Quiero contaros lo ocurrido un fin de semana de hace unos años.
Tengo un primo que es policía local desde hace unos años, cuerpo musculado, alto, moreno, depilado al 100%, con algún tatoo que otro por el cuerpo, y hasta aquel día pensaba que también era hetero.
Todo sucedió cuando un compañero de mi primo, también policía, decidió casarse con su novia, y mi primo y algunos amigos decidieron hacerle una despedida de soltero, para ello decidieron alquilar una casa rural en medio del campo, no muy grande, pero lo suficiente como para invitar a todos los amigos del novio, todos hombres, y con streptease femenino incluido, o eso pensaba yo.
Mi primo decidió invitarme diciendo que me lo pasaría bien, pero sinceramente en un primer momento no me apeteció mucho, aunque después de tanta insistencia por su parte acabé aceptando, tal vez consiguiera ver algo que me gustara, en los baños, o en las habitaciones, o tal vez no hubiera mucho sitio para dormir tras la borrachera y pudiera dormir pegado a algún amigo de ellos, oliendo todo su cuerpo y pudiendo guardar ese recuerdo para futuras pajas.
Todo estaba listo, era sábado por la mañana y mi primo, el amigo y yo iríamos en el coche juntos hasta la casa rural, el resto irían por su cuenta. Y así fue, cuando llegamos otro coche estaba ya allí. Eran 2 amigos más, y acababan de descargar la compra que pagaríamos entre todos. Al bajar del coche y saludarnos, empezaron a darse besos como buenos amigos, incluido a mi, cosa que me llamó mucho la atención. Tanto mi primo como los amigos eran tíos bastante machos, era raro verles darse 2 besos como si de la familia se tratara, y mucho mas raro dármelos a mi que ni siquiera me conocían. Uno de ellos dijo, "bueno, ya estamos todos no?" "Todos?" dije yo, a lo que mi primo contestó que unos amigos que venían juntos en otro coche al final no habían podido venir. Y ahí acabó la conversación, y entramos en la casa.
Justo al entrar pregunté donde estaba el baño, puesto que hacia ya rato que me estaba meando, "al fondo a la derecha" como siempre, pensé yo. Entré en el baño entornando la puerta y me apresuré a sacármela para mear, cuando justo al empezar escucho la puerta que se abre. Era el supuesto novio, volvió a entornar la puerta y se dirigió hacia mi. El meado se me cortó de repente cuando me dijo: " échate hacia un lado que yo tampoco aguanto", y se puso a mi lado. Los dos juntos meando a la vez. El muy cabrón tenía la pija a media maquina, y así y todo era casi tan grande como la mía, que se había erectado segun la situación. ¿Que pasa, no puedes mear? me dijo, yo no supe que contestar, y tras varios segundos le dije que no estaba acostumbrado a mear delante de nadie, y sin terminar de decirlo el novio me agarró la pija con la mano y diciendo ¿Tal vez yo pueda hacerte mear?. Ufff, supongo que me puse rojo de vergüenza y de excitación. Se colocó detrás de mi y empezó a pajearme suavemente, y al instante acabé corriéndome en la taza del inodoro. Aun se me pone dura solo de acordarme. Nada mas acabar y con su mano aun en mi pija me dijo al oído "ni una palabra de esto a nadie o te corto los huevos, te recuerdo que soy policía". Me soltó la pija y salió del baño sin ni siquiera lavarse las manos. Y por supuesto, yo no dije nada de aquello al salir.
Creo que es el momento de poner algunos nombres para que sea mas fácil. Digamos, que están: el novio (policía), mi primo (también policía), y los dos amigos (Mario y Rubén) y por supuesto yo.
Todos estaban ya sin camiseta por el calor, y bebiendo cerveza, y por supuesto yo hice lo mismo, y así empezamos a emborracharnos. Todos estábamos en el salón, con nuestra cerveza en la mano, y las patatas fritas en la mesa. Era ya la quinta o sexta cerveza que me bebía, y las risas por tonterías eran lo mas normal entre nosotros.
De repente a Mario se le cayó la lata de cerveza de la mano, cayendo sobre su pierna y mojándole todo el pantalón vaquero que llevaba puesto. Enseguida se puso de pie de un salto al mojarse, y Rubén se agachó a por la lata que terminaba de vaciarse por el suelo. "Que bronca, es el único pantalón que me he traido" diciendo esto, empezó a desabrochar los botones y a bajarse los pantalones, todos estabamos riendonos de él por lo torpe que había sido, pero en realidad yo me reía por seguir la risa de los demás, porque no podía dejar de ver aquel pedazo de cuerpo que tenía Mario mientras se quitaba los pantalones. Se quedó con sus slips de Armani blancos de pié, justo enfrente de mí, y echó a andar y subir las escaleras para ir a las habitaciones.
Los demás seguimos de risas y bromas, y decidimos finalmente encender la parrilla para hacer algo mas consistente de comer y empezar a sacar el alcohol de verdad. Todos nos levantamos y empezamos a preparar las cosas, pero Mario seguía sin bajar de arriba, así que mi primo y yo decidimos subir a ver que le pasaba, mi primo iba delante y yo detrás de él, solo teniamos dos habitaciones, una supuestamente para mi primo, el novio y yo, y la otra para Mario y Ruben.
Al abrir la puerta de la habitación, Mario no estaba allí, asi que mi primo directamente se dirigió a abrir la otra puerta, la puerta de nuestra habitación. Allí estaba Mario, en nuestra habitación, mirandose en el espejo con un tanga de color negro y un paquete entre las piernas que casi se le salía por arriba. "¿Que haces man?" dijo mi primo "No tenía pantalones de sobra y vine a robaros alguno, pero vi esto y me dió curiosidad" en ese momento miré sobre la cama y vi la maleta de mi primo abierta y algo mas de ropa sobre la cama. Mi primo, el macho policía que siempre había creido que era ¡¡llevaba un tanguita en su maleta!!! y encima le dijo "si quieres te lo cambio por tus slips de armani" Mario se agachó, los cogió del suelo y se los tiró a mi primo. Automaticamente mi primo empezó a desnudarse, quitandose los pantalones y dejando ver unos slips de Calvin Klein increiblemente apetecibles, y luego bajandoselos de espalda a mi, dejando me verle desde atrás, para ponerse el Armani. Menudo culo, creo que jamás volveré a ver un culo tan bonito como ese.
Y allí estaba yo, viendo a los dos en ropa interior delante del espejo y con esos cuerpazos. " Y tu primo, que llevas" me dijo, "los mios son muy feos", "a ver, enseñanoslos", le dije que me daba vergüenza, y en ese momento ambos se miraron y salieron corriendo a por mi. Me agarraron en el pasillo de arriba, mi primo se sentó sobre mi pecho y Mario sobre mis piernas, y empezaron a quitarme el pantalón. Al bajarlo Mario dijo "que cabrón, el hijo de puta está exitado" y me agarró la pija. En ese momento mi primo se levantó, agarro su pantalón y bajó las escaleras dejando su slip en el suelo y llevandose puestos los Armani de Mario. Mario empezó a masajearme la pija suavemente y yo no podía dejar de mirarlo como si lo que hiciera no me gustara, pero me encantaba. Nada mas irse mi primo, me la sacó y empezó a comermela como si fuera lo unico que había comido en mucho tiempo. Sentía que iba a explotar cuando empezó a girarse en aquel pasillo estrecho para dejar su pija a la altura de mi cara. Empecé a comersela sobre el tanga que llevaba puesto, y pasar mi lengua, hasta que no pude mas y con mis manos se la saqué y empecé a chuparsela lo mejor que sabía. Solo duré un minuto así acave en su boca. El muy cabrón no sacó la pija de su boca hasta que me salió la última gota. Y en ese momento se levantó, se subió su tanga, agarro su pantalón y bajó escaleras abajo.
