Buenas, amigos Poringueros, soy nuevo como pueden ver, y despues de mucho pensar, decidí que mi primer aporte a la comunidad podía ser un relato erótico, inspirado en @Mariputita, que de momento es mi única amiguilla Poringuera, pero al ser la primera, es mi Poringuera Especial 😀 Iré posteando mas relatos con el paso del tiempo, me gusta escribirlos.
Datos de color y advertencias para el lector incauto:
El relato si bien no es un libro, va a estar dividido en etapas que harán las veces de Capítulos, con sus títulos y todo, de este modo lo que busco es brindarle al relato mas profundidad narrativa y que sea una mejor experiencia para los pocos (o muchos) lectores que vengan a parar a este post. Del mismo modo, aviso que el relato es largo, si sos vag@ para leer, quizá sea buen momento para que te retires, no sin antes pasar por la Iglesia a confesar el pecado que acabas de cometer. (Aclaración: el relato es largo bajo mi punto de vista, quizá en P! están acostumbrados a textos mas largos, de ser ese el caso, pido disculpas)
Esta de mas aclarar que tengo el permiso de la señorita para hacer esto.
El relato es ficción, ergo no paso.
Ningún Marciano fue maltratado durante la planificación de esta obra literaria (Leer el relato entero para mas detalles)
Queda constancia que el autor del relato -aka yo- no posee la formula que haga posible la creación de dimensiones alternas ni universos paralelos (Leer el relato entero para mas detalles)
Fin de las aclaraciones. Sin mas dilación, pasamos al relato ipso facto.
En medio de la noche, una luz blanca envolvió la casa, Mariana tenia miedo, pero yo en el fondo ya sabia lo que estaba pasando, mi visita había acabado muy pronto, la despedida era inminente.
-- Son ellos. Comente rápidamente.
-- Cómo que ellos, quienes? me pregunto sorprendida.
-- Lo siento Mariana, mi Planeta me necesita.
La puerta principal se abrió, permitiendo que una luz intensa invadiera la sala, dejando ciega por algunos segundos a la incauta joven, momentos despues, cuando recupero la vision, yo ya no me encontraba ahí, Mariana cayó desmayada al piso por el shock inicial. Al cabo de unas horas ella despertó, y al ver que no había rastro de la apasionada noche que había pasado, decidió asumir que todo había sido un sueño de Resines.
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Mis días en Caballito habían terminado, las noches con Mariana me acompañarían a lo largo de mi vida fuera donde fuera, sin importar el tiempo que pasara, y de todos modos, ya estaba pensando en cuando volver a visitarla, nos habían quedado muchas cosas por probar. Mientras proseguía con mis pensamientos internos, el ruido del tren llegando a la estación se hacia sentir, un sentimiento de melancolía invadió mi dolorido pecho, ya extrañaba Caballito, sus calles, sus gentes...a Mariana.
El ruido de fuertes pisadas se sentía detrás mio, era alguien que estaba corriendo, y ese alguien se me estaba acercando, la curiosidad me pudo y me di vuelta, sin esperar ni siquiera imaginar que me iba a encontrar con alguien que se tiraría encima mio y me daría un abrazo. Una mujer, una mujer alta, mas alta que yo, aunque eso no fuera nada difícil...ese olor, Mariana, era ella ¿Qué hacia en la estación? ya nos habíamos despedido.
-- ¿Qué haces acá boluda?
-- ¡Llevame con vos! Me grito desesperada.
-- ¿Qué decís? ¿Cómo te voy a llevar conmigo? Le replique con el culo lleno de dudas.
-- Es que...estoy...-La pausa en sus palabras hizo que se detuviera el tiempo.
-- ¿Estás qué? Le pregunte impaciente.
-- ¡ESTOY EMBARAZADA!
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Menuda monstruosidad de texto me salio, no se si alguien se lo va a leer entero, pero bueno, con que lo lea la chica a quien esta dedicado estoy feliz, de todos modos ya es un desperdicio de post porque se queda en Novatos, hay que aceptar las normas de Poringa, no se muere nadie.
A los que se lo lean, mil gracias por fumárseloo y se agradecerán las criticas, si alguien tiene alguna idea para algún relato me la puede hacer saber con un comentario o con un MP, puedo hacer relatos por encargo jajajajaja
Y a @Mariputita, que decir, no voy a decir que no me muero de ganas de cogerte 🤤 , pero seguro estoy en la Friendzone. Tenes un toque especial que hace que me caigas re bien, me metí en Poringa! mas que nada por vos y creo que me voy a hacer asiduo a publicar chanchadas acá gracias a eso, también decirte que sos una grosa y siempre vas a ser mi Poringuera especial 😉
Me divertí mucho escribiendo este relato, de a ratos me daba asco a mi mismo de tanto repetir pija, concha, culo, y andar poniendo diminutivos, pero de a poco le fui tomando cariño a mi creación, puedo decir que estoy orgulloso.
Un saludo a todos y les deseo un feliz Domingo.
Datos de color y advertencias para el lector incauto:
El relato si bien no es un libro, va a estar dividido en etapas que harán las veces de Capítulos, con sus títulos y todo, de este modo lo que busco es brindarle al relato mas profundidad narrativa y que sea una mejor experiencia para los pocos (o muchos) lectores que vengan a parar a este post. Del mismo modo, aviso que el relato es largo, si sos vag@ para leer, quizá sea buen momento para que te retires, no sin antes pasar por la Iglesia a confesar el pecado que acabas de cometer. (Aclaración: el relato es largo bajo mi punto de vista, quizá en P! están acostumbrados a textos mas largos, de ser ese el caso, pido disculpas)
Esta de mas aclarar que tengo el permiso de la señorita para hacer esto.
El relato es ficción, ergo no paso.
Ningún Marciano fue maltratado durante la planificación de esta obra literaria (Leer el relato entero para mas detalles)
Queda constancia que el autor del relato -aka yo- no posee la formula que haga posible la creación de dimensiones alternas ni universos paralelos (Leer el relato entero para mas detalles)
Fin de las aclaraciones. Sin mas dilación, pasamos al relato ipso facto.
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Al fin te conozco
La vida siempre encuentra una forma de ponernos en situaciones que van en contra de nuestras creencias, de nuestros dogmas si se quiere, es como ser vegetariano, y saber que nunca se nos ira el recuerdo de lo bien que sabe la carne, son encrucijadas, pero si uno lo piensa, por mas dogmático que se sea, uno siempre puede recorrer primero un camino, volver sobre sus pasos, y recorrer el otro, despues de todo, descubrir cosas nuevas no es pecado, o por lo menos en Argentina no voy preso por eso, de momento...
Ahí estaba yo, un Platense sin nada especial salvo una creciente curiosidad sexual, recién llegado a Caballito. Para muchos sonara estúpido, es decir, tomar un tren, bajarse, tomar otro, aguantar semejante tramite, solo por una mujer, por un polvo, incluso para alguien sexualmente abierto sonaria a demasiado esfuerzo por algo que fácilmente puedo conseguir si quiero con la mujer que espera detrás mio en la cola del Super Mercado, pero para mi, valía la pena, despues de todo, para mi no era un polvo lo que me esperaba, sino una gran mujer. De todos modos para que engañarse, un pelo de concha tira mas que una Yunta de Bueyes.
Hacia meses que pensaba en ella, quizá no como una obsesión, pero si como un objetivo a alcanzar, ya que por mas intentos fallidos y exitosos que tenia con otras mujeres, ella era como una cuenta pendiente, la primer persona de Poringa con la que había contactado, y por mucho, la que mas morbo me generaba y a la que mas pajas le había dedicado. Su forma de ser, tan recatada y dulce a pesar de ser una trolita, su forma de ignorarme a veces, pero sobre todo, esa forma que tenia de calentarme y de dejarse calentar, sin dudas, todas sus facetas me volvían loco, y cada día que pasaba, me hablara o no, siempre le dedicaba algún pensamiento, un flash espontáneo de como serian esas noches que yo pasara en su cama apoderandome de cada milímetro de su precioso ser.
Camino a su casa me subí a un Taxi, podría haber ido caminando y así pensar en lo que me esperaba, fantasear, planear mis mejores trucos, pero no, la necesitaba, no era el momento de pensar ni de maquinar, era el momento de disfrutar, de dejar que las llamas de la pasión nos quemaran a ella y a mi, sin dudas era mi momento, y mi oportunidad de hacer que ese encuentro sea inolvidable para ambos, "no acepto algo menos que dejar una buena huella en el fondo de esa concha", era lo que me repetía a mi mismo siempre que pensaba en ella.
-Bueno, si, todo esto para decir que no quería que me afanen en la calle...-
Finalmente estaba por llegar a su casa y se lo hice saber con un mensaje de texto, mi corazón palpitaba por la emoción, pero no estaba nervioso, por lo menos no mas de lo normal cuando conozco a alguien nuevo, pero si algo tengo que admitir, es que el miedo a hacer el ridículo estaba ahí, muy dentro mio. El miedo estuvo ahí, solo hasta que baje de taxi y tuve el placer de mirarla a los ojos, ahí estaba ella, parada, tan hermosa como la he visto e imaginado siempre, envuelta en un halo de misterio y sensualidad, ahí estaba ella, gritandome con los ojos que se moría de "hambre" y que ya me estaba tardando, ahí estaba ella, prometiéndome en un segundo, que en lo que me quedara de vida no iba a poder olvidarla.
Animal educadamente salvaje
Despues de pagarle al Tachero lo que le debía (pobre Tachero, no le doy ni una linea de dialogo, la vida del personaje de relleno es muy dura), me dispuse a acercarme a Mariana, mi mirada intercalaba entre sus ojos y sus labios, cada paso que daba hacia ella, era un paso que involucionaba, mientras mas cerca estábamos, mas me sentía un animal salvaje, y uno muy peligroso, pues aun estaba enjaulado.
Una vez frente a ella la salude con un beso en la mejilla, posando mis manos en su cintura, ella era mas alta que yo pero eso no hacia mas que excitarme mas, pues iba a tener que dar todo de mi. No despegue mi mejilla de la suya despues del saludo, no, no era capaz de alejarme de su cuello, no pude contenerme y comencé a disfrutar de su olor, comencé a pasar mis manos por debajo de la falda de su corto vestidito, y ritmicamente empezaron a coincidir mis inhalaciones con los apretones que le daba en cada nalga, parecía un perro olfateando a su nuevo amo, mis instintos me podían, y ella simplemente no ayudaba en nada, su culito era suave y manoseable, jugoso, y para colmo no dejaba de gemirme al oído, sinceramente me hubiera encantado empalarla ahí mismo y que todos lo vieran, total, si alguien nos había visto ya se habría percatado de mi notable erección. "Mmmm, vamos para adentro" fueron las palabras que salieron de su boca, me quede en blanco, como un perro al que su amo manda a callar, pero sabia que venia lo bueno, y simplemente me deje guiar hacia la entrada de la casa, mientras ella, aferrada a mi brazo, me sonreía "tímidamente".
Fue entrar a la casa, escuchar como ella terminaba de cerrar con llave, y lanzarme encima suyo instantáneamente, solo queria besarla, y así lo hice, tirándola contra la pared y tomando prestadas de nuevo esas nalgas hermosas, mientras suavemente iba catando esa boca que me venia tentando desde que me había bajado del taxi. Despacio le mordía el labio inferior, rugiendo despacio, me estaba comportando como un perro en celo, y no sabia si sentirme orgulloso de eso o si por el contrario, censurar un poco mis instintos animales, pero sabia que esto ultimo ya me era imposible, el sabor de su saliva en mi lengua era como la sangre para los tiburones, mis manos eran como garras firmemente aferradas a su culo, garras escurridizas deseosas de apretarla toda, de pasar por debajo de su sosten y poseer esas tetas perfectas, todo en esta mujer me invitaba al sexo, todo en ella me volvía loco, cada cm que recorría, cada sabor que descubría en ella, todo, no hacia mas que despertar a la bestia que había en mi, y convertir a esa persona afable que solía ser en un simple recuerdo.
