Esto pasó hace un par de años, cuando estaba mi abuela internada bastante jodida. Si conocen algo de la Zona Sur del Gran Bs. As. tal vez les suene el nombre del Hospital; el Oñativia de Calzada. La Abu llevaba varios días allí, esa tarde me tocaba cuidarla a mi y las horas se hacían un chicle en el hospital.
Ella dormía porque le indujeron una sedación constante, yo leía, jugaba a los juegos del celular, escribía, etc. Lo que sea para matar el aburrimiento un rato. Era febrero y el calor era asfixiante y el aire acondicionado NO andaba, como en todos los hospitales.
Esa tarde vinieron dos enfermeras a cambiarla con las que nunca había coincidido, me llamó la atención una de ellas morocha muy simpática, madurita tentadora y con unas tetas increíbles, grandes y muy tiesas. No se si ellas lo notaron, jeje, me lo pregunté el resto de esa tarde, pero cuando salieron no pude quitar mi mirada de esas gomas, quedé como embobado.
Más tarde volvió esta enfermera, venía a cambiar de postura a mi abuela y me ofrecí a ayudarla. Mientras lo hacíamos no perdí oportunidad de rozarme con sus tetas y creo que ella se dio cuenta pero tampoco hizo nada por que no ocurriera.
Noté sus pezones duros al rozarme, los tenía tan duros que se le marcaban bajo el uniforme. Cuando terminamos de acomodar a la Abu, me sonrió y me dio las gracias y yo a ella.
- Hasta lueguito papi! .-Se despidió con esa forma de hablar tan confianzuda que tienen algunas enfermeras.
La verdad que la mina llegó a ponerme duro y no podía quitarla de mi cabeza y de otros sitios. Casi a las 9 llegó mi hermana a sustituirme, esa noche se quedaba ella. Nos saludamos, le di las nuevas noticias, le comenté el parte médico y me fuí.
Al salir por el pasillo me crucé con ella, con la morocha infernal. Nos miramos sonriendo y la saludé con un hasta mañana, pero me dijo;
- No papi, mañana no creo. Porque mañana estoy de noche.- Aclaró.
-Que casualidad.- Reaccioné al toque.- Yo también vengo a la noche!.-Le guiñé un ojo.
- Nos vemos entonces.- Me dijo con un brillito en esos ojos que me agarrotó la pija.
Se dió media vuelta y se fue zarandeando el orto, a sabiendas de que yo la devoraba con los ojos.
Inmediatamente agarré el celular y me puse a cambiar los turnos para coincidir con ella, Total, yo estaba de vacaciones en el laburo y nadie sospechó nada raro. Asi que la próxima noche la haría yo.
Cuando al día siguiente fui a hacer el turno de noche, vi que la señora de la cama de al lado no estaba, me contaron que la habían bajado a operar aquella tarde. Se fueron todos y me quedé solo con la Abu.
Hacía un calor asfixiante, preparé una vieja silla media oxidada, me senté acomodando los pies en la parte de atrás de la cama, donde están las manivelas para cambiar de posición, y me dispuse a dormir un rato pensando en la enfermerita de la tarde anterior.
A eso de las 12 de la noche entraron y una era ella! Me saludó y al salir me deseó buena noche, pensé que buena noche sería si la pasase garchando con ella, me pareció que al salir otra vez se fue meneando el culo de manera muy atrevida.
Me hizo excitar tanto que se me fue el sueño. Imposible pegar un ojo con el calor y pensando en aquella mina. Me acaricié la verga por encima de la bermuda, estaba al palo mal.
En la habitación había dos camas, un bañito incómodo y pequeño, con un inodoro, lavatorio y una ducha. Me mojaba la cabeza y la nuca con agua fresca a cada rato.
A eso de la 1 entró en la habitación, me vio despierto, me dijo que venía a ver que tal estaba mi abuela, si estaban bien los sueros, le tomó la presión y completó una carpeta con algunos datos.
Me contó que estaba haciendo la ronda y quiso saber que por que no dormía, que mi abuela estaba bien y ella pasaría a cada rato. Le contesté que hacía mucho calor y estaba insomne y que no podía.
- Sí, hace muchísimo calor.- Dijo.- Deberías haberte traído un turbo o un ventilador, porque si no, no se aguanta. Si a eso le sumas el calor de calle... Mírame a mí, me tuve que sacar hasta lo que llevaba debajo!
No supe bien a que se refería pero preferí imaginarme que estaba sin corpiño ni bombachita y la verdad no pude evitar sentir un latigazo en mi bragueta.
