Llevábamos mucho tiempo sin poder dedicarnos un espacio...
Estábamos calientes, muy calientes, llevábamos varios días enviándonos fotos a los correos y relatando historias por chat, de esas que hacen que se me ponga dura y que ella se moje muchísimo...
Quedamos en encontrarnos en la tarde, salir a tomar un café y pensar en los regalos que daríamos en esta época decembrina.
De un momento a otro, en un centro comercial ella me dijo: "me esperas un momento voy al baño, es que ya no me aguanto más" a lo que yo respondí, no, ven yo te acompaño y aprovecho y entro.
En los centros comerciales, los baños suelen estar al final de un largo pasillo, en este caso en particular, los hombres a la izquierda, las mujeres a la derecha, al final de un pasillo (típico!)
Entré y como por variar salí primero que ella, así que me dio tiempo de reconocer el terreno y darme cuenta que no había nadie por los alrededores, ni clientes, ni empleados, nadie, espantaban...
Además vi que había un baño cuya puerta era completa, no esas de los cubículos que sólo cubren la cara y dejan todo al descubierto, así que esperé que ella saliera y le propuse: "¿qué te parece si nos encerramos en ese baño y nos quitamos un poquito las ganas que nos llevamos?"
Su respuesta fue: "¡Ya mismo!"
Ella entró primero y yo la seguí, mirando por si venía alguien al pasillo fantasma...
Sabíamos que tenía que ser rápido, así que no podíamos desnudarnos, bastó con bajarnos los pantalones, yo tenía una tremenda erección y comencé a acariciarle sus labios vaginales y el clítoris, sentí como toda su vagina se mojaba e impregnaba mis dedos de su humedad.
Soy un adicto a darle sexo oral, así que me agaché y comencé a lamer su clítoris y sus labios, amo beber de su vagina, amo su sabor, me enloquece y me pone como un animal, la masturbé y seguí lamiendo su clítoris, mientras ella me pedía que aumentara la velocidad, tratábamos de no hacer ruido, pero ella comenzaba a gemir mucho y era muy difícil, la verdad, controlarse.
Cuando estuvo lista me lo hizo saber, así que se giró, yo lubriqué mi pene con saliva y la penetré con fuerza, ella marcaba el ritmo con sus caderas y lo logramos... Logramos alcanzar el orgasmo juntos, algo que es muy gratificante, algo que no se puede relatar, sólo se puede vivir y te une a la otra persona.
Nos ajustamos la ropa, y salimos del baño, yo primero y la esperé un poco retirado de los baños, para no despertar sospechas, al cabo de unos segundos salió ella, nos fuimos tomados de las manos conversando como cualquier pareja que sale a tomar un café y a buscar los regalos para sus seres queridos en la época decembrina.
Mientras caminábamos hablábamos del episodio, de como el temor a ser descubierto te aumenta la excitación y logra que se te nuble el pensamiento, de como habíamos disfrutado hacer el amor en ese baño público, de como todo se había dado en cuestión de segundos, sin planear, sin pensar, sólo dejándose llevar por la lujuria.
Estábamos calientes, muy calientes, llevábamos varios días enviándonos fotos a los correos y relatando historias por chat, de esas que hacen que se me ponga dura y que ella se moje muchísimo...
Quedamos en encontrarnos en la tarde, salir a tomar un café y pensar en los regalos que daríamos en esta época decembrina.
De un momento a otro, en un centro comercial ella me dijo: "me esperas un momento voy al baño, es que ya no me aguanto más" a lo que yo respondí, no, ven yo te acompaño y aprovecho y entro.
En los centros comerciales, los baños suelen estar al final de un largo pasillo, en este caso en particular, los hombres a la izquierda, las mujeres a la derecha, al final de un pasillo (típico!)
Entré y como por variar salí primero que ella, así que me dio tiempo de reconocer el terreno y darme cuenta que no había nadie por los alrededores, ni clientes, ni empleados, nadie, espantaban...
Además vi que había un baño cuya puerta era completa, no esas de los cubículos que sólo cubren la cara y dejan todo al descubierto, así que esperé que ella saliera y le propuse: "¿qué te parece si nos encerramos en ese baño y nos quitamos un poquito las ganas que nos llevamos?"
Su respuesta fue: "¡Ya mismo!"
Ella entró primero y yo la seguí, mirando por si venía alguien al pasillo fantasma...
Sabíamos que tenía que ser rápido, así que no podíamos desnudarnos, bastó con bajarnos los pantalones, yo tenía una tremenda erección y comencé a acariciarle sus labios vaginales y el clítoris, sentí como toda su vagina se mojaba e impregnaba mis dedos de su humedad.
Soy un adicto a darle sexo oral, así que me agaché y comencé a lamer su clítoris y sus labios, amo beber de su vagina, amo su sabor, me enloquece y me pone como un animal, la masturbé y seguí lamiendo su clítoris, mientras ella me pedía que aumentara la velocidad, tratábamos de no hacer ruido, pero ella comenzaba a gemir mucho y era muy difícil, la verdad, controlarse.
Cuando estuvo lista me lo hizo saber, así que se giró, yo lubriqué mi pene con saliva y la penetré con fuerza, ella marcaba el ritmo con sus caderas y lo logramos... Logramos alcanzar el orgasmo juntos, algo que es muy gratificante, algo que no se puede relatar, sólo se puede vivir y te une a la otra persona.
Nos ajustamos la ropa, y salimos del baño, yo primero y la esperé un poco retirado de los baños, para no despertar sospechas, al cabo de unos segundos salió ella, nos fuimos tomados de las manos conversando como cualquier pareja que sale a tomar un café y a buscar los regalos para sus seres queridos en la época decembrina.
Mientras caminábamos hablábamos del episodio, de como el temor a ser descubierto te aumenta la excitación y logra que se te nuble el pensamiento, de como habíamos disfrutado hacer el amor en ese baño público, de como todo se había dado en cuestión de segundos, sin planear, sin pensar, sólo dejándose llevar por la lujuria.
2 comentarios - Polvazo en baño público
Muy caliente!
Y con mucha adrenalina!
Gracias por comparitr
buen post!