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Doble Penetracion Gay (Relato)

Como todos los días salí a caminar a la noche un poco para despejar la cabeza y otro poco para seguir cuidando mi cola.
Hace unos días vi como un vecino estaba siempre en la ventana y cada vez que me veía me saludaba, un tipo maduro (alrededor de los 50 años) muy bien cuidado, lindo cuerpo y agradable a la vista. Yo, por respeto le devolvía el saludo. Asi fueron varios días en que el me saludaba cuando yo pasaba y yo le devolvía el saludo.
Una tarde, volviendo de hacer unas compras lo veo lavando el auto, sin remera y en short de rugby; simplemente voy a decir que me vine encima cuando lo vi. Su cuerpo increíble, marcado a más no poder y su piel morocha y mojada me hicieron prender fuego, sus enormes brazos, su espalda grande, sus piernas fuertes. Un macho con todas las letras, maduro, morocho, velludo y a simple vista vigoroso y con toda la experiencia necesaria para hacer gozar a cualquiera.
Cuando paso junto a el, me saludo como las veces anteriores, me guiño el ojo y yo simplemente atine a saludarlo con la cabeza y disimular mi calentura.
Esa misma noche decidí volver a pasar por su casa pero esta vez, con la determinación de hablar e investigar si podía tener una chance de probar su piel, no hizo falta mucho protocolo, en cuanto el me vio me saludo y me acerque a saludarlo, cruzamos un par de palabras y me decidí a no perder mucho tiempo y le dije:
- Te vi lavando el auto y realmente no puedo parar de pensar en eso, quiero probar todo ese cuerpo. No me importa nada.
El me miro y me dijo:
- No veo porque me tuteas, odio que una putita como vos me venga a tutear porque acá mando yo. Y si, hace rato vengo viéndote pasar y sé que querés probar de esta pija y te vas a enamorar.
Me agarro de la nuca y me llevo hacia adentro de su casa, me tiro sobre el sillón. Me manosea la cola y me saco la ropa. Descubrió mi tanga y se volvió loco, bien chiquita, ajustadita a mi cola y yo simplemente no podía creer lo que me estaba pasando. Iba a probar a ese macho maduro que tanto me calentaba al verlo.
Me puso contra el sillón, se saco el cinturón y me ato las manos por detrás. No tenía dudas de que este macho sabía lo que hacía, sabía que hacer para hacer gozar a la perra que llevo dentro mío.
- ¡Ay! Papi quiero probar esa pija. Le dije.
Con su mano fuerte me dio una nalgada que me hizo poner colorada toda mi cola y me repitió que el mandaba ahí y que lo tenía que tratar con respeto porque él era mi amo y lo debía tratar como tal.
Siempre de espaldas a el, solo atinaba a gemir y desear sentir su pija dentro mio. El me corrió la tanga, me escupió mi hoyito y comenzó a chupármelo, jugaba con su lengua y me lubricaba, la metia y la sacaba. Lo escuchaba gemir y se notaba que le gustaba chupar un buen culo, no paraba de hacerlo y yo mas gemía.
Me acariciaba las piernas y apretaba mi cola contra su cara, hundía toda su cara sobre mi cola y me chupaba sin parar. Luego, simplemente se detuvo y me dio vuelta sobre el sillón, se desvistió y solo se dejo el bóxer y pude ver su enorme pedazo de carne.
Me agarro de la cabeza y me llevo hasta sus pezones, haciendo que se los chupe, que los muerda, que goce su cuerpo fibroso y marcado. Yo seguía sin poder tocarlo con las manos ya que me encontraba atado, el gozaba mientras yo jugaba con mi boca y su pecho velludo. Me agarro del pelo, me miró y saco su pija.
Apoyo la punta de su pija sobre mi boca y me la hizo probar de un solo bocado, llego hasta mi garganta y volvió a salir. Me tomo del pelo y volvió a metérmela hasta el fondo, sin piedad, hasta hacerme ahogar con ese enorme pedazo de carne. Solo podía atinar a tratar de aflojar la garganta para que entre toda pero aun asi era imposible no ahogarse con semejante pedazo de pija.
Me gustaba sentirme bien puta, estaba teniendo lo que tanto desee. Un macho maduro, con buen cuerpo y totalmente dispuesto a darme pija.
Mientras se la chupaba, me desato las manos y se acomodo en el sillón. Hizo que me arrodillara frente a él, mientras el solo disfrutaba como me comía su pija. Se notaba que le gustaba como lo hacía porque sus gemidos eran increíbles, y más caliente me ponía, lo hacía con más ganas porque solo quería verlo disfrutar.