En eso la miré y en la penumbra de la habitación, solo con la luz del pasillo creí adivinar que no llevaba corpiño. Bien marcaditos tenía los timbres la hija de puta! Esas tetas duras y el escote generoso me animaron a mas.
- Si necesitas algo toca el timbre.-Me dijo ella con esa sonrisa gatuna.
- Ah si! Ya que lo decís...- Reaccioné veloz como un rayo.- no se como va el sistema ese del baño. (La mochila del toilet estaba rota y había que tirar el agua a mano, yo sabía como hacerlo, pero me hice el pelotudo)
- ¿Cual? A ver, mostrame papi.- Me dijo dirigiéndose hacía el sanitario, yo la seguí.
- No se puede tirar la cadena.- Le respondí.
- Veni.- Me llamó .- Entra conmigo y mostrame.
Tuve que tragarme el hilo de baba que se me quería escapar por la comisura de los labios, ya que su ir era de gata, de putita que pide pija, mecía ese culo de un lado hacia otro como para dejar en claro que sabía muy bien como moverlo y prenderle fuego a cualquier chabón.
No podía creer que nos estábamos metiendo en el baño juntos! La puta noche estaba poniéndose buena, los astros me sonreían. Al entrar a ese mínimo toilet, me noté totalmente empalmado.
- Cerrá la puerta para no molestar a tu abuela con la luz.- me dijo.
Ahí adentro apenas nos podíamos mover los dos, e inevitablemente se topó con mi bulto. Se puso de espaldas a mí, con su culo pegado a mi poronga y sin apartarlo lo frotaba, mientras me explicaba como funcionaba aquello.
- Esto se hace asi papi.- Me dijo sin despegarme ese culo. Mi poronga se había acomodado entre esas nalgas y era imposible que no lo notara.
- Cómo?.-Pregunté mandando mi brazo por debajo del suyo, rozándole descaradamente las tetas para meter la mano en la mochila del inodoro, donde ella tenía su mano.
- Asi papi, agarra y levanta este plástico.-Me susurró.
Maniobré a propósito con torpeza para rozarle mas la teta con le antebrazo.
Ella apoyó ambas manos en los azulejos y tiró el culo atrás.
Yo no me aparté ni medio centímetro. Seguí refregando mi verga muy dura y excitada contra aquel culo. Su voz cambió y noté que estábamos en igualdad de condiciones; ambos calientes.
Se hizo un silencio. Ella entrecerró los ojos. Los dos nos movíamos al unísono,
Desde atrás metí mis manos bajo la camisa del uniforme y descubrí que efectivamente se había quitado el corpiño.
Mis dedos enseguida se encontraron con esas terribles tetas, con unos pezones grandes y duros que empecé a acariciar, a sobar, mientras ella seguía frotando su culo contra mi pija y gozaba;
- Mmmmmhhhh... Ahhhmmm... Hhhmmmmm!
Metí mis manos por la cintura de su pantalón para empezar a bajarlo cuando se dió vuelta rápidamente, me dijo que esperara mientras me besaba en la boca, estuvimos dándonos unos grandes y terribles lengüetazos, en medio de los cuales, ella aprovechó para acariciar mi verga con toda la palma de su mano, de una manera que casi me hace acabar.
Enseguida abrió la puerta del baño y salió. Yo no sabía que iba a hacer, así que empalmado como un burro me quedé ahí, mirándola.
Abrió la puerta, colgó algo del picaporte del lado de afuera y la volvió a cerrar poniendo la traba. Supuse que esa era la contraseña cuando se estaban echando un polvo en alguna habitación, jejeje!
En voz baja me dice que saliera. Me agarró de la mano y me llevó hasta la cama vacía. Le mandé mano al orto, sobándoselo con ganas. Paramos junto a la cama vacía, ahí me soltó las bermudas, bajándomelas de una junto al calzoncillo.
Me sentó en el borde de la cama y abriéndose la camisa de su uniforme para que pudiese contemplar y sobar sus preciosas tetas, se arrodilló y empezó a chupar y lamer mi chota como una desesperada.
Se la sacaba de la boca, la miraba como a un chiche nuevo, y le recorría con su lengua todas esas venitas, esos pliegues de piel que tenia alrededor de la cabeza. Yo deliraba. Le acaricié la cabeza, susurrándole:
- Ahhhh! Aseee mamita!.-Solté mientras miraba mi verga perderse en su boca una y otra vez.
Ella bajó hasta las bolas y se metió toda la piel de mis huevos en la boca, los saboreaba todos, y vuelta a felarme, a darle chupones, el ruido a pete bien mojado me excitaba cada vez mas.
