Hola. Quiero contarles una fantasía que le pedí a mi marido Fabi. Estábamos con él, caminando y viendo vidrieras, buscando algún regalito para mi por el día de la madre. Había unos zapatos re lindos, una blusa (que se lo pedí de regalo a mi hija, que no sea amarreta...), algo de música, libros... Pero lo más lindo lo ví en la calle. Se trataba de Teo, así se hacía llamar un senegalés que vendía relojes y baratijas en un pequeño puesto por la peatonal.
Ustedes saben que no me quejo de mi grandote hermoso, pero, cada tanto, quiero cambiar de menú. Y mi marido en ese sentido se la banca sin historias y me permite cada tanto probar alguna pija rica que ande por ahí, de la misma manera que yo le permito a mi marido que le entierre ese hermoso pedazo de carne a alguna otra mujer.
Lo cierto es que ya mi marido está gestionando el regalo, mi regalo, ese negro grande que le resulta casi imposible disimular su enorme pija, esa que provoca que, cuando lo menciono, babee.
El sábado a la noche me voy a preparar, tengo un corset negro sin estrenar para ponerme, una diminuta tanga negra haciendo juego, unos ajustadísimos jeans que marca mi femeneidad, y unos zapatos con tacos altísimos. Me voy a maquillar y perfumar para verme y oler como una verdadera puta en celo. Y la más puta!!!!!!
Y mi marido? Ahh... Que se yo? Sabrá que hacer... Se irá a la casa de mis suegros con el más chico de mis hijos y la nena se irá a bailar con el novio. Quiero la casa en exclusiva para mi negro y yo, nadie más
Seguramente lo voy a recibir dándole un apasionado beso, mordiéndo esos labios gruesos que se destacan de su rostro. Nuestras lenguas jugarán y beberé de su saliva, será la mejor bienvenida a mi sex toy. Al darme vuelta para ingresar me tomará de la cintura con brusquedad, nada de dulzura que para eso lo tengo a mi marido. Poseída le arrancaré la camisa soltándo sus botones hasta dejar su fibroso torso para morderlo y chuponearlo. Impaciente Teo querrá que me quite mis ajustados jeans, lo haré con dificultad para que, vencido por la impaciencia y la calentura, me empuje contra el sillón y me lo arranque de un tirón.
Tan solo con imaginarlo mi conchita se humedece y empiezo a tocarme...
Mi cola estará a la vista cubierta tan solo con la pequeña tanga a estrenar, será el trofeo de mi negro hermoso pero no mi único regalo... Me comerá mi conchita deliciosa y me hará acabar varias veces (me encanta que lo hagan, soy muy sensible a las lenguas masculinas), me dedicará un profundo beso negro hasta sentir su carnosa lengua dentro de mi ano. Después me tocará jugar a mi. Al desabrocharle el pantalón descubriré su descomunal pija. MAMITAAAAA!!!!!!! Bien firme me esperará para darle la debida atención. Quiero tragar cada uno de sus centímetros, jugar con su cabeza roja que se destaca por sobre el negro de su color, quiero beber de su nectar, quiero su semen ensuciando mi corset, ese que voy a usar solo para él.
Como buena amante no voy a dejar que esa pija preciosa decaiga, muy por el contrario, voy a limpiar cada gota de esperma y haré que con mis mamadas la mantenga bien firme. Me voy a acomodar y montaré esa pija de modo tal que valla hasta el fondo de mi ser, de dejarla prisionera dentro de mi sexo. Alocada, me moveré con ritmo, gritaré como una poseida, voy a gozar de esa buena cojida. Los gritos se van a escuchar hasta la calle y cada vecino se dará cuenta que me estarán cojiendo duro y parejo. Quiero que mi negro me llene de leche hasta saturar mi conchita, sin importarme nada. Y si quedo embarazada será el dulce recuerdo de una buena cojida que mi marido con resignación deberá aceptar.
Pero no me voy a conformar con eso, quiero que esa pija grandota, hermosa, carnosa y viril me rompa toda, me saque sangre de mi culo, quiero que mi cara se transforme al sentir cada centímetro de su masculinidad dentro de mi. Con mis piernas temblando, con mi cuerpo estremecido de dolor y placer, invadida por la lujuria y el desnfreno recibiré el bombeo a mi hermosa cola, que por una noche, por esa noche será toda de mi negro.
