lo dude. Esperé unos segundos y fui. El baño de hombres está al costado que el de las mujeres. Me paré al lado de la puerta y espere a que salga. De pronto se abre. Era otro, falsa alarma. Y ahí fue cuando me pregunté, ¿Cómo compruebo eso?
De golpe se abre la puerta. Sale él, caminando muy despacio y tranquilo. No me ve.
- Sh, ey! le grito. Se da vuelta,
- Hola, le dije con mi mejor sonrisa.
Mira a su izquierda, a su derecha, arriba, el chabón no entendía nada.
- A vos te digo, lindo, vení. Y me acerco a él y él da un paso adelante. Me apuré y le agarré la mano. Era obvio que se puso muy nervioso.
- Vení, le volví decir y dí pasos atrás, caminando de espaldas al baño de hombres. Creo que recién ahí el chabón entendió de que se trataba.
Sin perder tiempo, y justo cuando estaba golpeando y abriendo la puerta del baño con mi cola, me agarra de la cintura y me parte la boca de un beso. Que labios tan carnosos. Que lindo beso fue. Ya dentro del baño miro alrededor. Era distinto al de mujeres (obvio) y en eso me tironea llevándome hasta dentro de uno de los cubículos. Quedamos frente a frente. Bah, en realidad no, porque él es más alto, me llevará cabeza y media. Aproveche esa diferencia de tamaño, agaché mi cabeza y poco y lo miré a los ojos con una sonrisa. Lo sigo mirando fijo y él seguía quieto. Seguía nervioso.
Estallaba de placer y curiosidad por dentro a esa altura. Lo estaba dominando!
Estiro mi mano, sin perderle de vista sus ojos, y le toqué la pija. Era grande.
Sin decir una palabra, y muy rápidamente, se bajó solito los pantalones.
De inmediato supe cual sería mi rol.
Me saqué la camiseta, me bajé la pollerita y me senté en el inodoro. Ya la tenía parada él. Era HERMOSA. Me agarró de la mejilla y me llevó hasta su pija. Como me exitó ese suave movimiento...
Llegó el momento. Ya me acercaba a su cabezota, empecé a chuparle el glande. Sólo el glande. Le pasaba la lengua por acá, por allá; después de unos minutos, le pase la lengua por todo el tronco y le entré a tocar los huevos. Ya estaba toda mojada. No podía estar gustándome tanto esa pija.
El morochón también estaba disfrutando. Cuando lo miraba a los ojos chupádosela, podía darme cuenta de eso. Me empezó a tocar las tetas. Me sacó el corpiño. Sin decir ni A, me agarró las tetas y me la puso ahí. Me estaba haciendo una turca. Empezó a moverse muy rápido. Pensé que quería acabarme ahí mismo. Yo mientras me tocaba. Estaba empapada y me aventuraba con algún que otro dedo. Siguió, cada vez más rápido.
No quise arriesgarme a que todo termine ahí, asi que agarré mi cartera y saque un preservativo. Lo paré para ponerle el forro. Ver esa hermoso y enorme pija entre mis manos me llevo a seguir chupándosela un ratito más. La "textura" de esa pija era distinta a todas las que había chupado, que por cierto y a mis casi 19 años, no eran muchas, pero tampoco pocas.
Le puse el forro con la boca. Eso me lo enseñó mi amiga Dani. En eso suena su teléfono.
- Es trabajo. Estoy yendo tarde
Otra vez, su castellano me dió ternura. Pero lejos de desconcentrarme, me paré y me apoyé contra la pared, inclinándome en 90 grados. Fue automático. Mi concha no daba más. Pedía ya mismo esa pija ahí.
Supongo que a él le pasaba lo mismo. No tardó ni un segundo en clavármela.
- Aaaahhhhhhhh
La sentí. Que lindo fue eso Dios mío!
- "Tóma ésto, amiga"
Otro comentario que me causó ternura. aunque eso lo pienso ahora. En el momento deliraba de placer...
No llegó hasta el fondo. Era muy grande. Creo que tuvo piedad de mí, pero me apretaba muy fuerte las tetas. De golpe le vuelve a sonar el celular. Pense que podía ser "malo" eso. Pero no, el teléfono lo hacía ponerse más violento en el sexo. Entró a moverse mucho más rápido
- Ah, ah, ah, ah, ah...