Me es simplemente imposible de describir lo que se siente cuando entre besos, se le aceleraba la respiración abruptamente cada vez que empujaba con mi entrepierna, para que sienta toda mi erección contra su conchita, eso la volvía loca, no dejaba de manosearme la cabeza y a la vez me mantenía cautivo en sus labios, su lengua se aferraba a la mía y sus pienas, por Dios, sus piernas temblaban de placer, desgraciadamente no leo mentes, me hubiera gustado poder saber lo que pensaba ella, pero no hacia falta, bastaba con sentir lo cerda que se estaba poniendo, para saber que solo había una bestia mas hambrienta que yo en esa casa, y esa, era su concha.
Llegados a un punto ella alejo mi boca de la suya y empezó a buscar aire, se la notaba agitada, y por algún motivo, concentrada en mirar hacia abajo, se notaba lo que pasaba, me estaba mirando la pija, ojala hubiera podido sacarle una foto mientras lo hacia, la forma en la que se mordio el labio fue simplemente enmarcable, mas mientras con sus manos me seguía acariciando instintivamente. Me miro a los ojos, y no hacia falta que mediara palabra, me iba a llevar a su habitación, y así fue, solo me regalo una picara sonrisa y me tomo de la mano para llevarme a su cuarto.
La ultima CocaCola del Desierto
Al entrar a su cuarto ella me soltó y se fue rápidamente a su cama. Mientras se recostaba, yo solo pensaba en el rico aroma que llenaba la habitación, olia a ella, y se sentía muy bien, casi nostálgico. Quizá su cuarto me hacia sentir así simplemente por las confianzas que se estaba tomando conmigo, quizá que me tratara así me hacia bajar la guardia, pero también, podría ser el hecho de que ella casi no me hablaba, de hecho, incluso mientras lo meditaba, ella solo se mantenía en su espacio personal, mirandome, riéndose, invitandome a acompañarla, del mismo modo que lo hacia cuando me esperaba en la calle, quizá de momento, lo único que le interesaba era cogerme.
Camine hasta la cama y me subí a la misma, me quite los pantelones y me deje el boxer puesto, me coloque encima de ella, acomodando mi paquete entre sus piernas, disfrutando de lo húmedo que ya estaba todo ahí abajo, y me dispuse a besarla de nuevo, me volvía loco empujar con las caderas para adelante, enterrar mi paquete hinchado entre sus piernas, sentir como me empapaba todo en sus jugos, al ritmo en el que me hacia dueño de su lengua juguetona. "No doy mas boludo" atino a decirme entre suspiros, estaba claro que se moría por pasar a lo próximo, y por que negarlo, yo también.
La quite el vestido y el sosten, sus tetas eran hermosas, redonditas y pulposas, esto ya lo dije, pero por alguna razón, nada en ella desentonaba, ni siquiera sus tetas, las cuales apreté muy fuerte, las amasaba como si fuera un cocinero experimentado, apretaba sus pezones y la hacia gritar, lamia toda la superficie de sus tetas, apreciando cada sabor que pudiera encontrar, volviéndome adicto a esos sabores, sabores que me guiaban a sus pezones, pezones que inmediatamente succione frenéticamente, hacia un vacío con mis labios y los chupaba con mucha intensidad, volviendolos locos con mi lengua, que los rodeaba a gran velocidad, y así, entre mordiscos, succiones y chupones, mi putita me gritaba, loca, llena de placer, sin ser capaz de mirarme a los ojos siquiera.
De a poco mi boca fue bajando por su vientre, mis manos no, mis manos se quedaron apretando esas tetas hermosas. La zona del vientre es la parte del cuerpo femenino que mas morbo me genera, sera por el hecho de que es ahí dentro donde despues mi poronga puede bailar todo lo que quiera, en el fondo, llenarlas -a las conchas- me vuelve loco, de ahí quizá mi gusto por la zona abdominal de las mujeres, mas allá de si viene con kilos de mas o no. Desde la boca del estomago hasta el inicio de la zona pelvica -sin pasarme de ahí-, a lo largo y a lo ancho, mi lengua pasaba por todos los lugares, chupeteaba con los labios, palpaba suavemente pero haciendo presión con las manos a lo largo de su vientre, cambiaban de rumbo y recorrían toda su espalda, se movía mucho, pero no me fue difícil mantenerla bajo control. Podría haberme dicho las guarangadas mas atrevidas que a alguien se le pudieran ocurrir, hablarme como toda una puta, pero no, se limitaba a suspirar y a gemir, sus suspiros me prendían fuego por dentro, sus gemidos, tan simples como sensuales, tenian la formula perfecta para hacer que una salvaje corriente eléctrica recorriera mi para ese entonces hinchadisimo pene.
Yo no daba mas, quería comerle toda la entrepierna, quería descubrir que tan jugosa era, que tan ricos estaban sus jugos, quería olerla, morderla, hacerla mía, ser el dueño de todas y cada una de sus contracciones, quería que me regalara un primer orgasmo.
Mientras mi boca bajaba y se acercaba a su entrepierna, le fui quitando la bombachita, la cual estaba empapada ya, y la arroje lejos, ya nada cubriría sus partes intimas en toda la noche, todo su cuerpo ahora estaba a mi entera disposición, había llegado la hora de empezar a comer. Embobado me quede apreciando lo hermosa que era su concha, no le sobraba nada, era lisa y suave, gordita como me gustan, muy armoniosa, y sobre todas las cosas, muy, pero muy jugosa, pues la luz se reflejaba en su piel de lo mojada que estaba.
Decidí empezar lamiendo sus muslos, no quería apresurarme, despues de todo, esa concha no se iría a ningún lado. Recorría sus piernas con mi boca y con mis manos, me acercaba a su raja pero me quedaba trabajando en los alrededores, morder sus muslos y lamerlos, sentirlos temblar en mi lengua, era simplemente un placer del que me hubiera arrepentido de no haberlo catado. Finalmente, viendo como ella levantaba el culo de la cama, como buscando algo con su entrepierna, sabia que ya era hora de darle lo que quería, y lenta pero decididamente, de abajo hacia arriba, mi lengua se deslizo a lo largo de toda su raja, hundiéndose un poquito, lo suficiente para que ella notara la presión y la disfrutara. Volví a pasarle la lengua un par de veces mas, lamidas bien babosas, es que esa conchita estaba muy deliciosa, necesitaba perpetuar su sabor en mi boca, aunque sea un poco mas.
Con los dedos separe los labios vaginales, y empecé a lamer el orificio de entrada y alrededores, finalmente, metí la lengua todo lo que pude dentro de su concha, mientras le metía un par de dedos por el culo para ir preparando el terreno. Mi lengua bailaba dentro de su ser, girando y asimilando cada sabor, cada textura, mientras mis labios por separado hacían un efecto de succión en todo el exterior de la raja como su fuera una ventosa, mi putita se retorcía de placer, y eso que, aun no había tocado siquiera su clítoris.
Su clítoris estaba ahí, hinchadito, húmedo, indefenso, perfecto para que alguien abusara de el. Con la punta de la lengua empecé a rodearlo, lentamente, no quería pasarme, algo tan hermoso se merecía un trato gentil, por lo menos al principio. Comencé a lamerlo directamente, hundiendolo un poquito con la presión de mi lengua, para posteriormente, trabajarlo con toda la boca, pose mis labios sobre ese sabroso bultito, y volvi a utilizar el efecto ventosa combinandolo con suaves lametones que a veces se tornaban frenéticos, asi como los movimientos de sus caderas y los gritos que resonaban en toda la casa. Seguí haciendo lo mismo, mientras le metía un par de dedos por la conchita, y con la otra mano, me aferraba a sus caderas para que no se me escapara de la boca. Abruptamente sus piernas se cerraron, envolviendo mi cabeza, empujo con sus caderas hacia delante, hundiendo mi cara en su entrepierna, solo para que pudiera experimentar como un suculento orgasmo me explotaba en la boca, ella seguía empujando mientras las contracciones se hacían sentir en sus muslos, en su concha, y en mi boca, despues de todo, me trague todos los juguitos que salían de ella mientras se la chupaba, y las vibraciones de su cuerpo eran como un masaje en toda mi cara. Para que se relajara empecé a lamer despacio su concha, acompañando suavemente la decaída en las contracciones, mientras, sus piernas se movían despacio para el final del orgasmo, era como si me mimara con sus muslos, que rica sensación. Me moría de sed, y ella, o mejor dicho, su concha, era la ultima cocacola del desierto para mi viciosa boca.
Sonrisa de princesa, boca de puta
Cuando ella logro recuperar el aire, me miro fijo a los ojos y se abalanzo sobre mi, empezó a morderme el cuello, mientras yo le acariciaba los hombros y la espalda, rápidamente ella empezó a bajar, besando mi pecho y mi abdomen, su boca y su lengua me volvían loco, me hacían sentir deseado, mas que como una persona, me hacían sentir como un alimento. Finalmente, llego hasta mi entrepierna, donde mi paquete estaba totalmente desplegado bajo mi boxer. Ella mordio mi bulto, despues, clavandome una mirada asesina, comenzó a quitarme el boxer, el cual al salir dejo aparecer cual resorte a mi orgulloso miembro en todo su esplendor. Fascinada comenzó a manosearlo, lo apretaba con fuerza, y me miraba a los ojos mordiéndose los labios, parece que le hacia gracia tener que utilizar las dos manos, y extrañamente, un hilo de baba se dejo caer de su boca, debo agregar que, creo, fui el único de los dos que se dio cuenta de esto ultimo.
Abrió la boca bien grande y succiono un poco el glande, comenzó a pasarle la lengua todo alrededor y a lamer el tronco todo a lo largo, intercalando con sus manos, que recorrían mi pija rápidamente, me encataba la forma que tenia de hacerme la paja, sus manos eran grandes pero muy delicadas, sabían como tratar un buen pedazo de carne. Me escupía la pija y desparramaba la saliva todo lo que podía, me dejaba la pija muy resbaladiza, sin duda era mejor que untarme vaselina, eran las caricias de un ser Divino.
Mientras me manoseaba los testículos, cosa que no me quita el sueño si no me lo hacen, me mostró su mejor carta, jamas olvidare lo que me hizo, el talento escondido que se hallaba en esa boca perfecta, no estaba preparado para presenciar tanto talento, menos, insisto, de esa boca tan exquisita. Metió mi pija en su boca, se le inflaban las mejillas, estaba bastante llenita, pero de a poco, empezó a devorar mi miembro, centímetro a centímetro, mi pija iba desapareciendo dentro de su boca, así y todo, había espacio para que su lengua maniobrara y esparciera baba por donde pudiera, mucha de esa baba se le escurría por la boca, que chanchita, pero bueno, estamos hablando de Mariana, sorprenderse es ser irrespetuosamente iluso. La sensación que me recorría en todo el cuerpo al sentir mi verga rellenando su garganta era impagable, sentir como se atragantaba, y así y todo ver como su boca avanzaba y retrocedía, como me cogía con la garganta, simplemente perfecto, y si bien a ella le costaba, yo estaba chocho, de hecho casi eyaculo dentro de su boca, pero me contuve a duras penas, eso lo quería hacer despues, dentro suyo si, pero no en su boca.
Un hombre siempre tiene que saber usar el Taladro
(Super originales los títulos)
Luego de unos minutos de disfrutar su talento para petear, le pedí que se detuviera, no sabia realmente cuanto iba a poder aguantar, y para ser honesto no se quien en su sano juicio podría mantenerse centrado cuando se esta ante semejante mujer, solo alguien cuya alma hubiera sido consumida por el Lado Oscuro. La tire en la cama y la abrí de piernas, le di un ultimo lameton a su concha y apoye mi pija sobre la misma, acariciándola con mi barra de carne, insitándola, hasta que la orden salio de su boca en medio de gemidos desesperados "metemela por Dios, ¡metemela!".
Coloque el glande en el orificio de entrada y empecé a empujar, metiéndola muy lentamente, quería disfrutar cada segundo, como centímetro a centímetro esa conchita engullía mi pija, cachito a cachito, todo dentro de ella se iba abriendo conforme mi pija avanzaba, de a poco ella quedaba llena, y de a poco mi pija desaparecía dentro suyo, haciendo tope contra el fondo, sin vaivenes de momento, solo empujando fuerte hacia adelante para sentir como se estiraba toda para amoldarse a mi medida, por dentro ella era como un guante, un guante que me quedaba chico.
