Repleta de locura y morbo, decidí cumplir una de mis fantasías más prohibidas.
Lo llame como lo hacia habitualmente para juntarnos a charlar, él era ya hace un tiempo mi confesor por lo que accedió sin extrañarse.
Me prepare colocando un corpiño azul, una diminuta tanga haciendo juego y un vestido que dejaba mis piernas moverse con total soltura y solo se frotaba sobre ellas suavemente.
Arribé al lugar y salude normalmente. Nos sentamos uno frente al otro en unos sillones muy cómodos. Casi medio siglo nos separaba pero eso no impidió que, mientras le contaba una historia que ya ni recuerdo, separara mis piernas lentamente y dejara ver el pequeño triangulito de tela que recubría mi sexo.
El fingía interés en mi discurso pero no pude evitar ver como sus ojos observaban mis labios escapando de ese tejido fino que lo aprisionaba.
No me aguante tanto preámbulo y le dije -querés? Él no se animo a contestar pero ambos sabíamos cual era la respuesta.
Se limito a mirar como en el más absoluto de los silencios, me fui sacando el vestido y deje ver mi oscuro conjunto. En un baile sensual que le dedique alegremente, deje ver mis tetas. Al acariciarlas pude sentir mis pezones erectos y vi como su miembro empujaba con fuerza el jean que lo cubría.
Me acerque y lo deje al descubierto. Él se limito a mirarme. Lo tome con firmeza y comencé a besar su glande con delicadeza pasando por su tronco y volviendo a empezar.
Tome su mano, la lleve hacia mis senos y luego hacia abajo. Estaba totalmente mojada pero su dedo tímido acariciando mi clítoris e ingresando a mi vagina, hizo que me humedeciera aun más.
Me aleje, le di la espalda y saque mi tanga lentamente, agachándome y dejándole ver todo lo que quisiera. De inmediato sentí como sus manos se aferraban violentamente a mi cintura y su miembro duro, caliente, hermoso, me rozaba desde atrás.
Extasiada, le pedí me cogiera. Me tendió en el piso y su lengua hizo arte sobre mí. Devoró mi concha como el más hambriento de los lobos y deje escapar el gemido de uno de los tantos orgasmos que me provocaría.
Espero que les guste! Saludos!
Lo llame como lo hacia habitualmente para juntarnos a charlar, él era ya hace un tiempo mi confesor por lo que accedió sin extrañarse.
Me prepare colocando un corpiño azul, una diminuta tanga haciendo juego y un vestido que dejaba mis piernas moverse con total soltura y solo se frotaba sobre ellas suavemente.
Arribé al lugar y salude normalmente. Nos sentamos uno frente al otro en unos sillones muy cómodos. Casi medio siglo nos separaba pero eso no impidió que, mientras le contaba una historia que ya ni recuerdo, separara mis piernas lentamente y dejara ver el pequeño triangulito de tela que recubría mi sexo.
El fingía interés en mi discurso pero no pude evitar ver como sus ojos observaban mis labios escapando de ese tejido fino que lo aprisionaba.
No me aguante tanto preámbulo y le dije -querés? Él no se animo a contestar pero ambos sabíamos cual era la respuesta.
Se limito a mirar como en el más absoluto de los silencios, me fui sacando el vestido y deje ver mi oscuro conjunto. En un baile sensual que le dedique alegremente, deje ver mis tetas. Al acariciarlas pude sentir mis pezones erectos y vi como su miembro empujaba con fuerza el jean que lo cubría.
Me acerque y lo deje al descubierto. Él se limito a mirarme. Lo tome con firmeza y comencé a besar su glande con delicadeza pasando por su tronco y volviendo a empezar.
Tome su mano, la lleve hacia mis senos y luego hacia abajo. Estaba totalmente mojada pero su dedo tímido acariciando mi clítoris e ingresando a mi vagina, hizo que me humedeciera aun más.
Me aleje, le di la espalda y saque mi tanga lentamente, agachándome y dejándole ver todo lo que quisiera. De inmediato sentí como sus manos se aferraban violentamente a mi cintura y su miembro duro, caliente, hermoso, me rozaba desde atrás.
Extasiada, le pedí me cogiera. Me tendió en el piso y su lengua hizo arte sobre mí. Devoró mi concha como el más hambriento de los lobos y deje escapar el gemido de uno de los tantos orgasmos que me provocaría.
Espero que les guste! Saludos!
5 comentarios - Fantasía de una noche de insmonio
Muy caliente!
Gracias por compartir