¿Que significaba aquello? ¿Es que no le gustaba como se la estaba chupando?. Con aquella cara de idiota me subí mi boxer y mi pantalón y cuando me iba a ir, ví slips de mi primo tirados en el suelo de la habitación. No pude resistirme, los cogí, los olí por todos lados, y pasé mi lengua sin mojarlos mucho por miedo a que volviera por ellos. En ese momento me volví a erectar, pero acabé dejandolos donde estaban y tras un minuto para disimular la erección de mi pija volví a bajar las escaleras.
No había nadie en el salón ni la cocina, los 4 estaban fuera en la parrilla y todos se quedaron mirando cuando salí aunque ninguno dijo nada. Mi primo sacó otra cerveza y me la dió y la conversación siguió como si nada de aquello hubiera pasado. Así estuvimos hasta despues de comer, que decidimos descansar un rato y dormir para sacar fuerzas para beber y estar despiertos toda la noche, mi primo y el novio se tumbaron en los sofás del salón, Mario y Rubén se fueron a su habitación, y yo allí solo decidí ir a mi habitación y descansar un rato.
Al entrar, los slips de mi primo seguian allí, donde yo los había dejado antes, y no pude aguantar las ganas de probarmelos, pero en cuanto me puse delante del espejo, la puerta se abrió. Era Mario, se quedó mirandome desde la puerta con cara de interesante, y me dijo "¿te gusta meter tu pija donde estaba la de tu primo guacha?" cerró la puerta, vino hacia mi y me dijo en voz baja "ahora vas a acabar lo que antes dejaste a medias" en ese momento se tumbó sobre la cama y me hizo una señal de que se la comiera. Evidentemente yo estaba hancioso por comerme de nuevo esa pija, de sentir su leche y poder saborearla.
Me arrodillé sobre la cama, le agarré el paquete y empecé a chuparselo. Aún llevaba el tanga negro de mi primo, pero su olor y su sabor era completamente distinto a la primera vez. Su olor era fuerte, y su sabor era delicioso. Seguramente tendría algún resto de leche de la primera comida sin terminar, mezclado con gotas de pis.
Empecé a comersela lentamente, disfrutando el momento, y luego bajé hasta dejarlo completamente desnudo sobre la cama. Me metí sus huevos en la boca mientras le masajeaba la pija con mi mano y despues al revés, mi boca en su pija y mi mano en sus huevos.
Tras un buen rato mamandosela, Mario se incorporó, me agarró de los pelos y tiró hacia arriba, se levantó y se dirigió hacia un lado de la cama. No sabía que estaba pensando, hasta que dijo "antes vi por aquí que tu primo viene bien preparado" sacando una caja de condones de su maleta. Le dije que solo me habían cojido un par de veces antes, lo que le puso mas cachondo aun. Lo cierto es que yo estaba deseando que lo hiciera, aun recuerdo su pija, no era muy gorda, aunque si bastante larga, y babeante. Me puse de rodillas en el filo de la cama, me tiró un chirlo en el culo, y empezó a meterla suavemente, tan suave que fui yo el que tuvo que tomar la iniciativa para sentirla completamente dentro de mi culo.
"Que guacha eres, te ha entrado sin ningún esfuerzo" me dijo, y en ese momento empezó a cojerme cada vez mas rápido, azontandome el culo y diciendome "¿Te gusta perra?" a lo que yo solo sabia contestar, "si, si, si, sigue, no pares". Estaba tan cachondo que no quise tocarme la polla, no quería correrme de nuevo antes que él y que volviera a irse sin acabar. Así que aguanté todo lo que pude para que él se corriera y pudiera saborear aquella leche que parecía que sabría tan bien.
Me empujó para tumbarme sobre la cama bocabajo sin sacar la pija de mi culo, y empezó a cojerme de nuevo. Esta vez mas rápido aún, mi pija rozaba las sábanas y sentía que iba a explotar, cuando de repende Mario saca la pija de mi culo, coge el tanga negra de mi primo que le habia intercambiado y se corre en él. Ni siquiera me dió tiempo a acercarme para poner mi boca y poder sentir su leche caer sobre mi lengua. "Toma perra, te regalo mi tanga, pontelo ahora y cuando vuelvas a tu casa tendrás algo para recordarme y pajearte". Tirándomelo sobre la cara, cogió el slips de mi primo, se lo puso, y se fué.
Allí estaba yo, tirado en la cama, con la pija dura y con un tanga de mi primo acabada por Mario. No pude evitarlo, nada mas cerrar la puerta empecé a desdoblar el tanga y ver por donde estaba la leche, el muy cabrón lo había acabado por dentro. Pasé mi lengua por un lado para saborear aquel delicioso plato, pero con cuidado de no comermelo todo. Me puse de pie delante del espejo y me puse el tanga.
Al ponermelo sentí la leche rozar mi pija y mis huevos, y no pude evitar masajearlo todo bien para resfregar su leche por toda mi entrepierna. Y al cabo de unos segundos acabe, dejando de nuevo la tanga bien llena. Después me tumbé en la cama, y empecé a recordar todo lo vivido ese día hasta que me quedé dormido.
No se que hora era, cuando escuché un ruido y me desperté. Era casi de noche, así que me puse los pantalones y bajé. Alli estaban todos, de nuevo en el salón y hablando de fútbol. Cosa que a mi no es que me entusiasme, la verdad.
Nada mas aparecer por la puerta, hizieron referencia al tiempo que llevaba durmiendo para mofarse. Estuvimos hablando un rato de esto y lo otro, la noche empezó a acecharnos y decidimos volver a encender la parrilla para terminar de hacer la carne que sobró al mediodía. Nos levantamos y empezamos a preparar todo para comer en la mesa de fuera. Y en la ída y venida de la cocina a la mesa, noto de repente que alguien tira de mi pantalón por detrás. Al girarme vi a mi primo con cara extrañada, "¿que haces con mi tanga puesto? si se la regalé a Mario". No supe que decir, me quedé callado unos segundos y al final moví los hombros en señal de no saber que decir, pero él reaciono, se acercó a mi oído y me susurró "me alegro de que lo tengas tu, a ti te sienta mejor". ¿Acababa de recibir un piropo de mi primo, o tal vez fuera una indirecta?.
La noche prosiguió con total normalidad, seguimos bebiendo, comiendo y hablando. Cada vez estabamos mas borrachos, hasta el punto de no poder andar recto ni para entrar en la casa e ir al baño. Y no era yo el único, Rubén vino detrás de mi al baño también, cuando salí estaba sentado en el suelo del pasillo sin poder levantarse. Le ayudé a ponerse de pie y a entrar y al soltarlo casi vuelve a caerse. "No te vayas, ayudame a mear man" eso fue lo que me dijo. Lo puse delante de la taza del inodoro sin soltarlo por miedo a que se cayera. Empezó a desanudar el nudo del pantalón de chandal que llevaba puesto, pero no era capaz.
"¿No ibas a ayudarme?" me puse detrás y pegándome a él pase mis brazos por su cintura y agarré el nudo. Por fin pude deshacerlo, realmente a mi también me costó bastante trabajo. En ese momento lo miré, su cabeza estaba caída hacia atrás sobre mi hombro, y sus brazos totalmente lacios. Esperé un instante, y me decidí a ponerlo a mear como si de un bebé se tratara. Empecé a buscar desde su ombligo hacia abajo el elástico del pantalón, pero el elástico de su ropa interior hizo tope con mi mano antes. Metí la mano y empecé a bajar a través de su vello púbico hasta encontrar su pija. No pude evitar acariciarla un par de veces antes de sacarsela. La otra mano la metí por un lado de la ropa interior y fuí adelantándola hasta dejarla a la altura de sus huevos. Los agarré, de modo que el pantalón y la ropa interior quedaran bajados, me acerqué al oido y le susurré que hiciera pis. Yo estaba totalmente empalmado, con mi polla rozandole el culo. Sin ni siquiera mover un solo músculo, empezó a mear, parecía no acabar nunca, cada vez que se la sacudía acababa soltando un chorrito mas. A la tercera sacudida su polla empezó a empalmarse y yo no podía estar mas cachondo. En ese momento volvió en sí y me dijo "ayudame a subir, necesito acostarme".