Puse mis manos en sus hombros para mantenerme aferrado y que ella no se alejara de mi en cada empujón. Comencé a mover la cadera lentamente, para atrás, para adelante, suave y lento, pero firme, cada vez que avanzaba me aseguraba de que llegara hasta el fondo, eran impactos limpios y sabrosos, impactos que de a poco iban subiendo de intensidad, no de velocidad, de intensidad, cada vez que avanzaba mi pija golpeaba mas duro, de a poco necesitaba exprimir todos y cada uno de los pijazos que le había estado guardando todos esos meses.
De golpe me detuve, la deje acomodada dentro suyo un par de segundos, y de repente, la pausa se fue tan rápido como llego, comencé a taladrarla a toda velocidad, estar agarrado a ella me facilitaba una penetración mas precisa y continua, no podía detenerme, el sonido de las continuas colisiones de nuestras pelvis me volvía loco, pero por sobre todas las cosas, sus gritos, los cuales se intensificaban a medida que me la cogía mas fuerte y mas rápido, no podía mas que sentirme un campeón al presenciar como sus cuerdas vocales ardían al ritmo frenético de mis caderas. Mientras tanto, un incendio también se sentía dentro de su concha, un calor corporal notable abrigaba a mi amigote, lo cual contrastaba con esas estrechas paredes vaginales, que me dejaban la pija toda pegajosa.
Baje el ritmo y la tome de las caderas, levantandole el culo de la cama, ella con las piernas se aferro a mi, rodeandome, dejando así que solo su espalda, hombros, brazos y cabeza descansaran en la cama, de la cadera para abajo todo estaba elevado y sostenido por mis brazos -En algún lado leí que a esta posicion la llaman El Delfín- mas su cuerpo entero se estremecía de goce cada vez que mi pija avanzaba a fondo. De repente ella empezó a temblar y sus piernas se abrieron bruscamente, las potentes contracciones vaginales se hicieron sentir a todo lo largo y ancho de mi pija, estrechándose así aun mas su concha mientras mi Marianita acababa sin dejar que un milímetro de mi poronga saliera de ahí dentro, esa conchita golosa se atragantaba de placer.
Cuando pensaba que su orgasmo había pasado ya me disponía a seguir, pero ella me detuvo -"¡No la saques por favor, dejala ahí, no la muevas!"- me ordeno desesperada, yo hice caso, mientras tanto, ella empujaba con la cadera, disfrutando a su ritmo, devorandome a su antojo. Me aferre a sus hombros de nuevo y deje la cadera firme hacia adelante, cosa que mi pija quede bien clavada y en su lugar, ella seguía jugando a su bola, mientras, con sus dedos empezó a maltratar a su hinchadito clítoris, sus dedos se movían cual guitarrista de banda de Rock Pesado, mientras tanto ella se agitaba mas y mas y la temperatura volvió a subir, estaba claro lo que estaba pasando ¡La muy hija de puta esta acabando de nuevo! Las fuertes vibraciones de nuevo envolvieron mi miembro el cual seguía firmemente clavado en el fondo de su vientre, sus gritos casi suplicando clemencia me hacían perder la compostura, la sola calentura de Mariana me hizo sentir la imperiosa necesidad de acabar dentro suyo en ese mismo momento, pero me contuve, no quería terminar el polvo ahí, pero por el amor de Dios ¡Hacía días que venia guardandome para llenarla de leche y ahora me tenia que aguantar!
No hay que dejar que l@s Perr@s se suban a la cama
De nuevo simplemente espere un minuto a que ella recobrara el aire, pero no me dio tiempo a tomar la iniciativa, ella se levanto y se puso en cuatro, todo bastante simple, recuerdo haber pensado "que bueno, una mina que no complica las cosas, no hizo falta ni que la moviera". Ella solo se encorvaba sugestivamente y miraba para atrás, me miraba a los ojos, invitandome a hacer lo mio, difícil negarse a semejante mirada, era como si se conectara conmigo a otro nivel, pero a fin de cuentas, mas difícil era negarse a una cola que se paraba esperando ser penetrada.
Me acerque a ella, mi boca fue besando lentamente su espalda mientras mis manos acariciaban con ternura sus pechos, instintivamente mordí despacio su cuello y le pase la lengua, apoye mi pecho en su espalda y comencé a besarla en esa posición, incluso en medio de esa situación, al final sus ojos me pudieron, había nacido en mi la necesidad de besarla, son cosas que no se pueden evitar, sera que a veces el polvo te pone mimoso.
Incline un poco mi cadera hacia adelante mientras seguía con los besos, quería penetrarla sin necesidad de tener que parar los besos, era como un momento tantrico. Finalmente con el glande hice contacto con el orificio de entrada de su concha, hice un poco de presión y ella empujo con el culo para atrás de modo que facilitara la penetración sin usar las manos para afirmar ni apoyar nada. Comerle la boca mientras mi pija avanzaba lentamente dentro suyo, mas que excitarme, me hacia sentir bien, era algo distinto, me activaba en mas de un sentido. Cuando mi pija toco fondo, solo seguí empujando como hacia anteriormente, sin vaivenes, solo empujando como si quisiera probar que tan elástica era por dentro, recuerdo que como resultado ella ya no podía concentrarse en mover su lengua dentro de mi boca, yo quería que los besos siguieran, podria haberme quedado así para siempre, pero ella no podía con todo.
Los besos se detuvieron pero nuestras miradas seguían conectadas, mientras tanto los vaivenes de mi cadera comenzaron y se hacían sentir dentro suyo. Era lindo ver como todo su cuerpo se movía para adelante al ritmo que imponía yo, era como bailar Tango si se me permite la comparación. Pero el hecho de que ella me mirara a los ojos con tal pasión me hacia sentir desafiado, si podía hacer que no pudiera besarme, podía hacer que no pudiera mirarme a los ojos, así que comencé a subir el ritmo, quería hacerla mierda, cogermela tan fuerte que no fuera capaz de mantener la mirada fija en mi. De a poco subía el ritmo, pegaba fuerte contra el fondo, en cada impacto ella se movía fuertemente pero aguantaba, y siempre, mirandome a los ojos, regalandome unos gemidos y gritos casi inocentes, como si quisiera provocarme, como si, en realidad, ella también quisiera que la hiciera perder la capacidad de centrar la mirada.
La tome del hombro y le empecé a dar lo mas rápido que podía, de a poco ella me dejaba de mirar, eran momentos nada mas, despegaba la mirada de mi pero de inmediato volvían a hacer contacto nuestros ojos, se mordía el labio e intentaba contenerse, intentaba no entregarse al placer, luchaba conmigo, pero no duraban mucho sus intentos de prevalecer, ya que de a poco me miraba menos, de a poco se notaba que tardaba mas en volver a mirarme, a veces cerraba los ojos, a veces simplemente miraba para abajo y abría la boca bien grande conteniendo algun que otro frito, casi entregada al placer, pero aun se podía dar el lujo de voltearse y mirarme a los ojos, aunque fuera solo un segundo, ella quería mirarme a los ojos.
Recuerdo que la mano que tenia libre la apoye en su vientre, era curioso sentir mi pija avanzando desde fuera, y hacia presión con la mano para que ella se percatara, incluso sentía esa presión yo mismo en la pija, era curioso y divertido, pero no se para quien de los dos lo era mas. Note que ella ya no me miraba, al mismo tiempo también note algo que ya había sentido antes en un par de ocasiones ese mismo día, las vibraciones en su cuerpo, estaba acabando de nuevo mientras yo no detenía los envites de mi vigorosa pija dentro suyo, me sentía orgulloso de poder hacer que ella disfrutara tanto, y veía casi como un logro personal el haber conseguido que no me mirara de nuevo a los ojos, mas esa sensación me duro algún que otro segundo, pues la muy puta se inclino para atras, sin poder mirarme a los ojos, pero con la conciencia suficiente como para agarrarme de los pelos y gritarme de una manera insanamente sensual al oído mientras un terremoto se desataba en su concha. Pedazo de orgasmo había tenido, era como si la mano de un gigante me apretujara la poronga sin piedad, sus contracciones eran deliciosas, toda ella era deliciosa, incluso sabiendo que lo que acababa de hacer -lo de hacer resonar su orgasmo en mi oído- lo había hecho a propósito, a modo de venganza, y como si no fuera suficiente, unas simples palabras provenientes de su boca me hicieron volver a notar que hiciera lo que hiciera, en esa cama no mandaba yo, cuesta creerlo pero a pesar de que fue una simple frase cachonda, dicha al oído se convierte en una frase poderosa, casi autoritaria.
..."Mmmmm, metemela por la colita"...
De donde vengo los culos están hechos de Dulce de Leche
En ese momento caí en la cuenta de que no le había vuelto a prestar atención a su culo desde que habíamos empezado con la previa, y no estaba seguro de si ella me iba a poder aguantar si simplemente se la mandaba como un Picapiedra de la vida. Le apreté las nalgas para calentarla un poco y pose mi cara en su culo, me daba morbo hacer eso, desde ya su culo me encantaba, y me moría por explorarlo mas a fondo, y así, aferrado a sus nalgas y con la boca cerca de donde debía estar, puse manos a la obra. Le pase la lengua por la entrada de su ano, quería ir probándolo de a poco, posteriormente le mande de nuevo 2 dedos para ir abriendo camino, trataba de meterlos enteros para que se dilatara mas profundamente, había que hacer mucho espacio ahí dentro. Jugueteaba con los dedos dentro de su culo, los sacaba, los chupaba para limpiarlos y humedecerlos, escupía dentro de su ano y volvía a meter los dedos, repetí este ciclo unas 3 o 4 veces, no iba a dejar nada librado al azar.
Su culo ya estaba preparado para que me lo cogiera, pero la tentación me podía, no quería empezar con lo otro sin usar la lengua. Con las manos abrí esas nalgas deliciosas y empecé a chupetearle el orto, le metí la lengua hasta donde daba mi elasticidad y comencé a saborearselo todo, movía mi lengua en círculos, catando sus paredes anales, babeandolas todas como si estuviera chupando un pote de dulce de leche, me encantaba chuparle el culo, me gustaba tener la cara enterrada entre sus nalgas, me encantaba disfrutar de tan exquisito manjar mientras de fondo se escuchaba como ella también disfrutaba, despues de todo había una lengua hiperactiva lamiéndole toda la cola, y unos labios cariñosos que masajeaban el orificio de entrada, al mismo tiempo, me daba cuenta que su conchita no dejaba de gotear.
Su culo era tentadoramente apetitoso, pero sabia que no era hora de que yo comiera, era hora de que su culo comiera, había que darle carne, mucha, mucha carne. Además, ella ya no daba mas, tenia el culito levantado pero lo que era la cara la tenia enterrada en la almohada, creo que si hubiera estado a su alcance me hubiera arrancado la pija de un mordisco, las mujeres cambian mucho se trata de sexo, aunque ella realmente no había cambiado, la mujer que me obligaba a ser un animal solo con una mirada era la misma que en ese momento me mostraba los dientes para que le diera su cuota diaria de carne en barra.
Finalmente, con su ano abierto de par en par esperando a que lo alimentara, coloque mi pija entre sus nalgas y empecé a juguetear con ellas, como si la pusiera entre sus tetas, pero con su colita. Notaba como esto la hacia agitar, no solo era una pija avanzando entre sus nalgas, jugando y tentándola, sino que además, en cada vaivén rozaba bastante contra la entrada de su ano, me imagino lo que habrá sido para ese culo tener un buen pedazo de carne tan cerca y no poder tragarselo a voluntad.
