Cierro los ojos, los abro, me refriego la cara, cierro los ojos, me da vueltas la cabeza de saber lo que hice, de lo que no creía que no sería capaz nunca de hacer, por miedo, por temor y asombrado de lo lejos que he llegado con mi tonta cabeza. Rabia, celos, deseo y mil sensaciones mas que me invaden y se han apoderado de mi mente. Con Ana siempre hemos sido atrevidos en nuestras fantasías pero sin llegar a nada, desde los cambios de nombres, coger en lugares prohibidos, ir con vergüenza a comprar un consolador, mirar porno juntos, fantasear con un trío, imaginar que le chupa la concha a otra mujer o que me animaba a chupar una verga…pero todo ha cambiado…………………..
Después de esa noche mi vida vive a vuelcos y espasmos de locura, culpa mía por haber llegado tan lejos, sin embargo me gusta y lo disfruto.
Omar un amigo en común siempre me pareció un tipo divertido y aunque poco atractivo su personalidad era avasalladora, como así la tararira que carga entre sus piernas, “marco antonio” le decíamos entre los del grupo. El con mi mujer se mostraron amigos. Después de las largas noches de estudio, trabajos practicos, correcciónes, diseños que por el postgrado que cursan se me había hecho cotidiano el Omar en mi casa; no le guardo rencor pero reconozco la envidia que le tengo. Al finalizar el trabajo trimestral organizamos una fiesta entre conocidos con la excusa de presentarle a una amiga a Omar, Ana y yo fuimos a cenar con toda la barra y luego regresamos a casa a tomar unos tragos, entre los presentes allí todos estudiantes, y los que no lo eramos nos sentíamos sapos de otro charco, nos aburrimos de escuchar las conversaciones de la universidad y Omar medio borracho resultó un aguador de presentaciones celestinianas por lo cual tuvimos que llevar a la invitada en cuestión a su casa… fue raro, yo la bajé a despedir y ellos (Ana y Omar) seguían charlando en el auto lo que me enfadó un poco y me pareció descortés, lindo clavelón me pegaron.
Luego dejamos a Omar en su casa y en el trayecto Ana seguía hablando de lo mucho que estimaba a ese chico y me agradecía que fuera compañero al aceptarlo como mi amigo. Algo pasaba en mi y mis celos no eran invisibles, sin embargo no decía nada, los dejaba guardados.
Al tiempo el nos llamó para invitarnos a cenar y ver su video de tesis, su casa era donde nos ibamos a encontrar, fuimos con lo de siempre, vino, quesos y unos buenos salames de la colonia caroya. Se lució con sus atenciones, y como siempre abundante bebida el vino mas las cervezas Stout fueron el combustible ideal, que en exceso nos hizo lucir tontos, bromistas y repetitivos y Ana solo reía de vernos en ese estado. De madrugada, tipo 4 decidimos regresar para nuestra casa, como habíamos bebido demasiado y si nos agarraba el control de alcoholemia decidimos no manejar y pedir un taxi pero Omar nos insistió en pasar la noche en su casa, en el cuarto que no utilizaba, en mi borrachera me dejé llevar y fuimos a dar a la cama que nos indicó despidiéndonos en medio de carcajadas.
Ana se acostó reprochándome el estado y simplemente la ignoré, la ignoré un largo rato hasta desvanecerme del sueño y ahí empezó lo que ahora no se como manejar, suponía que ella dormía como yo pero mi sed nocturna, me hizo perder el sueño y abrí los ojos para casi morirme de la impresión, Ana sostenía en sus manos un slip que encontró no se donde, pero que no era mío, lo olía suspiraba sin darse cuenta que yo la miraba atónito y excitado, era el slip de Omar el que tenía en sus manos y se tocaba al mismo tiempo que suspiraba profundamente. Desperté y le dije que tenía frío y le pedí “mi” slip y confundida me lo dio, seguía obviamente borracho y ella me veía de esa forma hasta que le pregunté si quería hacer el amor, nos revolcamos como bestias e internamente sentía que fantaseaba con el cuerpo de otro, terminé y me fui al baño dejándola desnuda y dormida en esa cama extraña, salí a la sala y vi a Omar fumando y viendo un video porno en su computadora, lo vi con esa cara de culpable que yo adivinaba que era provocada por vernos a mi mujer y a mi cogiendo como locos en cama ajena, cumpliendo esa fantasía que muchas veces aparecía en nuestros momentos de sexo familiar, el loco se había calentado por mi mujer, por el cuerpo de mi pertenencia y no atiné mas en mi locura borrachera a decirle si quería ver a mi mujer un segundo tendida en la cama, que fuera despacito y la espiara, él aceptó como si esperara mi aprobación y se dirigió a la habitación pero nuevamente mi sorpresa fue enorme al verlo sacarse el calzoncillo y entrar desnudo totalmente al encuentro de mi hembra, entró dejando la puerta abierta y paralizado vi como se perdía en la penumbra que tanto había él mismo soñado, entró en la cama y abrazó a mi mujer que correspondió como si lo estuviera esperando, como si todo estuviera planeado, como si hubieran esperado mi aceptación a esa locura pasional y me sentí el más completo y resignado de los cornudos desvirgados.
