Emilia cerró la puerta, su cara reflejaba odio, furia. La tensión que había en la habitación era tal que podría cortarse con cuchillo. Juanma me apartó de él de forma brusca, casi me tira al piso. Me excitó. Ella no decía nada, corrió a la pieza y él la siguió.
Me quede sola, desnuda, sin saber que hacer, yo no quería eso, yo sólo quería divertirme, con los dos... podríamos haberlo pasado tan bien! … “es hora de ir a casa” me dije y empecé a buscar la ropa que un rato atrás tan seductoramente me había sacado Juan. La puerta se abrió. Era él, con los ojos rojos he hinchados. Estuvo llorando con ella.
JM: - Creo que es mejor que te vayas, vestite que te acompaño abajo.
M: - Yo.. lo..
JM: - No digas nada, no fue tu culpa. Yo te invite.
M: - Como esta ella?
No contestó, solo miraba el piso. Yo terminaba de ponerme el vestido.
M: - Si sólo pudiera hablar con ella.. tal vez..
El me miró sorprendido y se hizo a un lado, dejando la entrada libre.
El cuarto era enorme, muy moderno, a un costado se veía un gran ventanal que daba a un balcón, la cama en medio con una colcha roja y almohadones negros y ahí llorando de forma desgarradora estaba ella, con sus cabellos largos, vestía un pantalón blanco muy bonito y una remera negra, era una mujer muy hermosa.
M: -Permiso, puedo pasar un segundo?
Ella me miro y no dijo nada.
M: - Emi, yo solo quería disculparme, no sabía que no ibas a estar...
E: - Ya se, ya me lo dijo Juan Martín. Igual no se que estas buscando ¿por que no te vas de una vez? Ya hiciste suficiente.
Ella estaba sentada en el borde de la cama, y yo arrodillada delante de ella. Me detuve un segundo a observarla antes de contestar.. era realmente hermosa, unos rasgos bien femeninos, ojos marrones, su piel se notaba tersa, debia de ser muy suave, unos labios perfectos, ahora inchados por el llanto, asi y todo eran una delicia... su cuello firme adornado solo por una cadenita muy delicada de la que colgaba un dije con forma de un gatito y quedaba justo sobre sus pechos.. esos pechos, tan bonitos que se veian por el escote de la camisa y un poco la transparencia de la tela. Me gustaba.
La mire a los ojos un instante y me decidí, que podía perder?
M: -Emilia, no te enojes con él, aunque suene extraño lo hizo por vos.
Sus ojos se abrieron por el asombro pero me dejo seguir hablando.
M: -Quiso asegurarse de quien era yo antes de involucrarte, para que no pudieras salir lastimada. El quiere darte algo que sabe que te gustaría probar, pero quería estar seguro de que yo no era ninguna loca, y de que la ibas a pasar bien. - La agarré de las manos, nuestros ojos se encontraron. Era tan linda y tan sexy...
Ahí estabamos las dos en silencio, tomadas de las manos, mirándonos a los ojos...
“Toc,toc” sonó la puerta.
Juan asomaba la cabeza. “Está todo bien? De golpe habia mucho silencio y me preocupó” dijo..
M: - Yo creo que mejor me voy. Me puse de pie pero Emilia no me soltaba la mano.
E: - No, quedate, por favor.
La cara de Juan Martín era increíble, no entendía nada.
JM: - Yo también me puedo quedar? Dijo con una media sonrisa.
Ella asintió y el salió corriendo de la habitación. Puso música suave de nuevo, busco unas copas y trajo una botella de vino.
Emilia estaba muy nerviosa y tensa, nos pusimos a conversar un poco, a conocernos para romper el hielo. Juan Martín se había sentado en un pequeño sillón que había en el cuarto delante de la cama y nosotras dos estábamos sentadas una en cada punta.
