http://www.poringa.net/posts/relatos/2403731/Mi-sumisa-lolita-9-Episodio-1.html
-Ahora vas a ver lo que es bueno turrita del orto... - le susurré sonriendo.
Bajé su asiento hasta casi tenerla recostada y la di vuelta, dejando su orto a la altura de mi lengua sedienta. Le bajé el short y la tanguita a la vez y empecé a escupirle ese agujero virgen y apretado, mientras recolectaba la baba con la punta de la lengua y le rodeaba el orto, lamiendo con desesperación.
La muy trola gemía despacio, entre lloriqueo y gozo...
Esa cola me volvía loco y cada vez se iba abriendo más invitando a una embestida. No tenía apuro, así que seguí lamiendo y escupiendo ese trasero maravilloso. A punto estaba de embestirla con mi chota venosa, cuando veo que aparece un paisano a caballo que lentamente se va arrimando a la camioneta...
Se queda detenido mirando la escena con asombro y en silencio, desde el caballo. La situación despertó mi imaginación, agarré a la trolita de los pelos y la hice bajar de la camioneta, así, en pelotas. la apoyé en el caballo, y de una estocada le metía la verga en el orto mientras saludaba al paisano...
La putita ahogaba su llanto de dolor y placer en el lomo del caballo, que al igual que el paisano comenzaba a excitarse.
El gaucho peló una pija descomunal y el caballo fue estirando una chota de 30 cm como jamás había visto. Bombeé carne venosa en su orto empapado y dilatado, mientras la obligaba a pajear al paisano..
- Dale putita, querías sensaciones nuevas?, acá tenés...- le grité a oído
- Estas pendejas de capital son todas bien fáciles, no?- susurró el paisano mientras se armaba un cigarro lentamente mirando su verga inflamarse con los masajes espasmódicos de la turrita de 19 añitos.
- Quiere culearla maestro? - le propuse generosamente...
Ni lerdo ni perezoso el gaucho desensilló y se la puso en la conchita rosada, de frente. la estábamos empernando sin descanso, las dos barras taladraban sus agujeros. El pingo estaba cada vez más excitado y su barra era descomunal.
- Alguna vez probaste pija de caballo, trolita?- susurré babeando su oreja...
- Ahhhh, nohhh, ahhh....!
-Ya la vas a probar- prometí mientras se la sacaba del culo y se la metía en la concha depilada, junto a la chota del paisano, las dos pijas friccionaban entre sí, pelando por llegar más profundo-
(Continuará... bah, si comentan y puntúan, continuará 😉 )
-Ahora vas a ver lo que es bueno turrita del orto... - le susurré sonriendo.
Bajé su asiento hasta casi tenerla recostada y la di vuelta, dejando su orto a la altura de mi lengua sedienta. Le bajé el short y la tanguita a la vez y empecé a escupirle ese agujero virgen y apretado, mientras recolectaba la baba con la punta de la lengua y le rodeaba el orto, lamiendo con desesperación.
La muy trola gemía despacio, entre lloriqueo y gozo...
Esa cola me volvía loco y cada vez se iba abriendo más invitando a una embestida. No tenía apuro, así que seguí lamiendo y escupiendo ese trasero maravilloso. A punto estaba de embestirla con mi chota venosa, cuando veo que aparece un paisano a caballo que lentamente se va arrimando a la camioneta...
Se queda detenido mirando la escena con asombro y en silencio, desde el caballo. La situación despertó mi imaginación, agarré a la trolita de los pelos y la hice bajar de la camioneta, así, en pelotas. la apoyé en el caballo, y de una estocada le metía la verga en el orto mientras saludaba al paisano...
La putita ahogaba su llanto de dolor y placer en el lomo del caballo, que al igual que el paisano comenzaba a excitarse.
El gaucho peló una pija descomunal y el caballo fue estirando una chota de 30 cm como jamás había visto. Bombeé carne venosa en su orto empapado y dilatado, mientras la obligaba a pajear al paisano..
- Dale putita, querías sensaciones nuevas?, acá tenés...- le grité a oído
- Estas pendejas de capital son todas bien fáciles, no?- susurró el paisano mientras se armaba un cigarro lentamente mirando su verga inflamarse con los masajes espasmódicos de la turrita de 19 añitos.
- Quiere culearla maestro? - le propuse generosamente...
Ni lerdo ni perezoso el gaucho desensilló y se la puso en la conchita rosada, de frente. la estábamos empernando sin descanso, las dos barras taladraban sus agujeros. El pingo estaba cada vez más excitado y su barra era descomunal.
- Alguna vez probaste pija de caballo, trolita?- susurré babeando su oreja...
- Ahhhh, nohhh, ahhh....!
-Ya la vas a probar- prometí mientras se la sacaba del culo y se la metía en la concha depilada, junto a la chota del paisano, las dos pijas friccionaban entre sí, pelando por llegar más profundo-
(Continuará... bah, si comentan y puntúan, continuará 😉 )
9 comentarios - Mi sumisa @lolita_9 (Episodio 2)