Se besaron y se tocaron ante mi mirada lejana que desde la puerta, y no se si la cerveza, el vino o los salames, me hacían mirar con un pajero ante la primera página porno que encuentra, vi como le comía las tetas, le apretujaba el culo, se mojaba un dedo y la tocaba justo allí, y la volvía de lado para besarle el pecho, para morderla desesperadamente el cuello entre palabras de deseo, suspiros y jadeos, seguía sin poder moverme contemplando el bacanal pornográfico digno de la película de Caligula.
Ana empezó a besarle el torso y como nunca la había visto encendida continuó con su espalda, lo abrazaba, abrazaba su espalda desnuda y al mismo tiempo tocaba su verga erecta que obscenamente se erguía ante tales caricias como la torre eifel. Ana tenía el control, lo acostó y mordía sus glúteos y separaba sus cachetes para comerle el culo como le gustaba hacerlo conmigo, para con su locura dejarme ver que no era más el único. El la volteó e hizo exactamente lo mismo y sus gritos eran ahora insultos a mi persona, imploraba su cuerpo dentro de ella y él, él perversamente la dejaba morir entre sus espasmos, volteó su cara y mostró su erecto trofeo ante sus labios que comían de arriba abajo esa maldita verga larga y gruesa que yo veía desaparecer en medio de arcadas y nuevos intentos, la vi disfrutar del placer carnal prohibido como solo en nuestros sueños habíamos hecho. La tomó del cuello y mordió uno de sus pezones, se recostó y le pidió que desapareciera esa verga en sus entrañas metiendosela una y otra vez, levantandola en andas y metiendo uno, dos, tres, dedos en su culo en su danza infernal.
Mi ser daba vueltas entre deseo, lujuria y rabia, la veía e imaginaba que la llenaba mucho mas que yo, la veía como una puta y pedir mas lanzando su inocencia y pudor a través del tiempo mismo.
El acto duró mas de lo esperado, volvió a sacar su verga para meterla en su boca mientras la tocaba toda, la recorría y ambos se fundían en caricias mundanas que a mi me volvían loco, ella seguía su instinto y la volví a ver salir de ese verga una y otra vez, escuchaba su jadeo silencioso que no ocultaba el éxtasis que le propinaba. Omar se paró y la volteó boca abajo quedando su culo hacia arriba, toco su culito tan preciado y metió un par de dedos, se dilataba cada vez mas y colocó la punta de su verga en esa estrecha entrada, lentamente veía como iba entrando al tiempo que ella pedía que lo hiciera lentamente, su miembro fue desapareciendo por completo hasta tocar sus testículos los labios de mi mujer, se levantaron sin dejar de penetrarla y la cargó en el aire con esa estaca en su interior, el cansancio los hizo volver a la cama y fue entonces cuando ella me llamó por mi nombre con un dulce “ven mi amor, ven con nosotros”, entré lleno de furia y deseo de verla tan puta, tan fácil tan excitada, tan caliente, tan perra, pero su boca pedía que me agregara a la fiesta, me desnudé y vi que mi verga no era mas ancha sino mas larga que la del culpado que se estaba cogiendo a mi mujer , me comparé y me excité de verla pidiéndome que la dejara chupármela toda, el salió de ella y se puso a mi lado y al oído me dijo, “se que deseabas algo así, disfrútalo”, Ana como una esclava pasaba de una pija a la otra llenándonos de saliva mientras su pelo se enredaba en nuestra verga, la acostamos y ella de un solo impulso de clavó la mía hasta el fondo quedando boca arriba, Omar se puso en posición y lentamente la cogimos entre los dos sintiendo solo el roce interno de ambas pijas recorriendo su interior, hubo un momento que los dos estuvimos dentro y nos mirábamos atónitos, ella no paraba de correrse, gritaba y pedía que termináramos