no se si contarle a mi marido

Somos una pareja legalmente casados que para darle un poco de sentido erotico a nuestra relación nos liamos en esto de cambiar pareja. Aclaro que somos muy normales y llevamos una vida familiar que nadie podris nunca imaginar nuestro nuevo gusto. Yo tengo 41 años, rubia , pelo corto y cara de inocente ama de casa. Mi marido Walter tiene 46 años, pelirrojo, de buen estado físico, muy calenton. Hechas las presentaciones paso a contar lo que sucedió en nuestra ultima y segunda reunión swinger. Como esta establecido fuimos a la misma a fin de relacionarnos con quien pasaríamos un rato agradable. He de explicar que existe una norma que establece que el hombre que elije una mujer debe ceder la suya al hombre que esta con ella. Por nuestro lado, nosotros fijamos una norma para nosotros. Ella establece que , por reunión, una vez elije Walter y la siguiente yo al acompañante. Asi cada uno puede, libremente , elegir con quien disfrutar. Por su parte , el otro, le guste o no, debe aceptar la compañía del conyuge del elegido. La primera vez debio elegir Walter. El muy maldito eligio a una rubia de pelo largo, joven que parecía sacada de una revista para hombres. Hasta aquí todo bien pero debo decir que su conyuge era gordo, pelado, bajo y muy feo. No me quedo otra que aceptarlo. Fuimos a un privado en el que había dos camas. Walter empezó besándose con la chica mientras el gordo me empezaba a acariciarme los pechos apretandomelos sin dulzura. WALTER LA COMENZO A DESNUDAR, COSA QUE EL GORDO MIRANDO PRIMERO y copiando, después hizo lo mismo conmigo. Yo trataba de pensar en otra cosa. Walter la besaba por todos lados. El gordo me bajo el tanga, me abrió las piernas y empezó a lamerme la vagina como un desesperado. Debo reconocer que sabia hacerlo pero era muy desagradable físicamente. La chica tomo el pene de Walter y lo empezó a lamer y chupar haciendo un ruido vulgar. El gordo cuando vio esto tomo su pene de entre sus ropas y me lo acerco a la boca. Cerre los ojos y empece a chupar. Oi como empezaba a resoplar. Pense que le iba a dar algo. Pero el muy cretino me escupio una ola de semen que casi me llena la boca. Senti muchísimo asco a la vez que me tranquilizaba pensando que todo estaba terminado para mi y el. Craso error. El gordo no perdió la erección. Me dio vuelta y colocándome en la posición del perrito me penetro desde atrás. Se empezó a mover mientras pasaba una mano por debajo de mi estomago y se aferraba a mi seno derecho. Walter ni miraba seguía con la chica a la que había penetrado de costado y ambos se reian y movían frenéticamente. Asi terminaron y se acercaron a nosotros. El gordo resoplaba y empezó a decir que ya acababa. También decía que era sanito mientras se derramaba dentro de mi vapuleada vagina. Cuando terminamos y nos fuimos a bañar, la chica me dijo que el gordo era su cliente desde hacia algún tiempo. Ella era prostituta y la había contratado por $ 800 que era lo que le iba a costar acostarse conmigo pues me conocía del barrio donde vivimos con Walter. Que hago se lo cuento?

autor:anonimo