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Sandy mi más grande Musa

Siempre he considerado a la mujer como una poesía que todos los días quisiera recitar, hacer el amor, tener sexo, coger, follar, como gusten llamarle, es un placer sin igual, no niego que son ricos los encuentros casuales u ocasionales, el sexo rápido que conlleva el morbo de ser sorprendidos o ser vistos por alguien más, sin embargo no es acaso más satisfactoria aquella relación que dura lo que tiene que durar, que se planea y trabaja para el disfrute de ambos, que comienza con pasión y termina con deseo de volver a repetirlo, bueno, por lo menos este es al caso de mi relato.

Muchas veces he escuchado que las cosas que no se planean son aquellas que salen mejor, y no dudo que la espontaneidad sea muy placentera, sin embargo creo también que las cosas cuando se planean y se hacen bien, pueden ser muy satisfactorias. Una relación en donde ambas partes expresan abiertamente y sin tapujos lo que cada uno quiere, marcando límites, pero sobre todo llegando al acuerdo de placer y satisfacción mutua, es realmente algo que vale la pena trabajar y disfrutar.

Soy un hombre de 32 años a la fecha, no puedo decir que soy un súper dotado, ni un modelo de revista, no practico deportes, sin embargo soy delgado sin llegar a ser un flacucho y tengo lo justo para hacer feliz a mi mujer, me gusta vestir de manera formal, usar corbata, traje y camisa bien planchado así como zapatos lustrados, ya que para mí, estar presentable y aseado es muy importante, soy de test morena, no escatimo en comer y doy gracias por mi buen metabolismo, mido 1.65 metros y creo que mi mayor característica es que soy muy apasionado en todo lo que hago.

Ella, en ese tiempo tenía 22 años, piel blanca, ojos color miel, cabello castaño claro que le llegaba hasta media espalada, con unos bien formados, firmes y hermosos pechos, con una marcada cintura, una cadera que hace voltear a más de uno, un par de bien torneadas piernas, las cuales mostraba y lucia bastante bien cuando era debido decía ella, sus pies eran para mí un espectáculo aparte pues de verdad que los cuidaba y arreglaba muy bien, bueno no le podía pedir más, medía 1.60 metros y usaba generalmente zapatos con tacón. No era una mujer que derrochara sensualidad, era más bien algo reservada, pero créanme cuando les digo, que con un vestido o falda se transformaba en un derroche de sensualidad.

Mi relato es de un encuentro que tuve hace ya mucho tiempo cuando yo tenía 21 años con una mujer a la que ame y con quien pensé pasar el resto de mi vida, sin embargo y por asares del destino no se dio esta situación. Mi nombre es Jesús y el de ella es Sandra.

Sería el mes de agosto de 2002 cuando la conocí, era un día sábado al salir del segundo turno de la fábrica en la que laboraba en ese tiempo, fui invitado a una fiesta con unos amigos, se organizó el grupo y partimos alrededor de las 10:30 de la noche, no sabíamos bien el que o porque de la fiesta, en ese tiempo solo pensaba en divertirme y disfrutar de una buena botella, y si se podía conocer a alguna chica pues mucho mejor; Llegamos y nos ofrecieron algo de tomar, el sonido tocaba algunas muy buenas salsas, paso un rato y llego un compañero de trabajo acompañado de una hermosa mujer, a quien presento como su sobrina, de quien la fiesta era en su honor ya que se había graduado en diseño gráfico, desde que la vi, me quede sin palabras, así como muchos de mis amigos, estaba enfundada en un hermoso vestido negro con discretas lentejuelas el cual le llagaba apenas por encima de la rodilla, cubría perfectamente sus bien formados pechos pero dejaba al descubierto sus hombros y una parte de su espalda, la otra parte la cubría con una chalina gris que descansaba en sus brazos, llevaba unas bonitas zapatillas negras tipo huaraches de tacón, mismas que dejaban al descubierto sus hermosos pies sin medias, aquel conjunto contrastaba y resaltaba su hermoso color de piel blanca, he de aclarar que tengo un fetiche por los pies de las mujeres, más que por cualquier otra parte del cuerpo, me gustan aquellas chicas que los muestran, que los cuidan, con uñas pintadas, mostrando pierna y chamorro, me gusta más que vallan sin medias, aunque debo reconocer que algunas se ven muy hermosas con medias y que no me importa el cuerpo cuando me encuentro con unos hermosos pies.