Estaba mas que caliente, y en una posición incómoda. Quería ser mas que un mero espectador. Me estiraba para tocarla, apenas podían mis manos apretar y sobar aquel par de tetas, traté de jugar con esos pezones grandes y duros, mientras me mamaba la verga a punto de reventar.
- Te gusta papi?.-Preguntó mientras su lengua recorría el tronco y salivaba el glande.-Viste como te atendemos aca?.- Agregó pajeándome con bríos.
- Me vas a hacer acabar mi amor, pará por favor...-Le rogué.
De una paró, le encajó un beso, se puso de pie y empezó a bajarse el pantalón del pijama descubriendo una pequeña tanga negra que me encantó. Tenía el culo medio caído, con algunas marquitas de estrías y arruguitas, pero todavía muy comestible.
Las tetas se bamboleaban de lo lindo. Se las agarró con ambas manos, ofreciéndomelas:
- Te gustan papi? Decime que te volvieron loquito desde que me viste la primera vez!
-Seeee!.-Respondí con la voz ronca de calentura.- Me volvés loco con ese par de tetas y ese ojete que me zarandeás cada vez que podés nena!
Se cagó de risa y me comió la boca. El manoseo era infernal de ambos lados. Mi mano fue a buscar la cachucha de una, y pasando a través de un pequeño cúmulo de pendejos, ya que se depilaba dejándose un "bigotito", noté los labios mojados y abiertos.
Me agarró del cabello y me puso a mamar sus tetas. Una delicia! Pezones enormes, suaves, re chupables.
- Mmmmmhhh... Si, si, si, así papi! .-Gozaba la yegüa.
Chupé esas gomas un buen rato, mientras ella me metió mano y me frotaba con dos deditos la babosa cabeza de la verga. Me volvía loco!
Me arrodillé, y mi boca se hundió en su conchita. Ella abrió las gambas para que pudiera lamerla mejor, se fue sentando en la cama, se apoyó apenas con el orto en el borde, dejándome su concha abierta a merced de mi boca.
Mi lengua se abría paso entre sus labios carnosos, saboreando los jugos que salían, hasta que encontré su clítoris duro y excitado. Mi boca jugaba con el, frotaba mis labios, lamía despacio y aceleraba.
Metía la nariz entre esos palpitantes labios vaginales, aspirando ese aroma a hembra en celo, a sexo puro, sintiendo como iba jadeando cada vez más.
Estaba excitada y caliente, me empujaba con mayor fuerza
- Ahmmmmmmmmmmmm!!! Mmmmmmmhhh!!!.-Se mordía los labios acabando. Tembló la hembra con mi jeta enterrada entre sus patas, largando jugos, cambiando el sabor de esa cajeta. La veterana era increíble, mi poronga estaba petrificada y aún faltaba mas!
Seguí lamiendo y saboreando el nuevo sabor de esa concha, ella se debatía en estertores y grititos, tirada en la cama, empujando mi cabeza hacia su sexo.. Se sacudía bruscamente, como atravesada por descargas eléctricas.
Tardó en recuperarse unos momentos, hasta que al fin sacó mi cara de su argolla y me dijo
– Vení papito, que esperás? Me vas a coger? Me vas a dar tu lechita?
Una cosa es escribirlo y otra cosa es escucharlo. Ese modo en el que me lo dijo, esa voz de putita hambrienta, que descoloca, que estremece al oírla. Debo describir la escena como merece, para dar una idea cabal de como me puse esa infernal enfermera.
Porque era verla hablándome, rogándome, con la lengua mojando los labios y los dedos pellizcando su pezón, abierta de piernas, con la concha hecha sopa y oliendo a sexo... Ese aroma que me pierde irremediablemente...
Rápidamente nos acomodamos bien en la cama, me coloqué sobre ella, patita al hombro, con mi verga buscando aquella cachucha abierta, caliente y húmeda.
Ella con su mano me dirigió hacia la entrada, al toque noté la humedad y el calor en mi sable mientras iba entrando en ella despacio. Le metí la cabeza y esperé. Se la saqué, y ella protestó. Estaba jugueteando, quería hacerla hervir de calentura.
Pero ella estaba alzada al mango y en eso pegó un empujón con sus caderas y mi verga se clavó entera en ella, mientras sus tetas se balanceaban al ritmo de nuestras embestidas.
Entraba y salía mi pija de aquella cueva caliente que chorreaba jugos y sentí su jadear cada vez más fuerte, cada vez más seguido, le dí bomba y boma un buen rato, haciendo estrellar mis huevos contra su culo cada vez que me enterraba dentro de ella.