Disimuladamente y mientras la charla seguía su curso, me fuí acercando a ella. De vez en cuando lo miraba a Juan y le guiñaba un ojo. El se dió cuenta de lo que estaba haciendo y me animó a seguir, apagó un par de luces dejando solo encendidos unos veladores con luz baja. Emilia se sobresaltó ante esto y el la calmó diciendo que era sólo porque le dolía un poco la cabeza.
Necesitaba llamar su atención y que me deje acercarme mas, sentía el aroma de su perfume a jazmín tan suave... estiré una mano y empecé a jugar con su cabello, era tan suave. Ella se estremeció y se tensó aún mas.
Me arrodille en la cama detras de ella.
M: - Tu cabello es una delicia de suavidad! Me encanta! Puedo hacerte unas trenzas?
Ella asintió y siguió hablando. Cada vez mas. Los nervios se apoderaban de ella, al cabo de un rato de estar acariciandole la cabeza sentí como su cuerpo empezaba a relajarse. Tenía que aprovechar eso.
Juan Martín estaba en el sillón sentado, con las piernas abiertas, se había desabrochado un poco mas la camisa, sujetaba la copa de vino en una mano y nos miraba con aire divertido y curioso. Le gustaba lo que veía y eso que todavía no había empezado a jugar en serio.
Termine la trenza de Emi y se la acomode hacia adelante. Al acomodarsela rocé uno de sus pechos con el dorso de mi mano ella me miró y sonreimos simplemente. Aprovechando que estaba detrás de ella comencé a masajearle el cuello y los hombros.
M: -Estas muy tensa! Te gustarían unos masajes? Soy especialista en eso!
E: - ay si! Por favor! Juan nunca me hace masajes! Y si los hace es sólo porque quiere sexo!
M: Hombres! Dije yo.. y me reí por dentro.
El alcohol estaba haciendo sus efectos, Emi casi sin dudar se saco la camisa dejando al descubierto sus enormes pechos sujetos por un corpiño de encaje, se sacó los zapatos y se acomodó boca abajo sobre le cama.
Agarré una crema para el cuerpo que había sobre la mesita de luz, me senté nuevamente a su lado y le desabroché el corpiño con suavidad y comencé a acariciarla y masajearla. Empecé por el cuello, los hombros.. fui bajando despacio por su espalda, le pedi que pusiera los brazos de bajo de su cabeza y seguí masajeandola a los costados bajando de vez en cuando “ sin querer” hasta sus pechos. Estaban mas duros de lo que yo creía. Ella gemia de vez en cuando. Mi corazón se empezaba a acelerar.
Juan acercó un poco el sillón hasta agarrarla de los pies y siguiendo con mi juego también comenzó a masajearla. Empezó con los pies, primero uno, después el otro... luego fue metiendo la mano por sus pantalones masajeandole las piernas.
Yo de vez en cuando me daba vuelta a mirarlo, en su cara y a pesar de la poca luz se veía que estaba muy exitado.
Me senté sobre ella, dandole la espalda a el y seguí con mi cometido, me acerqué lentamente a su cuello y le di un beso, su cuerpo se estremeció por completo.
M: -Te gustaría divertirte un poco? . Le pregunte despacito al oido. No dijo nada.
Y como ya dice el dicho “el que calla otorga” la seguí besando en el cuello, fui bajando despacito por su espalda, besandole cada centímetro.
Juan no podía creer lo que estaba viendo y se acercó rapidamente para participar.
Lo detuve en seguida.
M: - Es el turno de ella no te parece? Y le señale el sillón para que vuelva a su lugar. Estaba como loco.
Me puse de costado a lado de ella, con la cabeza apoyada en una mano y la otra acariciándole la espalda con los dedos suavemente, no podía dejar de mirarla, era tan bonita. Ella me miró un instante y la besé en los labios, se resistió algo así como un segundo, y ya estaba entregada a mi, esa boquita perfecta si que sabía como dejar, se puso de costado quedando frente a mi.
E: - No se muy bien que hacer. Me dijo algo nerviosa.
“Tranquila solo relajate y disfruta” le dije y con una mano le desprendí el pantalón.