Sin más preámbulo nuestro amigo nos la presento y debo decir que en ese momento si llamo mi atención, pero no le di mucha importancia pues pensé que no tenía oportunidad alguna con ella, ya que no era el tipo más guapo del grupo, y más viendo que a más de uno les atrajo su belleza, entre ellos a mi mejor amigo en ese tiempo, quien igual que todos la devoraba con los ojos, sin embargo y para mi alivio, no se comportó muy bien aquella noche, o tal vez esa noche brillaba en lo más alto mi buena estrella, no soy mucho de baile pero estuve bailando un poco, y tuve la oportunidad de hacerlo con ella. Tome relativamente poco y estaba bastante tranquilo, lo que me permitió platicar y bailar con ella otras ocasiones, conociéndonos mejor. Me esforcé en causar una muy buena impresión olvidándome de mis amigos y concentrándome en ella, estos continuaron con sus rollos, tomando y bromeando, comenzando a no encajar en su grupo, ella lo noto y me invito a pasar a su casa con su familia, me presento a su mamá quien era divorciada y a su pareja en ese tiempo, así como a sus dos hermanas. No recuerdo de que hablamos pero si recuerdo que estaba embelesado con ella y que su familia estaba muy a gusto conmigo, llego el momento de partir y no podía hacerlo sin la oportunidad de verla nuevamente a lo que ella accedió sin mayor problema, quedando para el domingo de la próxima semana, intercambiamos teléfonos y partimos de su casa teniendo que manejar de regreso la camioneta de mi amigo y dejando a cada uno en su casa, pero muy contento.

Esa semana se me hizo eterna y mis amigos me bromeaban sobre Sandy y la gran conquista, más de uno me confeso que estaba muy buena, su tío no decía nada solo le daba risa, sin embargo me pidió que la cuidara mucho que era una muchacha muy buena y que no quería nada malo para ella, en fin era su familia y yo no tenía muy buena fama en ese tiempo.
Llego el ansiado fin de semana, le pedí el auto a mi hermano y pase por ella a su casa, estaba vestida con un pantalón de mezclilla azul y una blusa blanca, llevaba zapatos de tacón negros cerrados y un suéter que llevaba en las manos, nos dispusimos a partir alrededor de las 12 del día, fuimos al cine, comimos, entre risas y platicas dimos una caminata por el centro de la ciudad, con calma, como sabiendo que tenemos todo el tiempo del mundo, en fin la pasamos muy bien; cuando de pronto nos sorprendió la lluvia y corrimos al auto como huyendo de esta, esquivando autos y goteras de los edificios, chocando con otros peatones, en fin, ya en el auto los dos muy empapados reíamos de la carrera que pegamos, se veía hermosa son su blusa pegada al cuerpo, sin más nos dimos un beso y otro y muchos más, mientras le confesaba que me gustaba y que deseaba que fuera mi novia a lo que evidentemente accedió.

Paso algún tiempo, seguimos saliendo, íbamos a la disco, la llevaba ya muy noche a su casa, y debo decir que su mamá y hermanas me querían mucho y sobre todo confiaban en mí, creo que éramos una bonita pareja. A ella le gustaba cuando me vestía de traje y por ella adquirí el habito de vestir de esta manera, ella sabía que me gustaban sus piernas, sus pies, su cabello suelto, verla con faldas, con minifaldas, con vestidos, y más de una vez fuimos juntos a comparar ropa, nos arreglábamos el uno para el otro, la complacía comprando ropa que le gustaba a ella y ella la que me gustaba a mí, era todo un placer estar con ella, aprovechaba cualquier ocasión para verla, ella me sorprendía esperándome a las afueras de la fábrica, y he decir que siempre se veía muy bonita, aun no llegábamos a las relaciones íntimas, y no por falta de ganas debo aclarar, nuestros fajes o caldos como le llamamos en México eran muy intensos; Cuando llevaba falda o vestido acariciaba sus hermosas piernas, cuando quedábamos solos en su casa o en la mía era de locura, pero siempre me detenía antes de culminar el acto, si he de ser honesto a mí me molestaba pues de verdad que estábamos a nada de hacer el amor, pero no dejaba de disfrutar cada momento con ella.

