Crónicas de un incesto anunciado
Voy a intentar redactar una serie de capítulos donde cuento mis experiencias reales.
No hace falta aclarar que es incesto (gay)
Cualquier cosa MP
Aclaración: todos los personajes expuestos en esta historia son reales, mayores de edad y su identidad fue modificada.
Capitulo 4 Penetrándonos cada 2 por 3
Durante el día eramos dos hermanos comunes como cualquiera, jugábamos, nos peleábamos y hacíamos cualquier cosa que hacen los hermanos.
Pero al llegar la noche, eramos conscientes que al acostarnos nos esperaba el placer.
Al apagar las luces con Cristian esperábamos que Gustavo se duerma. Al constatarlo con su respiración, típica de alguien que duerme profundamente, Cristian salía de su cama para venir a la mía. Nos tapábamos con las sabanas y nos desnudábamos.
Uno de los dos entregaba el culo y ya sabíamos que para penetrar hacia falta un poco de lubricación.
Generalmente yo era el que penetraba, ya que al ser un año mayor que Cristian, yo imponía mis deseos sobre los de él.
O aveces le decía que si él me dejaba penetrarlo yo luego lo dejaría jugar conmigo. Pero casi nunca cumplía con mi promesa. Y Cristian terminaba cogiendo solo en su cama.
Para penetrarlo untaba tres dedos con mi propia saliva y me los llevaba a la punta de la pija.
Primero ponía el dedo pulgar sobre su ano y con un poco de presión entraba junto con la cabeza de mi pija.
Sacaba el dedo, un poco húmedo y pegoteado y luego me movía penetrándolo tan solo con la cabeza.
Nunca era consciente del todo de lo que hacia, porque al terminar me subía el calzoncillo y me guardaba la pija toda enchastrada. La sensación era la misma que guardarse la pija untada con dulce de leche.
No solo nos penetrábamos de noche, aveces, cuando no estaba mi vieja, y Gustavo se iba a la escuela nos quedábamos solos con Cristian.
Aprovechábamos para desnudarnos y coger, pero sin penetrarnos. Simplemente era entregar las nalgas para tener con que rozar nuestras pijas.
La primera vez que intenté penetrar a Cristian durante el día, el no quería que lo mirara al rostro, entonces se bajo el pantalón y se recostó sobre su cama. Agarro la almohada y se tapó la cara entregando su culo rosado y suave. Era la primera vez que se lo veía en plena luz.
Se veía muy cerrado, entonces lubrique mi pija con saliva e intente penetrarlo. Le dolió un poco pero logre penetrarlo.
No solo era la primera vez que lo hacia de día. También era la primera vez que lo hacíamos en cuatro. Con sus rodillas en el suelo y su cuerpo recostado sobre la cama, tapándose la cara por la verguenza que le daba la situación.
Al hacerlo en cuatro se facilitó la penetración y por primera vez introduje mi pija mas profundo.
El culo de Cristian se comió la mitad de mi pija. En ese entonces comencé a bombear hasta llegar al orgasmo. Cuando la saque, para sorpresa mía salio toda mi pija embadurnada de mierda. Fue una situación desagradable. No supe que hacer y me levante el pantalón como si nada hubiera pasado.
Cristian intento penetrarme esa misma semana durante el día, y le paso lo mismo al sacarla de mi culo. En ese momento empezamos a creer que lo que hacíamos era asqueroso y dejamos de penetrarnos por un buen tiempo para volver a franelearnos las pijas nuevamente, pero con menos frecuencia.
Al penetrarnos con mi hermano durante el día, nos dimos cuenta que lo que hacíamos no era tan placentero como parecía, ya que al sacar la pija salia sucia.
Dejamos de hacerlo, seguramente nos inhibimos por eso, y en ese entonces comprendí porque durante las penetradas en la noche la sacaba con una sensación de tenerla embadurnada y pegajosa.
Realmente era un asco. Dejamos los hábitos morbosos que teníamos con mi hermano.
Pero el tiempo hizo que Cristian venga con una idea interesante.
Una tarde nos encontrábamos solos en casa, el me insinuó que lo penetrara. No dude mucho porque estaba con ganas de hacerlo, y hacia mucho tiempo que no hacíamos nada.
Cristian se bajo el pantalón junto con el calzoncillo hasta las rodillas y se recostó en cuatro sobre la cama. Se tapo la cara y yo lo penetre con una previa lubricación de mi cabeza. Después de un momento logre penetrarlo hasta la mitad era todo lo que el dolor de su culo y mi pija nos permitían. Lo monte un buen rato hasta llegar al orgasmo. Cuando la saque estaba completamente limpia.