Intentaba no gemir. No podía. Era fantástico lo que me estaba pasando. Tuve uno de mis mejores orgasmos en ese momento. Él no paró. Creo que por nada del mundo podría ni yo ni nadie pararlo en ese momento. Cuando de golpe:
- Ah, si, si, si, tóma amiga, tóma...
Acabó.
A mi me temblaban las piernas y me costaba horrores mantenerme en pie.
Me volví a sentar en el inodoro, le saqué el preservativo y se la chupé. Otra vez.
(Que rica que era, se los recomiendo).
Las caras de placer del morochón eran muy llamativas.
- Tengo que irme ya. Eres muy bonita.
Sólo alcancé a sonreirle. Salió rápido. Apenas me dió tiempo de agarrar papel y limpiarme apenas.
- Sal ahora que nadie hay
Rara conjugación. Andá a saber que idioma hablaba antes. Se me prendió la lamparita, y envolví el preservativo en papel higiénico. Lo dejé en mi mano.
- Lindo sexo. Le dije
- Eres muy sexi.
Le di un beso y me fui en frente. Al baño de mujeres. Él salió corriendo, era tarde y le volvía a sonar el teléfono, Me llega un whatsapp de Pauli
- Salió corriendo tu príncipe. Te lo garchaste o no Flor?
- Obvio querida, ya te llevo tu premio.
Subí, estaban ellas ahí, como locas. Querían lujo de detalles.
- Antes que nada, miren lo que tengo acá.
Les muestro el forro lleno de leche. Las dejé sin palabras. Accedí a su pedido y empecé a contarles. Seguían sin poder creerlo. Ya estábamos por irnos y noto que Pauli miraba mucho al chico que juntaba la basura de las mesas y las limpiaba.
- Bueno, vamos. Dijo Dani
Nos levantamos y caminamos con Dani, Pauli quedó ahí, ordenando la mesa (al pedo). No entendí por qué tardaba en venir, no estaba haciendo nada ella. hasta que comprendí. Se quedo esperando a que el chico mesero la viera a ella con esa bandeja, con un forro lleno de leche. Una vez que el chico estaba cerca y la miró, la zorra (y virgen!) de Pauli le sonrió y se fue.
Que lástima que no pude ver la cara del pobre chico descubriendo un forro lleno de leche! Que locura! Pero más loca era actitud tan puta de Pauli, como diciéndole "mirá lo que te voy a hacer" al mesero, Me pareció raro, no se. Igual no le dije nada a ella. Pobre.
Bueno, esa fue mi historia con el morochón. Entré a tomar un café como todos los días, y terminé chupando la pija más linda que haya visto.
De eso se trata, creo, de disfrutar de los pequeños (grandes) placeres de la vida.
Pija y café señores!!!
Flor!
Mis otros relatos:
El día que desvirgaron a Pauil:
- Cumple de Dani. Trío, partuza y desvirgadas parte 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/2489483/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-1.html
- Cumple de Dani. Trío, partuza y desvirgadas parte 2
http://www.poringa.net/posts/relatos/2489569/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-2.html
El infierno de Luzbelito
es un espejo para nuestra vergüenza.
Somos hijos de multivioladores muertos.
Somos los hijos de puta que van a beber de sus aguas y,
ya sabemos, los hijos de puta
no descansan nunca.
Gracias por comentar!
Ahora sí, me gustaría que disfruten de mi historia, comenten si pueden!
"¿Quién no quiere disfrutar de los pequeños (grandes) placeres de la vida?", eso es lo que nos preguntamos siempre con mis amigas, y esa es nuestra mejor excusa para disfrutar el día a día.
Una de las tantas cosas que nos gustan a las tres es el café de Starbucks, en todas sus variedades. Somos fanáticas, siempre vamos a uno que queda sobre Av. de Mayo, a metros de 9 de Julio. Dani siempre pide un Café Mocha porque dice que le hace acordar a su novio (por qué será?), ella es la única de las 3 con novio. A veces, aunque esto suene de mal amiga, nos gustaría que sea soltera. Pauli, zorrita como yo, no piensa tener novio y es virgen. Es la más linda de las 3 (aunque ella dice que soy yo) y no podemos creer como todavía siga siendo virgen; pero bueno, a ella le gusta y pide siempre el "Skinny Vainilla Latte".