Pasó el tiempo y le confesé que deseaba poseerla, quería hacerla mía, a lo que ella me contesto con una pregunta que hoy retumba en mis oídos ¿Qué significa eso en nuestra relación? Yo le conteste que era una entrega, que la amaba, que deseaba que nos entregáramos en cuerpo y alma, en fin cualquier cosa con tal de obtener mi objetivo si he de ser honesto. Me preguntaba que pensaba de la virginidad, a lo que no sabía que contestar y solo atine a hacerle las mismas cuestiones que ella me hacía. Sin más, me respondió que dé inicio era virgen, y que aunque no tenía una visión preconcebida de la virginidad y llegar casta al matrimonio, siempre había soñado con hacer de su primera vez un momento especial y recordarlo como algo, si no bueno, si como algo de lo que no se quería arrepentir. He de confesar que me agarro fuera de lugar pero que la verdad me dio gusto su forma de pensar y más aún cuando dijo que al igual que yo, ella quería hacer el amor conmigo enfatizando en hacer el amor, no tener relaciones, ni coger, me dijo, nunca me condiciono, ni hablo de matrimonio o vivir juntos, me amaba y sabía que yo la amaba mucho más allá de ese deseo que nos habíamos mostrado antes. No hablamos de fantasías y cosas por el estilo pero si de algunas cosas que nos gustarían hacer, yo le confesé de algunas de las experiencias que había tenido muy abiertamente y sin miedo.

A partir de esto, muchas cosas cambiaron, hablar del tema era más divertido, ella me tocaba las nalgas cuando podía, me decía que me deseaba, yo por mi parte no dejaba de decirle lo mucho que me gustaba, disfrutaba acariciando sus piernas, y nos aventábamos buenos fajes pero ambos ahora sabíamos que estábamos preparando algo muy especial.

Nos preocupamos por “INVESTIGAR” vimos algunas películas porno, (solo heterosexuales) y aunque fue difícil no aumentar la temperatura, lo hicimos de manera responsable mientras nos divertíamos, en fin, alrededor de un mes planeamos todo lo que queríamos el uno del otro.
De entrada Sandy no quería hacerlo en un hotel, almenos no en su primera vez, así que por las facilidades de mi casa, determinamos hacerlo en mi recamara ya que mi cuarto se encuentra en un nivel único de la casa, con acceso directo a la calle sin tener que pasar por ninguna otra habitación y contaba con la mayoría de comodidades, quería que yo usara algo que ella elegiría y ella algo que yo también eligiera, ella me escogió un traje negro, una camisa azul y una corbata a rayas gris con negro y azul y unos bóxer pegaditos. me recorte el bello del área del pene, me corte el pelo y me rasure muy bien; a ella le pedí que fuera vestida como la primera vez que la conocí, con la salvedad que la ropa interior la compramos previamente, le pedí que peinara su cabello en caireles y recortara también su parte intima, además compramos un baby doll y un liguero negro.

No quiso utilizar ningún objeto, pero si decidimos jugar y disfrutar con algunos comestibles, entre lo que utilizamos fueron; uvas, fresas, algunos frutos secos, cerezas, compramos también algunos embutidos, queso, una botella de vino tinto, crema batida, una mermelada de fresa y unos hielos.