Ella tenia su cuerpo recostado, pero tenia el culo levantado para arriba -no va a ser para abajo, smartass- y digamos que de ahí para abajo estaba de rodillas, yo me posicione parcialmente por encima de ella apoyando las dos manos en el respaldo de la cama, iba a ser un rica y extraordinaria penetración en ángulo descendente cual taladro buscando petróleo. Decididamente apoye mi pija en su ano, y sin da rodeos...¡ZAS! Se la mande hasta el fondo, de su boca salio un grito que posiblemente haya sido de dolor, y claro, le había dolido, pero el que las hace las paga, y esta astuta muchachita me estaba debiendo un par, despues de todo no podía quejarse, ese porongon que tanto se quería comer ya estaba alojado en el fondo de su colita.
Su culo era un mar de fuego que incineraba mi pija, aun mas estrecho que su concha, solo faltaba ver si era igual de resistente. Deje mi pija donde estaba, quería que las paredes anales se amoldaran apropiadamente, el susto inicial le había sentado bien a Mariana pero tampoco quería lastimarla yendo a lo bruto, tampoco quería ir suave, ya le había estado haciendo un buen servicio a ese culo como para que ahora se me hiciera la niña bien, entonces opte por moverme a un ritmo normal, sin matarme y quedarme sin cadera, y sin parecer la típica escena de película donde la chica pierde su virginidad, esas escenas frías donde apenas se mueven.
Ese ritmo le gustaba, se sentía a gusto, a veces se le escapaba una risita -sabrá Dios que carajo le encontraba de divertido a la situación- y sonreía picaramente, supongo que lo suyo era un intento de provocarme, de todos modos no tardaría ella misma en confirmar mi teoría..."¿Y?¿Cuando me lo vas a romper?", sinceramente no se puede ser mas... "¿Me lo queres romper verdad? R-O-M-P-E-M-E-L-O", ¿Así me pagan mi caballerocidad? no se, es como medir 2 metros y que venga un enano a vacilarte, te sentís fuera de lugar, yo al menos sentí como si me hubiera ganado de mano...una vez mas.
Ni bien ella termino de provocarme comencé con la tortura, la tome de la cintura con una de mis manos y con la otra me seguía apoyando en el respaldo, básicamente lo que quería era que dejara el culo en su lugar, esa película ya la había visto, despues no aguantan e intentan alejar un poco la cadera para que no sientan tanto los pijazos, pues eso no iba a pasar en este caso, y así, muy a mi pesar -...-, dio inicio lo que fue su suicidio anal.
Comencé a cogermela de una manera brutal, se notaba en el roce que incluso para gente acostumbrada al sexo anal esa intensidad estaba de mas, pero yo estaba furioso, en mi mente la única ridícula idea que cabía era la de "partirla al medio", a veces los hombres podemos ser muy pelotudos, y ojo yo defiendo a mi genero como todo macho Argentino. Podía sentir en las reacciones de su cuerpo y en sus gritos que a ella le costaba aguantar, pero lo estaba disfrutando, a su manera, creo, pero lo disfrutaba, y la forma en la que levantaba la cola en vez de bajarla dejaba constancia de esto. No podía creer que ante tanto maltrato ella siguiera queriendo mas, la vista desde arriba era genial, mi pija le dejaba el culo como su fuera una "O" mayúscula XL, hasta me daba culpa sentir como le empujaba todo para adentro y no bajar las revoluciones en ningún momento, pero bueno, la culpa era suya, incluso para un culo carnívoro hay limites para la cantidad de carne que se puede tragar.
La mano que tenia en el respaldo de la cama la use para tomarla del cuello, en un fugaz movimiento me tire para atrás, llevandomela conmigo sin dejar que mi pija abandonara su culito, de modo que ahora estábamos acostados boca arriba, ella encima mio, debo admitir que me gustaba tenerla encima, me gustaba sentir su peso y la forma en la que ella se acomodaba, las ventajas de tener "zapan" ¿Quizá?
Mi cadera volvió a ponerse en acción y, empalada, los gritos de mi valiente amante volvían a desprenderse de su garganta desgarradoramente mientras mi fatigado pene -y sepan perdonar el vocabulario tan soez- le destrozaba el orto. Es de mis posiciones preferidas, me encanta taladrar desde abajo, simplemente no se lo esperan, y a mi simplemente se me antoja una posición muy cómoda, mas cuando la pasión y el deseo se apoderan de mi entrepierna, la deseaba, y quería hacerla mierda, quería romper ese culo que seguía aferrado fuertemente a mi pija, cada vaivén, cada vez que mi pija iba a fondo, cada grito, cada gemido, y curiosamente, la ininterrumpida canilla abierta que era su concha, dejando que sus jugos se escurrieran todo el tiempo, y que cayeran, recorriendo todo el tronco de mi pija y mojándole toda la cola, tan mojada estaba, que sus jugos empapaban mis testículos, y estos, goteaban, todas estas sensaciones hacían que me olvidara de todo, que me concentrara solo en ella, y en el placer que me invadía solo por tenerla cerca, sonara duro, pero en ese momento, el sufrimiento de su culo me hacia sentir vivo.
En un brusco movimiento sus piernas se cerraron y su cuerpo empezó a temblar de nuevo, yo no me detuve y ella movía sus piernas como si estuviera abstraída de todo. Mientras sus movimientos se calmaban yo baje la velocidad, daba caderazos fuertes y lentos, la enterraba rápido, y la sacaba lentamente, era mi manera de acompañar su ritmo corporal y de darle lentamente un poco de descanso a su pobre y deliciosa colita.
De repente ella se levanto y me agarro la pija, tenia una sonrisa de oreja a oreja pero le costaba mucho esconder la agitación que traía encima, estaba cansada y se le notaba, pero en los ojos veía el mismo fuego que al principio, no podría decir si esto era merito mio o simplemente locura de ella que habrá heredado de algún antepasado ninfomano. Pero volviendo a los que nos compete, ella tenia mi pija entre sus manos, yo estaba cómodo, recostado, con las piernas abiertas, y ella acomodada entre ellas, evidentemente en mente solo había lugar para un pensamiento: "tragatela y dejate de joder". Su lengua comenzó a recorrer mi glande de una manera muy sensual, no lo comente antes, pero su lengua era carnosa, larga, y ágil, ese tipo de lenguas que no importa si la ves chupando un helado o la vez doblarse cuando la miras hablando, siempre, pero SIEMPRE, te la imaginas chupando una pija. Era hipnótico casi ver como esa lengua recorría mi pija una vez mas, se la notaba con ganas de dejarmela limpita de nuevo, cosa que logro momentos despues, cuando rápidamente su boca volvió a engullir mi hermoso mástil de carne, dejando que su baba se escurriera en mis huevos, mientras su garganta se apreciaba hinchada por el relleno que tenia dentro. Luego de un rato, y ya ahogada, retiro su boca y con las manos desparramaba la saliva por mi pija y abdomen al mismo tiempo que se limpiaba la boca.
Dosis de calcio
Quise levantarme pero ella apoyo su mano sobre mi pecho y me empujo para atrás, quedando apoyado de espaldas contra el respaldo de la cama, sensualmente se fue posicionando encima mio, de nuevo, pero esta vez, estando los dos cara a cara, se puso encima de mi pija y la agarro suavemente mientras con cautela iba acercando su conchita, nuestros dos sexos hicieron contacto y mientras su cara se transformaba en la encarnación del morbo, mi pija volvía a desaparecer dentro de su estrecho ser. Con suaves movimientos, su cadera subía y bajaba, recorriendo cada centímetro de carne que encontraba a su paso, subiendo hasta el glande y volviendo a tragarse todo de nuevo, todo hecho de una manera tranquila, sosegada, sensual, sensual como lo es todo en ella, los movimientos de su cadera eran como las caricias de un Ángel.
En contraste, sus ojos, eran los de un Demonio, abiertos por completo, fijos en mi, mientras se relamía los labios de una forma, diría, peligrosamente atractiva. De repente me comenzó a chupar el cuello mientras sostenia mi cabeza con sus manos, sentía que se estaba queriendo apoderar de mi, básicamente lo que sentía desde que había llegado, el cazador no era precisamente yo, de todos modos no me iba a amedrentar. Le apreté los cachetes del culo con las dos manos y volví a taladrarla con todas mis fuerzas como cuando tuve su culito encima mio, no quería dejar que ella tomara el control tan fácilmente, y su primera reacción fue agarrarme mas fuerte la cabeza y pegarme un mordisco en el cuello que por un momento casi me deja en blanco, parecía que si no me sorprendía no valía, que zorra.
Suavemente sus dientes dejaron ir a mi cuello y su mirada volvió a encontrarse con la mía, acompañada de un tono seductor, una frase aturdidora se hizo sentir en mis oídos, dejandome por alguna razón, atonito: "Me encanta cogerte", me dijo mordiéndose el labio inferior, y de repente mi cadera se vio imposibilitada de seguir atacando, me quede mirándola a los ojos una vez mas, la forma que tenia de mirarme, de desearme, simplemente no era normal, y de hecho creo que jamas entenderé que carajo tiene esta chica de especial que me hace ir a venir con solo una expresión de su cuerpo...Especial, si, la palabra era "Especial", ella tenia algo especial, quizás años de terapia me ayuden a descubrir tal misterio, al final va a ser que su corte de pelo me copa.
La tome de las manos, entrelazando nuestros dedos, "Entonces cogeme" le dije con una sonrisa burlona, se rió y comenzó a "saltar" encima mio, no movía la cadera, simplemente rebotaba sobre mi, y en cada caída, su peso entero recaía sobre mi entrepierna, hundiéndome en la cama, ella usaba el agarre que tenia en mis manos para impulsarse aun mas, y así clavarse con mas fuerza mi pija en lo mas profundo de su ser, de esa forma intuyo, quería decirme que me iba a hacer mierda, así razonamos los amantes, tenemos que hacer mierda todo, nunca seremos Premio Nobel de la Paz.
Entre gritos y gemidos por ambas partes, los envites de Mariana se hacían mas fuertes y veloces, se había sobre estimulado, disfrutaba de destrozar mi pija contra la cama, cada vez que se la clavaba se le escapaba un grito, a veces puteaba, y otras veces me miraba como si me quisiera matar, rememorando, la verdad es que muy gauchita, le digo que me coja y dicho y hecho, palo y a la bolsa. Yo era un cumulo de sensaciones, el sonido de su voz me volvía loco, la forma en que ella me cogía me llenaba mi carnoso miembro de placer, mirarla a la cara y ver como el placer se apoderaba de ella era como apreciar la pintura mas hermosa del mundo, y tenerla tomada de las manos, por alguna razón, me reconfortaba, me hacia entrar en confianza, y eso que ya cogiendo se entra en confianza, pero es que sus manos...eran lindas.
Llego un momento en el que ya no me pude contener, sentí en la verga ese cosquilleo inicial que es señal de lo ya obvio, ya eran incontenibles las ganas de acabar, la deseaba demasiado, no podía mas conmigo mismo, así que la tome del cuello para que se quedara quieta y rápidamente cambie de posición para acabar estando ella acostada, mientras empujaba con la cadera a la espera de que la leche saliera a borbotones. Finalmente, me deje llevar y una masiva carga de espeso y ardiente semen se derramo en el fondo de su vientre, en cada lechazo yo daba un empujón con la cadera mientras la tenia controlada por el cuello, la muy putita no podía abrir los ojos de lo bien que le había sentado eso, y se tocaba la panza, un poco mas abajo del ombligo, ella podía sentirlo, sentía mi leche escurriendose por todos los rincones, su concha se podría dar por hecha ya, mucha carne y mucha leche, una dieta saludable.
Saque la pija y se la puse en la cara, rápidamente ella me la limpio con la lengua, ahí recordé que a ella le embolaba tener que limpiarse cuando le acababan dentro, así que yo, recostandome en la cama, le dije "veni, subite, sentate en mi cara que te limpio". En su cara note un poco de sorpresa, pero rápidamente accedió y me puso la concha en la cara, hundiéndome un poco en el colchón, de todos modos, no había lugar mas cómodo que estar entre sus piernas. Comencé a succionar su conchita, dejando que esa mezcla entre sus jugos vaginales y mi semen entraran por mi boca y tragandomela, metía la lengua para ir limpiando las paredes vaginales y metía los dedos para ir sacando de a poco los restos que quedaban en el fondo, aunque, si quería llegar verdaderamente al fondo, tenia que usar la pija, así que solo me quedaba esperar a que todo el contenido vaciado dentro suyo bajara a mi boca, mientras tanto, yo disfrutaba de los manjares mas deliciosos de la vida, su concha, nuestros jugos, sus gemidos, y también, de nuevo, su hermosa mirada.