La acosté boca arriba y nuevamente comence a besarla, su lengua inquieta jugaba con la mía, y mientras la acariciaba. Me aparté un instante y me saque el vestido, quedándome solo con la tanga negra chiquita que me había puesto. Juan se estaba tocando por encima de los pantalones. Su erección era evidente.
Volví con Emi a la cama, despacito le saque el corpiño que anteriomente le habia desprendido, y muy suave acaricié sus pechos, estaban muy duros, ella estaba muy excitada. No dejaba de mirarme, cada movimiento, sentía como su corazón latía cada vez mas rapido. Volví a besar su cuello esta vez con mas pasión y de ahí fui bajando, besandola cada centímetro, saboreandola, hasta que llegue a sus pechos. En mi vida habia disfrutado de unos tan ricos. Jugue con mi lengua en sus pezones, primero uno, después el otro, le daba pequeños mordiscos como antes me había dado Juan, supuse que eso le gustaba a ella. Cerró los ojos y empezó a gemir. Seguí besandola y bajando por su pancita, jugué al rededor de su ombligo y segui bajando hasta llegar al borde de su zona íntima. Levantó la cabeza de golpe y me miraba con la respiración acelerada.
M:- Tranquila, sólo relajate y disfruta.
Ella intercambió miradas con Juan, es como si recién hubiera caido en la cuenta de que el tambien estaba ahí. El le dijo que si con un movimiento de cabeza y ellá se echó hacia atrás otra vez. Creo que al verlo tocandose tan exitado por la situación la convenció de seguir.
Despació le saque el pantalón, tenia puesta una micro tanguita, aún mas chiquita que la mia en color natural. Parecía como si no llevara nada puesto. Estiré las manos y empece a acariciarle las piernas acercando mis manos hasta su entrepierna y volviendo a alejarla, pero cada vez me iba acercando mas, seguí así un rato y volví a besarla, esta vez por el recorrido que anteriormente hacían mis manos. Podía sentir su aroma, embriagador, llegue hasta su conchita y sobre la tanga le di un beso, ella gemía y se retorcía, esto le gustaba en serio. Con los dientes agarre su tanguita y se la corrí, dejando al descubierto una hermosa concha perfectamente depilada, creo que aún mejor que la mia, volví a besarla desde la pierna acercandome cada vez mas despacio hasta llegar ahi. Como describir esa sensación, era tan rica, jugue con mi lengua sobre su clítoris, mientras le metía un dedo. Estaba muy mojada, luego le metí la lengua en la conchita, la metia y la sacaba y la lamía. Empecé a tocarme yo mientras se la comía a ella. Yo también estaba muy caliente.
De repente sentí como unos dedos que no eran míos se me metían en la concha. La sensación fue exquisita, me di vuelta y ahi estaba Juan con los pantalos abajo masturbandose mientras me metía las dedos.
M: - No, todavía no podes participar le dije. Y le volví a señarlar el sillón.
Emi levanto la vista.
E: - Yo te la quiero chupar.
El pegó un salto del sillón y se paró a lado de ella.
E: - No, no, a vos no, a Maggie.
Sin dudarlo dos veces, me puse sobre ella dejandole mi conchita a la altura de su cara, con sus manos me corrió la tanga negra y me dio un par de lamidas timidas.
M: - Yo te guío, lo que yo te haga a vos, vos me lo haces a mi.