Decidimos ambientar también la situación y compramos algunas velas aromáticas, compre un edredón blanco especial para la ocasión, dos ramos de rosas rojas que deshoje en la cama y cubrí vidrios de ventanas y puerta con papel negro, quedando solo a la luz de las velas, el ambiente era propicio para el amor, los dos estábamos decididos enamorados y felices.
Llego el día indicado el sábado 4 de enero de 2003, mi cumpleaños es el 5 de enero, así que decidió que mi cumpleaños comenzaría entre su brazos y entre sus piernas, llenarme de placer y su entrega sería mi regalo, no era raro que llegáramos ya muy de madrugada a su casa, pues íbamos a fiestas o a la disco y su familia confiaba en mí y me quería.

En fin, llego el día, pase a su casa alrededor de las 5 de la tarde, y llegamos a la mía como 45 minutos después, un poco nerviosos pero también emocionados, no dijimos mucho durante el trayecto, solo íbamos de la mano, ambos nos veíamos felices y creo que muy guapos, almenos ella si lo estaba, era una diosa que irradiaba ternura, amor, pasión y deseo a la vez, llegamos a la casa y le vende los ojos para entrar a la habitación, cuando quiete la venda se encontró con una cama llena de pétalos de rosa, una habitación iluminada por 5 velas aromáticas, escuchando la salsa que nos gustaba; mía de Eddie Santiago, tú me quemas, busca por dentro de niche, celos de hombre, cuerpo a cuerpo de grupo cariaco, entre otras, todas ellas detonaban pasión, llevaba una gabardina de la cual la despoje, nos fundimos en un beso inmenso y apasionado, y aun cuando la tenía enfrente de mí, no podía creer que estuviera ahí conmigo y solo reíamos apenados y nerviosos.

Lentamente fui recorriendo cada parte de su cuerpo con mis labios, besando en la comisura de sus oídos ahí donde mi contacto la hacía estremecer, deposite mis labios en la parte posterior de su cuello con leves mordidas abajito de su cabello, recorrí sus brazos muy lentamente con caricias y besos perdiéndome en su espalda, mientras con mis manos acariciaba sus pechos sobre el vestido que la cubría, la gire y recorrí su pecho con mis labios, quería disfrutarla primero así como estaba vestida, así como me enamoro la primera vez, la lleve hasta la cama y la recosté procediendo a besar su hermoso par de piernas, llegando hasta la parte interior de estas, la cual era cubierta por una hermosa tanga negra, con detalles en rojo, sobre la cual bese su vagina, retire su vestido con suavidad bajando el cierre, tomándome el tiempo para disfrutar un nuevo descubrir de su cuerpo, entre besos y caricias que se internaban en su ser, la acosté boca abajo y cubrí de besos sus nalgas, su pierna hasta llegar a su pie derecho y subí por el izquierdo hasta su cuello, retire su sostén y liberé sus pechos, que ya conocía y de los que sus pezones apuntaban al cielo, no retire su tanga y solo se quedó con esta puesta, tenía un olor increíble, quedo hincada en la cama de espaldas a mí, con los ojos cerrados y dejándose hacer, sintiendo cada caricia que daba a su cuerpo.

Ahora era su turno, y al igual que yo quiso disfrutarlo, entre besos muy cachondos me quito el saco, sin dejar de besarme y mordiendo mis labios, retiro mi corbata y comenzó a desabrochar mí camisa, besando después de cada botón, la retiro y continuo con la playera interior, dejando mi pecho y espalda desnudos, me volteo de espaldas a ella y sentí su pecho caliente pegado a mi espalda, mientras retiraba el cinturón y comenzaba a aflojar el pantalón para quitarlo, lo bajo hasta que quedo sobre mis zapatos y me tumbo en la cama para retíralos, me coloco boca abajo acostado en la cama, sentándose sobre mí, colocando su cuerpo sobre el mío, mientras lo recorría con su lengua, entre besos y mordidas, hizo a un lado mi bóxer y mordió mis nalgas, me volteo e igual sentada sobre mí, restregaba su vagina en todo mi cuerpo, no paso mucho para que arrancara mi bóxer lanzándolo al piso, dando largos besos y chupadas a mi pene, no lo podía creer, estaba en la gloria, con los ojos cerrados disfrutaba su trabajo mientras la sostenía de la cabeza y jugaba con su cabello, intente tocar sus pechos pero me dijo que ella tenía el control, se levantó sobre mi abierta de piernas y de manera sensual retiro lentamente su tanga, lanzándola a mi cara, estaba muy húmeda y olía tan rico que me la quería comer, mientras ella de pie con una pierna a cada lado de mi cuerpo y dándome la espalda me dejaba admirar la belleza de mujer que tenía, se sentó sobre mi pecho dándome la espalda, la cual con mis manos recorría y besaba así como sus lindas nalgas, ella mirándome de reojo con el cabello en su cuello, me decía que me amaba y que estaba feliz de estar ahí, que no importaba que pasara después, que nunca se olvidaría de mí, ni de todo lo que habíamos vivido, se volteo quedando de frente a mí, nos fundirnos en un beso apasionado, la abrace con todas mis fuerzas.