Finalmente, ya limpita, se dejo caer en la cama, extasiada y sobre todo, cansada, dejando escapar un satisfactorio suspiro al mismo tiempo que recorría su cuerpo con sus propias manos, como queriendo encontrar sutiles recuerdos de las sensaciones que habían recorrido al mismo en la sesion de sexo que recién acababa de terminar, yo, encantado, solo miraba al precioso pedazo de mujer que yacía acostada frente mio, pensando en si alguna vez había disfrutando tanto en la cama de alguien, la negativa a esa respuesta se hizo aparente casi de inmediato.
Meditando en brazos de Morfeo
Mas tarde, esa misma noche, acomodados en el sillón, yo miraba como Mariana dormía acomodada en mi pecho, lo cual es una escena bastante graciosa cuando se piensa que la chica me lleva 7 cm de estatura, casi que yo parezco la mujer, ambos estábamos solamente en ropa interior, idea de ella, porque decía que le gustaba verme en calzones, según ella, mi paquete era atrapante. Mientras la dejaba dormir, pensaba en el polvo que tuvimos al principio y los demás que tuvimos despues en el transcurso de la noche, pensaba y repensaba en todos esos momentos en que ella me domino, en todas las veces que a pesar de estar yo haciéndome mierda a mi mismo incluso -hay que gastarse así la pija- todo era impulsado y controlado por ella, todo lo destacable que había hecho, lo quiera o no, era merito suyo, su piel, su voz, su cuerpo...sus ojos, todo lo que la hacia perfecta había hecho posible que yo lo disfrutara tanto, planeandolo o no, la noche fue suya, fui suyo, y no sabia si sentirme humillado o no se que, ahí me dije para mis adentros "¿Te echas los polvos de tu vida y te pones a pensar?", en ese momento me di cuenta de la cruda verdad, a los hombres, no hay pedazo que nos venga bien. Habiendo logrado la iluminación, le di un beso en la frente a una durmiente Mariana, sonriendole aunque ella no me viera como agradecimiento por la noche que me había regalado, y acto seguido, me deje caer en brazos de Morfeo.
Al día siguiente, o mas bien, a las pocas horas, ya de día claro, me desperté, mas había algo extraño, y no era el hecho de que tenia la pija re contra parada, no, sino que había una mano metida en mi boxer masajeandomela despacio, era Mariana que al parecer andaba mimosa, si le puedo llamar a eso mimos.
- ¿Qué haces boluda?- Le pregunte medio dormido mientras atinaba a mirarle a la cara.
- Tengo hambre- Me contesto ella mordiéndose el labio con una sonrisa a medio esbozar.
- ... -Tragué saliva.
FIN
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Al fin te conozco
La vida siempre encuentra una forma de ponernos en situaciones que van en contra de nuestras creencias, de nuestros dogmas si se quiere, es como ser vegetariano, y saber que nunca se nos ira el recuerdo de lo bien que sabe la carne, son encrucijadas, pero si uno lo piensa, por mas dogmático que se sea, uno siempre puede recorrer primero un camino, volver sobre sus pasos, y recorrer el otro, despues de todo, descubrir cosas nuevas no es pecado, o por lo menos en Argentina no voy preso por eso, de momento...
Ahí estaba yo, un Platense sin nada especial salvo una creciente curiosidad sexual, recién llegado a Caballito. Para muchos sonara estúpido, es decir, tomar un tren, bajarse, tomar otro, aguantar semejante tramite, solo por una mujer, por un polvo, incluso para alguien sexualmente abierto sonaria a demasiado esfuerzo por algo que fácilmente puedo conseguir si quiero con la mujer que espera detrás mio en la cola del Super Mercado, pero para mi, valía la pena, despues de todo, para mi no era un polvo lo que me esperaba, sino una gran mujer. De todos modos para que engañarse, un pelo de concha tira mas que una Yunta de Bueyes.
Hacia meses que pensaba en ella, quizá no como una obsesión, pero si como un objetivo a alcanzar, ya que por mas intentos fallidos y exitosos que tenia con otras mujeres, ella era como una cuenta pendiente, la primer persona de Poringa con la que había contactado, y por mucho, la que mas morbo me generaba y a la que mas pajas le había dedicado. Su forma de ser, tan recatada y dulce a pesar de ser una trolita, su forma de ignorarme a veces, pero sobre todo, esa forma que tenia de calentarme y de dejarse calentar, sin dudas, todas sus facetas me volvían loco, y cada día que pasaba, me hablara o no, siempre le dedicaba algún pensamiento, un flash espontáneo de como serian esas noches que yo pasara en su cama apoderandome de cada milímetro de su precioso ser.
Camino a su casa me subí a un Taxi, podría haber ido caminando y así pensar en lo que me esperaba, fantasear, planear mis mejores trucos, pero no, la necesitaba, no era el momento de pensar ni de maquinar, era el momento de disfrutar, de dejar que las llamas de la pasión nos quemaran a ella y a mi, sin dudas era mi momento, y mi oportunidad de hacer que ese encuentro sea inolvidable para ambos, "no acepto algo menos que dejar una buena huella en el fondo de esa concha", era lo que me repetía a mi mismo siempre que pensaba en ella.
-Bueno, si, todo esto para decir que no quería que me afanen en la calle...-
Finalmente estaba por llegar a su casa y se lo hice saber con un mensaje de texto, mi corazón palpitaba por la emoción, pero no estaba nervioso, por lo menos no mas de lo normal cuando conozco a alguien nuevo, pero si algo tengo que admitir, es que el miedo a hacer el ridículo estaba ahí, muy dentro mio. El miedo estuvo ahí, solo hasta que baje de taxi y tuve el placer de mirarla a los ojos, ahí estaba ella, parada, tan hermosa como la he visto e imaginado siempre, envuelta en un halo de misterio y sensualidad, ahí estaba ella, gritandome con los ojos que se moría de "hambre" y que ya me estaba tardando, ahí estaba ella, prometiéndome en un segundo, que en lo que me quedara de vida no iba a poder olvidarla.
Animal educadamente salvaje
Despues de pagarle al Tachero lo que le debía (pobre Tachero, no le doy ni una linea de dialogo, la vida del personaje de relleno es muy dura), me dispuse a acercarme a Mariana, mi mirada intercalaba entre sus ojos y sus labios, cada paso que daba hacia ella, era un paso que involucionaba, mientras mas cerca estábamos, mas me sentía un animal salvaje, y uno muy peligroso, pues aun estaba enjaulado.
Una vez frente a ella la salude con un beso en la mejilla, posando mis manos en su cintura, ella era mas alta que yo pero eso no hacia mas que excitarme mas, pues iba a tener que dar todo de mi. No despegue mi mejilla de la suya despues del saludo, no, no era capaz de alejarme de su cuello, no pude contenerme y comencé a disfrutar de su olor, comencé a pasar mis manos por debajo de la falda de su corto vestidito, y ritmicamente empezaron a coincidir mis inhalaciones con los apretones que le daba en cada nalga, parecía un perro olfateando a su nuevo amo, mis instintos me podían, y ella simplemente no ayudaba en nada, su culito era suave y manoseable, jugoso, y para colmo no dejaba de gemirme al oído, sinceramente me hubiera encantado empalarla ahí mismo y que todos lo vieran, total, si alguien nos había visto ya se habría percatado de mi notable erección. "Mmmm, vamos para adentro" fueron las palabras que salieron de su boca, me quede en blanco, como un perro al que su amo manda a callar, pero sabia que venia lo bueno, y simplemente me deje guiar hacia la entrada de la casa, mientras ella, aferrada a mi brazo, me sonreía "tímidamente".
Fue entrar a la casa, escuchar como ella terminaba de cerrar con llave, y lanzarme encima suyo instantáneamente, solo queria besarla, y así lo hice, tirándola contra la pared y tomando prestadas de nuevo esas nalgas hermosas, mientras suavemente iba catando esa boca que me venia tentando desde que me había bajado del taxi. Despacio le mordía el labio inferior, rugiendo despacio, me estaba comportando como un perro en celo, y no sabia si sentirme orgulloso de eso o si por el contrario, censurar un poco mis instintos animales, pero sabia que esto ultimo ya me era imposible, el sabor de su saliva en mi lengua era como la sangre para los tiburones, mis manos eran como garras firmemente aferradas a su culo, garras escurridizas deseosas de apretarla toda, de pasar por debajo de su sosten y poseer esas tetas perfectas, todo en esta mujer me invitaba al sexo, todo en ella me volvía loco, cada cm que recorría, cada sabor que descubría en ella, todo, no hacia mas que despertar a la bestia que había en mi, y convertir a esa persona afable que solía ser en un simple recuerdo.
Me es simplemente imposible de describir lo que se siente cuando entre besos, se le aceleraba la respiración abruptamente cada vez que empujaba con mi entrepierna, para que sienta toda mi erección contra su conchita, eso la volvía loca, no dejaba de manosearme la cabeza y a la vez me mantenía cautivo en sus labios, su lengua se aferraba a la mía y sus pienas, por Dios, sus piernas temblaban de placer, desgraciadamente no leo mentes, me hubiera gustado poder saber lo que pensaba ella, pero no hacia falta, bastaba con sentir lo cerda que se estaba poniendo, para saber que solo había una bestia mas hambrienta que yo en esa casa, y esa, era su concha.
Llegados a un punto ella alejo mi boca de la suya y empezó a buscar aire, se la notaba agitada, y por algún motivo, concentrada en mirar hacia abajo, se notaba lo que pasaba, me estaba mirando la pija, ojala hubiera podido sacarle una foto mientras lo hacia, la forma en la que se mordio el labio fue simplemente enmarcable, mas mientras con sus manos me seguía acariciando instintivamente. Me miro a los ojos, y no hacia falta que mediara palabra, me iba a llevar a su habitación, y así fue, solo me regalo una picara sonrisa y me tomo de la mano para llevarme a su cuarto.
La ultima CocaCola del Desierto
Al entrar a su cuarto ella me soltó y se fue rápidamente a su cama. Mientras se recostaba, yo solo pensaba en el rico aroma que llenaba la habitación, olia a ella, y se sentía muy bien, casi nostálgico. Quizá su cuarto me hacia sentir así simplemente por las confianzas que se estaba tomando conmigo, quizá que me tratara así me hacia bajar la guardia, pero también, podría ser el hecho de que ella casi no me hablaba, de hecho, incluso mientras lo meditaba, ella solo se mantenía en su espacio personal, mirandome, riéndose, invitandome a acompañarla, del mismo modo que lo hacia cuando me esperaba en la calle, quizá de momento, lo único que le interesaba era cogerme.
Camine hasta la cama y me subí a la misma, me quite los pantelones y me deje el boxer puesto, me coloque encima de ella, acomodando mi paquete entre sus piernas, disfrutando de lo húmedo que ya estaba todo ahí abajo, y me dispuse a besarla de nuevo, me volvía loco empujar con las caderas para adelante, enterrar mi paquete hinchado entre sus piernas, sentir como me empapaba todo en sus jugos, al ritmo en el que me hacia dueño de su lengua juguetona. "No doy mas boludo" atino a decirme entre suspiros, estaba claro que se moría por pasar a lo próximo, y por que negarlo, yo también.
La quite el vestido y el sosten, sus tetas eran hermosas, redonditas y pulposas, esto ya lo dije, pero por alguna razón, nada en ella desentonaba, ni siquiera sus tetas, las cuales apreté muy fuerte, las amasaba como si fuera un cocinero experimentado, apretaba sus pezones y la hacia gritar, lamia toda la superficie de sus tetas, apreciando cada sabor que pudiera encontrar, volviéndome adicto a esos sabores, sabores que me guiaban a sus pezones, pezones que inmediatamente succione frenéticamente, hacia un vacío con mis labios y los chupaba con mucha intensidad, volviendolos locos con mi lengua, que los rodeaba a gran velocidad, y así, entre mordiscos, succiones y chupones, mi putita me gritaba, loca, llena de placer, sin ser capaz de mirarme a los ojos siquiera.
