Cerca de Almagro empecé a concurrir a una clase de salsa y otros ritmos caribeños. En realidad soy soltero, maduro y me gustaba relacionarme con mujeres en los bailes. Pero no sabía bailar, por lo que me intereso ser un buen aprendiz.
Soy honesto conmigo mismo y no fui a la academia por un ligue, fui a la academia a aprender. La profesora era una cubana mulatona bien entrada en carnes aunque armoniosa.
Cuando vi su empeño porque salga buen bailarín, me empecé a tirar a la retranca y deje que su cuerpo me tocara todo en especial sus pechos y sus nalgas.
Se enojaba mucho conmigo por mi desgano, por lo que ponía más empeño en que mi ritmo fuera más acompasado.
En una de esas apoya su genial trasero en mi bragueta y se mueve con su vientre consiguiendo una erección mía desopilante.
Camia la música es más suave y me mira a los ojos y me dice: Oh la la. Hubiera intentado “el modestamente” de Victorio Gassman en Il Sorpaso, pero me pareció más útil seguir apretando.
Sus manos llenas de pulseras de semillas busco mis partes pudendas y al tocarla volvió a decir Oh La La.
En un giro hice lo suficiente como para sentir esas tetas tremendas y las agarre desde atrás y me dijo: Oye cielo, que me tocas donde más me puedes….
Yo le conteste:
Y quieres que te pueda?
Ella dijo, tu no, esa gran gallo que cacarea en mis nalgas….. Lo quiero dentro de mí.
La lleve a un rincón casi oscuro de salón y le comí la boca y su respuesta fue genial
Su lengua era un lazo, algo indescriptible para alguien que como yo no había besado algo tan pasional.
El baño era algo incómodo, pero me llevo ahí y bajo el zipper de mi pantalón y saco mi verga al palo y su Oh La la se cortó cuando introdujo mi poronga en su boca.
Su labios eran un rubí y su piel de canela oscura algo nuevo para mí “ars amandi”.
Me dijo: dieta suave tu miel sabe sabroso y muy débil de olor. Quiero tragarme tu lechita. Cielo…..
Yo para no ser un pasivo le dije, y yo quiero ese culo enorme y turgente de tu cuerpo.
Se bajó la calza y dejo ese mapamundi del deseo a la luz de mi deseo.
Puertee su orto y entro y me dijo házmelo dulce chico, házmelo.
Lo interesante de caso es que mientras le hacia el orto tenía su mano en la base del tronco de mi pija.
Creo que sintió que me iba a ir, la saco, puso su cara abrió la boca, acabe y chau mi semen.
Mientras con su lengua degustaba mi leche me dijo, mira, no bailas bien pero lo haces rico.
Tienes tres clases bonificadas.
He faltado, la muchacha me enamoraba, ¿Qué cosa, no?
Soy honesto conmigo mismo y no fui a la academia por un ligue, fui a la academia a aprender. La profesora era una cubana mulatona bien entrada en carnes aunque armoniosa.
Cuando vi su empeño porque salga buen bailarín, me empecé a tirar a la retranca y deje que su cuerpo me tocara todo en especial sus pechos y sus nalgas.
Se enojaba mucho conmigo por mi desgano, por lo que ponía más empeño en que mi ritmo fuera más acompasado.
En una de esas apoya su genial trasero en mi bragueta y se mueve con su vientre consiguiendo una erección mía desopilante.
Camia la música es más suave y me mira a los ojos y me dice: Oh la la. Hubiera intentado “el modestamente” de Victorio Gassman en Il Sorpaso, pero me pareció más útil seguir apretando.
Sus manos llenas de pulseras de semillas busco mis partes pudendas y al tocarla volvió a decir Oh La La.
En un giro hice lo suficiente como para sentir esas tetas tremendas y las agarre desde atrás y me dijo: Oye cielo, que me tocas donde más me puedes….
Yo le conteste:
Y quieres que te pueda?
Ella dijo, tu no, esa gran gallo que cacarea en mis nalgas….. Lo quiero dentro de mí.
La lleve a un rincón casi oscuro de salón y le comí la boca y su respuesta fue genial
Su lengua era un lazo, algo indescriptible para alguien que como yo no había besado algo tan pasional.
El baño era algo incómodo, pero me llevo ahí y bajo el zipper de mi pantalón y saco mi verga al palo y su Oh La la se cortó cuando introdujo mi poronga en su boca.
Su labios eran un rubí y su piel de canela oscura algo nuevo para mí “ars amandi”.
Me dijo: dieta suave tu miel sabe sabroso y muy débil de olor. Quiero tragarme tu lechita. Cielo…..
Yo para no ser un pasivo le dije, y yo quiero ese culo enorme y turgente de tu cuerpo.
Se bajó la calza y dejo ese mapamundi del deseo a la luz de mi deseo.
Puertee su orto y entro y me dijo házmelo dulce chico, házmelo.
Lo interesante de caso es que mientras le hacia el orto tenía su mano en la base del tronco de mi pija.
Creo que sintió que me iba a ir, la saco, puso su cara abrió la boca, acabe y chau mi semen.
Mientras con su lengua degustaba mi leche me dijo, mira, no bailas bien pero lo haces rico.
Tienes tres clases bonificadas.
He faltado, la muchacha me enamoraba, ¿Qué cosa, no?
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