Volví a besarla despacio por las piernas, volviendo a su preciado tesoro y ella repetía en mi cada movimiento, al comienzo con timidez pero se fue soltando. Lo hacía realmente bien. Seguí lamiendola, y metiendole un dedo. Ella hacía lo mismo conmigo, yo no daba mas, estaba muy caliente, de repente me empezó a chupar con mas fuerza y yo hice lo mismo con ella, me metió un dedo muy al fondo, y yo la seguí, ahora tenia ella el control, lo metia y lo sacaba cada vez con mas fuerza y no dejaba de chuparme y lamerme. Iba de mi concha a mi culo sin ningun problema, y no paraba de meterme y sacarme un dedo. Yo la imitaba en su cuerpo. Juan estaba parado delante nuestro sin poder creerse lo que veía, pajeandose como nunca, deseoso de participar, pero cada vez que acercaba la mano alguna de las dos lo sacaba, esto era solo para nosotras dos, el sólo podía mirar. Emi sacó el dedo que tenía dentro de mi y se lo chupó y metió dos mas, tenía tres de sus largos y finos dedos dentro mío, entrando y saliendo mientras me chupaba el culo y la concha, yo hice lo mismo. Ella empezo a gemir mas y mas fuerte. Yo me prendí de su culito y lo chupetee y le metí la lengua justo cuando le metía los dedos mas al fondo. Ella explotó en un orgasmo intenso, no dejaba de gritar. Juan se acercó masturbandose con mas fuerza y acabo sobre nosotras llenándonos de leche.
Emi me miró.
E: -Vos no acabaste.
Yo no podía ni contestarle, la situación era muy exitante, no me importaba no haber acabado. En un pequeño lapsus de lucidez me dejo darme cuenta que esto podía ser genial a futuro si ellos dos lo habían pasado bien.
M: -No te preocupes. Sos exquisita. Con eso me basta.
E: - No, ahora es tu turno.
Se dio vuelta todavía con la respiración irregular a buscar algo del cajón de la mesita de luz. Juan estaba sentado de nuevo en el sillón mirando, se rio divertido, creo que el sabe bien que es lo que va a sacar Emilia de ahi.
“Acá estan!” dijo Emi, y sacó una bolsita de tela. De ahi adentro saco un par de sogas largas de seda roja, un pañuelo negro y un vibrador de un tamaño muy particular...
Cotinuará...
Dedicado a quien me inspira @Ironred
y a quienes me escribieron pidiendome que siga con la segunda parte. Espero lo disfruten tanto como al primero. Y no se pierdan el proximo.
@Tiroloco63 @cocomadero99 @Darta4 @juanfede10 @elgranjj @clase79 @LuisBetge @Migueliuk @PrFrink @santi_clmene @caxique
Me quede sola, desnuda, sin saber que hacer, yo no quería eso, yo sólo quería divertirme, con los dos... podríamos haberlo pasado tan bien! … “es hora de ir a casa” me dije y empecé a buscar la ropa que un rato atrás tan seductoramente me había sacado Juan. La puerta se abrió. Era él, con los ojos rojos he hinchados. Estuvo llorando con ella.
JM: - Creo que es mejor que te vayas, vestite que te acompaño abajo.
M: - Yo.. lo..
JM: - No digas nada, no fue tu culpa. Yo te invite.
M: - Como esta ella?
No contestó, solo miraba el piso. Yo terminaba de ponerme el vestido.
M: - Si sólo pudiera hablar con ella.. tal vez..
El me miró sorprendido y se hizo a un lado, dejando la entrada libre.
El cuarto era enorme, muy moderno, a un costado se veía un gran ventanal que daba a un balcón, la cama en medio con una colcha roja y almohadones negros y ahí llorando de forma desgarradora estaba ella, con sus cabellos largos, vestía un pantalón blanco muy bonito y una remera negra, era una mujer muy hermosa.
M: -Permiso, puedo pasar un segundo?
Ella me miro y no dijo nada.
M: - Emi, yo solo quería disculparme, no sabía que no ibas a estar...
E: - Ya se, ya me lo dijo Juan Martín. Igual no se que estas buscando ¿por que no te vas de una vez? Ya hiciste suficiente.
Ella estaba sentada en el borde de la cama, y yo arrodillada delante de ella. Me detuve un segundo a observarla antes de contestar.. era realmente hermosa, unos rasgos bien femeninos, ojos marrones, su piel se notaba tersa, debia de ser muy suave, unos labios perfectos, ahora inchados por el llanto, asi y todo eran una delicia... su cuello firme adornado solo por una cadenita muy delicada de la que colgaba un dije con forma de un gatito y quedaba justo sobre sus pechos.. esos pechos, tan bonitos que se veian por el escote de la camisa y un poco la transparencia de la tela. Me gustaba.