Salimos fuera un segundo y los tres empezaron a reirse de Rubén, pero en el fondo estaban de acuerdo en que se acostara, el alcohol no le sentó tan bien como a los demas. Volvimos a entrar y subimos las escaleras, lo ayudé a sentarse en la cama, le quité los zapatos y lo recosté, practicamente estaba medio inconsciente. En ese momento vi que su miembro estaba totalmente empalmado, al igual que el mio. Le pregunté si quería quitarse los pantalones para dormir mejor, pero ni siquiera respondió, asi que empecé a bajarselos mientras le miraba la cara. No hizo el mas mínimo gesto.
Imaginaros como me sentía yo en aquel momento, tenía a Rubén tumbado en la cama con unos slips azules de elástico ancho, y una polla que no tenía sitio para estirarse. No pude evitar volver a tocarsela. Se la toqué suavemente, y ningún gesto en su cara parecía hacerle consciente de aquello, así que bajé mi cara hasta su entrepierna y empecé a lamersela. Olía fuerte por los restos de orina despues de haber bebido tanta cerveza y alcohol, lo que hacía que me pusiera mas cachondo aún. Bajé su slips dejando su polla al descubierto y se la chupé. Estuve 3 o 4 minutos chupándosela, pero no parecía ser muy consciente de aquello y no iba a correrse, así que volví a guardarsela en el slip, apagúe la luz y me fuí.
Al salir de la habitación ví a Mario y Rubén entrar en la otra habitación. "Nosotros también vamos a acostarnos ya, tu primo está abajo esperandote". Bajé las escaleras, salí fuera y allí estaba él, sentado en la mesa, pero al acercarme pude comprobar que había algo distinto en aquello, no llevaba pantalones, solo aquellos Armani que había visto como se los ponía de espaldas.
Me acerqué hasta mi silla, y al retirarla para sentarme me dijo "espera primo, dejame ver mi tanga, a ver como te queda" supongo que en ese momento no pude creer lo que estaba escuchando, rojo de vergüenza me bajé el pantalón un poco hasta dejar ver el paquete, "¡¡gírate!!, a ver como te queda por detrás", y eso hize, me giré lentamente, sintiéndome observado como nunca antes.
"No debí cambiarselo a Mario por estos Armani, tu que crees?" levantándose de la silla e incitandome a mirarle casi desnudo. Le dije que seguramente estaría mejor con el tanga que con aquel Armani. En ese instante me dijo "te lo cambio". Evidentemente le dije que no, no porque no quisiera cambiarselo, sino porque de haberle dicho que si en ese instante habría supuesto que lo cambiariamos en el acto, y el tanga estaba lefado ya por dos veces ese día, una por Mario y otra por mi. Pero él siguió insistiendo tanto que empecé a recoger la mesa con tal de entrar en la casa. Pero eso no lo iba a detener.
Al salir de la cocina me encontré a mi primo en el pasillo, con las manos en las paredes y sin dejarme pasar. "¿Que tengo que hacer para que me lo cambies?" En ese instante me agarró la polla a través del tanga y acercó su cara a la mia. "¿Quieres que te la chupe?" y empezó a morderme la oreja. No pude evitar caer en la tentación, era demasiado tentador tener a tu primo favorito, el tío bueno con el que siempre sueñas y encima casi desnudo, delante de ti y con ganas de chupartela.
Empezó a besarme lentamente la oreja y fue bajando mientras su mano movía mi polla. Poco a poco descendió por mi pecho, besando uno de mis pezones, el ombligo y antes de que pudiera darme cuenta estaba deleitándose del jugo de su tanga puesto en mi. Poco a poco empezó a bajarlos lentamente, besando cada centímetro de mi polla que iba asomandose, hasta dejarla completamente al descubierto. Mi polla parecía no haber descargado en meses, viendo como desaparecía por completo dentro de su boca. Sabía muy bien lo que hacía, sin darme cuenta, mi tanga, o mejor dicho, su tanga, estaba ya en su mano. Se puso depié, se dió la vuelta, se bajó el Armani y se puso el tanga. Volvió a girarse y me dijo "ya tengo lo que quería, gracias". Me quedé completamente perplejo de aquella situación, acababa de dejarme a medias y subió las escaleras.
No sabía que pensar, lo único que pude hacer es recoger los Armani del suelo para ponermelos, pero en ese instante vi que estaban un poco húmedos. Mi primo se había puesto cachondo mientras me la chupaba, así que no pude evitar llevarmelos a la cara para olerlos y sentir su sabor. Al quitarme el Armani de la cara, vi una sombra delante mía, era mi primo, solo había subido por su maleta. "¿Te gusta como huele mi polla? no sabía primo que eras tan guarra". Entró en el salón con su maleta, su culo parecía moldeado por un Dios. "A que esperas, ven aquí". Entré en el salón, pero nada más hacerlo, me rodeo con una llave de lucha y me tumbó sobre el suelo. Acaba de inmovilizarme y ponerme sus esposas de policía. "¿Que haces?" le dije, "voy a hacerte todo lo que siempre has deseado primo".
Tiró de mis brazos y me puso de rodilla delante del sofá, se sentó y agarró mi cabeza para forzarla a chuparle la polla. Sentía mi cara completamente pegada a su polla a través de la tela del tanga, casi no podía ni respirar. Empecé a chuparle todo lo que pude, es lo que siempre había deseado, poder complacer a mi primo, y además llevaba el tanga puesto que yo antes había usado y lefado, al igual que Mario, y el que él mismo había chupado antes de quitarmelo. El pensar poder saborear aquella mezcla de jugos aún me pone cachondo. Estaba deseando ver la polla de mi primo por primera vez en mi vida, y encima podría comersela.
Estuve chupandole la polla a través del tanga un tiempo, hasta que su polla empezó a crecer y crecer cada vez más. No podía imaginar que mi primo pudiera tener esa pedazo de porra entre las piernas. El tanga prácticamente era insignificante ante aquella polla que se sobresalía. Finalmente mi primo decidió quitarme las manos de la cabeza y por fín pude moverme a mis anchas. Lo primero que hize fue mirarlo a los ojos, no se porque lo hize, pero necesitaba ver su cara ante aquella situación. Sus ojos poseian un brillo especial, su boca entreabierta y su expresión de chulo en la cara. Bajé mi cabeza hasta su polla mientras le miraba a los ojos, saqué mi lengua y lamí su pollón, sus ojos se cerraron en modo de excitación y placer, y en ese momento bajé la mirada, la centré en lo que estaba lamiendo y me dediqué a él como antes nunca me había dedicado a nadie. Bajaba y subía por su polla, la acariciaba con mi lengua, lamía su glande con delicadeza, la metía dentro de mi boca y bajaba hasta sentir su polla en mi garganta, creo que jamás volveré a sentir tanto placer al chupar una polla como lo sentí aquel día.
Pero de repente, mi primo me agarró del pelo, sacó su polla de mi boca y me empujó hacia atrás. Caí de espaldas al tener mis manos esposadas. Se levantó, me ayudó a incorporarme y me ordenó que me pusiera de rodillas en el sofá. "¿De rodillas?" No sabía que es lo que estaba tramando, pero pronto lo descubrí. Abrió una de las cremalleras grandes de la maleta y pude ver un gran arsenal de juguetes. Cogío un collar de perro con pinchos y me lo puso en el cuello, un bote de lubricante y un dildo pequeño. Pero, porqué no me follaba él, yo lo único que quería en ese momento era poder sentir la polla de mi primo en mi culo, como me follaba, como me convertía en su puta. Pero no fué así.