Mi hermano me dijo que al bañarse se solía penetrar el culo con un dedo enjabonado.
Ese era básicamente el secreto que tenia para que yo lo penetrara sin riesgos de ensuciar mi pija.
La situación entre nosotros iba de bien a mejor.
Ya dejamos de correr riesgos a la noche para hacerlo durante el día.
El culo de mi hermano estaba siempre en condiciones de ser penetrado y yo ya sabia que tenia que hacer para que Cristian juegue un poco con mi culo.
Desde ese día me bañaba y me metía un dedo en el culo con jabón. Las primeras veces producían mucho ardor o picazón, por el jabón. Pero después el culo se acostumbro y dejé de sentirlo y ahora lo tenia limpio y listo para que Cristian me penetrara.
Por lo general lo hacíamos antes del mediodía porque después teníamos clases a la tarde.
Ademas durante la mañana mis padres estaban trabajando. Mi mamá iba y venia del trabajo. Por eso estábamos siempre atentos y con el pantalón hasta las rodillas. Si venia hasta nuestro cuarto nos levantábamos rápido y hacíamos cualquier otra cosa para disimular.
Con el transcurrir de los días nos acostumbramos a hacerlo sin taparnos la cara. Perdimos verguenza.
Una mañana mi hermano se acuesta en mi cama y se baja el pantalón pelando su pija, insinuando que yo me siente en ella. Yo como buen chico me baje mi pantalón y me senté sobre su pija para moverme un poco y hacerlo gozar un poco.
No terminamos de hacer nada ya que de tan ingenuos que eramos, no nos dimos cuenta que mi mamá volvió del trabajo, abrió la puerta de la habitación y en un segundo salté al suelo y Cristian se acomodo el pantalón.
Mi mamá nos pregunto que hacíamos y le contestamos que estábamos jugando con una pelotita. Yo me quede haciendo que buscaba la pelota bajo la cama tratando de ocultar mi culo que en ese momento estaba al aire.
Ese día casi nos descubre y nos pegamos el susto de nuestras vidas. Decidimos dejar de aventurarnos con mi hermano y nos olvidamos de todo lo que habíamos vivido hasta ese momento..
Capitulo 6 Volviendo a las viejas andanzas
Voy a intentar redactar una serie de capítulos donde cuento mis experiencias reales.
No hace falta aclarar que es incesto (gay)
Cualquier cosa MP
Aclaración: todos los personajes expuestos en esta historia son reales, mayores de edad y su identidad fue modificada.
Capitulo 4 Penetrándonos cada 2 por 3
Durante el día eramos dos hermanos comunes como cualquiera, jugábamos, nos peleábamos y hacíamos cualquier cosa que hacen los hermanos.
Pero al llegar la noche, eramos conscientes que al acostarnos nos esperaba el placer.
Al apagar las luces con Cristian esperábamos que Gustavo se duerma. Al constatarlo con su respiración, típica de alguien que duerme profundamente, Cristian salía de su cama para venir a la mía. Nos tapábamos con las sabanas y nos desnudábamos.
Uno de los dos entregaba el culo y ya sabíamos que para penetrar hacia falta un poco de lubricación.
Generalmente yo era el que penetraba, ya que al ser un año mayor que Cristian, yo imponía mis deseos sobre los de él.
O aveces le decía que si él me dejaba penetrarlo yo luego lo dejaría jugar conmigo. Pero casi nunca cumplía con mi promesa. Y Cristian terminaba cogiendo solo en su cama.
Para penetrarlo untaba tres dedos con mi propia saliva y me los llevaba a la punta de la pija.
Primero ponía el dedo pulgar sobre su ano y con un poco de presión entraba junto con la cabeza de mi pija.
Sacaba el dedo, un poco húmedo y pegoteado y luego me movía penetrándolo tan solo con la cabeza.
Nunca era consciente del todo de lo que hacia, porque al terminar me subía el calzoncillo y me guardaba la pija toda enchastrada. La sensación era la misma que guardarse la pija untada con dulce de leche.
No solo nos penetrábamos de noche, aveces, cuando no estaba mi vieja, y Gustavo se iba a la escuela nos quedábamos solos con Cristian.
Aprovechábamos para desnudarnos y coger, pero sin penetrarnos. Simplemente era entregar las nalgas para tener con que rozar nuestras pijas.
La primera vez que intenté penetrar a Cristian durante el día, el no quería que lo mirara al rostro, entonces se bajo el pantalón y se recostó sobre su cama. Agarro la almohada y se tapó la cara entregando su culo rosado y suave. Era la primera vez que se lo veía en plena luz.