La mire a los ojos un instante y me decidí, que podía perder?
M: -Emilia, no te enojes con él, aunque suene extraño lo hizo por vos.
Sus ojos se abrieron por el asombro pero me dejo seguir hablando.
M: -Quiso asegurarse de quien era yo antes de involucrarte, para que no pudieras salir lastimada. El quiere darte algo que sabe que te gustaría probar, pero quería estar seguro de que yo no era ninguna loca, y de que la ibas a pasar bien. - La agarré de las manos, nuestros ojos se encontraron. Era tan linda y tan sexy...
Ahí estabamos las dos en silencio, tomadas de las manos, mirándonos a los ojos...
“Toc,toc” sonó la puerta.
Juan asomaba la cabeza. “Está todo bien? De golpe habia mucho silencio y me preocupó” dijo..
M: - Yo creo que mejor me voy. Me puse de pie pero Emilia no me soltaba la mano.
E: - No, quedate, por favor.
La cara de Juan Martín era increíble, no entendía nada.
JM: - Yo también me puedo quedar? Dijo con una media sonrisa.
Ella asintió y el salió corriendo de la habitación. Puso música suave de nuevo, busco unas copas y trajo una botella de vino.
Emilia estaba muy nerviosa y tensa, nos pusimos a conversar un poco, a conocernos para romper el hielo. Juan Martín se había sentado en un pequeño sillón que había en el cuarto delante de la cama y nosotras dos estábamos sentadas una en cada punta.
Disimuladamente y mientras la charla seguía su curso, me fuí acercando a ella. De vez en cuando lo miraba a Juan y le guiñaba un ojo. El se dió cuenta de lo que estaba haciendo y me animó a seguir, apagó un par de luces dejando solo encendidos unos veladores con luz baja. Emilia se sobresaltó ante esto y el la calmó diciendo que era sólo porque le dolía un poco la cabeza.
Necesitaba llamar su atención y que me deje acercarme mas, sentía el aroma de su perfume a jazmín tan suave... estiré una mano y empecé a jugar con su cabello, era tan suave. Ella se estremeció y se tensó aún mas.
Me arrodille en la cama detras de ella.
M: - Tu cabello es una delicia de suavidad! Me encanta! Puedo hacerte unas trenzas?
Ella asintió y siguió hablando. Cada vez mas. Los nervios se apoderaban de ella, al cabo de un rato de estar acariciandole la cabeza sentí como su cuerpo empezaba a relajarse. Tenía que aprovechar eso.
Juan Martín estaba en el sillón sentado, con las piernas abiertas, se había desabrochado un poco mas la camisa, sujetaba la copa de vino en una mano y nos miraba con aire divertido y curioso. Le gustaba lo que veía y eso que todavía no había empezado a jugar en serio.
Termine la trenza de Emi y se la acomode hacia adelante. Al acomodarsela rocé uno de sus pechos con el dorso de mi mano ella me miró y sonreimos simplemente. Aprovechando que estaba detrás de ella comencé a masajearle el cuello y los hombros.
M: -Estas muy tensa! Te gustarían unos masajes? Soy especialista en eso!
E: - ay si! Por favor! Juan nunca me hace masajes! Y si los hace es sólo porque quiere sexo!
M: Hombres! Dije yo.. y me reí por dentro.
El alcohol estaba haciendo sus efectos, Emi casi sin dudar se saco la camisa dejando al descubierto sus enormes pechos sujetos por un corpiño de encaje, se sacó los zapatos y se acomodó boca abajo sobre le cama.
