Hola a todos, esté es mi segundo relato, espero sea de su agrado:
-Ya es tarde linda, debo irme. – Dijo Bruno mirando y apuntando el reloj.
-Quédate, mis padres no llegan hoy. – Dijo Diana mientras bajaba la cabeza y se tomaba las manos.
Bruno y Diana eran pareja hace 3 meses, hasta el momento no han tenido entre ellos su experiencia sexual pero tampoco tomaban el tema debido a la callada y tímida personalidad de Diana, Bruno era un chico normal de 18 años, un cuerpo normal, cabello café y ojos pardos, la escuela recién acabada. Diana era 1 año menor, tenía el cabello largo hasta la parte baja de la espalda, estatura de 1,60 y unos increíbles ojos verdes que hechizaron a Bruno desde la primer día, pero Diana tenía un hobbie algo inusual para Bruno, era una Otaku, una total amante de la cultura Japonesa y una novia muy callada para el gusto de Bruno.
-Bien entonces… ¿Qué hacemos? – Pregunto Bruno mirando a Diana.
-Veamos una peli… solos tú y yo. – Dijo Diana en voz baja.
-No seas tan tímida Diana, ya llevamos un tiempo y no tienes que ponerte así. – Dijo Bruno mientras la abrazaba y le besaba la frente. Diana solo lo miró y lo abrazo de vuelta. – Bueno vamos.
Ambos pusieron una película en la TV y se acostaron juntos en la cama, Bruno le servía de almohada a Diana y ella no se despegaba de él. Vieron la película hasta que termino y se quedaron un rato abrazados sin decir nada, hasta que Bruno dijo:
-Diana… me aburro. ¿Y si hacemos algo divertido?.
-Hmm que quieres hacer? – Pregunto Diana.
- No lo sé, algo debes tener por aquí. – Dijo Bruno, y acto seguido comenzó a buscar en la habitación de Diana.
Bruno busco mientras Diana solo lo observaba acostada en su cama, no le quito la vista de encima, Bruno busco en el armario, en su escritorio, pero no encontraba nada hasta que diviso debajo de su cama una caja oculta.
-¡Aquí debe haber algo! – Exclamó Bruno
-¡No! ¡Esa caja…!. – Advirtió Diana, pero era demasiado tarde, Bruno ya había abierto la caja y encontró algo muy interesante dentro.
-Esto… no tenía idea de estos gustos… - Dijo Bruno mientras sacaba el contenido de la caja.
Dentro de la caja había un disfraz de conejita, un cosplay de alguna serie pensaba Bruno, peral revisarlo más de cerca notó que este era mucho más ligero de ropa y provocativo, y todas sus dudas desaparecieron cuando al abrir otra pequeña caja en el fondo de la que revisaba lo encontró, un juguete anal, pequeño, con forma de una colita de conejo, Bruno lo sacó y miró a Diana, que solo apartaba la vista y se sonrojaba.
-Eso… era una sorpresa para ti. – Dijo Diana totalmente ruborizada y mirando al otro lado de la habitación.
-¡Póntelo! Por favor Diana, por mí. – Exclamó Bruno entusiasmado con la idea.
-… Bu- bueno, pero sal de la habitación primero. – Dijo Diana mientras tomaba rápidamente el traje.
Bruno salió y espero a puerta cerrada a que Diana hablara, cuando Bruno notó que ella tardaba demasiado e iba a tocar la puerta ella hablo del otro lado:
-Puedes pasar. – Dijo Diana del otro lado.
Bruno abrió lentamente la puerta y la contemplo al abrirla, ella estaba de pie, junto a la cama, con el sexy atuendo puesto por completo, tenía las manos cruzadas y bajo su cintura, era algo natural de ella esta postura por su timidez. Bruno no se contuvo, camino a paso firme hacia Diana y la comenzó a besar con deseo, su lengua no tuvo problemas de entrar en su boca. Diana estaba totalmente sumisa, ella solo se dejaba llevar por él y Bruno jugaba con el cuerpo de Diana, le acariciaba el trasero, pasaba sus manos por la espalda, sus hombros, su cara, de a poco la fue llevando a la cama hasta acostarla y comenzó a besar sus senos por sobre su atuendo, Diana solo miraba hacia arriba y sus gemidos eran callados por sus propias manos, le daba vergüenza esa situación, Bruno notó la situación, la miró a los ojos y dijo:
-No tienes nada de que temer o sentir vergüenza, eres mi chica y quiero que grites de placer esta noche.