Mientras se la chupaba, saco los forros que los guardaba en su billetera y lo abrió, lo dejo al costado del sillón mientras disfrutaba de mi boca. Me saco la pija de mi boca y se levanto del sillón, se coloco el forro y se puso detrás mio. Me agarro del cuello, mientras me apoyaba su pija contra mi cola y se movia haciéndomela sentir entre mis nalgas.
Me levanto la pierna y me la puse sobre el sillón, me tiro hacia adelante y se escupió la pija para lubricar un poco el preservativo. Se mojo los dedos y me los metió hasta el fondo, luego los comenzó a mover lentamente para dilatar mi cola que ya ardia de ganas. Me apoyo la pija de su pija en la cola y se deslizo hacia dentro mio…
Sus movimientos me encantaban, lo tan duro y hasta el fondo como me gusta, metia y sacaba su pija sin dejarme respirar. Me agarro de la cintura y comenzó a moverse mas violentamente, me encantaba, no podía dejar de gemir.
Me agarro de los hombros y me la metió hasta el fondo, me la había puesto toda y me hacia gritar y gemir de placer, sin parar me bombeaba mientras me pegaba unos golpes por la cola y por la cara y me decía que gritara si me gustaba como me cogía.
Saco su pija de mi culito, que bien dilatado estaba, se sentó en el sillón y me dio vuelta. Dándole la espalda, me sentó sobre su pija y comencé a cabalgar encima, mientras acariciaba sus huevos y el agarraba fuerte mi cola apretándola y mordiendo mi espalda.
No podía dejar de cabalgar y comerme toda esa hermosa pija, me pellizcaba las tetillas y mas putita me volvía.
Estábamos gozando los dos y lo podía sentir por lo dura que estaba su pija, los golpes que me daba por mi cola eran los de un hombre y me hacia gritar de placer mientras lo sentía adentro. En un momento, se abrió la puerta y apareció su hijo.
Nosotros, seguimos cogiendo porque el padre nunca se dio cuenta que su hijo nos estaba viendo y yo simplemente porque me excitaba como nos miraba, a los dos minutos se escucho:
- Papá! Que estas haciendo?
Y me saco de encima. Se levanto y salió detrás del hijo. Cinco minutos después regresaron los dos y yo aun seguía esperando. El padre me dijo que habían llegado a un acuerdo y que ahora iba a tener que comerme las dos pijas para quedar todos contentos.
El padre se volvió a acomodar sobre el sillón, mientras yo volví a sentarme sobre su pija, el hijo se desnudo en un solo instante y su pija ya estaba preparada para ir dentro de mi boca. La tome con mis manos y comencé a jugar con mi lengua hasta comérmela toda.
El hijo, con un lomo increíble y marcado simplemente envidiable y pude notar que todo eso era parte de los genes, se mojo increíblemente rápido en mi boca y yo no quería parar de chupar.
El padre me ponía su enorme pija en mi cola hasta el fondo, mientras su hijo me cogía por la boca. Luego de un momento cambiamos de posición, era el turno de que el hijo me dé su hermosa pija por mi colita totalmente dilatada. Me levanto en sus brazos, tomándome de las piernas y me comenzó a coger de parado, mientras yo me agarraba de sus enormes brazos y el padre me tomaba por detrás y me gritaba cosas al oído.
Apoyándome sobre el sillón, puso mis pies sobre su hombro y siguió cogiéndome con fuerza y sin parar, el padre apretaba mis tetillas mientras se pajeaba viendo como su hijo me hacia la cola.
Volvimos a la posición inicial, aunque esta vez el hijo se sentó en el sillón y yo mirándolo a él mientras cabalgaba sobre su pija, no podía parar estaba gozando completamente, el padre simplemente se puso detrás de mí y en un momento sentí como hizo entrar su pija dentro. Increíblemente estaba recibiendo una doble penetración de padre e hijo, comenzaron a moverse tan violentamente que tuve que pedir que pararan porque el placer comenzaba a convertirse en dolor.
El hijo me abrazo, haciendo que mi cola quede bien hacia atrás y el padre volvió a meterme su pija, y comenzaron a cogerme entre los dos, estuvieron moviéndose dentro mío por un buen rato, haciéndome gozar y gritar de placer.
El padre dice que tenía ganas de acabar y el hijo asintió con la cabeza, me tomo del cabello y me hizo arrodillar frente a su pija mientras se pajeaba con fuerza. El hijo hacia lo mismo mientras yo me metía mis dedos en mi cola totalmente dilatada. Sentía venir su leche sobre mi y no me había equivocado primero el padre me lleno la carita de leche y luego el hijo, ambos gritando de placer mientras sacudían su pija frente a mi cara y pasando su pija por mis labios.
Yo solo atine a tocarme un poco mas y acabe al instante, totalmente satisfecho del trabajo hecho y feliz por haber cumplido otra fantasía sexual.

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