Para mi ellas son algo aburridas. Por más ricos que sean sus cafés siempre piden lo mismo. Yo no me manejo así. A mi me gusta ir variando, descubrir cosas. En este caso, todos los gustos de los cafés. Creo que si no fuese por mí, nuestras reuniones siempre tendrían el mismo sabor... y a eso quería llegar.
Con mis amigas, como dije antes, vamos muy seguido. Hasta casi ya conocemos los horarios de los empleados, y a algún que otro fanático de la cafeína que anda por ahí. Ya los tenemos fichados: Quienes son los lindos y los que más nos sonríen. A veces, medio en broma y medio en serio, alguna pregunta a otra: "che, le dás?", jajaja, típico. Bueno. Uno de los que ya teníamos fichado, era un morocho (por no decir negro) que siempre se ponía en el mismo lugar con su netbook y sus anteojos, su cuerpo robusto y bien formado y su ancha espalda.
El otro día fuimos las tres. Estabamos sentadas las 3 en una de esas barras que hay contra la pared, así cargabamos el cel. Hacía calor. Yo estaba con una pollera cortita y suelta y una remera escotada que me marcaba bien las tetas. Mis amigas estaban vestidas algo parecido a mi. Entre charla y charla, Dani intentaba convencer a Pauli de que le de bola a un chico, para escucharlas mejor giré con la silla, por lo que quedé de costado a la pared, frente a ellas. No me di cuenta que al tener las piernas un poco levantadas y cruzadas, mi pollera me tapaba muy poco de una pierna. Fue sin querer.
- Che Flor, no seas puta y sentáte bien. Estás mostrando toda la pierna y el negro no para de mirarte! jajaja; me dijo Pauli, experta en cambiar de tema
- Apa, que lindo que te mire asi, no? No lo mires, quedate quieta; me dijo Dani.
Me quedé inmóvil. De golpe algo por dentro me entró a hacer cosquillas.
- Si, te esta re mirando! (la sentencia de Pauli fue muy sincera)
Las cosquillas que no se me iban, me hicieron levantar un poco más la pierna. Era una pose algo extraña la mía.
- Sacó el celular, se hace el que lee un mensaje pero me parece que quiere sacarte fotos...
Ese comentario me pudo. Fueron no sé, 10, 15, 20 minutos de ellas metiéndome fichas con el morocho hermoso. Su estrategia ya causaba efecto en mí. Mi espíritu de aventurera estaba dispuesto a avanzar en algo, pero no sabía qué ni cómo. Hasta que de golpe llegó la motivación de afuera:
- Te apuesto 20 cafés, los que quieras, a que no te lo garchas!
La propuesta de Dani fue sincera, contundente y sorpresiva. Estaba hablando en serio. Hacía unos días que cumplió 19 años y eso le había pegado de esa manera, le daba otro peso a sus palabras. Ah, y obvio, me había encantado la apuesta. Mi cosquilleo seguía en aumento y con esto, claro, mucho más. Después de unos segundos silenciosos, mi respuesta fue:
- Sí. Y lo hago hoy mismo.
Dani se sorprendió. Mis palabras fueron más contundentes que las de ellas. Él me seguía mirando. Me moría de ganas de saber en que estaba pensando, o que era lo que estaba pensando de mí. Tan sólo con mostrarle mis piernas estábamos seguras de que el tipo se calentaba viéndome. Me perdí en el horario. No sabía hace cuanto tiempo había empezado ese cachondeo. Quizá fueron 10, 20, 40, una hora,
En eso desarrollé mi plan. Me levante con intención de ir al baño del subsuelo. Tenía que pasar por al lado de él. Pase sin mirarlo. Pero él me miró con mucha carpa, eso me pareció. Una vez en el baño le mande un wasap a Pauli, que tenía mejor vista para ver mi recorrido. Necesitaba saber si me miró o no...