con sus orgasmos, que era suficiente y fue ahí cuando perdí el control, sentía su vagina más húmeda que nunca, Omar cambió y ella no me dejó entrar a su culo, me trató de chupar de nuevo pero él la obligó, dijo, “hoy eres nuestra” y la penetré fácilmente, de repente algo insólito sucedió, Ana me dijo claramente “gracias mi amor, gracias, gracias…” y empezó a correrse de nuevo, los dos estallamos dentro de ella, la llenamos de esperma hasta dejar flácidos nuestros miembros, se acostó y Omar la besó los labios y salió dejándonos solos, al terminar mi libido estaba confundido pero Ana me explicó que con el tiempo de matrimonio nuestro sexo había perdido pasión y que ella sabía que me amaba, que yo era el único y que agradecía esto que nunca volvería a suceder. El salió de su casa y nosotros pudimos dormir, al despertar encontramos una pequeña carta que decía textualmente:
Esta ha sido una gran experiencia, yo no quería dejar pasar la oportunidad y me han dado la dicha de disfrutarlo, los disfruté como nunca con mi mujer lo había hecho, tal vez si hubiésemos tratado algo así seguiríamos juntos pero ella prefirió darle vida a su sexo por su propia cuenta rompiendo mi corazón, ahora no la tengo mas pero ustedes se tienen y comparten un secreto que con nadie podrán igualar, no es solo la lujuria sino un estado, ese que los mantiene juntos, yo prometo no volver a sus vidas si lo desean pero sepan que los envidio y les agradezco este momento invaluable.
Yo la leí primero y me sentí mas tranquilo, debo confesar que incluso sentí una especie de ternura pero también un sentimiento de inseguridad que hace que al recordar me excité pero que a su vez cuide a mi mujer, la deseo mas y no hemos tocado el tema después de 4 años.
Yo cuento esto aun confundido y con unos celos especiales, unos celos excitantes, unos celos escondidos que Ana intuye cada vez que hacemos el amor.
A aquellos que gozan con las fantasías les digo que no solo es una paja, es algo mas, es un umbral que significa unión o tal vez pasión animal, prefiero quedarme con lo primero y seguir con mi mujer.
Después de esa noche mi vida vive a vuelcos y espasmos de locura, culpa mía por haber llegado tan lejos, sin embargo me gusta y lo disfruto.
Omar un amigo en común siempre me pareció un tipo divertido y aunque poco atractivo su personalidad era avasalladora, como así la tararira que carga entre sus piernas, “marco antonio” le decíamos entre los del grupo. El con mi mujer se mostraron amigos. Después de las largas noches de estudio, trabajos practicos, correcciónes, diseños que por el postgrado que cursan se me había hecho cotidiano el Omar en mi casa; no le guardo rencor pero reconozco la envidia que le tengo. Al finalizar el trabajo trimestral organizamos una fiesta entre conocidos con la excusa de presentarle a una amiga a Omar, Ana y yo fuimos a cenar con toda la barra y luego regresamos a casa a tomar unos tragos, entre los presentes allí todos estudiantes, y los que no lo eramos nos sentíamos sapos de otro charco, nos aburrimos de escuchar las conversaciones de la universidad y Omar medio borracho resultó un aguador de presentaciones celestinianas por lo cual tuvimos que llevar a la invitada en cuestión a su casa… fue raro, yo la bajé a despedir y ellos (Ana y Omar) seguían charlando en el auto lo que me enfadó un poco y me pareció descortés, lindo clavelón me pegaron.
Luego dejamos a Omar en su casa y en el trayecto Ana seguía hablando de lo mucho que estimaba a ese chico y me agradecía que fuera compañero al aceptarlo como mi amigo. Algo pasaba en mi y mis celos no eran invisibles, sin embargo no decía nada, los dejaba guardados.