Quede sentado al filo de la cama con ella encima abrazándome y rasguñando mi espalda, coloco sus piernas rodeando mi cuerpo, nos besábamos mientras se iba sentando lentamente en mi verga, que se perdía en su caliente y húmeda vagina, cuando entro por completo, soltó un gemido como nunca antes lo había escuchado, busco mi boca como desesperada tomando mi cara con sus manos, besándome y diciéndome cuanto me amaba, yo no podía creerlo aún, con una mano acariciaba su espalda y con la otra subía y bajaba sus nalgas, que no dejaban de chocar contra mí cuerpo, sentir la humedad de su vagina, sus manos rasguñando sin compasión mi espalda, sus pechos en mi boca, mirarla con pétalos de rosa pegados en su cuerpo, ambos estábamos muy sudados y entregados al placer sin importar que afuera nos escucharan, emitiendo gemidos y gritos de placer, me decía que le gustaba mucho mi verga en su verija, que no quería que saliera nunca, que era mejor de lo que había pensado, que era mía y siempre lo sería, se agarró con fuerza de mis hombros y comenzó un movimiento arriba y abajo donde se veía como entraba y salía mi verga de su rasurada panochita, sus pechos se movían de manera frenética, firmes, duros y míos, aumento sus movimientos, se aferró a mi cuerpo con sus manos y piernas, bañada en sudor como estaba y agradeciéndome por todo, bese sus ojos de los que brotaban algunas lágrimas que bebí, era una diosa y era mía, estallamos en un orgasmo apasionado sintiendo cada momento de su entrega. Sin salir de su vagina tome con mis manos su rostro y nos fundimos en un apasionado beso, así nos quedamos un rato acariciándonos la espalda, cansados y satisfechos.

Poco a poco nos fuimos reponiendo mi pene ya un poco más flácido pero queriendo más de mi mujer, se bajó de mi entre besos, sonrisas cómplices y un poco ruborizada porque me había manchado, sin saber que había experimentado un placer sin igual, que me había entregado y de qué manera, su virginidad, yo que la amaba y ese acto solo fue la comprobación de ese amor, sin alejarnos la abrase para envolvernos con el edredón sentados como estábamos sobre los pétalos de rosa, queriendo cubrir con mis manos cada parte de su cuerpo.

Estuvimos un buen rato abrasándonos disfrutando entre besos y risas, me comento que le encanto la cama llena de pétalos de rosa, y que era el momento de divertirnos con las cosas que habíamos preparado, y procedió a darme un espectáculo de su cuerpazo cuando se colocó el baby doll, el liguero y medias, estaba embobado con cada movimiento que hacía, quería tocarla pero me dijo que no fuera impaciente, que ya llegaría el momento, termino y la verdad es que estaba muy hermosa, se cepillo el cabello sentada de espalda en una silla mientras se giraba para que la admirara plenamente y el juego comenzó.

Ella quería disfrutar de mí lo más posible y la verdad yo también, me recostó en la cama y con un hielo recorrió mi cuerpo, entre chupadas y pasadas por mi cuerpo que estaba súper caliente, el hielo se derretía en mí, me unto crema batida en el pecho y en la verga, coloco sobre esta en mí pecho una fresa y el pene creo que una uva, y sin más recato procedió a saborearlas sobre mi cuerpo y en cada arremetida me estremecía hasta mi más profundo ser.

