Todo empezó cuando yo tenía 18 años, todos los fines de semana iba a casa de mis abuelos y mis tíos. Mi tía tendría unos 40 o 42 años, no era muy guapa pero me daba mucho morbo. La casa era ya vieja, y la puerta del baño tenía una grieta.
Un sábado a la mañana mi tía se estaba dando una ducha cuando yo llegué, toda la familia estaba en el piso de abajo, entonces me decidí a mirar, ahí estaba Inés, enjabonándose sus grandes pechos, una imagen que se me quedará grabada toda la vida, poco más pude ver ya que escuché un ruido y me fui. Estaba muy cachondo así que cuando salió de ducharse busqué entre la ropa sucia y allí estaba, un sujetador blanco de encaje y unas bragas blancas, clásicas, con una mancha de fluido vaginal, las cogí y me fui a mi habitación, olían a coño y el fluido estaba húmedo, no tardé mucho en correrme en ellas.
El descubrir aquella grieta me proporcionó excitación durante varias semanas, esa misma tarde estaba mi tía Charo de vacaciones, es una mujer de 55 años, rellenita, pero con unas tetas y un culo enormes, estábamos todos tomando café y dijo que tenía que ir al baño, y yo subí detrás de ella con la excusa de que iba a mi habitación, que está al lado del baño, nada más cerrar la puerta me pegué a la grieta, se desabrochó el pantalón, se lo bajó, llevaba unas bragas negras con encaje, se las bajó y pude ver una enorme mata de pelo negro entre sus pernas, se sentó y comenzó a mear, no podía estar más cachondo, acabó de mear y se puso de pie y sin subirse las bragas se agachó a rebuscar en su bolso, su enorme culo estaba hacía la puerta, se subió las bragas y el pantalón, se miró en el espejo, se colocó los pechos y salió.
Seguí espiando a Inés durante semanas, cada vez que iba al baño yo estaba allí.
Inés acostumbra a dormir la siesta en la sala todos los días, un día nos quedamos solos, mi padre y mi hermana se fueran, mi tío estaba trabajando y mis abuelos habían ido a casa de Charo a tomar un café. Entré en la sala y allí estaba Inés dormida en el sofá me senté un ratito y comenzó a roncar, pensé que era mi oportunidad de tocarla un poco, si dejaba de roncar pararía y no pasaría nada, acerqué mi mano lentamente hasta uno de sus pechos, mientras se los tocaba mi polla se ponía cada vez más dura, como seguía roncando deslicé mi mano por debajo de sus mallas y sus bragas, sus pelos se me enredaban entre los dedos, conseguí llegar a su vagina, comenzó a tocarla suavemente, hasta que comenzó a lubricar, eso me puso más cachondo todavía, empezaba a estar fuera de control, saque mi polla y empecé pasándosela por la cara hasta llegar a sus labios, estaba muy excitado, cada vez que le pasaba mi polla por los labios más cachondo estaba, hasta que no pude aguantar más y se me escapó la leche, por suerte me había masturbado por la mañana y la cantidad era muy pequeña, se le quedó en los labios, cogí un papel para limpiarla pero en ese momento inconscientemente se pasó la lengua por los labios y se giró. Mi tía Inés se había tragado mi semen, me había puesto cachondísimo otra vez. Ella ni se enteró.
Al fin de semana siguiente otra vez nos volvimos a quedar solos, pero esta vez ella estaba durmiendo con un vestidito verde que usa mucho en veranó y que me encanta porque cada vez que se agacha puedo ver sus bragas. Me senté a sus pies en el sofá mientras ella dormía, no podía quitar la vista de su entrepierna y esas bragas blancas, intenté contenerme porque me había salido bien una vez pero no quería que me pillase. Pero no pude resistirme y deslicé mi mano por su pierna hasta llegar a su vagina, metí mi mano por debajo de sus bragas y empecé a tocarla, estaba húmeda, retiré su braga hacia un lado para poder ver su coño, tenía una pinta estupenda, me saqué la polla y comencé a masturbarme, estaba tan cachondo que no podía pensar solo sentía un deseo tremendo de lamerle la vagina, me dirigí a ello y en cuanto mi lengua saboreó su vagina ya no pude despegarme de ella, cuando llevaba un rato mamando oí unos gemidos, eran muy suaves, se fueron intensificando, entonces levanté la cabeza y vi a mi tía Inés con los ojos abiertos, la que me va a caer (Pensé), entonces me dijo “ya que empezaste ahora acaba” sin rechistar bajé la cabeza y seguí mamando, pasado unos 15 minutos ella se levantó y dijo “es de bien nacidos ser agradecidos” se puso de rodillas y empezó a chuparme la verga, ¡NO ME LO PODIA CREER! Me volví a correr en su boca, aunque ella creyera que era la primera vez que lo hacía, y esta vez se lo tragó conscientemente.