- Y? me miró?
- Si boluda, y mucho
- Más puntos para mi
- Si... y no sabes el gesto que hizo cuando te vió de atrás! Se mordió los labios
- Uy
- Sí! Encima vos que sos toda blanquita y rubia, sabés que combineta harías con uno así jajaja
- Jajajaja, bueno, eso está por verse...
- Que zorra que sos, por eso sos mi amiga
- Callate vos! Miren lo que hago ahora eh, presten atención.
Aproveche ya que estaba frente al espejo, a acomodarme la remera para lucir más mis lindas tetas, y acomodarme la pollera para mostrarle las piernas, en definitiva, era eso lo que lo calentaba a él. A mí, la situación me calentaba mucho. Si lo agarraba no habría quien lo salve. Quizá el pensaba lo mismo. Pero si me guio por lo que dicen de ellos, y lo que veo en las porno de ellos... me debería cuidar, nunca había tenido una muy grande.
En fin, salí del baño. Miré a mi alrededor. Todo ese "ante-baño" era muy amplio, muy tranquilo y poco transitado. Pero no era un buen lugar para tener sexo, o al menos chupar una pija.
Subí. Doy los primeros pasos y veo a lo lejos y de frente a mis amigas sentadas, y mucho más cerca mío y de espaldas, a mi negrito hermoso. Veo que estaba sentado muy relajado, con las piernas algo estiradas. En ese momento, nada me importaba y puse en marcha mi plan...
Doy unos pasos hacia él, lo mido, calculo. No quería que salga mal la cosa. Estaba muy nerviosa por dentro aunque por fuera no lo pareciera. Veo su pie izquierdo algo "adelantado". Ya esta. Lo pisé "sin querer" y me choque contra la mesa, inclinándome sobre ella...
- Uy perdón!
Muy sorprendido, se queda mirándome fijo a los ojos. Al "chocarme" me acerque más y me apoye sobre la mesa con las manos y un poco con la cintura, dejándo caer mi teléfono a la mesa. La inclinación de mi cuerpo sobre la mesa fue suficiente como para que él pierda toda concentración y clave, después de mirarme a los ojos, su mirada ahí (posiblemente con la perversa idea de clavarme otra cosa). Me río nerviosamente, y me tomo todo el tiempo del mundo en extender mi mano para agarrar el celular, que estaba del otro lado de la mesa.
Él permaneció inmóvil. Duro. Sin reacción, salvo por sus ojos. Necesite inclinarme un poquito más, y girar apenas para donde estaba él, y cruzar el brazo. Quiero aclarar que no le puse las tetas en la cara. No, pero si le di una mirada mucho mejor a la buena que ya tenía. Agarro el télefono y me voy poniendo de a poco parada normal.
- Perdón por la pisada, no me di cuenta.
No contestó. Siguió mirandome las tetas por un momento hasta que se dió cuenta que tendría que contestarme. Fue lo suficiente como para quedar, como dicen los hombres, en off-side.
- Amiga, está todo bien,
Fue muy graciosa su respuesta. Sin dudas era un castellano muy forzado, me causó cierta ternura. Movió sus manos de una manera rara y cerró los ojos cuando dijo eso; como muy cordial y amigable.
Lo tomé como un cumplido, así que me tome el atrevimiento de poner mi mano derecha en su brazo. Estaba muy duro, muy trabajado. Si digo que no me exitó, estaría mintiendo. Y le dije, sonriendo:
- Ay, me siento una tonta, a veces soy tan torpe.
Sin dudas no esperaba ese gesto. Se sorprendió y me volvió a decir lo mismo.
- Amiga, está todo bien,
Esta vez no sonó taaan amigable como antes. No me importó, le volví a sonreír y darle las gracias y me fui.
Volví con las chicas. Estaban muy tentadas. Me volví a sentar en el mismo lugar, volviendo a lucir mis piernas, ahora con la seguridad de haber sido observada muy bien por él.
- Flor, sos una zorra! dijo Pauli
- Que provocadora que sos... dijo Dani
Fueron algunos minutos de chistes de ese tipo. Y de lo que él me podía hacer. Se me estaba haciendo agua la boca. Sobre todo porque sabía que él me miraba y yo no podía ver lo bueno que estaba. Cuando de golpe...