De a poco mi boca fue bajando por su vientre, mis manos no, mis manos se quedaron apretando esas tetas hermosas. La zona del vientre es la parte del cuerpo femenino que mas morbo me genera, sera por el hecho de que es ahí dentro donde despues mi poronga puede bailar todo lo que quiera, en el fondo, llenarlas -a las conchas- me vuelve loco, de ahí quizá mi gusto por la zona abdominal de las mujeres, mas allá de si viene con kilos de mas o no. Desde la boca del estomago hasta el inicio de la zona pelvica -sin pasarme de ahí-, a lo largo y a lo ancho, mi lengua pasaba por todos los lugares, chupeteaba con los labios, palpaba suavemente pero haciendo presión con las manos a lo largo de su vientre, cambiaban de rumbo y recorrían toda su espalda, se movía mucho, pero no me fue difícil mantenerla bajo control. Podría haberme dicho las guarangadas mas atrevidas que a alguien se le pudieran ocurrir, hablarme como toda una puta, pero no, se limitaba a suspirar y a gemir, sus suspiros me prendían fuego por dentro, sus gemidos, tan simples como sensuales, tenian la formula perfecta para hacer que una salvaje corriente eléctrica recorriera mi para ese entonces hinchadisimo pene.
Yo no daba mas, quería comerle toda la entrepierna, quería descubrir que tan jugosa era, que tan ricos estaban sus jugos, quería olerla, morderla, hacerla mía, ser el dueño de todas y cada una de sus contracciones, quería que me regalara un primer orgasmo.
Mientras mi boca bajaba y se acercaba a su entrepierna, le fui quitando la bombachita, la cual estaba empapada ya, y la arroje lejos, ya nada cubriría sus partes intimas en toda la noche, todo su cuerpo ahora estaba a mi entera disposición, había llegado la hora de empezar a comer. Embobado me quede apreciando lo hermosa que era su concha, no le sobraba nada, era lisa y suave, gordita como me gustan, muy armoniosa, y sobre todas las cosas, muy, pero muy jugosa, pues la luz se reflejaba en su piel de lo mojada que estaba.
Decidí empezar lamiendo sus muslos, no quería apresurarme, despues de todo, esa concha no se iría a ningún lado. Recorría sus piernas con mi boca y con mis manos, me acercaba a su raja pero me quedaba trabajando en los alrededores, morder sus muslos y lamerlos, sentirlos temblar en mi lengua, era simplemente un placer del que me hubiera arrepentido de no haberlo catado. Finalmente, viendo como ella levantaba el culo de la cama, como buscando algo con su entrepierna, sabia que ya era hora de darle lo que quería, y lenta pero decididamente, de abajo hacia arriba, mi lengua se deslizo a lo largo de toda su raja, hundiéndose un poquito, lo suficiente para que ella notara la presión y la disfrutara. Volví a pasarle la lengua un par de veces mas, lamidas bien babosas, es que esa conchita estaba muy deliciosa, necesitaba perpetuar su sabor en mi boca, aunque sea un poco mas.
Con los dedos separe los labios vaginales, y empecé a lamer el orificio de entrada y alrededores, finalmente, metí la lengua todo lo que pude dentro de su concha, mientras le metía un par de dedos por el culo para ir preparando el terreno. Mi lengua bailaba dentro de su ser, girando y asimilando cada sabor, cada textura, mientras mis labios por separado hacían un efecto de succión en todo el exterior de la raja como su fuera una ventosa, mi putita se retorcía de placer, y eso que, aun no había tocado siquiera su clítoris.
Su clítoris estaba ahí, hinchadito, húmedo, indefenso, perfecto para que alguien abusara de el. Con la punta de la lengua empecé a rodearlo, lentamente, no quería pasarme, algo tan hermoso se merecía un trato gentil, por lo menos al principio. Comencé a lamerlo directamente, hundiendolo un poquito con la presión de mi lengua, para posteriormente, trabajarlo con toda la boca, pose mis labios sobre ese sabroso bultito, y volvi a utilizar el efecto ventosa combinandolo con suaves lametones que a veces se tornaban frenéticos, asi como los movimientos de sus caderas y los gritos que resonaban en toda la casa. Seguí haciendo lo mismo, mientras le metía un par de dedos por la conchita, y con la otra mano, me aferraba a sus caderas para que no se me escapara de la boca. Abruptamente sus piernas se cerraron, envolviendo mi cabeza, empujo con sus caderas hacia delante, hundiendo mi cara en su entrepierna, solo para que pudiera experimentar como un suculento orgasmo me explotaba en la boca, ella seguía empujando mientras las contracciones se hacían sentir en sus muslos, en su concha, y en mi boca, despues de todo, me trague todos los juguitos que salían de ella mientras se la chupaba, y las vibraciones de su cuerpo eran como un masaje en toda mi cara. Para que se relajara empecé a lamer despacio su concha, acompañando suavemente la decaída en las contracciones, mientras, sus piernas se movían despacio para el final del orgasmo, era como si me mimara con sus muslos, que rica sensación. Me moría de sed, y ella, o mejor dicho, su concha, era la ultima cocacola del desierto para mi viciosa boca.
Sonrisa de princesa, boca de puta
Cuando ella logro recuperar el aire, me miro fijo a los ojos y se abalanzo sobre mi, empezó a morderme el cuello, mientras yo le acariciaba los hombros y la espalda, rápidamente ella empezó a bajar, besando mi pecho y mi abdomen, su boca y su lengua me volvían loco, me hacían sentir deseado, mas que como una persona, me hacían sentir como un alimento. Finalmente, llego hasta mi entrepierna, donde mi paquete estaba totalmente desplegado bajo mi boxer. Ella mordio mi bulto, despues, clavandome una mirada asesina, comenzó a quitarme el boxer, el cual al salir dejo aparecer cual resorte a mi orgulloso miembro en todo su esplendor. Fascinada comenzó a manosearlo, lo apretaba con fuerza, y me miraba a los ojos mordiéndose los labios, parece que le hacia gracia tener que utilizar las dos manos, y extrañamente, un hilo de baba se dejo caer de su boca, debo agregar que, creo, fui el único de los dos que se dio cuenta de esto ultimo.
Abrió la boca bien grande y succiono un poco el glande, comenzó a pasarle la lengua todo alrededor y a lamer el tronco todo a lo largo, intercalando con sus manos, que recorrían mi pija rápidamente, me encataba la forma que tenia de hacerme la paja, sus manos eran grandes pero muy delicadas, sabían como tratar un buen pedazo de carne. Me escupía la pija y desparramaba la saliva todo lo que podía, me dejaba la pija muy resbaladiza, sin duda era mejor que untarme vaselina, eran las caricias de un ser Divino.
Mientras me manoseaba los testículos, cosa que no me quita el sueño si no me lo hacen, me mostró su mejor carta, jamas olvidare lo que me hizo, el talento escondido que se hallaba en esa boca perfecta, no estaba preparado para presenciar tanto talento, menos, insisto, de esa boca tan exquisita. Metió mi pija en su boca, se le inflaban las mejillas, estaba bastante llenita, pero de a poco, empezó a devorar mi miembro, centímetro a centímetro, mi pija iba desapareciendo dentro de su boca, así y todo, había espacio para que su lengua maniobrara y esparciera baba por donde pudiera, mucha de esa baba se le escurría por la boca, que chanchita, pero bueno, estamos hablando de Mariana, sorprenderse es ser irrespetuosamente iluso. La sensación que me recorría en todo el cuerpo al sentir mi verga rellenando su garganta era impagable, sentir como se atragantaba, y así y todo ver como su boca avanzaba y retrocedía, como me cogía con la garganta, simplemente perfecto, y si bien a ella le costaba, yo estaba chocho, de hecho casi eyaculo dentro de su boca, pero me contuve a duras penas, eso lo quería hacer despues, dentro suyo si, pero no en su boca.
Un hombre siempre tiene que saber usar el Taladro
(Super originales los títulos)
Luego de unos minutos de disfrutar su talento para petear, le pedí que se detuviera, no sabia realmente cuanto iba a poder aguantar, y para ser honesto no se quien en su sano juicio podría mantenerse centrado cuando se esta ante semejante mujer, solo alguien cuya alma hubiera sido consumida por el Lado Oscuro. La tire en la cama y la abrí de piernas, le di un ultimo lameton a su concha y apoye mi pija sobre la misma, acariciándola con mi barra de carne, insitándola, hasta que la orden salio de su boca en medio de gemidos desesperados "metemela por Dios, ¡metemela!".
Coloque el glande en el orificio de entrada y empecé a empujar, metiéndola muy lentamente, quería disfrutar cada segundo, como centímetro a centímetro esa conchita engullía mi pija, cachito a cachito, todo dentro de ella se iba abriendo conforme mi pija avanzaba, de a poco ella quedaba llena, y de a poco mi pija desaparecía dentro suyo, haciendo tope contra el fondo, sin vaivenes de momento, solo empujando fuerte hacia adelante para sentir como se estiraba toda para amoldarse a mi medida, por dentro ella era como un guante, un guante que me quedaba chico.
Puse mis manos en sus hombros para mantenerme aferrado y que ella no se alejara de mi en cada empujón. Comencé a mover la cadera lentamente, para atrás, para adelante, suave y lento, pero firme, cada vez que avanzaba me aseguraba de que llegara hasta el fondo, eran impactos limpios y sabrosos, impactos que de a poco iban subiendo de intensidad, no de velocidad, de intensidad, cada vez que avanzaba mi pija golpeaba mas duro, de a poco necesitaba exprimir todos y cada uno de los pijazos que le había estado guardando todos esos meses.
De golpe me detuve, la deje acomodada dentro suyo un par de segundos, y de repente, la pausa se fue tan rápido como llego, comencé a taladrarla a toda velocidad, estar agarrado a ella me facilitaba una penetración mas precisa y continua, no podía detenerme, el sonido de las continuas colisiones de nuestras pelvis me volvía loco, pero por sobre todas las cosas, sus gritos, los cuales se intensificaban a medida que me la cogía mas fuerte y mas rápido, no podía mas que sentirme un campeón al presenciar como sus cuerdas vocales ardían al ritmo frenético de mis caderas. Mientras tanto, un incendio también se sentía dentro de su concha, un calor corporal notable abrigaba a mi amigote, lo cual contrastaba con esas estrechas paredes vaginales, que me dejaban la pija toda pegajosa.
Baje el ritmo y la tome de las caderas, levantandole el culo de la cama, ella con las piernas se aferro a mi, rodeandome, dejando así que solo su espalda, hombros, brazos y cabeza descansaran en la cama, de la cadera para abajo todo estaba elevado y sostenido por mis brazos -En algún lado leí que a esta posicion la llaman El Delfín- mas su cuerpo entero se estremecía de goce cada vez que mi pija avanzaba a fondo. De repente ella empezó a temblar y sus piernas se abrieron bruscamente, las potentes contracciones vaginales se hicieron sentir a todo lo largo y ancho de mi pija, estrechándose así aun mas su concha mientras mi Marianita acababa sin dejar que un milímetro de mi poronga saliera de ahí dentro, esa conchita golosa se atragantaba de placer.
Cuando pensaba que su orgasmo había pasado ya me disponía a seguir, pero ella me detuvo -"¡No la saques por favor, dejala ahí, no la muevas!"- me ordeno desesperada, yo hice caso, mientras tanto, ella empujaba con la cadera, disfrutando a su ritmo, devorandome a su antojo. Me aferre a sus hombros de nuevo y deje la cadera firme hacia adelante, cosa que mi pija quede bien clavada y en su lugar, ella seguía jugando a su bola, mientras, con sus dedos empezó a maltratar a su hinchadito clítoris, sus dedos se movían cual guitarrista de banda de Rock Pesado, mientras tanto ella se agitaba mas y mas y la temperatura volvió a subir, estaba claro lo que estaba pasando ¡La muy hija de puta esta acabando de nuevo! Las fuertes vibraciones de nuevo envolvieron mi miembro el cual seguía firmemente clavado en el fondo de su vientre, sus gritos casi suplicando clemencia me hacían perder la compostura, la sola calentura de Mariana me hizo sentir la imperiosa necesidad de acabar dentro suyo en ese mismo momento, pero me contuve, no quería terminar el polvo ahí, pero por el amor de Dios ¡Hacía días que venia guardandome para llenarla de leche y ahora me tenia que aguantar!