Bruno seguía jugando con el cuerpo de Diana, le movía la ropa de sus pechos y lamía sus pezones de manera circular, luego succionó sus pezones estirándolos hacia arriba y los mordisqueo sutilmente, Diana ahora gemía fuertemente de placer, pero quería más, inconscientemente comenzó a quitarle la camisa a Bruno y a manosear su pecho y sus brazos, Bruno notó la situación y comenzó a bajar lentamente, llego hasta la entrepierna de Diana y empezó a pasar su dedo índice de manera vertical por sobre su ropa, luego de a 2 dedos y por ultimo piñizcaba su clítoris por sobre el cosplay, Diana no tardó en sentir un orgasmo y su cuerpo se retorció, ahora ella jadeaba recostada en la cama, pero Bruno quería jugar más con ella.
-Mírate, ahora tendré que limpiarte. – Dijo Bruno en tono burlesco y sensual.
Bruno movió la ropa de la entrepierna de Diana y comenzó a lamer la vagina de Diana por completo, Diana gozaba y apretaba la cabeza de Bruno con sus manos para que siguiera, luego de lamer por completo su sexo, metió su lengua de a poco hasta lo que más pudo, comenzó a moverla de manera circular mientras jugaba con su clítoris utilizando sus manos, ya totalmente excitado Bruno dijo:
-Ya no aguanto más Diana, es mi turno de sentirme bien.
Bruno se quitó el pantalón y su ropa interior, tomo las piernas de Diana, las alzo y coloco su pene en los labios de la vagina de Diana, lo movió suavemente por fuera mientras miraba la cara de placer de Diana, hasta que, se posicionó y comenzó a penetrarla, basto la primera penetración para provocarle su segundo orgasmo a Diana, ella estaba sensible pero quería aún más, Bruno cedió a sus impulsos y comenzó a hacerlo mas rápido, su ritmo crecía de a poco y ambos gemían al unísono, pasaron así un tiempo hasta que Bruno no aguanto mas y lleno el vientre de Diana con su semen que no paraba de salir. Bruno seguía excitado, y al sacar su pene de Diana notó algo que faltaba.
-Y tu cola Diana, eres una mala chica debes usar tu traje completo.
Bruno busco el juguete anal y lo dejo a su lado, levanto aún más a Diana y abrió el cierre por completo de la entrepierna de Diana, esta vez, paso su lengua por alrededor del ano de Diana y de a poco la introdujo en ella, Diana grito esta vez, le caía saliva de ambos lados de la boca y ya no controlaba su cuerpo, Bruno tomo la cola de conejo y la introdujo en la boca de Diana, acto seguido le metió el juguete en el ano de Diana de a poco, disfrutando el momento y la excitación de Diana, luego la tomó y la volteo en la cama, la puso en cuatro patas y comenzó a penetrarla de nuevo, con la misma intensidad, pero tomando su cola de conejo y moviéndola de a poco, Diana solo se rindió al placer y a Bruno la situación lo excito demasiado, ambos se corrieron al mismo tiempo Bruno lleno de nuevo el interior de Diana, le retiro el juguete y ambos cayeron rendidos por la experiencia.
A la mañana siguiente ambos despertaron acostados bajo las sabanas de la cama de Diana, no recordaban realmente como estaban metidos ahí, pero si recordaban lo que hicieron, Bruno le dijo a Diana:
-Me encanto lo de ayer, no podría pedir una mejor chica.
-Gracias… a mí también me gusto. – Dijo Diana sonrojándose.
Ambos se vistieron, Bruno debía irse ya a su casa, ante la pronta despedida Diana se precipitó a Bruno y le dio un beso en la boca, lo acompaño hasta a puerta y e dijo:
-Puedo conseguir un traje de gatita… solo si quieres.
-Eso me encantaría. – Dijo Bruno, la beso y se fue a su casa esperando volver.