- Se va tu príncipe, dice Pauli
En ese momento me cambió la cara.
- Para! se va al baño! andá, seguilo.
Y en ese momento también me volvió a cambiar la cara.
- Dale! anda! acordate de los cafés, dijo Dani.
- Jajaj, obvio!
- Che, pero tenés que tener algo que compruebe que te lo garchaste, sino no vale, dijo Pauli.
- Ok. Me lo cojo y lo traigo.
- Suerte! me dijo Dani
No lo dude. Esperé unos segundos y fui. El baño de hombres está al costado que el de las mujeres. Me paré al lado de la puerta y espere a que salga. De pronto se abre. Era otro, falsa alarma. Y ahí fue cuando me pregunté, ¿Cómo compruebo eso?
De golpe se abre la puerta. Sale él, caminando muy despacio y tranquilo. No me ve.
- Sh, ey! le grito. Se da vuelta,
- Hola, le dije con mi mejor sonrisa.
Mira a su izquierda, a su derecha, arriba, el chabón no entendía nada.
- A vos te digo, lindo, vení. Y me acerco a él y él da un paso adelante. Me apuré y le agarré la mano. Era obvio que se puso muy nervioso.
- Vení, le volví decir y dí pasos atrás, caminando de espaldas al baño de hombres. Creo que recién ahí el chabón entendió de que se trataba.
Sin perder tiempo, y justo cuando estaba golpeando y abriendo la puerta del baño con mi cola, me agarra de la cintura y me parte la boca de un beso. Que labios tan carnosos. Que lindo beso fue. Ya dentro del baño miro alrededor. Era distinto al de mujeres (obvio) y en eso me tironea llevándome hasta dentro de uno de los cubículos. Quedamos frente a frente. Bah, en realidad no, porque él es más alto, me llevará cabeza y media. Aproveche esa diferencia de tamaño, agaché mi cabeza y poco y lo miré a los ojos con una sonrisa. Lo sigo mirando fijo y él seguía quieto. Seguía nervioso.
Estallaba de placer y curiosidad por dentro a esa altura. Lo estaba dominando!
Estiro mi mano, sin perderle de vista sus ojos, y le toqué la pija. Era grande.
Sin decir una palabra, y muy rápidamente, se bajó solito los pantalones.
De inmediato supe cual sería mi rol.
Me saqué la camiseta, me bajé la pollerita y me senté en el inodoro. Ya la tenía parada él. Era HERMOSA. Me agarró de la mejilla y me llevó hasta su pija. Como me exitó ese suave movimiento...
Llegó el momento. Ya me acercaba a su cabezota, empecé a chuparle el glande. Sólo el glande. Le pasaba la lengua por acá, por allá; después de unos minutos, le pase la lengua por todo el tronco y le entré a tocar los huevos. Ya estaba toda mojada. No podía estar gustándome tanto esa pija.
El morochón también estaba disfrutando. Cuando lo miraba a los ojos chupádosela, podía darme cuenta de eso. Me empezó a tocar las tetas. Me sacó el corpiño. Sin decir ni A, me agarró las tetas y me la puso ahí. Me estaba haciendo una turca. Empezó a moverse muy rápido. Pensé que quería acabarme ahí mismo. Yo mientras me tocaba. Estaba empapada y me aventuraba con algún que otro dedo. Siguió, cada vez más rápido.
No quise arriesgarme a que todo termine ahí, asi que agarré mi cartera y saque un preservativo. Lo paré para ponerle el forro. Ver esa hermoso y enorme pija entre mis manos me llevo a seguir chupándosela un ratito más. La "textura" de esa pija era distinta a todas las que había chupado, que por cierto y a mis casi 19 años, no eran muchas, pero tampoco pocas.
Le puse el forro con la boca. Eso me lo enseñó mi amiga Dani. En eso suena su teléfono.
- Es trabajo. Estoy yendo tarde
Otra vez, su castellano me dió ternura. Pero lejos de desconcentrarme, me paré y me apoyé contra la pared, inclinándome en 90 grados. Fue automático. Mi concha no daba más. Pedía ya mismo esa pija ahí.