CONTINUARA…. 🙎♂️
Un sábado a la mañana mi tía se estaba dando una ducha cuando yo llegué, toda la familia estaba en el piso de abajo, entonces me decidí a mirar, ahí estaba Inés, enjabonándose sus grandes pechos, una imagen que se me quedará grabada toda la vida, poco más pude ver ya que escuché un ruido y me fui. Estaba muy cachondo así que cuando salió de ducharse busqué entre la ropa sucia y allí estaba, un sujetador blanco de encaje y unas bragas blancas, clásicas, con una mancha de fluido vaginal, las cogí y me fui a mi habitación, olían a coño y el fluido estaba húmedo, no tardé mucho en correrme en ellas.
El descubrir aquella grieta me proporcionó excitación durante varias semanas, esa misma tarde estaba mi tía Charo de vacaciones, es una mujer de 55 años, rellenita, pero con unas tetas y un culo enormes, estábamos todos tomando café y dijo que tenía que ir al baño, y yo subí detrás de ella con la excusa de que iba a mi habitación, que está al lado del baño, nada más cerrar la puerta me pegué a la grieta, se desabrochó el pantalón, se lo bajó, llevaba unas bragas negras con encaje, se las bajó y pude ver una enorme mata de pelo negro entre sus pernas, se sentó y comenzó a mear, no podía estar más cachondo, acabó de mear y se puso de pie y sin subirse las bragas se agachó a rebuscar en su bolso, su enorme culo estaba hacía la puerta, se subió las bragas y el pantalón, se miró en el espejo, se colocó los pechos y salió.
Seguí espiando a Inés durante semanas, cada vez que iba al baño yo estaba allí.
Inés acostumbra a dormir la siesta en la sala todos los días, un día nos quedamos solos, mi padre y mi hermana se fueran, mi tío estaba trabajando y mis abuelos habían ido a casa de Charo a tomar un café. Entré en la sala y allí estaba Inés dormida en el sofá me senté un ratito y comenzó a roncar, pensé que era mi oportunidad de tocarla un poco, si dejaba de roncar pararía y no pasaría nada, acerqué mi mano lentamente hasta uno de sus pechos, mientras se los tocaba mi polla se ponía cada vez más dura, como seguía roncando deslicé mi mano por debajo de sus mallas y sus bragas, sus pelos se me enredaban entre los dedos, conseguí llegar a su vagina, comenzó a tocarla suavemente, hasta que comenzó a lubricar, eso me puso más cachondo todavía, empezaba a estar fuera de control, saque mi polla y empecé pasándosela por la cara hasta llegar a sus labios, estaba muy excitado, cada vez que le pasaba mi polla por los labios más cachondo estaba, hasta que no pude aguantar más y se me escapó la leche, por suerte me había masturbado por la mañana y la cantidad era muy pequeña, se le quedó en los labios, cogí un papel para limpiarla pero en ese momento inconscientemente se pasó la lengua por los labios y se giró. Mi tía Inés se había tragado mi semen, me había puesto cachondísimo otra vez. Ella ni se enteró.
Al fin de semana siguiente otra vez nos volvimos a quedar solos, pero esta vez ella estaba durmiendo con un vestidito verde que usa mucho en veranó y que me encanta porque cada vez que se agacha puedo ver sus bragas. Me senté a sus pies en el sofá mientras ella dormía, no podía quitar la vista de su entrepierna y esas bragas blancas, intenté contenerme porque me había salido bien una vez pero no quería que me pillase. Pero no pude resistirme y deslicé mi mano por su pierna hasta llegar a su vagina, metí mi mano por debajo de sus bragas y empecé a tocarla, estaba húmeda, retiré su braga hacia un lado para poder ver su coño, tenía una pinta estupenda, me saqué la polla y comencé a masturbarme, estaba tan cachondo que no podía pensar solo sentía un deseo tremendo de lamerle la vagina, me dirigí a ello y en cuanto mi lengua saboreó su vagina ya no pude despegarme de ella, cuando llevaba un rato mamando oí unos gemidos, eran muy suaves, se fueron intensificando, entonces levanté la cabeza y vi a mi tía Inés con los ojos abiertos, la que me va a caer (Pensé), entonces me dijo “ya que empezaste ahora acaba” sin rechistar bajé la cabeza y seguí mamando, pasado unos 15 minutos ella se levantó y dijo “es de bien nacidos ser agradecidos” se puso de rodillas y empezó a chuparme la verga, ¡NO ME LO PODIA CREER! Me volví a correr en su boca, aunque ella creyera que era la primera vez que lo hacía, y esta vez se lo tragó conscientemente.
CONTINUARA…. 🙎♂️
3 comentarios - Mi tía Ines Una madura muy caliente
Que lindo tener Tías facilongas! 🙎♂️