Creía que lo primero que me haría era usar el lubricante, pero fue mucho mejor. Mi primo empezó a comerme el culo y meter su lengua. Abría con sus manos mis cachetes para poder entrar todo lo posible, y en pleno éxtasis noté como uno de sus dedos se adentraba en mi. Pero no lo hizo para darme placer, sino para poder meter un segundo dedo y poder ir separándolos cada vez mas. Estaba dilatándome, pero así y todo jamás había sentido tanto placer, incluso esposado de aquella manera.
Tras conseguir meter con bastante facilidad 2 dedos, agarró el dildo, echó lubricante y empezó a metermelo. Sentía como aquello iba desgarrándome de dolor y placer. Poco a poco el dolor fue desapareciendo y convirtiéndose en excitación, pero mi primo era bastante cuidadoso, lo introducía y lo sacaba lentamente, evitándo el dañarme. Pero mi culo babeaba cada vez mas por sentirlo completamente dentro, así que le ayudé con mi movimiento, y a la senguda entró completamente, a fin de cuentas, no era el dildo mas grande que una polla mediana. "Menudo culo de puta tienes" me dijo. Prácticamente no me dió tiempo a sentirlo dentro por completo, que mi primo lo sacó de golpe y volvió a rebuscar en su maleta.
Y ésta vez no era nada para introducir. Era una especie de paleta pequeña, de madera, que enseguida supe para lo que era. Empezó a azotarme con ella en el culo. Era algo que jamás había experimentado, pero el dolor y calor que me producía hacía de aquello una situación bastante morbosa. Tras varios paletazos suaves, empezó a subir la fuerza, poco a poco sentía que mi culo ardía, tanto que en el último paletazo me incorporé y grité de dolor. Mi primo en ese momento se avalanzó sobre mi y me tapó la boca con su mano. No quería que ninguno de sus amigos nos molestara. Me giró, y vió una lágrima que había caído de mis ojos. Sus ojos empezaron a brillar, parecian mas grandes que de costumbre. Me abrazó, acercó su boca a mi cara, y paso su lengua por mi lágrima. Después me besó. Me dió un beso suave en los labios, de esos que sientes que son de verdad, apoyó su frente sobre la mia y me dijo "siento haberte echo daño, pensaba que no te dolía tanto" y se quedó mirándome a los ojos.
Después se levantó, fue a su maleta, cogió unas llaves y me dijo que me diera la vuelta. Me había soltado las manos. Me agarró por la cintura y se acercó a mi oído, "te voy a dejar las manos libres, pero, por favor, no vayas a correrte". Giré mi cabeza y lo miré. Sus ojos seguian teniendo ese brillo especial, y su cara había pasado de tener la expresión chulesca, a tener una expresión totalmente desconocida para mi, una expresión de ternura y cariño que jamás había pensado que mi primo pudiera tener, pero que me encantaba.
Empezamos a besarnos en aquel momento, no sabía que es lo que tenía mi primo en mente al decirme que no me corriera, pero nuestras manos estaban rodeandonos el uno al otro, él mantenía sus manos en mi culo, y yo las mias en el suyo. Aún llevaba puesto el tanga. Empezamos a rozarnos polla con polla, separadas por la tela, nuestras manos cada vez apretaban mas fuerte nuestros culos, como si nuestras pollas pudieran atravesar esa tela, hasta que me decidí a meter mis manos por el elástico e ir bajándolo. En ese momento los movimientos se aceleraron, al igual que intensidad de nuestros besos. Finalmente su tanga quedó lo bastante bajado como para dejar su polla al descubierto por completo. Nuestros movimientos empezaron a disminuir, sentía la polla de mi primo junto a la mía, mi primo soltó una de sus manos de mi cuerpo y agarró ambas pollas. Suavemente empezó a masturbarlas mientras nos besábamos. En unos de esos besos me retiré y le dije que si seguía así iba a correrme en su mano. Inmediatamente soltó las pollas y me abrazó. "¿Confías en mi?" me preguntó. A lo que yo respondí que sí con un movimiento leve de mi cabeza.
Me agarró la mano, cogió el lubricante, se quitó completamente el tanga y se sentó en el sofá. Quería que me sentara encima de él. Me puse de rodillas sobre el sofá y empecé a moverme poco a poco. Su polla rozaba de arriba a abajo con la raja de mi culo. Empecé a besarlo, pero su excitación era tanta que no podía ni devolver el beso. "¿Estas seguro de ésto?" volvió a preguntarme. Ésta vez no le contesté, su polla estaba en la parte inferior de la raja de mi culo, lo miré a los ojos, y dejé que su polla se abriera paso. En ese momento sus ojos se cerraron y dejó caer su cabeza hacia atrás.
Su polla era mas grande que cualquier otra polla o dildo que jamás había probado. Poco a poco sentía como iba abriendome el culo, por suerte tenía bastante lubricante aún de cuando me metió el dildo. Empecé a moverme lentamente intentándo que pudiera entrarme cada vez más. Yo también acabé cerrando los ojos y mordiéndome el labio. Mi polla estaba tan dura que necesitaba tocarme de la excitación, pero había prometido no correrme, no podía tocarla porque me iría inmediatamente, y había prometido que no lo haría. Finalmente conseguí sentir los huevos de mi primo pegados a mi culo.
Empecé a moverme cada vez mas rápido, mi culo palpitaba de placer, mi polla parecía que iba a explotar en cualquier momento, y mi primo con sus ojos cerrados y su expresión de placer cada vez me ponian mas cachondo. Tras varios minutos sentado sobre mi primo, abrió los ojos, me agarró por la espalda y se puso depie con su polla ensartando mi culo. Mi culo apretó aquel pedazo de carne todo lo fuerte que pudo hasta que nos tumbamos en el sofá, yo debajo y él encima. Me puso las piernas sobre sus hombros y empezó a follarme mejor que nadie. Mi mano quería ir hacia mi polla, pero no podía, así que las puse sobre su pecho. Poco a poco empezó a aumentar la velocidad con la que me embestía, y yo mientras disfrutaba de su polla le pellizcaba los pezones.
"¿Puedo correrme dentro?" me preguntó, yo le respondí "más te vale". Pocos segundos despues sentí la leche caliente inundarme. Se tumbó sobre mi, dejándo su polla dentro. Mi polla quería explotar, pero estaba sobre mi, no podía tocarme y ¿por qué no quería que me corriera?. Pronto lo supe.
Tras un par de minutos sobre mi, su polla ya se había salido de mi culo y empezó a besarme un pezón. Poco a poco su lengua recorrió todo mi pecho y fue directamente a mi polla. Empezó a besarla, lamerla y finalmente empezó a chuparla. La mejor chupada del mundo, pero no podía aguantar más, mis gemidos eran cada vez mas fuertes, hasta que finalmente me corrí en su boca. Volvió a subir su cuerpo hasta besarnos y nos quedamos dormidos en el sofá.
A la mañana siguiente Mario fue el primero en bajar, entró en el salón y nos vio completamente desnudos, dió un par de golpes en la puerta, y se fue a la cocina. Nos despertamos, nos vestimos y poco despues nos fuimos de aquella casa para siempre.
Evidentemente, el supuesto novio no iba a casarse, era simplemente una excusa de mi primo para invitarme y que no pareciera raro un grupo de tios solos en una casa un fin de semana.
Nunca jamás volvimos a aquella casa, pero por suerte, visitamos muchas otras.
