Como todas las tardes entre a mi página social favorita para ligar con mujeres. No quería una chica linda, se toma demasiado tiempo en conquistar a una. Quería algo fácil.
Empecé a ver perfiles había varias mujeres de belleza regular perfectas de esas que un día invitas a comer helado y en la segunda cita están en tu cama gimiendo.
Empecé hablar con una pelirroja, tenía los dientes de adelante sobresalidos, usaba frenos, medio regordeta, una mirada apagada pero por sus fotos vi que poseía un buen par de tetas y con eso me bastaba.
Hablamos de apoco. Me tomo 2 días que confiara en mi, además le parecí atractivo. Soy blanco, de 1.76, atlético y pene normal de 16cm.
Acordamos salir a una plaza local para hablar y conocernos personalmente. Era como la 1 de la tarde de un miércoles. Cuando llego pude ver su figura completa, además de sus tetas de buen tamaño, poseía unas caderas anchas y un trasero paradito.
A la hora después de comer helado, subí el tono de la conversación y empecé hablar de sexo. Ella al principio se apeno pero cedió. Me conto que solo había estado con uno y que nunca había probado el sexo anal. Eso me excito al instante me gusta ser el primero al menos en algunas cosas, además seria su segundo encuentro y tendría una concha estrecha.
Sentados en una banca empecé a besarla, primero suave y después intenso con lengua. Ella me respondía los besos entre suspiros de excitación. Le besaba el cuello y la oreja ella cerraba los ojos. Le tocaba disimuladamente sus tetas, siempre fijándome que no me viera nadie de la plaza.
Tome confianza, le dije que la deseaba y que fuéramos a un hotel hacer el amor. Ella dudaba pero le decía que no temiera, que íbamos a ser novios y era algo normal. Ella cedió y partimos al hotel.
Apenas entramos la bese y las desvestía de a poco. Cuando le quite la blusa y el sosten vi sus hermosas tetas paraditas y llenas de pecas, la bese y chupe con ansias mientras ella gemía.
La acosté y le termine de quitar su jean y pantaletas. Su concha estaba hermosa y afeitadita, me desnude rápido y metí mi lengua en su concha. Estaba mojadita sentía ese sabor entre dulce y acido de su lubricación. Le chupaba el glande de su clítoris y le introduje mis dedos para masturbarla
Ella gemía ruidosamente. No Aguante más y me subí encima de ella y metí mi pene en su concha mojada bruscamente
Mi cielo me encanta – gritaba ella. mientras sacaba y metía mi pene en un ritmo acelerado. nos besábamos intensamente mientras enterraba mi miembro lo más profundo que podía.
Subí sus piernas a mis hombros y veía como sus tetas rebotaban al ritmo de mis estocadas en su estrecha concha. Ella acabo en esa posición pues boto un chorro grande de líquido vaginal que chorreaba entres mis embestidas.
Eso me excito demasiado y ya no aguantaba. Cuando sentí que me venía saque mi pene, lo acerque a su cara, ella no me rechazo abrió su boca y recibió mi semen caliente. Salió a chorros, cayó una buena porción en su boca y lo demás en su frente y pelo. Se lo trago como una zorrita sin quejas.
Quede agotado y me acosté a su lado viendo cómo se limpia mi leche de su frente y pelo. Quería hacerlo otra vez pero ella me dijo que tenía que estar en su casa temprano, así que nos vestimos y la lleve a su casa. En otra oportunidad les cuento como la desvirgue por su cola
Empecé a ver perfiles había varias mujeres de belleza regular perfectas de esas que un día invitas a comer helado y en la segunda cita están en tu cama gimiendo.
Empecé hablar con una pelirroja, tenía los dientes de adelante sobresalidos, usaba frenos, medio regordeta, una mirada apagada pero por sus fotos vi que poseía un buen par de tetas y con eso me bastaba.
Hablamos de apoco. Me tomo 2 días que confiara en mi, además le parecí atractivo. Soy blanco, de 1.76, atlético y pene normal de 16cm.
Acordamos salir a una plaza local para hablar y conocernos personalmente. Era como la 1 de la tarde de un miércoles. Cuando llego pude ver su figura completa, además de sus tetas de buen tamaño, poseía unas caderas anchas y un trasero paradito.
A la hora después de comer helado, subí el tono de la conversación y empecé hablar de sexo. Ella al principio se apeno pero cedió. Me conto que solo había estado con uno y que nunca había probado el sexo anal. Eso me excito al instante me gusta ser el primero al menos en algunas cosas, además seria su segundo encuentro y tendría una concha estrecha.
Sentados en una banca empecé a besarla, primero suave y después intenso con lengua. Ella me respondía los besos entre suspiros de excitación. Le besaba el cuello y la oreja ella cerraba los ojos. Le tocaba disimuladamente sus tetas, siempre fijándome que no me viera nadie de la plaza.
Tome confianza, le dije que la deseaba y que fuéramos a un hotel hacer el amor. Ella dudaba pero le decía que no temiera, que íbamos a ser novios y era algo normal. Ella cedió y partimos al hotel.
Apenas entramos la bese y las desvestía de a poco. Cuando le quite la blusa y el sosten vi sus hermosas tetas paraditas y llenas de pecas, la bese y chupe con ansias mientras ella gemía.
La acosté y le termine de quitar su jean y pantaletas. Su concha estaba hermosa y afeitadita, me desnude rápido y metí mi lengua en su concha. Estaba mojadita sentía ese sabor entre dulce y acido de su lubricación. Le chupaba el glande de su clítoris y le introduje mis dedos para masturbarla
Ella gemía ruidosamente. No Aguante más y me subí encima de ella y metí mi pene en su concha mojada bruscamente
Mi cielo me encanta – gritaba ella. mientras sacaba y metía mi pene en un ritmo acelerado. nos besábamos intensamente mientras enterraba mi miembro lo más profundo que podía.
Subí sus piernas a mis hombros y veía como sus tetas rebotaban al ritmo de mis estocadas en su estrecha concha. Ella acabo en esa posición pues boto un chorro grande de líquido vaginal que chorreaba entres mis embestidas.
Eso me excito demasiado y ya no aguantaba. Cuando sentí que me venía saque mi pene, lo acerque a su cara, ella no me rechazo abrió su boca y recibió mi semen caliente. Salió a chorros, cayó una buena porción en su boca y lo demás en su frente y pelo. Se lo trago como una zorrita sin quejas.
Quede agotado y me acosté a su lado viendo cómo se limpia mi leche de su frente y pelo. Quería hacerlo otra vez pero ella me dijo que tenía que estar en su casa temprano, así que nos vestimos y la lleve a su casa. En otra oportunidad les cuento como la desvirgue por su cola
2 comentarios - Sexo a la primera cita