Agarré una crema para el cuerpo que había sobre la mesita de luz, me senté nuevamente a su lado y le desabroché el corpiño con suavidad y comencé a acariciarla y masajearla. Empecé por el cuello, los hombros.. fui bajando despacio por su espalda, le pedi que pusiera los brazos de bajo de su cabeza y seguí masajeandola a los costados bajando de vez en cuando “ sin querer” hasta sus pechos. Estaban mas duros de lo que yo creía. Ella gemia de vez en cuando. Mi corazón se empezaba a acelerar.
Juan acercó un poco el sillón hasta agarrarla de los pies y siguiendo con mi juego también comenzó a masajearla. Empezó con los pies, primero uno, después el otro... luego fue metiendo la mano por sus pantalones masajeandole las piernas.
Yo de vez en cuando me daba vuelta a mirarlo, en su cara y a pesar de la poca luz se veía que estaba muy exitado.
Me senté sobre ella, dandole la espalda a el y seguí con mi cometido, me acerqué lentamente a su cuello y le di un beso, su cuerpo se estremeció por completo.
M: -Te gustaría divertirte un poco? . Le pregunte despacito al oido. No dijo nada.
Y como ya dice el dicho “el que calla otorga” la seguí besando en el cuello, fui bajando despacito por su espalda, besandole cada centímetro.
Juan no podía creer lo que estaba viendo y se acercó rapidamente para participar.
Lo detuve en seguida.
M: - Es el turno de ella no te parece? Y le señale el sillón para que vuelva a su lugar. Estaba como loco.
Me puse de costado a lado de ella, con la cabeza apoyada en una mano y la otra acariciándole la espalda con los dedos suavemente, no podía dejar de mirarla, era tan bonita. Ella me miró un instante y la besé en los labios, se resistió algo así como un segundo, y ya estaba entregada a mi, esa boquita perfecta si que sabía como dejar, se puso de costado quedando frente a mi.
E: - No se muy bien que hacer. Me dijo algo nerviosa.
“Tranquila solo relajate y disfruta” le dije y con una mano le desprendí el pantalón.
La acosté boca arriba y nuevamente comence a besarla, su lengua inquieta jugaba con la mía, y mientras la acariciaba. Me aparté un instante y me saque el vestido, quedándome solo con la tanga negra chiquita que me había puesto. Juan se estaba tocando por encima de los pantalones. Su erección era evidente.
Volví con Emi a la cama, despacito le saque el corpiño que anteriomente le habia desprendido, y muy suave acaricié sus pechos, estaban muy duros, ella estaba muy excitada. No dejaba de mirarme, cada movimiento, sentía como su corazón latía cada vez mas rapido. Volví a besar su cuello esta vez con mas pasión y de ahí fui bajando, besandola cada centímetro, saboreandola, hasta que llegue a sus pechos. En mi vida habia disfrutado de unos tan ricos. Jugue con mi lengua en sus pezones, primero uno, después el otro, le daba pequeños mordiscos como antes me había dado Juan, supuse que eso le gustaba a ella. Cerró los ojos y empezó a gemir. Seguí besandola y bajando por su pancita, jugué al rededor de su ombligo y segui bajando hasta llegar al borde de su zona íntima. Levantó la cabeza de golpe y me miraba con la respiración acelerada.
M:- Tranquila, sólo relajate y disfruta.
Ella intercambió miradas con Juan, es como si recién hubiera caido en la cuenta de que el tambien estaba ahí. El le dijo que si con un movimiento de cabeza y ellá se echó hacia atrás otra vez. Creo que al verlo tocandose tan exitado por la situación la convenció de seguir.
Despació le saque el pantalón, tenia puesta una micro tanguita, aún mas chiquita que la mia en color natural. Parecía como si no llevara nada puesto. Estiré las manos y empece a acariciarle las piernas acercando mis manos hasta su entrepierna y volviendo a alejarla, pero cada vez me iba acercando mas, seguí así un rato y volví a besarla, esta vez por el recorrido que anteriormente hacían mis manos. Podía sentir su aroma, embriagador, llegue hasta su conchita y sobre la tanga le di un beso, ella gemía y se retorcía, esto le gustaba en serio. Con los dientes agarre su tanguita y se la corrí, dejando al descubierto una hermosa concha perfectamente depilada, creo que aún mejor que la mia, volví a besarla desde la pierna acercandome cada vez mas despacio hasta llegar ahi. Como describir esa sensación, era tan rica, jugue con mi lengua sobre su clítoris, mientras le metía un dedo. Estaba muy mojada, luego le metí la lengua en la conchita, la metia y la sacaba y la lamía. Empecé a tocarme yo mientras se la comía a ella. Yo también estaba muy caliente.