FIN
Tengo un primo que es policía local desde hace unos años, cuerpo musculado, alto, moreno, depilado al 100%, con algún tatoo que otro por el cuerpo, y hasta aquel día pensaba que también era hetero.
Todo sucedió cuando un compañero de mi primo, también policía, decidió casarse con su novia, y mi primo y algunos amigos decidieron hacerle una despedida de soltero, para ello decidieron alquilar una casa rural en medio del campo, no muy grande, pero lo suficiente como para invitar a todos los amigos del novio, todos hombres, y con streptease femenino incluido, o eso pensaba yo.
Mi primo decidió invitarme diciendo que me lo pasaría bien, pero sinceramente en un primer momento no me apeteció mucho, aunque después de tanta insistencia por su parte acabé aceptando, tal vez consiguiera ver algo que me gustara, en los baños, o en las habitaciones, o tal vez no hubiera mucho sitio para dormir tras la borrachera y pudiera dormir pegado a algún amigo de ellos, oliendo todo su cuerpo y pudiendo guardar ese recuerdo para futuras pajas.
Todo estaba listo, era sábado por la mañana y mi primo, el amigo y yo iríamos en el coche juntos hasta la casa rural, el resto irían por su cuenta. Y así fue, cuando llegamos otro coche estaba ya allí. Eran 2 amigos más, y acababan de descargar la compra que pagaríamos entre todos. Al bajar del coche y saludarnos, empezaron a darse besos como buenos amigos, incluido a mi, cosa que me llamó mucho la atención. Tanto mi primo como los amigos eran tíos bastante machos, era raro verles darse 2 besos como si de la familia se tratara, y mucho mas raro dármelos a mi que ni siquiera me conocían. Uno de ellos dijo, "bueno, ya estamos todos no?" "Todos?" dije yo, a lo que mi primo contestó que unos amigos que venían juntos en otro coche al final no habían podido venir. Y ahí acabó la conversación, y entramos en la casa.
Justo al entrar pregunté donde estaba el baño, puesto que hacia ya rato que me estaba meando, "al fondo a la derecha" como siempre, pensé yo. Entré en el baño entornando la puerta y me apresuré a sacármela para mear, cuando justo al empezar escucho la puerta que se abre. Era el supuesto novio, volvió a entornar la puerta y se dirigió hacia mi. El meado se me cortó de repente cuando me dijo: " échate hacia un lado que yo tampoco aguanto", y se puso a mi lado. Los dos juntos meando a la vez. El muy cabrón tenía la pija a media maquina, y así y todo era casi tan grande como la mía, que se había erectado segun la situación. ¿Que pasa, no puedes mear? me dijo, yo no supe que contestar, y tras varios segundos le dije que no estaba acostumbrado a mear delante de nadie, y sin terminar de decirlo el novio me agarró la pija con la mano y diciendo ¿Tal vez yo pueda hacerte mear?. Ufff, supongo que me puse rojo de vergüenza y de excitación. Se colocó detrás de mi y empezó a pajearme suavemente, y al instante acabé corriéndome en la taza del inodoro. Aun se me pone dura solo de acordarme. Nada mas acabar y con su mano aun en mi pija me dijo al oído "ni una palabra de esto a nadie o te corto los huevos, te recuerdo que soy policía". Me soltó la pija y salió del baño sin ni siquiera lavarse las manos. Y por supuesto, yo no dije nada de aquello al salir.
Creo que es el momento de poner algunos nombres para que sea mas fácil. Digamos, que están: el novio (policía), mi primo (también policía), y los dos amigos (Mario y Rubén) y por supuesto yo.
Todos estaban ya sin camiseta por el calor, y bebiendo cerveza, y por supuesto yo hice lo mismo, y así empezamos a emborracharnos. Todos estábamos en el salón, con nuestra cerveza en la mano, y las patatas fritas en la mesa. Era ya la quinta o sexta cerveza que me bebía, y las risas por tonterías eran lo mas normal entre nosotros.
De repente a Mario se le cayó la lata de cerveza de la mano, cayendo sobre su pierna y mojándole todo el pantalón vaquero que llevaba puesto. Enseguida se puso de pie de un salto al mojarse, y Rubén se agachó a por la lata que terminaba de vaciarse por el suelo. "Que bronca, es el único pantalón que me he traido" diciendo esto, empezó a desabrochar los botones y a bajarse los pantalones, todos estabamos riendonos de él por lo torpe que había sido, pero en realidad yo me reía por seguir la risa de los demás, porque no podía dejar de ver aquel pedazo de cuerpo que tenía Mario mientras se quitaba los pantalones. Se quedó con sus slips de Armani blancos de pié, justo enfrente de mí, y echó a andar y subir las escaleras para ir a las habitaciones.
Los demás seguimos de risas y bromas, y decidimos finalmente encender la parrilla para hacer algo mas consistente de comer y empezar a sacar el alcohol de verdad. Todos nos levantamos y empezamos a preparar las cosas, pero Mario seguía sin bajar de arriba, así que mi primo y yo decidimos subir a ver que le pasaba, mi primo iba delante y yo detrás de él, solo teniamos dos habitaciones, una supuestamente para mi primo, el novio y yo, y la otra para Mario y Ruben.
Al abrir la puerta de la habitación, Mario no estaba allí, asi que mi primo directamente se dirigió a abrir la otra puerta, la puerta de nuestra habitación. Allí estaba Mario, en nuestra habitación, mirandose en el espejo con un tanga de color negro y un paquete entre las piernas que casi se le salía por arriba. "¿Que haces man?" dijo mi primo "No tenía pantalones de sobra y vine a robaros alguno, pero vi esto y me dió curiosidad" en ese momento miré sobre la cama y vi la maleta de mi primo abierta y algo mas de ropa sobre la cama. Mi primo, el macho policía que siempre había creido que era ¡¡llevaba un tanguita en su maleta!!! y encima le dijo "si quieres te lo cambio por tus slips de armani" Mario se agachó, los cogió del suelo y se los tiró a mi primo. Automaticamente mi primo empezó a desnudarse, quitandose los pantalones y dejando ver unos slips de Calvin Klein increiblemente apetecibles, y luego bajandoselos de espalda a mi, dejando me verle desde atrás, para ponerse el Armani. Menudo culo, creo que jamás volveré a ver un culo tan bonito como ese.
Y allí estaba yo, viendo a los dos en ropa interior delante del espejo y con esos cuerpazos. " Y tu primo, que llevas" me dijo, "los mios son muy feos", "a ver, enseñanoslos", le dije que me daba vergüenza, y en ese momento ambos se miraron y salieron corriendo a por mi. Me agarraron en el pasillo de arriba, mi primo se sentó sobre mi pecho y Mario sobre mis piernas, y empezaron a quitarme el pantalón. Al bajarlo Mario dijo "que cabrón, el hijo de puta está exitado" y me agarró la pija. En ese momento mi primo se levantó, agarro su pantalón y bajó las escaleras dejando su slip en el suelo y llevandose puestos los Armani de Mario. Mario empezó a masajearme la pija suavemente y yo no podía dejar de mirarlo como si lo que hiciera no me gustara, pero me encantaba. Nada mas irse mi primo, me la sacó y empezó a comermela como si fuera lo unico que había comido en mucho tiempo. Sentía que iba a explotar cuando empezó a girarse en aquel pasillo estrecho para dejar su pija a la altura de mi cara. Empecé a comersela sobre el tanga que llevaba puesto, y pasar mi lengua, hasta que no pude mas y con mis manos se la saqué y empecé a chuparsela lo mejor que sabía. Solo duré un minuto así acave en su boca. El muy cabrón no sacó la pija de su boca hasta que me salió la última gota. Y en ese momento se levantó, se subió su tanga, agarro su pantalón y bajó escaleras abajo.