No hay que dejar que l@s Perr@s se suban a la cama
De nuevo simplemente espere un minuto a que ella recobrara el aire, pero no me dio tiempo a tomar la iniciativa, ella se levanto y se puso en cuatro, todo bastante simple, recuerdo haber pensado "que bueno, una mina que no complica las cosas, no hizo falta ni que la moviera". Ella solo se encorvaba sugestivamente y miraba para atrás, me miraba a los ojos, invitandome a hacer lo mio, difícil negarse a semejante mirada, era como si se conectara conmigo a otro nivel, pero a fin de cuentas, mas difícil era negarse a una cola que se paraba esperando ser penetrada.
Me acerque a ella, mi boca fue besando lentamente su espalda mientras mis manos acariciaban con ternura sus pechos, instintivamente mordí despacio su cuello y le pase la lengua, apoye mi pecho en su espalda y comencé a besarla en esa posición, incluso en medio de esa situación, al final sus ojos me pudieron, había nacido en mi la necesidad de besarla, son cosas que no se pueden evitar, sera que a veces el polvo te pone mimoso.
Incline un poco mi cadera hacia adelante mientras seguía con los besos, quería penetrarla sin necesidad de tener que parar los besos, era como un momento tantrico. Finalmente con el glande hice contacto con el orificio de entrada de su concha, hice un poco de presión y ella empujo con el culo para atrás de modo que facilitara la penetración sin usar las manos para afirmar ni apoyar nada. Comerle la boca mientras mi pija avanzaba lentamente dentro suyo, mas que excitarme, me hacia sentir bien, era algo distinto, me activaba en mas de un sentido. Cuando mi pija toco fondo, solo seguí empujando como hacia anteriormente, sin vaivenes, solo empujando como si quisiera probar que tan elástica era por dentro, recuerdo que como resultado ella ya no podía concentrarse en mover su lengua dentro de mi boca, yo quería que los besos siguieran, podria haberme quedado así para siempre, pero ella no podía con todo.
Los besos se detuvieron pero nuestras miradas seguían conectadas, mientras tanto los vaivenes de mi cadera comenzaron y se hacían sentir dentro suyo. Era lindo ver como todo su cuerpo se movía para adelante al ritmo que imponía yo, era como bailar Tango si se me permite la comparación. Pero el hecho de que ella me mirara a los ojos con tal pasión me hacia sentir desafiado, si podía hacer que no pudiera besarme, podía hacer que no pudiera mirarme a los ojos, así que comencé a subir el ritmo, quería hacerla mierda, cogermela tan fuerte que no fuera capaz de mantener la mirada fija en mi. De a poco subía el ritmo, pegaba fuerte contra el fondo, en cada impacto ella se movía fuertemente pero aguantaba, y siempre, mirandome a los ojos, regalandome unos gemidos y gritos casi inocentes, como si quisiera provocarme, como si, en realidad, ella también quisiera que la hiciera perder la capacidad de centrar la mirada.
La tome del hombro y le empecé a dar lo mas rápido que podía, de a poco ella me dejaba de mirar, eran momentos nada mas, despegaba la mirada de mi pero de inmediato volvían a hacer contacto nuestros ojos, se mordía el labio e intentaba contenerse, intentaba no entregarse al placer, luchaba conmigo, pero no duraban mucho sus intentos de prevalecer, ya que de a poco me miraba menos, de a poco se notaba que tardaba mas en volver a mirarme, a veces cerraba los ojos, a veces simplemente miraba para abajo y abría la boca bien grande conteniendo algun que otro frito, casi entregada al placer, pero aun se podía dar el lujo de voltearse y mirarme a los ojos, aunque fuera solo un segundo, ella quería mirarme a los ojos.
Recuerdo que la mano que tenia libre la apoye en su vientre, era curioso sentir mi pija avanzando desde fuera, y hacia presión con la mano para que ella se percatara, incluso sentía esa presión yo mismo en la pija, era curioso y divertido, pero no se para quien de los dos lo era mas. Note que ella ya no me miraba, al mismo tiempo también note algo que ya había sentido antes en un par de ocasiones ese mismo día, las vibraciones en su cuerpo, estaba acabando de nuevo mientras yo no detenía los envites de mi vigorosa pija dentro suyo, me sentía orgulloso de poder hacer que ella disfrutara tanto, y veía casi como un logro personal el haber conseguido que no me mirara de nuevo a los ojos, mas esa sensación me duro algún que otro segundo, pues la muy puta se inclino para atras, sin poder mirarme a los ojos, pero con la conciencia suficiente como para agarrarme de los pelos y gritarme de una manera insanamente sensual al oído mientras un terremoto se desataba en su concha. Pedazo de orgasmo había tenido, era como si la mano de un gigante me apretujara la poronga sin piedad, sus contracciones eran deliciosas, toda ella era deliciosa, incluso sabiendo que lo que acababa de hacer -lo de hacer resonar su orgasmo en mi oído- lo había hecho a propósito, a modo de venganza, y como si no fuera suficiente, unas simples palabras provenientes de su boca me hicieron volver a notar que hiciera lo que hiciera, en esa cama no mandaba yo, cuesta creerlo pero a pesar de que fue una simple frase cachonda, dicha al oído se convierte en una frase poderosa, casi autoritaria.
..."Mmmmm, metemela por la colita"...
De donde vengo los culos están hechos de Dulce de Leche
En ese momento caí en la cuenta de que no le había vuelto a prestar atención a su culo desde que habíamos empezado con la previa, y no estaba seguro de si ella me iba a poder aguantar si simplemente se la mandaba como un Picapiedra de la vida. Le apreté las nalgas para calentarla un poco y pose mi cara en su culo, me daba morbo hacer eso, desde ya su culo me encantaba, y me moría por explorarlo mas a fondo, y así, aferrado a sus nalgas y con la boca cerca de donde debía estar, puse manos a la obra. Le pase la lengua por la entrada de su ano, quería ir probándolo de a poco, posteriormente le mande de nuevo 2 dedos para ir abriendo camino, trataba de meterlos enteros para que se dilatara mas profundamente, había que hacer mucho espacio ahí dentro. Jugueteaba con los dedos dentro de su culo, los sacaba, los chupaba para limpiarlos y humedecerlos, escupía dentro de su ano y volvía a meter los dedos, repetí este ciclo unas 3 o 4 veces, no iba a dejar nada librado al azar.
Su culo ya estaba preparado para que me lo cogiera, pero la tentación me podía, no quería empezar con lo otro sin usar la lengua. Con las manos abrí esas nalgas deliciosas y empecé a chupetearle el orto, le metí la lengua hasta donde daba mi elasticidad y comencé a saborearselo todo, movía mi lengua en círculos, catando sus paredes anales, babeandolas todas como si estuviera chupando un pote de dulce de leche, me encantaba chuparle el culo, me gustaba tener la cara enterrada entre sus nalgas, me encantaba disfrutar de tan exquisito manjar mientras de fondo se escuchaba como ella también disfrutaba, despues de todo había una lengua hiperactiva lamiéndole toda la cola, y unos labios cariñosos que masajeaban el orificio de entrada, al mismo tiempo, me daba cuenta que su conchita no dejaba de gotear.
Su culo era tentadoramente apetitoso, pero sabia que no era hora de que yo comiera, era hora de que su culo comiera, había que darle carne, mucha, mucha carne. Además, ella ya no daba mas, tenia el culito levantado pero lo que era la cara la tenia enterrada en la almohada, creo que si hubiera estado a su alcance me hubiera arrancado la pija de un mordisco, las mujeres cambian mucho se trata de sexo, aunque ella realmente no había cambiado, la mujer que me obligaba a ser un animal solo con una mirada era la misma que en ese momento me mostraba los dientes para que le diera su cuota diaria de carne en barra.
Finalmente, con su ano abierto de par en par esperando a que lo alimentara, coloque mi pija entre sus nalgas y empecé a juguetear con ellas, como si la pusiera entre sus tetas, pero con su colita. Notaba como esto la hacia agitar, no solo era una pija avanzando entre sus nalgas, jugando y tentándola, sino que además, en cada vaivén rozaba bastante contra la entrada de su ano, me imagino lo que habrá sido para ese culo tener un buen pedazo de carne tan cerca y no poder tragarselo a voluntad.
Ella tenia su cuerpo recostado, pero tenia el culo levantado para arriba -no va a ser para abajo, smartass- y digamos que de ahí para abajo estaba de rodillas, yo me posicione parcialmente por encima de ella apoyando las dos manos en el respaldo de la cama, iba a ser un rica y extraordinaria penetración en ángulo descendente cual taladro buscando petróleo. Decididamente apoye mi pija en su ano, y sin da rodeos...¡ZAS! Se la mande hasta el fondo, de su boca salio un grito que posiblemente haya sido de dolor, y claro, le había dolido, pero el que las hace las paga, y esta astuta muchachita me estaba debiendo un par, despues de todo no podía quejarse, ese porongon que tanto se quería comer ya estaba alojado en el fondo de su colita.
Su culo era un mar de fuego que incineraba mi pija, aun mas estrecho que su concha, solo faltaba ver si era igual de resistente. Deje mi pija donde estaba, quería que las paredes anales se amoldaran apropiadamente, el susto inicial le había sentado bien a Mariana pero tampoco quería lastimarla yendo a lo bruto, tampoco quería ir suave, ya le había estado haciendo un buen servicio a ese culo como para que ahora se me hiciera la niña bien, entonces opte por moverme a un ritmo normal, sin matarme y quedarme sin cadera, y sin parecer la típica escena de película donde la chica pierde su virginidad, esas escenas frías donde apenas se mueven.
Ese ritmo le gustaba, se sentía a gusto, a veces se le escapaba una risita -sabrá Dios que carajo le encontraba de divertido a la situación- y sonreía picaramente, supongo que lo suyo era un intento de provocarme, de todos modos no tardaría ella misma en confirmar mi teoría..."¿Y?¿Cuando me lo vas a romper?", sinceramente no se puede ser mas... "¿Me lo queres romper verdad? R-O-M-P-E-M-E-L-O", ¿Así me pagan mi caballerocidad? no se, es como medir 2 metros y que venga un enano a vacilarte, te sentís fuera de lugar, yo al menos sentí como si me hubiera ganado de mano...una vez mas.
Ni bien ella termino de provocarme comencé con la tortura, la tome de la cintura con una de mis manos y con la otra me seguía apoyando en el respaldo, básicamente lo que quería era que dejara el culo en su lugar, esa película ya la había visto, despues no aguantan e intentan alejar un poco la cadera para que no sientan tanto los pijazos, pues eso no iba a pasar en este caso, y así, muy a mi pesar -...-, dio inicio lo que fue su suicidio anal.
Comencé a cogermela de una manera brutal, se notaba en el roce que incluso para gente acostumbrada al sexo anal esa intensidad estaba de mas, pero yo estaba furioso, en mi mente la única ridícula idea que cabía era la de "partirla al medio", a veces los hombres podemos ser muy pelotudos, y ojo yo defiendo a mi genero como todo macho Argentino. Podía sentir en las reacciones de su cuerpo y en sus gritos que a ella le costaba aguantar, pero lo estaba disfrutando, a su manera, creo, pero lo disfrutaba, y la forma en la que levantaba la cola en vez de bajarla dejaba constancia de esto. No podía creer que ante tanto maltrato ella siguiera queriendo mas, la vista desde arriba era genial, mi pija le dejaba el culo como su fuera una "O" mayúscula XL, hasta me daba culpa sentir como le empujaba todo para adentro y no bajar las revoluciones en ningún momento, pero bueno, la culpa era suya, incluso para un culo carnívoro hay limites para la cantidad de carne que se puede tragar.
