Levantando la Autoestima

Hoy hice un pequeño experimento.
Mientras me preparaba para ir al liceo, decidí ponerme una calza (leggins) grises y negras -son super discretas, no son esas que te marcan la cola de manera grotesca.
La última vez que use calzas para ir al liceo, fue hace poco más de dos semanas.
Ultimamente me estuve sintiendo con la autoestima muy baja -normalmente tengo la autoestima baja pero estos ultimos dias estuve con autoestima mucho más baja que en otros momentos.
Lamentablemente, me habia “mal acostumbrado” a tener un compañero bastante “baboso” diciendome cosas, por lo que estas ultimas semanas al no recibir ninguno de sus comentarios, mi autoestima bajo aun más.
“Mal acostumbrada” a que me digan “piropos” en la calle completos desconocidos, he incluso “mal acostumbrada” a que mis propias/os compañeros me dijesen algo positivo sobre mi apariencia al menos día por medio. 

Hoy, tenía frio y no tenia ganas de ponerme un jean para cursar solo 1 hora, así que para estar más comoda me puse las ya descriptas calzas.
¿Qué sucedio? Todo volvio a la “normalidad”.
Volví a recibir atencion de completos desconocidos en la calle, mis compañeros volvieron a “halagarme” e incluso me atrevo a decir… algunas personas volvieron a tratarme como un “pedazo de carne” (Cosa que jamás extrañe, porque sinceramente no me gusta un carajo) 
¿A qué conclusion llegué? A que todos, pero todos los hombres, son superficiales y vacios.
Estos ultimos dias fui la misma chica, con la unica diferencia que no usé calzas, y sin embargo la actitud -especialmente la de los hombres- frente a mi, cambió casi en un 100%.
No aseguro ese porcentaje por mis amigos hombres me trataron casi igual, aunque ellos tambien… se comportaron distinto. 

Parece que encontre la solucion a la solteria.
Mientras más la ropa marque tu cuerpo, mientras más insinue tu ropa, mientras más uses cosas “al cuerpo”, más interesantes tus palabras van a ser.
Más importancia va a tener tu opinion, más atencion vas a recibir, más “mujer” vas a ser.
Me da vergüenza pertenecer a una sociedad donde mientras “más” tu ropa sugiera, mientras cosas más apretadas uses, más valor vas a tener como persona.