Ahí esta ella, recostada en posición fetal, mis rodillas rosando sus piernas, mi boca entretenida lamiendo su cuello descubierto por su corto cabello que invita a la fantasía, una mano acariciando sus pechos dulcemente fuerte y la otra con dos dedos en su boca fantaseando que en la cama somos mas que solo dos, su cola que choca suave con mi ingle mientras la penetro al mismo tiempo que me dice que no, que pare, que no la puedo coger así porque le gusta demasiado. Me doy cuenta que no miente porque esta muy mojadita y cada vez mas juguetona chocando su colita con fuerza para que entre mas y mas adentro suyo.
Todavía hay mañanas que despierto recordando eso, todavía esta ahí intacto el recuerdo de su cuerpo desnudo solo para mi. Pensé que con el tiempo desaparecía pero me olvidaba que uno nunca olvida cuando pasa de coger a hacer el amor.
La noche parece no terminar nunca y con un leve giro la coloco boca abajo mientras le muerdo el cuello sin dejar de penetrarla ni un segundo, un grito de placer se le escapa en el movimiento. Me alejo un poco de su espalda para mirarla disfrutar el momento. Una mano se desliza rápido a su cintura y la otra toma su cabeza con rudeza y se siente dominada por completo. En el completo silencio solo le escuchan los cuerpos chocando y su gemido cada vez que la penetro despacito y le llega bien adentro.
No se que hacer con semejante recuerdo matutino, algunas mañanas me toco y casi puedo sentir su cuerpo, pero ni bien abro los ojos desaparece y se esconde en mi cabeza para salir baya uno a saber cuando.
El sol se va asomando mientras el mono ambiente pierde la forma. La silla del comedor, la mesa, la ducha, el balcón, la mesada de la cocina forman parte de una fantasía inacabable que nos devuelve a la cama. Después de tanta penetración solo puede pensar en una cosa y me la pide “dejame chuparte la pija”. Pierdo el control por un instante y me sienta en la cama, ahora todo depende de ella. Abre mis piernas y me besa en la boca como si en pocos segundos una guerra devastara el mundo. Su boca parece no entender de limites. De pronto mi boca se desdibuja y comienza a bajar a mi cuello lentamente, mi pecho, mi abdomen, mi ingle. Nada le gusta mas que verme mientras suavemente se la mete en la boca mientras me ve desarmarme de placer. Cada tanto abandona apenas un segundo, solo para recordarme lo mucho que le gusta mi pija y la lame para sentir que es solo para ella.
Si esto es una guerra voy a contraatacar pienso y mis manos que no hacían mas que sostener mi cabeza son la primer arma. Entre medio de tanta furia la saco de encima y la desparramo en la cama, otra vez se le escapa un grito de placer. Antes de que se pregunte que pasa ya me tiene entre sus piernas con mis manos acariciando sus pechos y mi lengua degustando su concha. Parece sorprendida y grita de placer al mismo tiempo que yo me transformo en un monstruo q no puede parar de lamer hasta el ultimo rincón hasta llegar a la cola.
Mientras la chupo toda unos deditos traviesos le penetran la colita y ella entre gemidos de placer no puede con su impaciencia “Quiero chupar mas de esa pija” me dice. Con solo mencionarlo basto para empezar la cuenta regresiva a la locura apasionada de un 69.
Su colita se dilata cada vez mas mientras un tercer dedito se suma a la fiesta que continua la lengua y ella vuelve a pedir “Rompeme la colita”. Todo parece calmarse mientras la preparo en 4 patitas. Con mis manos le abro la cola para lamerla toda mientras no deja de pedirme pija hasta que se la doy. Los gritos de placer de los dos copan la escena y lo que empezó despacio y dulcemente se transforma de a poco en un frenesí de cuerpos chocando hasta explotar en un grito de placer que nos tomo con el sol en la cara.
Sera hasta cuando vuelva, sera hasta que me llame y vuelva a intentar a pagar mi soledad encendiéndonos de nuevo, como dos viejos fósforos que hace mucho no se usan porque ahora la cocina se prende sola.
3 comentarios - Recuerdos:
Pasa por nuestro post,porfa
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