Sobre la cama procedió a quitarse el baby doll, con un sensual baile lleno de astucia y sensualidad, yo me moría por tocarla nuevamente, ahora era mi turno e iba disfrutar cada parte de su cuerpo, me enfoque en pasar el hielo sobre sus pechos cuyos pezones estaban duros y parados apuntando al techo de mi recamara, los masajeaba y chupaba queriendo acabar con ellos, coloque crema batida sobre sus pechos, en su ombligo, en su vagina y en la punta de sus pies, con la intención de chupar y recorrer esas partes y dejarlas limpias, entre besos disfrutaba su sabor, cuando llegue a su vagina ella no soltaba mi cabeza, me restregaba y yo la chupaba sin compasión, sus pies embarraron la crema batida en mi cuerpo, ella se retorcía de placer y me indicaba que le gustaba lo que hacía, entre gemidos, sollozos, una que otra grosería, movimientos pélvicos de locura, termino en un orgasmo que inundo mi boca, embarrándome de crema batida y bañado en sus jugos vaginales, al tiempo que disfrute su orgasmo al máximo.
No paraba de decir cuánto me amaba, me besaba, me abrazaba y me decía lo feliz que la había hecho, pero yo aún no había terminado y ella lo sabía así que procedió a darme una manada de locura, en la que disfrute cada momento en su boca, chupaba, mordía, escupía sobre está dándome un placer muy intenso, no se tragó mi semen pero si lo esparció y recibió en su rostro y en pecho, nos besamos y nos acostamos envueltos en el edredón, lo hicimos algunas veces más y con otras combinaciones de frutas, mermeladas y de más cosas que llevamos. A la una de la mañana me deseo feliz cumpleaños, sacamos la botella de vino tinto y brindamos por todo lo ocurrido, después bebí de su cuerpo y ella del mío.

A partir de esa ocasión todo fue un descubrir y aprender juntos, lo hicimos tantas veces, en tantos lugares y formas que no creo que algún día pueda olvidarla, le deseo lo mejor y siempre estará en mi memoria, con ella aprendí a hacer las cosas con pasión, no importa de que se trate si lo haces con pación lo disfrutaras.

Con Sandy dure casi año y medio de novios, gracias a ella me salí de trabajar de la fábrica, para meterme a estudiar una licenciatura, la cual termine en 2009, ella fue es y será siempre mi más grande musa, la ame como a nadie más lo he hecho, terminamos por razones muy tontas y no pudimos vencer nuestro orgullo para solucionarlas. Después de unos meses ella se juntó con alguien más, quedando embarazada de una hermosa niña que se parece a ella, en 2005 yo me case. Con ella viví una relación intensa, romántica y abierta, he tenido alguna que otra relación muy apasionada pero no he encontrado a mi musa, A MI SANDY, a esa mujer que se entregue y me permita entregarme plenamente. Aun sueño que estoy con ella.

Desde la última vez que nos vimos en diciembre de 2003 no la he vuelto a ver, se de ella pero no me he atrevido a buscarla. Aun hoy espero algún día encontrar a alguien como ella y por que no revivir lo vivido con MI MUSA SANDY.

Este es mi primer relato, ojala haya sido de su agrado, lo escribí con mucho cariño y respeto, pero sobre todo con mucho amor, espero comentarios, y pues no sé, tal vez la próxima vez cuente alguna de mis otras aventuras, como ya lo dije antes me enloquecen los pies y piernas bien cuidadas de las mujeres, además que también soy admirador de las mujeres maduritas (no mayores sino más bien con experiencia) y con quienes también he vivido muy buenas experiencias.

Mis queridos lectores espero haber causado un buen momento y quedo a sus órdenes: braulio810105@gmail.com les deseo igual que a mí, felices momentos, grandes encuentros sexuales.

1 comentarios - Sandy mi más grande Musa

InsaciableLover
Muy buena historia
CHUYTEL
Muchas gracias espero pronto subir otras