- Ahhhh! Siii! Ahhh!!! Ahhhh! Ah!!! Ahhhhhhh!.-Deliraba la enfermera putita.
- Te gusta mami? Donde querés la leche corazón?.-Le pregunté agitado.
Estábamos los dos a punto de acabar cuando un grito ahogado de ella no la dejó responder. Me dí cuenta que la hija de puta estaba acabando y su carita de goce fue demasiado, ahí nomás le mandé un chorro tras otro de leche, toda adentro, inundándola con mi orgasmo.
Caí sobre ella sintiendo sus pezones clavarse en mi pecho y nos besamos, nos morreamos, comiéndonos la boca y saboreándonos uno el sexo del otro. Que ricos son esos besos con olor a concha y pija!
Permanecimos asi un rato. Sus piernas en mis hombros, mi dedo en su boca, mi verga deshinchándose en su argolla.
Nos pusimos cómodos. En la penumbra pude ver como al sacar la pija la leche brotó de su zanja. Nos volvimos a abrazar, besándonos, metí mi mano entre sus muslos y acaricié su conchita, empapándome los dedos de esa mezcla de sus jugos y mi leche.
Se separó dándome un beso, y comenzó a vestirse.
- Me tengo que ir papi...Qué lástima! Me dejaste hecha una sedita!.-Suspiró.
- Qué cagada nena! Te paso mi celu, podemos arreglar para vernos si?.- Le dije.
- Dale! Soy Mónica, jijiji, ni mi nombre te dije y ya te eché un polvo ché! Qué vas a pensar de mi?.-Exclamó.
- Voy a pensar que sos calentona igual que yo Moni! Me encantás, sos una Diosa!.-La elogié.
Me volvió a besar, intercambiamos celulares y se despidió diciéndome que debía seguir su ronda. Más tarde sobre las 6 volvieron ella y otra auxiliar, yo estaba sentado leyendo el diario. Con la emoción de la cogida se me fue el sueño y estaba pila-pila. Al pasar, Mónica me miro y sonrió, yo me puse al palo de sólo verla, y creo que ella se dió cuenta. Le oí decirle a la compañera;
-Anda que yo termino acá.- Y le guiñó un ojo!
Me levanté y mientras ella estaba arreglando las sábanas metí mis manos bajo la camisola y acaricié sus tetas, ella ni lerda ni perezosa pegó su culo a mi poronga restregándolo y diciendo: –¿Todavía querés mas papi? Sos tremendo!.- Y se rió.
Noté ponerse duros sus pezones de nuevo, bajé mis manos comenzando a bajar el pantalón y dejar aquel culo al aire. Ella mientras seguía con su trabajo, pero me dijo
–Pará que ya perdí mucho tiempo y ahora nos pueden ver pá...
La abracé de la cintura y la llevé hacia el baño. No opuso resistencia, una vez adentro del bañito, nos comimos la boca desesperados, chuponeándonos y manoseándonos como salvajes.
- Enseñame como usar la mochila para tirar agua .- Le dije con tono pícaro.
Entendió de una. Se dió vuelta y me apoyó el orto sobre la pija. Le bajé los pantalones hasta la rodilla, metí mi mano entre sus muslos por debajo de la tanga que se hundía en su culo notando su cachucha mojada de nuevo.
Saqué la verga de mi pantalón, se me había puesto durísima y busqué su agujero.
Quería hacerle el ojete, pero me dijo;
- El culo te lo doy si me llevas a un telo y me enfiestás con champagne y un hidromasaje papito!.-Propuso ella.
- Ok bebe, quedamos así. Vamos a ir a un telo y me entregás el orto!.-Exclamé.
La acomodé y se la clavé en la argolla. Moviendo su culo a todo tren, me decía
–Rápido papi, acabá rápido que puede venir la camarera a traer el desayuno.
La muy putita prácticamente se la clavaba sola, embistiéndome con violencia, a la vez que con su mano se tocaba y se masturbaba hasta que empezó de nuevo a jadear y yo también.
- Mhhhhhhh! Mmmmmhhhhh! Ahhhhhhhhhhh!!!
Acabó tremendamente. Las contracciones de su vagina apretaban mi verga sin piedad. Se retorcía toda y ya no pude mas, la llené de nuevo, esta vez desde atrás prendido a sus ubres como ternero guacho jajaja!
Se volvió subiéndose el pantalón, me dio un beso y dijo:
- Ay loquito! Ya te extraño! Mandame mensajito papito! .-Me pidió poniendo trompita.
- Si mi amor! Arreglamos para ese regalito que me debes! .-Le dije pícaro.
Otro beso y se fue de nuevo meneando el ojete.