-Ya es tarde linda, debo irme. – Dijo Bruno mirando y apuntando el reloj.
-Quédate, mis padres no llegan hoy. – Dijo Diana mientras bajaba la cabeza y se tomaba las manos.
Bruno y Diana eran pareja hace 3 meses, hasta el momento no han tenido entre ellos su experiencia sexual pero tampoco tomaban el tema debido a la callada y tímida personalidad de Diana, Bruno era un chico normal de 18 años, un cuerpo normal, cabello café y ojos pardos, la escuela recién acabada. Diana era 1 año menor, tenía el cabello largo hasta la parte baja de la espalda, estatura de 1,60 y unos increíbles ojos verdes que hechizaron a Bruno desde la primer día, pero Diana tenía un hobbie algo inusual para Bruno, era una Otaku, una total amante de la cultura Japonesa y una novia muy callada para el gusto de Bruno.
-Bien entonces… ¿Qué hacemos? – Pregunto Bruno mirando a Diana.
-Veamos una peli… solos tú y yo. – Dijo Diana en voz baja.
-No seas tan tímida Diana, ya llevamos un tiempo y no tienes que ponerte así. – Dijo Bruno mientras la abrazaba y le besaba la frente. Diana solo lo miró y lo abrazo de vuelta. – Bueno vamos.
Ambos pusieron una película en la TV y se acostaron juntos en la cama, Bruno le servía de almohada a Diana y ella no se despegaba de él. Vieron la película hasta que termino y se quedaron un rato abrazados sin decir nada, hasta que Bruno dijo:
-Diana… me aburro. ¿Y si hacemos algo divertido?.
-Hmm que quieres hacer? – Pregunto Diana.
- No lo sé, algo debes tener por aquí. – Dijo Bruno, y acto seguido comenzó a buscar en la habitación de Diana.
Bruno busco mientras Diana solo lo observaba acostada en su cama, no le quito la vista de encima, Bruno busco en el armario, en su escritorio, pero no encontraba nada hasta que diviso debajo de su cama una caja oculta.
-¡Aquí debe haber algo! – Exclamó Bruno
-¡No! ¡Esa caja…!. – Advirtió Diana, pero era demasiado tarde, Bruno ya había abierto la caja y encontró algo muy interesante dentro.
-Esto… no tenía idea de estos gustos… - Dijo Bruno mientras sacaba el contenido de la caja.
Dentro de la caja había un disfraz de conejita, un cosplay de alguna serie pensaba Bruno, peral revisarlo más de cerca notó que este era mucho más ligero de ropa y provocativo, y todas sus dudas desaparecieron cuando al abrir otra pequeña caja en el fondo de la que revisaba lo encontró, un juguete anal, pequeño, con forma de una colita de conejo, Bruno lo sacó y miró a Diana, que solo apartaba la vista y se sonrojaba.
-Eso… era una sorpresa para ti. – Dijo Diana totalmente ruborizada y mirando al otro lado de la habitación.
-¡Póntelo! Por favor Diana, por mí. – Exclamó Bruno entusiasmado con la idea.
-… Bu- bueno, pero sal de la habitación primero. – Dijo Diana mientras tomaba rápidamente el traje.
Bruno salió y espero a puerta cerrada a que Diana hablara, cuando Bruno notó que ella tardaba demasiado e iba a tocar la puerta ella hablo del otro lado:
-Puedes pasar. – Dijo Diana del otro lado.
Bruno abrió lentamente la puerta y la contemplo al abrirla, ella estaba de pie, junto a la cama, con el sexy atuendo puesto por completo, tenía las manos cruzadas y bajo su cintura, era algo natural de ella esta postura por su timidez. Bruno no se contuvo, camino a paso firme hacia Diana y la comenzó a besar con deseo, su lengua no tuvo problemas de entrar en su boca. Diana estaba totalmente sumisa, ella solo se dejaba llevar por él y Bruno jugaba con el cuerpo de Diana, le acariciaba el trasero, pasaba sus manos por la espalda, sus hombros, su cara, de a poco la fue llevando a la cama hasta acostarla y comenzó a besar sus senos por sobre su atuendo, Diana solo miraba hacia arriba y sus gemidos eran callados por sus propias manos, le daba vergüenza esa situación, Bruno notó la situación, la miró a los ojos y dijo:
-No tienes nada de que temer o sentir vergüenza, eres mi chica y quiero que grites de placer esta noche.