Se veía muy cerrado, entonces lubrique mi pija con saliva e intente penetrarlo. Le dolió un poco pero logre penetrarlo.
No solo era la primera vez que lo hacia de día. También era la primera vez que lo hacíamos en cuatro. Con sus rodillas en el suelo y su cuerpo recostado sobre la cama, tapándose la cara por la verguenza que le daba la situación.
Al hacerlo en cuatro se facilitó la penetración y por primera vez introduje mi pija mas profundo.
El culo de Cristian se comió la mitad de mi pija. En ese entonces comencé a bombear hasta llegar al orgasmo. Cuando la saque, para sorpresa mía salio toda mi pija embadurnada de mierda. Fue una situación desagradable. No supe que hacer y me levante el pantalón como si nada hubiera pasado.
Cristian intento penetrarme esa misma semana durante el día, y le paso lo mismo al sacarla de mi culo. En ese momento empezamos a creer que lo que hacíamos era asqueroso y dejamos de penetrarnos por un buen tiempo para volver a franelearnos las pijas nuevamente, pero con menos frecuencia.
Al penetrarnos con mi hermano durante el día, nos dimos cuenta que lo que hacíamos no era tan placentero como parecía, ya que al sacar la pija salia sucia.
Dejamos de hacerlo, seguramente nos inhibimos por eso, y en ese entonces comprendí porque durante las penetradas en la noche la sacaba con una sensación de tenerla embadurnada y pegajosa.
Realmente era un asco. Dejamos los hábitos morbosos que teníamos con mi hermano.
Pero el tiempo hizo que Cristian venga con una idea interesante.
Una tarde nos encontrábamos solos en casa, el me insinuó que lo penetrara. No dude mucho porque estaba con ganas de hacerlo, y hacia mucho tiempo que no hacíamos nada.
Cristian se bajo el pantalón junto con el calzoncillo hasta las rodillas y se recostó en cuatro sobre la cama. Se tapo la cara y yo lo penetre con una previa lubricación de mi cabeza. Después de un momento logre penetrarlo hasta la mitad era todo lo que el dolor de su culo y mi pija nos permitían. Lo monte un buen rato hasta llegar al orgasmo. Cuando la saque estaba completamente limpia.
Mi hermano me dijo que al bañarse se solía penetrar el culo con un dedo enjabonado.
Ese era básicamente el secreto que tenia para que yo lo penetrara sin riesgos de ensuciar mi pija.
La situación entre nosotros iba de bien a mejor.
Ya dejamos de correr riesgos a la noche para hacerlo durante el día.
El culo de mi hermano estaba siempre en condiciones de ser penetrado y yo ya sabia que tenia que hacer para que Cristian juegue un poco con mi culo.
Desde ese día me bañaba y me metía un dedo en el culo con jabón. Las primeras veces producían mucho ardor o picazón, por el jabón. Pero después el culo se acostumbro y dejé de sentirlo y ahora lo tenia limpio y listo para que Cristian me penetrara.
Por lo general lo hacíamos antes del mediodía porque después teníamos clases a la tarde.
Ademas durante la mañana mis padres estaban trabajando. Mi mamá iba y venia del trabajo. Por eso estábamos siempre atentos y con el pantalón hasta las rodillas. Si venia hasta nuestro cuarto nos levantábamos rápido y hacíamos cualquier otra cosa para disimular.
Con el transcurrir de los días nos acostumbramos a hacerlo sin taparnos la cara. Perdimos verguenza.
Una mañana mi hermano se acuesta en mi cama y se baja el pantalón pelando su pija, insinuando que yo me siente en ella. Yo como buen chico me baje mi pantalón y me senté sobre su pija para moverme un poco y hacerlo gozar un poco.
No terminamos de hacer nada ya que de tan ingenuos que eramos, no nos dimos cuenta que mi mamá volvió del trabajo, abrió la puerta de la habitación y en un segundo salté al suelo y Cristian se acomodo el pantalón.
Mi mamá nos pregunto que hacíamos y le contestamos que estábamos jugando con una pelotita. Yo me quede haciendo que buscaba la pelota bajo la cama tratando de ocultar mi culo que en ese momento estaba al aire.
Ese día casi nos descubre y nos pegamos el susto de nuestras vidas. Decidimos dejar de aventurarnos con mi hermano y nos olvidamos de todo lo que habíamos vivido hasta ese momento..
Capitulo 6 Volviendo a las viejas andanzas
2 comentarios - Rozandonos con mi hermano (Cuarta parte)