Al tiempo el nos llamó para invitarnos a cenar y ver su video de tesis, su casa era donde nos ibamos a encontrar, fuimos con lo de siempre, vino, quesos y unos buenos salames de la colonia caroya. Se lució con sus atenciones, y como siempre abundante bebida el vino mas las cervezas Stout fueron el combustible ideal, que en exceso nos hizo lucir tontos, bromistas y repetitivos y Ana solo reía de vernos en ese estado. De madrugada, tipo 4 decidimos regresar para nuestra casa, como habíamos bebido demasiado y si nos agarraba el control de alcoholemia decidimos no manejar y pedir un taxi pero Omar nos insistió en pasar la noche en su casa, en el cuarto que no utilizaba, en mi borrachera me dejé llevar y fuimos a dar a la cama que nos indicó despidiéndonos en medio de carcajadas.
Ana se acostó reprochándome el estado y simplemente la ignoré, la ignoré un largo rato hasta desvanecerme del sueño y ahí empezó lo que ahora no se como manejar, suponía que ella dormía como yo pero mi sed nocturna, me hizo perder el sueño y abrí los ojos para casi morirme de la impresión, Ana sostenía en sus manos un slip que encontró no se donde, pero que no era mío, lo olía suspiraba sin darse cuenta que yo la miraba atónito y excitado, era el slip de Omar el que tenía en sus manos y se tocaba al mismo tiempo que suspiraba profundamente. Desperté y le dije que tenía frío y le pedí “mi” slip y confundida me lo dio, seguía obviamente borracho y ella me veía de esa forma hasta que le pregunté si quería hacer el amor, nos revolcamos como bestias e internamente sentía que fantaseaba con el cuerpo de otro, terminé y me fui al baño dejándola desnuda y dormida en esa cama extraña, salí a la sala y vi a Omar fumando y viendo un video porno en su computadora, lo vi con esa cara de culpable que yo adivinaba que era provocada por vernos a mi mujer y a mi cogiendo como locos en cama ajena, cumpliendo esa fantasía que muchas veces aparecía en nuestros momentos de sexo familiar, el loco se había calentado por mi mujer, por el cuerpo de mi pertenencia y no atiné mas en mi locura borrachera a decirle si quería ver a mi mujer un segundo tendida en la cama, que fuera despacito y la espiara, él aceptó como si esperara mi aprobación y se dirigió a la habitación pero nuevamente mi sorpresa fue enorme al verlo sacarse el calzoncillo y entrar desnudo totalmente al encuentro de mi hembra, entró dejando la puerta abierta y paralizado vi como se perdía en la penumbra que tanto había él mismo soñado, entró en la cama y abrazó a mi mujer que correspondió como si lo estuviera esperando, como si todo estuviera planeado, como si hubieran esperado mi aceptación a esa locura pasional y me sentí el más completo y resignado de los cornudos desvirgados.
Se besaron y se tocaron ante mi mirada lejana que desde la puerta, y no se si la cerveza, el vino o los salames, me hacían mirar con un pajero ante la primera página porno que encuentra, vi como le comía las tetas, le apretujaba el culo, se mojaba un dedo y la tocaba justo allí, y la volvía de lado para besarle el pecho, para morderla desesperadamente el cuello entre palabras de deseo, suspiros y jadeos, seguía sin poder moverme contemplando el bacanal pornográfico digno de la película de Caligula.
Ana empezó a besarle el torso y como nunca la había visto encendida continuó con su espalda, lo abrazaba, abrazaba su espalda desnuda y al mismo tiempo tocaba su verga erecta que obscenamente se erguía ante tales caricias como la torre eifel. Ana tenía el control, lo acostó y mordía sus glúteos y separaba sus cachetes para comerle el culo como le gustaba hacerlo conmigo, para con su locura dejarme ver que no era más el único. El la volteó e hizo exactamente lo mismo y sus gritos eran ahora insultos a mi persona, imploraba su cuerpo dentro de ella y él, él perversamente la dejaba morir entre sus espasmos, volteó su cara y mostró su erecto trofeo ante sus labios que comían de arriba abajo esa maldita verga larga y gruesa que yo veía desaparecer en medio de arcadas y nuevos intentos, la vi disfrutar del placer carnal prohibido como solo en nuestros sueños habíamos hecho. La tomó del cuello y mordió uno de sus pezones, se recostó y le pidió que desapareciera esa verga en sus entrañas metiendosela una y otra vez, levantandola en andas y metiendo uno, dos, tres, dedos en su culo en su danza infernal.
Mi ser daba vueltas entre deseo, lujuria y rabia, la veía e imaginaba que la llenaba mucho mas que yo, la veía como una puta y pedir mas lanzando su inocencia y pudor a través del tiempo mismo.