Bruno seguía jugando con el cuerpo de Diana, le movía la ropa de sus pechos y lamía sus pezones de manera circular, luego succionó sus pezones estirándolos hacia arriba y los mordisqueo sutilmente, Diana ahora gemía fuertemente de placer, pero quería más, inconscientemente comenzó a quitarle la camisa a Bruno y a manosear su pecho y sus brazos, Bruno notó la situación y comenzó a bajar lentamente, llego hasta la entrepierna de Diana y empezó a pasar su dedo índice de manera vertical por sobre su ropa, luego de a 2 dedos y por ultimo piñizcaba su clítoris por sobre el cosplay, Diana no tardó en sentir un orgasmo y su cuerpo se retorció, ahora ella jadeaba recostada en la cama, pero Bruno quería jugar más con ella.
-Mírate, ahora tendré que limpiarte. – Dijo Bruno en tono burlesco y sensual.
Bruno movió la ropa de la entrepierna de Diana y comenzó a lamer la vagina de Diana por completo, Diana gozaba y apretaba la cabeza de Bruno con sus manos para que siguiera, luego de lamer por completo su sexo, metió su lengua de a poco hasta lo que más pudo, comenzó a moverla de manera circular mientras jugaba con su clítoris utilizando sus manos, ya totalmente excitado Bruno dijo:
-Ya no aguanto más Diana, es mi turno de sentirme bien.
Bruno se quitó el pantalón y su ropa interior, tomo las piernas de Diana, las alzo y coloco su pene en los labios de la vagina de Diana, lo movió suavemente por fuera mientras miraba la cara de placer de Diana, hasta que, se posicionó y comenzó a penetrarla, basto la primera penetración para provocarle su segundo orgasmo a Diana, ella estaba sensible pero quería aún más, Bruno cedió a sus impulsos y comenzó a hacerlo mas rápido, su ritmo crecía de a poco y ambos gemían al unísono, pasaron así un tiempo hasta que Bruno no aguanto mas y lleno el vientre de Diana con su semen que no paraba de salir. Bruno seguía excitado, y al sacar su pene de Diana notó algo que faltaba.
-Y tu cola Diana, eres una mala chica debes usar tu traje completo.
Bruno busco el juguete anal y lo dejo a su lado, levanto aún más a Diana y abrió el cierre por completo de la entrepierna de Diana, esta vez, paso su lengua por alrededor del ano de Diana y de a poco la introdujo en ella, Diana grito esta vez, le caía saliva de ambos lados de la boca y ya no controlaba su cuerpo, Bruno tomo la cola de conejo y la introdujo en la boca de Diana, acto seguido le metió el juguete en el ano de Diana de a poco, disfrutando el momento y la excitación de Diana, luego la tomó y la volteo en la cama, la puso en cuatro patas y comenzó a penetrarla de nuevo, con la misma intensidad, pero tomando su cola de conejo y moviéndola de a poco, Diana solo se rindió al placer y a Bruno la situación lo excito demasiado, ambos se corrieron al mismo tiempo Bruno lleno de nuevo el interior de Diana, le retiro el juguete y ambos cayeron rendidos por la experiencia.
A la mañana siguiente ambos despertaron acostados bajo las sabanas de la cama de Diana, no recordaban realmente como estaban metidos ahí, pero si recordaban lo que hicieron, Bruno le dijo a Diana:
-Me encanto lo de ayer, no podría pedir una mejor chica.
-Gracias… a mí también me gusto. – Dijo Diana sonrojándose.
Ambos se vistieron, Bruno debía irse ya a su casa, ante la pronta despedida Diana se precipitó a Bruno y le dio un beso en la boca, lo acompaño hasta a puerta y e dijo:
-Puedo conseguir un traje de gatita… solo si quieres.
-Eso me encantaría. – Dijo Bruno, la beso y se fue a su casa esperando volver.
1 comentarios - Timidez y perversión