Al contrario de todos los organismos estatales, que buen servicio tiene el Oñativia!
Ella dormía porque le indujeron una sedación constante, yo leía, jugaba a los juegos del celular, escribía, etc. Lo que sea para matar el aburrimiento un rato. Era febrero y el calor era asfixiante y el aire acondicionado NO andaba, como en todos los hospitales.
Esa tarde vinieron dos enfermeras a cambiarla con las que nunca había coincidido, me llamó la atención una de ellas morocha muy simpática, madurita tentadora y con unas tetas increíbles, grandes y muy tiesas. No se si ellas lo notaron, jeje, me lo pregunté el resto de esa tarde, pero cuando salieron no pude quitar mi mirada de esas gomas, quedé como embobado.
Más tarde volvió esta enfermera, venía a cambiar de postura a mi abuela y me ofrecí a ayudarla. Mientras lo hacíamos no perdí oportunidad de rozarme con sus tetas y creo que ella se dio cuenta pero tampoco hizo nada por que no ocurriera.
Noté sus pezones duros al rozarme, los tenía tan duros que se le marcaban bajo el uniforme. Cuando terminamos de acomodar a la Abu, me sonrió y me dio las gracias y yo a ella.
- Hasta lueguito papi! .-Se despidió con esa forma de hablar tan confianzuda que tienen algunas enfermeras.
La verdad que la mina llegó a ponerme duro y no podía quitarla de mi cabeza y de otros sitios. Casi a las 9 llegó mi hermana a sustituirme, esa noche se quedaba ella. Nos saludamos, le di las nuevas noticias, le comenté el parte médico y me fuí.
Al salir por el pasillo me crucé con ella, con la morocha infernal. Nos miramos sonriendo y la saludé con un hasta mañana, pero me dijo;
- No papi, mañana no creo. Porque mañana estoy de noche.- Aclaró.
-Que casualidad.- Reaccioné al toque.- Yo también vengo a la noche!.-Le guiñé un ojo.
- Nos vemos entonces.- Me dijo con un brillito en esos ojos que me agarrotó la pija.
Se dió media vuelta y se fue zarandeando el orto, a sabiendas de que yo la devoraba con los ojos.
Inmediatamente agarré el celular y me puse a cambiar los turnos para coincidir con ella, Total, yo estaba de vacaciones en el laburo y nadie sospechó nada raro. Asi que la próxima noche la haría yo.
Cuando al día siguiente fui a hacer el turno de noche, vi que la señora de la cama de al lado no estaba, me contaron que la habían bajado a operar aquella tarde. Se fueron todos y me quedé solo con la Abu.
Hacía un calor asfixiante, preparé una vieja silla media oxidada, me senté acomodando los pies en la parte de atrás de la cama, donde están las manivelas para cambiar de posición, y me dispuse a dormir un rato pensando en la enfermerita de la tarde anterior.
A eso de las 12 de la noche entraron y una era ella! Me saludó y al salir me deseó buena noche, pensé que buena noche sería si la pasase garchando con ella, me pareció que al salir otra vez se fue meneando el culo de manera muy atrevida.
Me hizo excitar tanto que se me fue el sueño. Imposible pegar un ojo con el calor y pensando en aquella mina. Me acaricié la verga por encima de la bermuda, estaba al palo mal.
En la habitación había dos camas, un bañito incómodo y pequeño, con un inodoro, lavatorio y una ducha. Me mojaba la cabeza y la nuca con agua fresca a cada rato.
A eso de la 1 entró en la habitación, me vio despierto, me dijo que venía a ver que tal estaba mi abuela, si estaban bien los sueros, le tomó la presión y completó una carpeta con algunos datos.
Me contó que estaba haciendo la ronda y quiso saber que por que no dormía, que mi abuela estaba bien y ella pasaría a cada rato. Le contesté que hacía mucho calor y estaba insomne y que no podía.
- Sí, hace muchísimo calor.- Dijo.- Deberías haberte traído un turbo o un ventilador, porque si no, no se aguanta. Si a eso le sumas el calor de calle... Mírame a mí, me tuve que sacar hasta lo que llevaba debajo!
No supe bien a que se refería pero preferí imaginarme que estaba sin corpiño ni bombachita y la verdad no pude evitar sentir un latigazo en mi bragueta.
En eso la miré y en la penumbra de la habitación, solo con la luz del pasillo creí adivinar que no llevaba corpiño. Bien marcaditos tenía los timbres la hija de puta! Esas tetas duras y el escote generoso me animaron a mas.
- Si necesitas algo toca el timbre.-Me dijo ella con esa sonrisa gatuna.