El acto duró mas de lo esperado, volvió a sacar su verga para meterla en su boca mientras la tocaba toda, la recorría y ambos se fundían en caricias mundanas que a mi me volvían loco, ella seguía su instinto y la volví a ver salir de ese verga una y otra vez, escuchaba su jadeo silencioso que no ocultaba el éxtasis que le propinaba. Omar se paró y la volteó boca abajo quedando su culo hacia arriba, toco su culito tan preciado y metió un par de dedos, se dilataba cada vez mas y colocó la punta de su verga en esa estrecha entrada, lentamente veía como iba entrando al tiempo que ella pedía que lo hiciera lentamente, su miembro fue desapareciendo por completo hasta tocar sus testículos los labios de mi mujer, se levantaron sin dejar de penetrarla y la cargó en el aire con esa estaca en su interior, el cansancio los hizo volver a la cama y fue entonces cuando ella me llamó por mi nombre con un dulce “ven mi amor, ven con nosotros”, entré lleno de furia y deseo de verla tan puta, tan fácil tan excitada, tan caliente, tan perra, pero su boca pedía que me agregara a la fiesta, me desnudé y vi que mi verga no era mas ancha sino mas larga que la del culpado que se estaba cogiendo a mi mujer , me comparé y me excité de verla pidiéndome que la dejara chupármela toda, el salió de ella y se puso a mi lado y al oído me dijo, “se que deseabas algo así, disfrútalo”, Ana como una esclava pasaba de una pija a la otra llenándonos de saliva mientras su pelo se enredaba en nuestra verga, la acostamos y ella de un solo impulso de clavó la mía hasta el fondo quedando boca arriba, Omar se puso en posición y lentamente la cogimos entre los dos sintiendo solo el roce interno de ambas pijas recorriendo su interior, hubo un momento que los dos estuvimos dentro y nos mirábamos atónitos, ella no paraba de correrse, gritaba y pedía que termináramos con sus orgasmos, que era suficiente y fue ahí cuando perdí el control, sentía su vagina más húmeda que nunca, Omar cambió y ella no me dejó entrar a su culo, me trató de chupar de nuevo pero él la obligó, dijo, “hoy eres nuestra” y la penetré fácilmente, de repente algo insólito sucedió, Ana me dijo claramente “gracias mi amor, gracias, gracias…” y empezó a correrse de nuevo, los dos estallamos dentro de ella, la llenamos de esperma hasta dejar flácidos nuestros miembros, se acostó y Omar la besó los labios y salió dejándonos solos, al terminar mi libido estaba confundido pero Ana me explicó que con el tiempo de matrimonio nuestro sexo había perdido pasión y que ella sabía que me amaba, que yo era el único y que agradecía esto que nunca volvería a suceder. El salió de su casa y nosotros pudimos dormir, al despertar encontramos una pequeña carta que decía textualmente:
Esta ha sido una gran experiencia, yo no quería dejar pasar la oportunidad y me han dado la dicha de disfrutarlo, los disfruté como nunca con mi mujer lo había hecho, tal vez si hubiésemos tratado algo así seguiríamos juntos pero ella prefirió darle vida a su sexo por su propia cuenta rompiendo mi corazón, ahora no la tengo mas pero ustedes se tienen y comparten un secreto que con nadie podrán igualar, no es solo la lujuria sino un estado, ese que los mantiene juntos, yo prometo no volver a sus vidas si lo desean pero sepan que los envidio y les agradezco este momento invaluable.
Yo la leí primero y me sentí mas tranquilo, debo confesar que incluso sentí una especie de ternura pero también un sentimiento de inseguridad que hace que al recordar me excité pero que a su vez cuide a mi mujer, la deseo mas y no hemos tocado el tema después de 4 años.
Yo cuento esto aun confundido y con unos celos especiales, unos celos excitantes, unos celos escondidos que Ana intuye cada vez que hacemos el amor.
A aquellos que gozan con las fantasías les digo que no solo es una paja, es algo mas, es un umbral que significa unión o tal vez pasión animal, prefiero quedarme con lo primero y seguir con mi mujer.
6 comentarios - Demasiado lejos con las fantasías
"...imploraba su cuerpo dentro de ella y él, él perversamente la dejaba morir entre sus espasmos..."
Excelente!
Volveré con puntos!
Besos
Mimilau 💕
http://www.poringa.net/posts/relatos/2419740/Solo-el-comienzo.html