¿Que significaba aquello? ¿Es que no le gustaba como se la estaba chupando?. Con aquella cara de idiota me subí mi boxer y mi pantalón y cuando me iba a ir, ví slips de mi primo tirados en el suelo de la habitación. No pude resistirme, los cogí, los olí por todos lados, y pasé mi lengua sin mojarlos mucho por miedo a que volviera por ellos. En ese momento me volví a erectar, pero acabé dejandolos donde estaban y tras un minuto para disimular la erección de mi pija volví a bajar las escaleras.
No había nadie en el salón ni la cocina, los 4 estaban fuera en la parrilla y todos se quedaron mirando cuando salí aunque ninguno dijo nada. Mi primo sacó otra cerveza y me la dió y la conversación siguió como si nada de aquello hubiera pasado. Así estuvimos hasta despues de comer, que decidimos descansar un rato y dormir para sacar fuerzas para beber y estar despiertos toda la noche, mi primo y el novio se tumbaron en los sofás del salón, Mario y Rubén se fueron a su habitación, y yo allí solo decidí ir a mi habitación y descansar un rato.
Al entrar, los slips de mi primo seguian allí, donde yo los había dejado antes, y no pude aguantar las ganas de probarmelos, pero en cuanto me puse delante del espejo, la puerta se abrió. Era Mario, se quedó mirandome desde la puerta con cara de interesante, y me dijo "¿te gusta meter tu pija donde estaba la de tu primo guacha?" cerró la puerta, vino hacia mi y me dijo en voz baja "ahora vas a acabar lo que antes dejaste a medias" en ese momento se tumbó sobre la cama y me hizo una señal de que se la comiera. Evidentemente yo estaba hancioso por comerme de nuevo esa pija, de sentir su leche y poder saborearla.
Me arrodillé sobre la cama, le agarré el paquete y empecé a chuparselo. Aún llevaba el tanga negro de mi primo, pero su olor y su sabor era completamente distinto a la primera vez. Su olor era fuerte, y su sabor era delicioso. Seguramente tendría algún resto de leche de la primera comida sin terminar, mezclado con gotas de pis.
Empecé a comersela lentamente, disfrutando el momento, y luego bajé hasta dejarlo completamente desnudo sobre la cama. Me metí sus huevos en la boca mientras le masajeaba la pija con mi mano y despues al revés, mi boca en su pija y mi mano en sus huevos.
Tras un buen rato mamandosela, Mario se incorporó, me agarró de los pelos y tiró hacia arriba, se levantó y se dirigió hacia un lado de la cama. No sabía que estaba pensando, hasta que dijo "antes vi por aquí que tu primo viene bien preparado" sacando una caja de condones de su maleta. Le dije que solo me habían cojido un par de veces antes, lo que le puso mas cachondo aun. Lo cierto es que yo estaba deseando que lo hiciera, aun recuerdo su pija, no era muy gorda, aunque si bastante larga, y babeante. Me puse de rodillas en el filo de la cama, me tiró un chirlo en el culo, y empezó a meterla suavemente, tan suave que fui yo el que tuvo que tomar la iniciativa para sentirla completamente dentro de mi culo.
"Que guacha eres, te ha entrado sin ningún esfuerzo" me dijo, y en ese momento empezó a cojerme cada vez mas rápido, azontandome el culo y diciendome "¿Te gusta perra?" a lo que yo solo sabia contestar, "si, si, si, sigue, no pares". Estaba tan cachondo que no quise tocarme la polla, no quería correrme de nuevo antes que él y que volviera a irse sin acabar. Así que aguanté todo lo que pude para que él se corriera y pudiera saborear aquella leche que parecía que sabría tan bien.
Me empujó para tumbarme sobre la cama bocabajo sin sacar la pija de mi culo, y empezó a cojerme de nuevo. Esta vez mas rápido aún, mi pija rozaba las sábanas y sentía que iba a explotar, cuando de repende Mario saca la pija de mi culo, coge el tanga negra de mi primo que le habia intercambiado y se corre en él. Ni siquiera me dió tiempo a acercarme para poner mi boca y poder sentir su leche caer sobre mi lengua. "Toma perra, te regalo mi tanga, pontelo ahora y cuando vuelvas a tu casa tendrás algo para recordarme y pajearte". Tirándomelo sobre la cara, cogió el slips de mi primo, se lo puso, y se fué.
Allí estaba yo, tirado en la cama, con la pija dura y con un tanga de mi primo acabada por Mario. No pude evitarlo, nada mas cerrar la puerta empecé a desdoblar el tanga y ver por donde estaba la leche, el muy cabrón lo había acabado por dentro. Pasé mi lengua por un lado para saborear aquel delicioso plato, pero con cuidado de no comermelo todo. Me puse de pie delante del espejo y me puse el tanga.
Al ponermelo sentí la leche rozar mi pija y mis huevos, y no pude evitar masajearlo todo bien para resfregar su leche por toda mi entrepierna. Y al cabo de unos segundos acabe, dejando de nuevo la tanga bien llena. Después me tumbé en la cama, y empecé a recordar todo lo vivido ese día hasta que me quedé dormido.
No se que hora era, cuando escuché un ruido y me desperté. Era casi de noche, así que me puse los pantalones y bajé. Alli estaban todos, de nuevo en el salón y hablando de fútbol. Cosa que a mi no es que me entusiasme, la verdad.
Nada mas aparecer por la puerta, hizieron referencia al tiempo que llevaba durmiendo para mofarse. Estuvimos hablando un rato de esto y lo otro, la noche empezó a acecharnos y decidimos volver a encender la parrilla para terminar de hacer la carne que sobró al mediodía. Nos levantamos y empezamos a preparar todo para comer en la mesa de fuera. Y en la ída y venida de la cocina a la mesa, noto de repente que alguien tira de mi pantalón por detrás. Al girarme vi a mi primo con cara extrañada, "¿que haces con mi tanga puesto? si se la regalé a Mario". No supe que decir, me quedé callado unos segundos y al final moví los hombros en señal de no saber que decir, pero él reaciono, se acercó a mi oído y me susurró "me alegro de que lo tengas tu, a ti te sienta mejor". ¿Acababa de recibir un piropo de mi primo, o tal vez fuera una indirecta?.
La noche prosiguió con total normalidad, seguimos bebiendo, comiendo y hablando. Cada vez estabamos mas borrachos, hasta el punto de no poder andar recto ni para entrar en la casa e ir al baño. Y no era yo el único, Rubén vino detrás de mi al baño también, cuando salí estaba sentado en el suelo del pasillo sin poder levantarse. Le ayudé a ponerse de pie y a entrar y al soltarlo casi vuelve a caerse. "No te vayas, ayudame a mear man" eso fue lo que me dijo. Lo puse delante de la taza del inodoro sin soltarlo por miedo a que se cayera. Empezó a desanudar el nudo del pantalón de chandal que llevaba puesto, pero no era capaz.
"¿No ibas a ayudarme?" me puse detrás y pegándome a él pase mis brazos por su cintura y agarré el nudo. Por fin pude deshacerlo, realmente a mi también me costó bastante trabajo. En ese momento lo miré, su cabeza estaba caída hacia atrás sobre mi hombro, y sus brazos totalmente lacios. Esperé un instante, y me decidí a ponerlo a mear como si de un bebé se tratara. Empecé a buscar desde su ombligo hacia abajo el elástico del pantalón, pero el elástico de su ropa interior hizo tope con mi mano antes. Metí la mano y empecé a bajar a través de su vello púbico hasta encontrar su pija. No pude evitar acariciarla un par de veces antes de sacarsela. La otra mano la metí por un lado de la ropa interior y fuí adelantándola hasta dejarla a la altura de sus huevos. Los agarré, de modo que el pantalón y la ropa interior quedaran bajados, me acerqué al oido y le susurré que hiciera pis. Yo estaba totalmente empalmado, con mi polla rozandole el culo. Sin ni siquiera mover un solo músculo, empezó a mear, parecía no acabar nunca, cada vez que se la sacudía acababa soltando un chorrito mas. A la tercera sacudida su polla empezó a empalmarse y yo no podía estar mas cachondo. En ese momento volvió en sí y me dijo "ayudame a subir, necesito acostarme".