- Ah si! Ya que lo decís...- Reaccioné veloz como un rayo.- no se como va el sistema ese del baño. (La mochila del toilet estaba rota y había que tirar el agua a mano, yo sabía como hacerlo, pero me hice el pelotudo)
- ¿Cual? A ver, mostrame papi.- Me dijo dirigiéndose hacía el sanitario, yo la seguí.
- No se puede tirar la cadena.- Le respondí.
- Veni.- Me llamó .- Entra conmigo y mostrame.
Tuve que tragarme el hilo de baba que se me quería escapar por la comisura de los labios, ya que su ir era de gata, de putita que pide pija, mecía ese culo de un lado hacia otro como para dejar en claro que sabía muy bien como moverlo y prenderle fuego a cualquier chabón.
No podía creer que nos estábamos metiendo en el baño juntos! La puta noche estaba poniéndose buena, los astros me sonreían. Al entrar a ese mínimo toilet, me noté totalmente empalmado.
- Cerrá la puerta para no molestar a tu abuela con la luz.- me dijo.
Ahí adentro apenas nos podíamos mover los dos, e inevitablemente se topó con mi bulto. Se puso de espaldas a mí, con su culo pegado a mi poronga y sin apartarlo lo frotaba, mientras me explicaba como funcionaba aquello.
- Esto se hace asi papi.- Me dijo sin despegarme ese culo. Mi poronga se había acomodado entre esas nalgas y era imposible que no lo notara.
- Cómo?.-Pregunté mandando mi brazo por debajo del suyo, rozándole descaradamente las tetas para meter la mano en la mochila del inodoro, donde ella tenía su mano.
- Asi papi, agarra y levanta este plástico.-Me susurró.
Maniobré a propósito con torpeza para rozarle mas la teta con le antebrazo.
Ella apoyó ambas manos en los azulejos y tiró el culo atrás.
Yo no me aparté ni medio centímetro. Seguí refregando mi verga muy dura y excitada contra aquel culo. Su voz cambió y noté que estábamos en igualdad de condiciones; ambos calientes.
Se hizo un silencio. Ella entrecerró los ojos. Los dos nos movíamos al unísono,
Desde atrás metí mis manos bajo la camisa del uniforme y descubrí que efectivamente se había quitado el corpiño.
Mis dedos enseguida se encontraron con esas terribles tetas, con unos pezones grandes y duros que empecé a acariciar, a sobar, mientras ella seguía frotando su culo contra mi pija y gozaba;
- Mmmmmhhhh... Ahhhmmm... Hhhmmmmm!
Metí mis manos por la cintura de su pantalón para empezar a bajarlo cuando se dió vuelta rápidamente, me dijo que esperara mientras me besaba en la boca, estuvimos dándonos unos grandes y terribles lengüetazos, en medio de los cuales, ella aprovechó para acariciar mi verga con toda la palma de su mano, de una manera que casi me hace acabar.
Enseguida abrió la puerta del baño y salió. Yo no sabía que iba a hacer, así que empalmado como un burro me quedé ahí, mirándola.
Abrió la puerta, colgó algo del picaporte del lado de afuera y la volvió a cerrar poniendo la traba. Supuse que esa era la contraseña cuando se estaban echando un polvo en alguna habitación, jejeje!
En voz baja me dice que saliera. Me agarró de la mano y me llevó hasta la cama vacía. Le mandé mano al orto, sobándoselo con ganas. Paramos junto a la cama vacía, ahí me soltó las bermudas, bajándomelas de una junto al calzoncillo.
Me sentó en el borde de la cama y abriéndose la camisa de su uniforme para que pudiese contemplar y sobar sus preciosas tetas, se arrodilló y empezó a chupar y lamer mi chota como una desesperada.
Se la sacaba de la boca, la miraba como a un chiche nuevo, y le recorría con su lengua todas esas venitas, esos pliegues de piel que tenia alrededor de la cabeza. Yo deliraba. Le acaricié la cabeza, susurrándole:
- Ahhhh! Aseee mamita!.-Solté mientras miraba mi verga perderse en su boca una y otra vez.
Ella bajó hasta las bolas y se metió toda la piel de mis huevos en la boca, los saboreaba todos, y vuelta a felarme, a darle chupones, el ruido a pete bien mojado me excitaba cada vez mas.
Estaba mas que caliente, y en una posición incómoda. Quería ser mas que un mero espectador. Me estiraba para tocarla, apenas podían mis manos apretar y sobar aquel par de tetas, traté de jugar con esos pezones grandes y duros, mientras me mamaba la verga a punto de reventar.
