Un juego que se volvió real

Hola poringueros y poringueras. Todo sucedió en las últimas vacaciones, los chicos están crecidos y aprovechamos para salir de vacaciones solos. Somos una pareja joven, fuimos padres jóvenes y desde los 18 años que no tenemos unas vacaciones a solas con mi mujer. Hasta el año pasado aún salíamos con los chicos, mis suegros, el tarambana de mi cuñado e incluso el novio de la nena. La intimidad en esos días, a la mierda. Alquilamos para la ocasión una suite en un hotel casino del interior del país. Los primeros días fueron espectaculares, el sol era nuestro aliado y la tranquilidad de disfrutar de la piscina, tomar sol, algún mojito...
Y en el plano sexual todo fue muy divertido, tuvimos sexo en los pasillos del hotel, en el ascensor, el las cocheras, hasta detrás de las plantas de la entrada. Estábamos muy calientes...
Una mañana, después de darle buen sexo anal, le propuse a mi esposa un juego. Tenía que ir sola, para que sea una sorpresa, comprar lencería sexy, un lindo y sugerente vestido, zapatos con tacos altísimos para parecer una acompañante de lujo. A la noche debía andar por el casino aparentando buscar clientes y yo la iba a contratar, un juego de roles divertido.
Lo cierto fue que me fui para el casino elegantemente vestido, bien perfumado, hasta incluso tuve la posibilidad de levantarme una chica joven, de unos 20 o 22 años aproximadamente, pero no estaba interesado más que seguir el juego que le propuse a mi mujer.
Me acerqué al bar, tomé un vino para matizar la espera, miraba algo nervioso las luces del lugar, intenté encender un cigarrillo pero una persona empleada del hotel me indicó que estaba prohibido. La espera se alargaba y mi esposa, cumpliendo su rol de acompañante de lujo no aparecía. Llamaba a su celular y se encontraba apagado. Cerca de las 4 de la mañana, algo ebrio después de tomar mucho en la espera, fui a la suite y, al no verla, me dejé caer sobre la cama. A las 9 escucho el clap clap de pasos, al reaccionar la encuentro a mi esposa con un vestido muy provocativo, con un llamativo escote que apenas disimulaba el brassier push up con encajes. Su mirada lasciva lastimaba mi orgullo. Mirandome fijamente empezó a darme explicaciones.
-Sentate, vamos a hablar. -me dijo mientras encendía un cigarrillo.
-¿Donde estuviste, Mara? Se supónía que nos íbamos a ver en el casino.
-Si, lo se. La verdad, me calentó muchísimo tu juego, solo que le cambié algunas reglas. Vos sabés que nos casamos jóvenes, hicimos nuestra familia, pero no tuvimos oportunidad de disfrutar nuestra juventud. ¡¡¡Mirame lo que soy!!! -agregó -Estoy espléndida, mis piernas firmes, mi cola es la envidia de mis amigas. ¡¡¡Todavía soy joven!!! ¡¡¡Quiero disfrutar la vida mientras puedo!!!
Anoche estaba hermosa, sexy, mi imagen decía "quiero una pija pronto" sin perder la elegancia.
No me costó que alguien se me acercara y me tirara los galgos pero cuando le dije cuanto cobraba se iban corriendo. ¿Qué pretenden? ¿Terrible hembra y gratis? Jajajajaja!! Los hombres son inevitablemente patéticos. Te vi a lo lejos, cumpliendo tu rol a la perfección, pero te ganó de mano un joven , adinerado, muy buen mozo. Le dije que por tres horas cobraba 2000 pesos y me contestó que el dinero no era problema. Su seguridad, su ostentación, además de su físico me atrajo de inmediato. A partir de ahí cambié de idea con respecto a nuestro juego y me fui con él. Al ingresar a su suite me dio los 2000 pesos que guardé de inmediato en mi cartera, me ofreció champagne y me dijo que me ponga cómoda. Como te imaginarás, no me pidió que me ponga ropa deportiva y zapatillas... Simulé dificultad con la cremallera del vestido y le pedí que me ayudara. Al hacerlo dejé caer el vestido, dejé que me quite el brassier, cosa que hizo con suma habilidad, cosa que vos no hacés, y me empezó a chupar toda, a agarrarmea recorrerme todo el cuerpo con su lengua. Volcaba champagne de su copa sobre mi cuerpo y lo chupaba todo. Mientras recorría mi espalda con su lengua con los dedos de una mano exploraba mis agujeros. Por mi cuerpo recorría una tenue electricidad, todo lo que hacía ese muchacho me erotizaba como nuca antes lo sentí. Me di vuelta bruscamente y lo que vi era hermoso. Su cuerpo firme y joven estaba a mi disposición y su pene... ¡¡¡¡Mamita!!!! ¡¡¡¡Por dios!!!! ¡¡¡¡¡¡¡Que pedazo de pija!!!!!!! La empecé a chupar con desesperación y al escucharlo gemir me ponía aún más loca y seguía chupando ese pedazo con más esmero. Cuando lo tuve a punto me le subí ensima y cabalgué esa pija, vos tenés lo tuyo, pero no todos los días se tiene carne de primera joven y viril. No tenía forro y la verdad, no me importó en nigún momento y a él tampoco, al contrario. Tuve orgasmos de todos los colores, gritaba, gemía, por eso tengo esta disfonía. Al rato me llenó toda la concha de leche espesa y calentita que disfruté adentro mío. Le dí un respiro, todos los hombres lo necesitan, y al rato de nuevo. Cuando esa pija se metió en mi ansioso ano me hizo ver las estrellas del dolor. Pero, más intenso el dolor más intenso el placer. Me tenía en cuatro patas y con sus sacudidas sentía como una parte de mi se desgarraba sin misericordia. Con mis dedos acariciaba mi clítoris y más gritaba. Y más loca me ponía. Casi sin avisarme recibí todo ese torrente de juventud dentro de mi cola. ¡¡¡¡Cuanto placer!!!!
Casi sin darme cuenta pasaron las tres horas estipuladas, le dije de quedarme un rato más pero en tan poco tiempo practicamente lo dejé seco, me dio 500 pesos más por cojer sin forros y me compré la pastilla del día después que aun no tomé y estoy tentada de no hacerlo.
Escuché en silencio su relato, cuando me quise dar cuenta con mi mano derecha frotaba mi pene que a esa altura estaba firme. Al rato, y como si el trajín de una noche de reviente sexual no fuera suficiente, mi mujer enmpezó a chuparme mi pene con sensualidad.
-Vos me cojes gratis, pero ahora mamí también va traer platita a casa -me dijo después de largarle toda la leche en la cara, sin que ella pierda su lasciva mirada.