Sexo a ciegas y fantasías incestuosas...

A esta historia me la contó un amigo, que me permitió transcribirla aquí. Voy a tratar de relatar su vivencia en la forma más fidedigna posible (en primera persona).
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En esa época yo tenía algo más de veinte años. Hacía ya un par de años que estaba estudiando derecho en la Universidad Nacional de Córdoba. Yo sabía que tenía cierto encanto con las mujeres. Cuidaba bastante mi figura, hacía ejercicio constante. Sin ser el típico musculoso, tenía un cuerpo atlético y esbelto. Sin embargo, yo era el típico cobarde, que nunca arriesgaba a hacer "el primer movimiento". Me quedaba esperando que las mujeres se acerquen, lo cual obviamente no sucedía a menudo. En definitiva, yo era un "loser" o "perdedor". Fundamentalmente por una cuestión de actitud. Era demasiado tímido e inseguro.

Sé que llamaba algo la atención entre algunas mujeres, a pesar de mi gran timidez, por lo que me contaba mi hermana. Ella tenía poco menos de veinte años en aquel entonces. Era una mina alta y totalmente voluptuosa. Parecía que su cuerpo había sido moldeado por la naturaleza con finalidades "pornográficas". Rubia, de pelo largo y mínimamente ondulante, piel perfecta, nariz pequeña y labios carnosos. Tenía unos ojos marrones grandes, tremendamente tiernos y suplicantes. Esos aspectos angelicales se conjugaban con dos tetas enormes, que sobresalían llamativamente en parte gracias a su pequeña cintura y panza cuidadosamente chata. Su cola, carnosa y respingada, y tenía hermosas y largas piernas. Más de una vez tuve pensamientos "impuros" en los que mi hermana era la protagonista. Reconozco que más de una vez se me endureció completamente la verga mientras me refrescaba, en compañía de ella, en la pequeña pileta (tipo "pelopincho" ) del patio de la casa de mis padres.

La cuestión es que yo era el típico "pajero". Mi experiencia sexual pasaba mayormente por mi imaginación y por las manos, ayudado de un poco de buena pornografía. Tenía muy poca experiencia "real". Mi hermana era lo opuesto. No sólo llevaba y traía a casa hombres de todas las edades, sino que el rumor de que ella "era muy puta" estaba bastante extendido en nuestra pequeña ciudad. Por supuesto que mis padres pensaban que ella era una santa...

Una de mis primeras experiencias había sido con mi prima. Una noche, en la que nadie nos veía (alrededor de 15 años teníamos ambos), nos mostramos mutuamente nuestras partes íntimas. Yo le dejé tocar mi verga parada y ella me dejó manosearle un poco las tetas. Esa noche pasó como si nada, y no volvimos a tener ese tipo de contacto por muchos años... hasta esta historia.

Era verano, mi familia iría a vacacionar durante todo enero a Carlos Paz. Mis padres invitaron generosamente a mi prima, Nati, para que nos acompañe. Ella tenía edad cercana a mi. Pelo castaño bien claro, alta, algo flaca, de piernas largas. Lindas tetas, bien redonditas como dos limones. Hermoso culo, algo abultado en comparación con el resto de su cuerpo. En mis fantasías me la imaginaba frecuentemente "en cuatro". Su culo era una invitación a la lujuria.


(Foto ilustrativa, no es de la verdadera persona)

Mis padres, mi hermana, mi prima y yo, vacacionando juntos durante casi un mes. Yo traté de coquetear con mi prima durante todo el viaje. Me iba a bañar siempre después de ella para verla en toalla, entraba a su habitación sin preguntar (ella dormía con mi hermana), etc. Una noche entré a la habitación y mi prima le estaba tocando las tetas desnudas a mi hermana... me juraron que no era algo sexual pero aproveché para sacar el tema muchas veces.