Supongo que a él le pasaba lo mismo. No tardó ni un segundo en clavármela.
- Aaaahhhhhhhh
La sentí. Que lindo fue eso Dios mío!
- "Tóma ésto, amiga"
Otro comentario que me causó ternura. aunque eso lo pienso ahora. En el momento deliraba de placer...
No llegó hasta el fondo. Era muy grande. Creo que tuvo piedad de mí, pero me apretaba muy fuerte las tetas. De golpe le vuelve a sonar el celular. Pense que podía ser "malo" eso. Pero no, el teléfono lo hacía ponerse más violento en el sexo. Entró a moverse mucho más rápido
- Ah, ah, ah, ah, ah...
Intentaba no gemir. No podía. Era fantástico lo que me estaba pasando. Tuve uno de mis mejores orgasmos en ese momento. Él no paró. Creo que por nada del mundo podría ni yo ni nadie pararlo en ese momento. Cuando de golpe:
- Ah, si, si, si, tóma amiga, tóma...
Acabó.
A mi me temblaban las piernas y me costaba horrores mantenerme en pie.
Me volví a sentar en el inodoro, le saqué el preservativo y se la chupé. Otra vez.
(Que rica que era, se los recomiendo).
Las caras de placer del morochón eran muy llamativas.
- Tengo que irme ya. Eres muy bonita.
Sólo alcancé a sonreirle. Salió rápido. Apenas me dió tiempo de agarrar papel y limpiarme apenas.
- Sal ahora que nadie hay
Rara conjugación. Andá a saber que idioma hablaba antes. Se me prendió la lamparita, y envolví el preservativo en papel higiénico. Lo dejé en mi mano.
- Lindo sexo. Le dije
- Eres muy sexi.
Le di un beso y me fui en frente. Al baño de mujeres. Él salió corriendo, era tarde y le volvía a sonar el teléfono, Me llega un whatsapp de Pauli
- Salió corriendo tu príncipe. Te lo garchaste o no Flor?
- Obvio querida, ya te llevo tu premio.
Subí, estaban ellas ahí, como locas. Querían lujo de detalles.
- Antes que nada, miren lo que tengo acá.
Les muestro el forro lleno de leche. Las dejé sin palabras. Accedí a su pedido y empecé a contarles. Seguían sin poder creerlo. Ya estábamos por irnos y noto que Pauli miraba mucho al chico que juntaba la basura de las mesas y las limpiaba.
- Bueno, vamos. Dijo Dani
Nos levantamos y caminamos con Dani, Pauli quedó ahí, ordenando la mesa (al pedo). No entendí por qué tardaba en venir, no estaba haciendo nada ella. hasta que comprendí. Se quedo esperando a que el chico mesero la viera a ella con esa bandeja, con un forro lleno de leche. Una vez que el chico estaba cerca y la miró, la zorra (y virgen!) de Pauli le sonrió y se fue.
Que lástima que no pude ver la cara del pobre chico descubriendo un forro lleno de leche! Que locura! Pero más loca era actitud tan puta de Pauli, como diciéndole "mirá lo que te voy a hacer" al mesero, Me pareció raro, no se. Igual no le dije nada a ella. Pobre.
Bueno, esa fue mi historia con el morochón. Entré a tomar un café como todos los días, y terminé chupando la pija más linda que haya visto.
De eso se trata, creo, de disfrutar de los pequeños (grandes) placeres de la vida.
Pija y café señores!!!
Flor!
Mis otros relatos:
El día que desvirgaron a Pauil:
- Cumple de Dani. Trío, partuza y desvirgadas parte 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/2489483/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-1.html
- Cumple de Dani. Trío, partuza y desvirgadas parte 2
http://www.poringa.net/posts/relatos/2489569/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-2.html
El infierno de Luzbelito
es un espejo para nuestra vergüenza.
Somos hijos de multivioladores muertos.
Somos los hijos de puta que van a beber de sus aguas y,
ya sabemos, los hijos de puta
no descansan nunca.
Gracias por comentar!
3 comentarios - Pensé que sólo café iba a tomar: Mi historia en Starbucks
Los estaré esperando!