- Te gusta papi?.-Preguntó mientras su lengua recorría el tronco y salivaba el glande.-Viste como te atendemos aca?.- Agregó pajeándome con bríos.
- Me vas a hacer acabar mi amor, pará por favor...-Le rogué.
De una paró, le encajó un beso, se puso de pie y empezó a bajarse el pantalón del pijama descubriendo una pequeña tanga negra que me encantó. Tenía el culo medio caído, con algunas marquitas de estrías y arruguitas, pero todavía muy comestible.
Las tetas se bamboleaban de lo lindo. Se las agarró con ambas manos, ofreciéndomelas:
- Te gustan papi? Decime que te volvieron loquito desde que me viste la primera vez!
-Seeee!.-Respondí con la voz ronca de calentura.- Me volvés loco con ese par de tetas y ese ojete que me zarandeás cada vez que podés nena!
Se cagó de risa y me comió la boca. El manoseo era infernal de ambos lados. Mi mano fue a buscar la cachucha de una, y pasando a través de un pequeño cúmulo de pendejos, ya que se depilaba dejándose un "bigotito", noté los labios mojados y abiertos.
Me agarró del cabello y me puso a mamar sus tetas. Una delicia! Pezones enormes, suaves, re chupables.
- Mmmmmhhh... Si, si, si, así papi! .-Gozaba la yegüa.
Chupé esas gomas un buen rato, mientras ella me metió mano y me frotaba con dos deditos la babosa cabeza de la verga. Me volvía loco!
Me arrodillé, y mi boca se hundió en su conchita. Ella abrió las gambas para que pudiera lamerla mejor, se fue sentando en la cama, se apoyó apenas con el orto en el borde, dejándome su concha abierta a merced de mi boca.
Mi lengua se abría paso entre sus labios carnosos, saboreando los jugos que salían, hasta que encontré su clítoris duro y excitado. Mi boca jugaba con el, frotaba mis labios, lamía despacio y aceleraba.
Metía la nariz entre esos palpitantes labios vaginales, aspirando ese aroma a hembra en celo, a sexo puro, sintiendo como iba jadeando cada vez más.
Estaba excitada y caliente, me empujaba con mayor fuerza
- Ahmmmmmmmmmmmm!!! Mmmmmmmhhh!!!.-Se mordía los labios acabando. Tembló la hembra con mi jeta enterrada entre sus patas, largando jugos, cambiando el sabor de esa cajeta. La veterana era increíble, mi poronga estaba petrificada y aún faltaba mas!
Seguí lamiendo y saboreando el nuevo sabor de esa concha, ella se debatía en estertores y grititos, tirada en la cama, empujando mi cabeza hacia su sexo.. Se sacudía bruscamente, como atravesada por descargas eléctricas.
Tardó en recuperarse unos momentos, hasta que al fin sacó mi cara de su argolla y me dijo
– Vení papito, que esperás? Me vas a coger? Me vas a dar tu lechita?
Una cosa es escribirlo y otra cosa es escucharlo. Ese modo en el que me lo dijo, esa voz de putita hambrienta, que descoloca, que estremece al oírla. Debo describir la escena como merece, para dar una idea cabal de como me puse esa infernal enfermera.
Porque era verla hablándome, rogándome, con la lengua mojando los labios y los dedos pellizcando su pezón, abierta de piernas, con la concha hecha sopa y oliendo a sexo... Ese aroma que me pierde irremediablemente...
Rápidamente nos acomodamos bien en la cama, me coloqué sobre ella, patita al hombro, con mi verga buscando aquella cachucha abierta, caliente y húmeda.
Ella con su mano me dirigió hacia la entrada, al toque noté la humedad y el calor en mi sable mientras iba entrando en ella despacio. Le metí la cabeza y esperé. Se la saqué, y ella protestó. Estaba jugueteando, quería hacerla hervir de calentura.
Pero ella estaba alzada al mango y en eso pegó un empujón con sus caderas y mi verga se clavó entera en ella, mientras sus tetas se balanceaban al ritmo de nuestras embestidas.
Entraba y salía mi pija de aquella cueva caliente que chorreaba jugos y sentí su jadear cada vez más fuerte, cada vez más seguido, le dí bomba y boma un buen rato, haciendo estrellar mis huevos contra su culo cada vez que me enterraba dentro de ella.
- Ahhhh! Siii! Ahhh!!! Ahhhh! Ah!!! Ahhhhhhh!.-Deliraba la enfermera putita.
- Te gusta mami? Donde querés la leche corazón?.-Le pregunté agitado.