Esperaré desfallecer, con la leche chorreando de cada agujero, casi sin poder moverme de dolor, viendo partir a mi precioso regalo...
Ustedes saben que no me quejo de mi grandote hermoso, pero, cada tanto, quiero cambiar de menú. Y mi marido en ese sentido se la banca sin historias y me permite cada tanto probar alguna pija rica que ande por ahí, de la misma manera que yo le permito a mi marido que le entierre ese hermoso pedazo de carne a alguna otra mujer.
Lo cierto es que ya mi marido está gestionando el regalo, mi regalo, ese negro grande que le resulta casi imposible disimular su enorme pija, esa que provoca que, cuando lo menciono, babee.
El sábado a la noche me voy a preparar, tengo un corset negro sin estrenar para ponerme, una diminuta tanga negra haciendo juego, unos ajustadísimos jeans que marca mi femeneidad, y unos zapatos con tacos altísimos. Me voy a maquillar y perfumar para verme y oler como una verdadera puta en celo. Y la más puta!!!!!!
Y mi marido? Ahh... Que se yo? Sabrá que hacer... Se irá a la casa de mis suegros con el más chico de mis hijos y la nena se irá a bailar con el novio. Quiero la casa en exclusiva para mi negro y yo, nadie más
Seguramente lo voy a recibir dándole un apasionado beso, mordiéndo esos labios gruesos que se destacan de su rostro. Nuestras lenguas jugarán y beberé de su saliva, será la mejor bienvenida a mi sex toy. Al darme vuelta para ingresar me tomará de la cintura con brusquedad, nada de dulzura que para eso lo tengo a mi marido. Poseída le arrancaré la camisa soltándo sus botones hasta dejar su fibroso torso para morderlo y chuponearlo. Impaciente Teo querrá que me quite mis ajustados jeans, lo haré con dificultad para que, vencido por la impaciencia y la calentura, me empuje contra el sillón y me lo arranque de un tirón.
Tan solo con imaginarlo mi conchita se humedece y empiezo a tocarme...
Mi cola estará a la vista cubierta tan solo con la pequeña tanga a estrenar, será el trofeo de mi negro hermoso pero no mi único regalo... Me comerá mi conchita deliciosa y me hará acabar varias veces (me encanta que lo hagan, soy muy sensible a las lenguas masculinas), me dedicará un profundo beso negro hasta sentir su carnosa lengua dentro de mi ano. Después me tocará jugar a mi. Al desabrocharle el pantalón descubriré su descomunal pija. MAMITAAAAA!!!!!!! Bien firme me esperará para darle la debida atención. Quiero tragar cada uno de sus centímetros, jugar con su cabeza roja que se destaca por sobre el negro de su color, quiero beber de su nectar, quiero su semen ensuciando mi corset, ese que voy a usar solo para él.
Como buena amante no voy a dejar que esa pija preciosa decaiga, muy por el contrario, voy a limpiar cada gota de esperma y haré que con mis mamadas la mantenga bien firme. Me voy a acomodar y montaré esa pija de modo tal que valla hasta el fondo de mi ser, de dejarla prisionera dentro de mi sexo. Alocada, me moveré con ritmo, gritaré como una poseida, voy a gozar de esa buena cojida. Los gritos se van a escuchar hasta la calle y cada vecino se dará cuenta que me estarán cojiendo duro y parejo. Quiero que mi negro me llene de leche hasta saturar mi conchita, sin importarme nada. Y si quedo embarazada será el dulce recuerdo de una buena cojida que mi marido con resignación deberá aceptar.
Pero no me voy a conformar con eso, quiero que esa pija grandota, hermosa, carnosa y viril me rompa toda, me saque sangre de mi culo, quiero que mi cara se transforme al sentir cada centímetro de su masculinidad dentro de mi. Con mis piernas temblando, con mi cuerpo estremecido de dolor y placer, invadida por la lujuria y el desnfreno recibiré el bombeo a mi hermosa cola, que por una noche, por esa noche será toda de mi negro.
Esperaré desfallecer, con la leche chorreando de cada agujero, casi sin poder moverme de dolor, viendo partir a mi precioso regalo...
4 comentarios - Mi regalo del día de la madre
Espero que cuentes como salio todo!
Muy buen relato!
Gracias por compartir
q disfrutes tu regalo!