De repente sentí como unos dedos que no eran míos se me metían en la concha. La sensación fue exquisita, me di vuelta y ahi estaba Juan con los pantalos abajo masturbandose mientras me metía las dedos.
M: - No, todavía no podes participar le dije. Y le volví a señarlar el sillón.
Emi levanto la vista.
E: - Yo te la quiero chupar.
El pegó un salto del sillón y se paró a lado de ella.
E: - No, no, a vos no, a Maggie.
Sin dudarlo dos veces, me puse sobre ella dejandole mi conchita a la altura de su cara, con sus manos me corrió la tanga negra y me dio un par de lamidas timidas.
M: - Yo te guío, lo que yo te haga a vos, vos me lo haces a mi.
Volví a besarla despacio por las piernas, volviendo a su preciado tesoro y ella repetía en mi cada movimiento, al comienzo con timidez pero se fue soltando. Lo hacía realmente bien. Seguí lamiendola, y metiendole un dedo. Ella hacía lo mismo conmigo, yo no daba mas, estaba muy caliente, de repente me empezó a chupar con mas fuerza y yo hice lo mismo con ella, me metió un dedo muy al fondo, y yo la seguí, ahora tenia ella el control, lo metia y lo sacaba cada vez con mas fuerza y no dejaba de chuparme y lamerme. Iba de mi concha a mi culo sin ningun problema, y no paraba de meterme y sacarme un dedo. Yo la imitaba en su cuerpo. Juan estaba parado delante nuestro sin poder creerse lo que veía, pajeandose como nunca, deseoso de participar, pero cada vez que acercaba la mano alguna de las dos lo sacaba, esto era solo para nosotras dos, el sólo podía mirar. Emi sacó el dedo que tenía dentro de mi y se lo chupó y metió dos mas, tenía tres de sus largos y finos dedos dentro mío, entrando y saliendo mientras me chupaba el culo y la concha, yo hice lo mismo. Ella empezo a gemir mas y mas fuerte. Yo me prendí de su culito y lo chupetee y le metí la lengua justo cuando le metía los dedos mas al fondo. Ella explotó en un orgasmo intenso, no dejaba de gritar. Juan se acercó masturbandose con mas fuerza y acabo sobre nosotras llenándonos de leche.
Emi me miró.
E: -Vos no acabaste.
Yo no podía ni contestarle, la situación era muy exitante, no me importaba no haber acabado. En un pequeño lapsus de lucidez me dejo darme cuenta que esto podía ser genial a futuro si ellos dos lo habían pasado bien.
M: -No te preocupes. Sos exquisita. Con eso me basta.
E: - No, ahora es tu turno.
Se dio vuelta todavía con la respiración irregular a buscar algo del cajón de la mesita de luz. Juan estaba sentado de nuevo en el sillón mirando, se rio divertido, creo que el sabe bien que es lo que va a sacar Emilia de ahi.
“Acá estan!” dijo Emi, y sacó una bolsita de tela. De ahi adentro saco un par de sogas largas de seda roja, un pañuelo negro y un vibrador de un tamaño muy particular...
Cotinuará...
Dedicado a quien me inspira @Ironred
y a quienes me escribieron pidiendome que siga con la segunda parte. Espero lo disfruten tanto como al primero. Y no se pierdan el proximo.
@Tiroloco63 @cocomadero99 @Darta4 @juanfede10 @elgranjj @clase79 @LuisBetge @Migueliuk @PrFrink @santi_clmene @caxique
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