Salimos fuera un segundo y los tres empezaron a reirse de Rubén, pero en el fondo estaban de acuerdo en que se acostara, el alcohol no le sentó tan bien como a los demas. Volvimos a entrar y subimos las escaleras, lo ayudé a sentarse en la cama, le quité los zapatos y lo recosté, practicamente estaba medio inconsciente. En ese momento vi que su miembro estaba totalmente empalmado, al igual que el mio. Le pregunté si quería quitarse los pantalones para dormir mejor, pero ni siquiera respondió, asi que empecé a bajarselos mientras le miraba la cara. No hizo el mas mínimo gesto.
Imaginaros como me sentía yo en aquel momento, tenía a Rubén tumbado en la cama con unos slips azules de elástico ancho, y una polla que no tenía sitio para estirarse. No pude evitar volver a tocarsela. Se la toqué suavemente, y ningún gesto en su cara parecía hacerle consciente de aquello, así que bajé mi cara hasta su entrepierna y empecé a lamersela. Olía fuerte por los restos de orina despues de haber bebido tanta cerveza y alcohol, lo que hacía que me pusiera mas cachondo aún. Bajé su slips dejando su polla al descubierto y se la chupé. Estuve 3 o 4 minutos chupándosela, pero no parecía ser muy consciente de aquello y no iba a correrse, así que volví a guardarsela en el slip, apagúe la luz y me fuí.
Al salir de la habitación ví a Mario y Rubén entrar en la otra habitación. "Nosotros también vamos a acostarnos ya, tu primo está abajo esperandote". Bajé las escaleras, salí fuera y allí estaba él, sentado en la mesa, pero al acercarme pude comprobar que había algo distinto en aquello, no llevaba pantalones, solo aquellos Armani que había visto como se los ponía de espaldas.
Me acerqué hasta mi silla, y al retirarla para sentarme me dijo "espera primo, dejame ver mi tanga, a ver como te queda" supongo que en ese momento no pude creer lo que estaba escuchando, rojo de vergüenza me bajé el pantalón un poco hasta dejar ver el paquete, "¡¡gírate!!, a ver como te queda por detrás", y eso hize, me giré lentamente, sintiéndome observado como nunca antes.
"No debí cambiarselo a Mario por estos Armani, tu que crees?" levantándose de la silla e incitandome a mirarle casi desnudo. Le dije que seguramente estaría mejor con el tanga que con aquel Armani. En ese instante me dijo "te lo cambio". Evidentemente le dije que no, no porque no quisiera cambiarselo, sino porque de haberle dicho que si en ese instante habría supuesto que lo cambiariamos en el acto, y el tanga estaba lefado ya por dos veces ese día, una por Mario y otra por mi. Pero él siguió insistiendo tanto que empecé a recoger la mesa con tal de entrar en la casa. Pero eso no lo iba a detener.
Al salir de la cocina me encontré a mi primo en el pasillo, con las manos en las paredes y sin dejarme pasar. "¿Que tengo que hacer para que me lo cambies?" En ese instante me agarró la polla a través del tanga y acercó su cara a la mia. "¿Quieres que te la chupe?" y empezó a morderme la oreja. No pude evitar caer en la tentación, era demasiado tentador tener a tu primo favorito, el tío bueno con el que siempre sueñas y encima casi desnudo, delante de ti y con ganas de chupartela.
Empezó a besarme lentamente la oreja y fue bajando mientras su mano movía mi polla. Poco a poco descendió por mi pecho, besando uno de mis pezones, el ombligo y antes de que pudiera darme cuenta estaba deleitándose del jugo de su tanga puesto en mi. Poco a poco empezó a bajarlos lentamente, besando cada centímetro de mi polla que iba asomandose, hasta dejarla completamente al descubierto. Mi polla parecía no haber descargado en meses, viendo como desaparecía por completo dentro de su boca. Sabía muy bien lo que hacía, sin darme cuenta, mi tanga, o mejor dicho, su tanga, estaba ya en su mano. Se puso depié, se dió la vuelta, se bajó el Armani y se puso el tanga. Volvió a girarse y me dijo "ya tengo lo que quería, gracias". Me quedé completamente perplejo de aquella situación, acababa de dejarme a medias y subió las escaleras.
No sabía que pensar, lo único que pude hacer es recoger los Armani del suelo para ponermelos, pero en ese instante vi que estaban un poco húmedos. Mi primo se había puesto cachondo mientras me la chupaba, así que no pude evitar llevarmelos a la cara para olerlos y sentir su sabor. Al quitarme el Armani de la cara, vi una sombra delante mía, era mi primo, solo había subido por su maleta. "¿Te gusta como huele mi polla? no sabía primo que eras tan guarra". Entró en el salón con su maleta, su culo parecía moldeado por un Dios. "A que esperas, ven aquí". Entré en el salón, pero nada más hacerlo, me rodeo con una llave de lucha y me tumbó sobre el suelo. Acaba de inmovilizarme y ponerme sus esposas de policía. "¿Que haces?" le dije, "voy a hacerte todo lo que siempre has deseado primo".
Tiró de mis brazos y me puso de rodilla delante del sofá, se sentó y agarró mi cabeza para forzarla a chuparle la polla. Sentía mi cara completamente pegada a su polla a través de la tela del tanga, casi no podía ni respirar. Empecé a chuparle todo lo que pude, es lo que siempre había deseado, poder complacer a mi primo, y además llevaba el tanga puesto que yo antes había usado y lefado, al igual que Mario, y el que él mismo había chupado antes de quitarmelo. El pensar poder saborear aquella mezcla de jugos aún me pone cachondo. Estaba deseando ver la polla de mi primo por primera vez en mi vida, y encima podría comersela.
Estuve chupandole la polla a través del tanga un tiempo, hasta que su polla empezó a crecer y crecer cada vez más. No podía imaginar que mi primo pudiera tener esa pedazo de porra entre las piernas. El tanga prácticamente era insignificante ante aquella polla que se sobresalía. Finalmente mi primo decidió quitarme las manos de la cabeza y por fín pude moverme a mis anchas. Lo primero que hize fue mirarlo a los ojos, no se porque lo hize, pero necesitaba ver su cara ante aquella situación. Sus ojos poseian un brillo especial, su boca entreabierta y su expresión de chulo en la cara. Bajé mi cabeza hasta su polla mientras le miraba a los ojos, saqué mi lengua y lamí su pollón, sus ojos se cerraron en modo de excitación y placer, y en ese momento bajé la mirada, la centré en lo que estaba lamiendo y me dediqué a él como antes nunca me había dedicado a nadie. Bajaba y subía por su polla, la acariciaba con mi lengua, lamía su glande con delicadeza, la metía dentro de mi boca y bajaba hasta sentir su polla en mi garganta, creo que jamás volveré a sentir tanto placer al chupar una polla como lo sentí aquel día.
Pero de repente, mi primo me agarró del pelo, sacó su polla de mi boca y me empujó hacia atrás. Caí de espaldas al tener mis manos esposadas. Se levantó, me ayudó a incorporarme y me ordenó que me pusiera de rodillas en el sofá. "¿De rodillas?" No sabía que es lo que estaba tramando, pero pronto lo descubrí. Abrió una de las cremalleras grandes de la maleta y pude ver un gran arsenal de juguetes. Cogío un collar de perro con pinchos y me lo puso en el cuello, un bote de lubricante y un dildo pequeño. Pero, porqué no me follaba él, yo lo único que quería en ese momento era poder sentir la polla de mi primo en mi culo, como me follaba, como me convertía en su puta. Pero no fué así.