Estábamos los dos a punto de acabar cuando un grito ahogado de ella no la dejó responder. Me dí cuenta que la hija de puta estaba acabando y su carita de goce fue demasiado, ahí nomás le mandé un chorro tras otro de leche, toda adentro, inundándola con mi orgasmo.
Caí sobre ella sintiendo sus pezones clavarse en mi pecho y nos besamos, nos morreamos, comiéndonos la boca y saboreándonos uno el sexo del otro. Que ricos son esos besos con olor a concha y pija!
Permanecimos asi un rato. Sus piernas en mis hombros, mi dedo en su boca, mi verga deshinchándose en su argolla.
Nos pusimos cómodos. En la penumbra pude ver como al sacar la pija la leche brotó de su zanja. Nos volvimos a abrazar, besándonos, metí mi mano entre sus muslos y acaricié su conchita, empapándome los dedos de esa mezcla de sus jugos y mi leche.
Se separó dándome un beso, y comenzó a vestirse.
- Me tengo que ir papi...Qué lástima! Me dejaste hecha una sedita!.-Suspiró.
- Qué cagada nena! Te paso mi celu, podemos arreglar para vernos si?.- Le dije.
- Dale! Soy Mónica, jijiji, ni mi nombre te dije y ya te eché un polvo ché! Qué vas a pensar de mi?.-Exclamó.
- Voy a pensar que sos calentona igual que yo Moni! Me encantás, sos una Diosa!.-La elogié.
Me volvió a besar, intercambiamos celulares y se despidió diciéndome que debía seguir su ronda. Más tarde sobre las 6 volvieron ella y otra auxiliar, yo estaba sentado leyendo el diario. Con la emoción de la cogida se me fue el sueño y estaba pila-pila. Al pasar, Mónica me miro y sonrió, yo me puse al palo de sólo verla, y creo que ella se dió cuenta. Le oí decirle a la compañera;
-Anda que yo termino acá.- Y le guiñó un ojo!
Me levanté y mientras ella estaba arreglando las sábanas metí mis manos bajo la camisola y acaricié sus tetas, ella ni lerda ni perezosa pegó su culo a mi poronga restregándolo y diciendo: –¿Todavía querés mas papi? Sos tremendo!.- Y se rió.
Noté ponerse duros sus pezones de nuevo, bajé mis manos comenzando a bajar el pantalón y dejar aquel culo al aire. Ella mientras seguía con su trabajo, pero me dijo
–Pará que ya perdí mucho tiempo y ahora nos pueden ver pá...
La abracé de la cintura y la llevé hacia el baño. No opuso resistencia, una vez adentro del bañito, nos comimos la boca desesperados, chuponeándonos y manoseándonos como salvajes.
- Enseñame como usar la mochila para tirar agua .- Le dije con tono pícaro.
Entendió de una. Se dió vuelta y me apoyó el orto sobre la pija. Le bajé los pantalones hasta la rodilla, metí mi mano entre sus muslos por debajo de la tanga que se hundía en su culo notando su cachucha mojada de nuevo.
Saqué la verga de mi pantalón, se me había puesto durísima y busqué su agujero.
Quería hacerle el ojete, pero me dijo;
- El culo te lo doy si me llevas a un telo y me enfiestás con champagne y un hidromasaje papito!.-Propuso ella.
- Ok bebe, quedamos así. Vamos a ir a un telo y me entregás el orto!.-Exclamé.
La acomodé y se la clavé en la argolla. Moviendo su culo a todo tren, me decía
–Rápido papi, acabá rápido que puede venir la camarera a traer el desayuno.
La muy putita prácticamente se la clavaba sola, embistiéndome con violencia, a la vez que con su mano se tocaba y se masturbaba hasta que empezó de nuevo a jadear y yo también.
- Mhhhhhhh! Mmmmmhhhhh! Ahhhhhhhhhhh!!!
Acabó tremendamente. Las contracciones de su vagina apretaban mi verga sin piedad. Se retorcía toda y ya no pude mas, la llené de nuevo, esta vez desde atrás prendido a sus ubres como ternero guacho jajaja!
Se volvió subiéndose el pantalón, me dio un beso y dijo:
- Ay loquito! Ya te extraño! Mandame mensajito papito! .-Me pidió poniendo trompita.
- Si mi amor! Arreglamos para ese regalito que me debes! .-Le dije pícaro.
Otro beso y se fue de nuevo meneando el ojete.
Al contrario de todos los organismos estatales, que buen servicio tiene el Oñativia!
7 comentarios - Cogiendo con una Enfermera del Oñativia
Ya lo voy a contar, no todo fue coger entre chatas, papagayos y sueros...
😉