Una noche salimos los tres a un pub, y yo estaba pasado de cervezas. A mi hermana la habían invitado a bailar y había quedado sólo con mi prima en la mesa. Le empecé a hablar al oído. Le pregunté si se acordaba de la noche en la que me tocó el pene. Ella se ruborizó completamente, pero me dijo que sí se acordaba. Yo le dije que había estado tratando de olvidarlo, pero que no podía. Le dije que no podía evitar tener fantasías sexuales con ella muy seguido. Le pregunté si yo le parecía un "degenerado" por seguir fantaseando con tener sexo entre primos. Me dijo que ella también tuvo fantasías conmigo. Ella puso su mano sobre mi pantalón, encima de mi verga (que ya estaba durísima) y empezó a acariciar lentamente. Yo fingía hablarle al oído mientras le besaba la oreja. Puse mi mano derecha, entre la silla y su espalda, le acaricié sus nalgas por encima de su pollera.

Hasta ahí, todos los movimientos eran algo discretos, pero no aguanté más y empecé a besarle el cuello. Ella se puso de frente a mi, llevó mi mano izquierda a sus tetas y empezó a besarme en la boca, mientras me masajeaba la verga por sobre el pantalón. Levanté mi vista y ví como mi hermana nos miraba desde la pista de baile. Fue algo incómodo, porque mi hermana no nos sacaba la vista de encima, mientras mi prima y yo nos manoseábamos en la mesa del pub. Le pregunté si quería que vayamos al baño. Me dijo que no, que le daba vergüenza. Me dijo que la convenciéramos a mi hermana para volver rápido al departamento. Me dijo que, al llegar, esperara despierto en mi habitación, y que cuando mi hermana se durmiera ella se inmiscuiría en mi habitación en el oscuro. Así concluiríamos nuestros "asuntos pendientes".

Llegamos. Yo me hice rápido una paja en el baño, ya que no aguantaba más. Fui a mi pieza, cerré bien todo y aguardé al oscuro. No se veía absolutamente nada. El oscuro era total. Estuve esperando alrededor de una hora. Siento que se abre silenciosamente la puerta. Me hice el dormido. Ella me bajó directamente el calzoncillo y empezó a succionarme la verga, de rodillas, al lado de la cama. Agarró mi mano derecha, y la puso sobre su culo. Yo empecé a acariciarle los glúteos y meterle mis dedos por la raya del culo, mientras sentía como me chupaba la verga. Todo en el máximo silencio, y sin intercambiar palabras.

Ella en un momento se para, se sube a la cama y se arrodilla poniendo su vagina contra mi cara, en la posición del 69, mientras ella me sigue chupando la verga. Cada tanto, ella aguantaba unos segundos mi pija bien profunda en su garganta y luego seguía succionando. Yo le meto mi lengua por su vagina, en movimiento zigzagueante, mientras le metía algún dedo en el ano. Ella agarra una de mis manos y la pone sobre sus pechos. Sentí sus tetas mucho más grandes de lo que me había parecido.

En cierto momento ella de da vuelta, mientras tanteábamos en el oscuro, y se sienta arriba mío. Ella agarra mi verga, que ya estaba hinchadísima, y la introduce en su vagina, con gemidos de placer. Su vulva estaba completamente empapada. Yo le toco ambas tetas con mis manos, y definitivamente las sentía enormes. Mucho más grades de lo que había palpado en el bar. En un punto ella se agacha, acostándose arriba mío, y empieza a besarme con extrema pasión, mientras sacudía con fuerza la cama. Sus labios eran sumamente carnosos. Su lengua abarcaba toda mi boca con sus movimientos, mientras yo la penetraba con fuerza, agarrándola de sus abultados glúteos. Hago fuerza y bajo mi cabeza besándole ambos pechos. Sus tetas eran enormes. Con uno de mis dedos le acariciaba el ano, y hacía presión en el movimiento sexual, apretando su vagina con mi pubis mientras la penetraba con fuerza.

Ella empieza a gemir y su vagina me apreta con fuerza la verga. No puedo más... y exploto llenándole toda la cavidad de su vagina con mi semen. Ella se acerca a mi oído y me dice:

-"Hace años que quería cumplir esta fantasía".

No era la voz de mi prima. Era mi hermana. Al parecer mi prima le había contado nuestros planes a mi hermana. Pero se durmió, y mi hermana aprovechó.

El incesto fue tan placentero, que esa fue la primera vez, pero no la última. La primera vez tuvimos que estar borrachos y tuvo que ser todo al oscuro, para vencer el pudor.

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Espero que les haya gustado.