Creía que lo primero que me haría era usar el lubricante, pero fue mucho mejor. Mi primo empezó a comerme el culo y meter su lengua. Abría con sus manos mis cachetes para poder entrar todo lo posible, y en pleno éxtasis noté como uno de sus dedos se adentraba en mi. Pero no lo hizo para darme placer, sino para poder meter un segundo dedo y poder ir separándolos cada vez mas. Estaba dilatándome, pero así y todo jamás había sentido tanto placer, incluso esposado de aquella manera.
Tras conseguir meter con bastante facilidad 2 dedos, agarró el dildo, echó lubricante y empezó a metermelo. Sentía como aquello iba desgarrándome de dolor y placer. Poco a poco el dolor fue desapareciendo y convirtiéndose en excitación, pero mi primo era bastante cuidadoso, lo introducía y lo sacaba lentamente, evitándo el dañarme. Pero mi culo babeaba cada vez mas por sentirlo completamente dentro, así que le ayudé con mi movimiento, y a la senguda entró completamente, a fin de cuentas, no era el dildo mas grande que una polla mediana. "Menudo culo de puta tienes" me dijo. Prácticamente no me dió tiempo a sentirlo dentro por completo, que mi primo lo sacó de golpe y volvió a rebuscar en su maleta.
Y ésta vez no era nada para introducir. Era una especie de paleta pequeña, de madera, que enseguida supe para lo que era. Empezó a azotarme con ella en el culo. Era algo que jamás había experimentado, pero el dolor y calor que me producía hacía de aquello una situación bastante morbosa. Tras varios paletazos suaves, empezó a subir la fuerza, poco a poco sentía que mi culo ardía, tanto que en el último paletazo me incorporé y grité de dolor. Mi primo en ese momento se avalanzó sobre mi y me tapó la boca con su mano. No quería que ninguno de sus amigos nos molestara. Me giró, y vió una lágrima que había caído de mis ojos. Sus ojos empezaron a brillar, parecian mas grandes que de costumbre. Me abrazó, acercó su boca a mi cara, y paso su lengua por mi lágrima. Después me besó. Me dió un beso suave en los labios, de esos que sientes que son de verdad, apoyó su frente sobre la mia y me dijo "siento haberte echo daño, pensaba que no te dolía tanto" y se quedó mirándome a los ojos.
Después se levantó, fue a su maleta, cogió unas llaves y me dijo que me diera la vuelta. Me había soltado las manos. Me agarró por la cintura y se acercó a mi oído, "te voy a dejar las manos libres, pero, por favor, no vayas a correrte". Giré mi cabeza y lo miré. Sus ojos seguian teniendo ese brillo especial, y su cara había pasado de tener la expresión chulesca, a tener una expresión totalmente desconocida para mi, una expresión de ternura y cariño que jamás había pensado que mi primo pudiera tener, pero que me encantaba.
Empezamos a besarnos en aquel momento, no sabía que es lo que tenía mi primo en mente al decirme que no me corriera, pero nuestras manos estaban rodeandonos el uno al otro, él mantenía sus manos en mi culo, y yo las mias en el suyo. Aún llevaba puesto el tanga. Empezamos a rozarnos polla con polla, separadas por la tela, nuestras manos cada vez apretaban mas fuerte nuestros culos, como si nuestras pollas pudieran atravesar esa tela, hasta que me decidí a meter mis manos por el elástico e ir bajándolo. En ese momento los movimientos se aceleraron, al igual que intensidad de nuestros besos. Finalmente su tanga quedó lo bastante bajado como para dejar su polla al descubierto por completo. Nuestros movimientos empezaron a disminuir, sentía la polla de mi primo junto a la mía, mi primo soltó una de sus manos de mi cuerpo y agarró ambas pollas. Suavemente empezó a masturbarlas mientras nos besábamos. En unos de esos besos me retiré y le dije que si seguía así iba a correrme en su mano. Inmediatamente soltó las pollas y me abrazó. "¿Confías en mi?" me preguntó. A lo que yo respondí que sí con un movimiento leve de mi cabeza.
Me agarró la mano, cogió el lubricante, se quitó completamente el tanga y se sentó en el sofá. Quería que me sentara encima de él. Me puse de rodillas sobre el sofá y empecé a moverme poco a poco. Su polla rozaba de arriba a abajo con la raja de mi culo. Empecé a besarlo, pero su excitación era tanta que no podía ni devolver el beso. "¿Estas seguro de ésto?" volvió a preguntarme. Ésta vez no le contesté, su polla estaba en la parte inferior de la raja de mi culo, lo miré a los ojos, y dejé que su polla se abriera paso. En ese momento sus ojos se cerraron y dejó caer su cabeza hacia atrás.
Su polla era mas grande que cualquier otra polla o dildo que jamás había probado. Poco a poco sentía como iba abriendome el culo, por suerte tenía bastante lubricante aún de cuando me metió el dildo. Empecé a moverme lentamente intentándo que pudiera entrarme cada vez más. Yo también acabé cerrando los ojos y mordiéndome el labio. Mi polla estaba tan dura que necesitaba tocarme de la excitación, pero había prometido no correrme, no podía tocarla porque me iría inmediatamente, y había prometido que no lo haría. Finalmente conseguí sentir los huevos de mi primo pegados a mi culo.
Empecé a moverme cada vez mas rápido, mi culo palpitaba de placer, mi polla parecía que iba a explotar en cualquier momento, y mi primo con sus ojos cerrados y su expresión de placer cada vez me ponian mas cachondo. Tras varios minutos sentado sobre mi primo, abrió los ojos, me agarró por la espalda y se puso depie con su polla ensartando mi culo. Mi culo apretó aquel pedazo de carne todo lo fuerte que pudo hasta que nos tumbamos en el sofá, yo debajo y él encima. Me puso las piernas sobre sus hombros y empezó a follarme mejor que nadie. Mi mano quería ir hacia mi polla, pero no podía, así que las puse sobre su pecho. Poco a poco empezó a aumentar la velocidad con la que me embestía, y yo mientras disfrutaba de su polla le pellizcaba los pezones.
"¿Puedo correrme dentro?" me preguntó, yo le respondí "más te vale". Pocos segundos despues sentí la leche caliente inundarme. Se tumbó sobre mi, dejándo su polla dentro. Mi polla quería explotar, pero estaba sobre mi, no podía tocarme y ¿por qué no quería que me corriera?. Pronto lo supe.
Tras un par de minutos sobre mi, su polla ya se había salido de mi culo y empezó a besarme un pezón. Poco a poco su lengua recorrió todo mi pecho y fue directamente a mi polla. Empezó a besarla, lamerla y finalmente empezó a chuparla. La mejor chupada del mundo, pero no podía aguantar más, mis gemidos eran cada vez mas fuertes, hasta que finalmente me corrí en su boca. Volvió a subir su cuerpo hasta besarnos y nos quedamos dormidos en el sofá.
A la mañana siguiente Mario fue el primero en bajar, entró en el salón y nos vio completamente desnudos, dió un par de golpes en la puerta, y se fue a la cocina. Nos despertamos, nos vestimos y poco despues nos fuimos de aquella casa para siempre.
Evidentemente, el supuesto novio no iba a casarse, era simplemente una excusa de mi primo para invitarme y que no pareciera raro un grupo de tios solos en una casa un fin de semana.
Nunca jamás volvimos a aquella casa, pero por suerte, visitamos muchas otras.
FIN
3 comentarios - Mi primo policia
Excelente 👏
Una historia muy buena y bien relatada.
Solo puedo objetar el desmedido uso del verbo "decidir".
Gracias por compartir 👍