La mano que tenia en el respaldo de la cama la use para tomarla del cuello, en un fugaz movimiento me tire para atrás, llevandomela conmigo sin dejar que mi pija abandonara su culito, de modo que ahora estábamos acostados boca arriba, ella encima mio, debo admitir que me gustaba tenerla encima, me gustaba sentir su peso y la forma en la que ella se acomodaba, las ventajas de tener "zapan" ¿Quizá?
Mi cadera volvió a ponerse en acción y, empalada, los gritos de mi valiente amante volvían a desprenderse de su garganta desgarradoramente mientras mi fatigado pene -y sepan perdonar el vocabulario tan soez- le destrozaba el orto. Es de mis posiciones preferidas, me encanta taladrar desde abajo, simplemente no se lo esperan, y a mi simplemente se me antoja una posición muy cómoda, mas cuando la pasión y el deseo se apoderan de mi entrepierna, la deseaba, y quería hacerla mierda, quería romper ese culo que seguía aferrado fuertemente a mi pija, cada vaivén, cada vez que mi pija iba a fondo, cada grito, cada gemido, y curiosamente, la ininterrumpida canilla abierta que era su concha, dejando que sus jugos se escurrieran todo el tiempo, y que cayeran, recorriendo todo el tronco de mi pija y mojándole toda la cola, tan mojada estaba, que sus jugos empapaban mis testículos, y estos, goteaban, todas estas sensaciones hacían que me olvidara de todo, que me concentrara solo en ella, y en el placer que me invadía solo por tenerla cerca, sonara duro, pero en ese momento, el sufrimiento de su culo me hacia sentir vivo.
En un brusco movimiento sus piernas se cerraron y su cuerpo empezó a temblar de nuevo, yo no me detuve y ella movía sus piernas como si estuviera abstraída de todo. Mientras sus movimientos se calmaban yo baje la velocidad, daba caderazos fuertes y lentos, la enterraba rápido, y la sacaba lentamente, era mi manera de acompañar su ritmo corporal y de darle lentamente un poco de descanso a su pobre y deliciosa colita.
De repente ella se levanto y me agarro la pija, tenia una sonrisa de oreja a oreja pero le costaba mucho esconder la agitación que traía encima, estaba cansada y se le notaba, pero en los ojos veía el mismo fuego que al principio, no podría decir si esto era merito mio o simplemente locura de ella que habrá heredado de algún antepasado ninfomano. Pero volviendo a los que nos compete, ella tenia mi pija entre sus manos, yo estaba cómodo, recostado, con las piernas abiertas, y ella acomodada entre ellas, evidentemente en mente solo había lugar para un pensamiento: "tragatela y dejate de joder". Su lengua comenzó a recorrer mi glande de una manera muy sensual, no lo comente antes, pero su lengua era carnosa, larga, y ágil, ese tipo de lenguas que no importa si la ves chupando un helado o la vez doblarse cuando la miras hablando, siempre, pero SIEMPRE, te la imaginas chupando una pija. Era hipnótico casi ver como esa lengua recorría mi pija una vez mas, se la notaba con ganas de dejarmela limpita de nuevo, cosa que logro momentos despues, cuando rápidamente su boca volvió a engullir mi hermoso mástil de carne, dejando que su baba se escurriera en mis huevos, mientras su garganta se apreciaba hinchada por el relleno que tenia dentro. Luego de un rato, y ya ahogada, retiro su boca y con las manos desparramaba la saliva por mi pija y abdomen al mismo tiempo que se limpiaba la boca.
Dosis de calcio
Quise levantarme pero ella apoyo su mano sobre mi pecho y me empujo para atrás, quedando apoyado de espaldas contra el respaldo de la cama, sensualmente se fue posicionando encima mio, de nuevo, pero esta vez, estando los dos cara a cara, se puso encima de mi pija y la agarro suavemente mientras con cautela iba acercando su conchita, nuestros dos sexos hicieron contacto y mientras su cara se transformaba en la encarnación del morbo, mi pija volvía a desaparecer dentro de su estrecho ser. Con suaves movimientos, su cadera subía y bajaba, recorriendo cada centímetro de carne que encontraba a su paso, subiendo hasta el glande y volviendo a tragarse todo de nuevo, todo hecho de una manera tranquila, sosegada, sensual, sensual como lo es todo en ella, los movimientos de su cadera eran como las caricias de un Ángel.
En contraste, sus ojos, eran los de un Demonio, abiertos por completo, fijos en mi, mientras se relamía los labios de una forma, diría, peligrosamente atractiva. De repente me comenzó a chupar el cuello mientras sostenia mi cabeza con sus manos, sentía que se estaba queriendo apoderar de mi, básicamente lo que sentía desde que había llegado, el cazador no era precisamente yo, de todos modos no me iba a amedrentar. Le apreté los cachetes del culo con las dos manos y volví a taladrarla con todas mis fuerzas como cuando tuve su culito encima mio, no quería dejar que ella tomara el control tan fácilmente, y su primera reacción fue agarrarme mas fuerte la cabeza y pegarme un mordisco en el cuello que por un momento casi me deja en blanco, parecía que si no me sorprendía no valía, que zorra.
Suavemente sus dientes dejaron ir a mi cuello y su mirada volvió a encontrarse con la mía, acompañada de un tono seductor, una frase aturdidora se hizo sentir en mis oídos, dejandome por alguna razón, atonito: "Me encanta cogerte", me dijo mordiéndose el labio inferior, y de repente mi cadera se vio imposibilitada de seguir atacando, me quede mirándola a los ojos una vez mas, la forma que tenia de mirarme, de desearme, simplemente no era normal, y de hecho creo que jamas entenderé que carajo tiene esta chica de especial que me hace ir a venir con solo una expresión de su cuerpo...Especial, si, la palabra era "Especial", ella tenia algo especial, quizás años de terapia me ayuden a descubrir tal misterio, al final va a ser que su corte de pelo me copa.
La tome de las manos, entrelazando nuestros dedos, "Entonces cogeme" le dije con una sonrisa burlona, se rió y comenzó a "saltar" encima mio, no movía la cadera, simplemente rebotaba sobre mi, y en cada caída, su peso entero recaía sobre mi entrepierna, hundiéndome en la cama, ella usaba el agarre que tenia en mis manos para impulsarse aun mas, y así clavarse con mas fuerza mi pija en lo mas profundo de su ser, de esa forma intuyo, quería decirme que me iba a hacer mierda, así razonamos los amantes, tenemos que hacer mierda todo, nunca seremos Premio Nobel de la Paz.
Entre gritos y gemidos por ambas partes, los envites de Mariana se hacían mas fuertes y veloces, se había sobre estimulado, disfrutaba de destrozar mi pija contra la cama, cada vez que se la clavaba se le escapaba un grito, a veces puteaba, y otras veces me miraba como si me quisiera matar, rememorando, la verdad es que muy gauchita, le digo que me coja y dicho y hecho, palo y a la bolsa. Yo era un cumulo de sensaciones, el sonido de su voz me volvía loco, la forma en que ella me cogía me llenaba mi carnoso miembro de placer, mirarla a la cara y ver como el placer se apoderaba de ella era como apreciar la pintura mas hermosa del mundo, y tenerla tomada de las manos, por alguna razón, me reconfortaba, me hacia entrar en confianza, y eso que ya cogiendo se entra en confianza, pero es que sus manos...eran lindas.
Llego un momento en el que ya no me pude contener, sentí en la verga ese cosquilleo inicial que es señal de lo ya obvio, ya eran incontenibles las ganas de acabar, la deseaba demasiado, no podía mas conmigo mismo, así que la tome del cuello para que se quedara quieta y rápidamente cambie de posición para acabar estando ella acostada, mientras empujaba con la cadera a la espera de que la leche saliera a borbotones. Finalmente, me deje llevar y una masiva carga de espeso y ardiente semen se derramo en el fondo de su vientre, en cada lechazo yo daba un empujón con la cadera mientras la tenia controlada por el cuello, la muy putita no podía abrir los ojos de lo bien que le había sentado eso, y se tocaba la panza, un poco mas abajo del ombligo, ella podía sentirlo, sentía mi leche escurriendose por todos los rincones, su concha se podría dar por hecha ya, mucha carne y mucha leche, una dieta saludable.
Saque la pija y se la puse en la cara, rápidamente ella me la limpio con la lengua, ahí recordé que a ella le embolaba tener que limpiarse cuando le acababan dentro, así que yo, recostandome en la cama, le dije "veni, subite, sentate en mi cara que te limpio". En su cara note un poco de sorpresa, pero rápidamente accedió y me puso la concha en la cara, hundiéndome un poco en el colchón, de todos modos, no había lugar mas cómodo que estar entre sus piernas. Comencé a succionar su conchita, dejando que esa mezcla entre sus jugos vaginales y mi semen entraran por mi boca y tragandomela, metía la lengua para ir limpiando las paredes vaginales y metía los dedos para ir sacando de a poco los restos que quedaban en el fondo, aunque, si quería llegar verdaderamente al fondo, tenia que usar la pija, así que solo me quedaba esperar a que todo el contenido vaciado dentro suyo bajara a mi boca, mientras tanto, yo disfrutaba de los manjares mas deliciosos de la vida, su concha, nuestros jugos, sus gemidos, y también, de nuevo, su hermosa mirada.
Finalmente, ya limpita, se dejo caer en la cama, extasiada y sobre todo, cansada, dejando escapar un satisfactorio suspiro al mismo tiempo que recorría su cuerpo con sus propias manos, como queriendo encontrar sutiles recuerdos de las sensaciones que habían recorrido al mismo en la sesion de sexo que recién acababa de terminar, yo, encantado, solo miraba al precioso pedazo de mujer que yacía acostada frente mio, pensando en si alguna vez había disfrutando tanto en la cama de alguien, la negativa a esa respuesta se hizo aparente casi de inmediato.
Meditando en brazos de Morfeo
Mas tarde, esa misma noche, acomodados en el sillón, yo miraba como Mariana dormía acomodada en mi pecho, lo cual es una escena bastante graciosa cuando se piensa que la chica me lleva 7 cm de estatura, casi que yo parezco la mujer, ambos estábamos solamente en ropa interior, idea de ella, porque decía que le gustaba verme en calzones, según ella, mi paquete era atrapante. Mientras la dejaba dormir, pensaba en el polvo que tuvimos al principio y los demás que tuvimos despues en el transcurso de la noche, pensaba y repensaba en todos esos momentos en que ella me domino, en todas las veces que a pesar de estar yo haciéndome mierda a mi mismo incluso -hay que gastarse así la pija- todo era impulsado y controlado por ella, todo lo destacable que había hecho, lo quiera o no, era merito suyo, su piel, su voz, su cuerpo...sus ojos, todo lo que la hacia perfecta había hecho posible que yo lo disfrutara tanto, planeandolo o no, la noche fue suya, fui suyo, y no sabia si sentirme humillado o no se que, ahí me dije para mis adentros "¿Te echas los polvos de tu vida y te pones a pensar?", en ese momento me di cuenta de la cruda verdad, a los hombres, no hay pedazo que nos venga bien. Habiendo logrado la iluminación, le di un beso en la frente a una durmiente Mariana, sonriendole aunque ella no me viera como agradecimiento por la noche que me había regalado, y acto seguido, me deje caer en brazos de Morfeo.
Al día siguiente, o mas bien, a las pocas horas, ya de día claro, me desperté, mas había algo extraño, y no era el hecho de que tenia la pija re contra parada, no, sino que había una mano metida en mi boxer masajeandomela despacio, era Mariana que al parecer andaba mimosa, si le puedo llamar a eso mimos.
- ¿Qué haces boluda?- Le pregunte medio dormido mientras atinaba a mirarle a la cara.
- Tengo hambre- Me contesto ella mordiéndose el labio con una sonrisa a medio esbozar.
- ... -Tragué saliva.
FIN
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FINALES ALTERNATIVOS
(Aportados por mis "yo" del futuro, del pasado, y de presentes alternos, los tengo agregados al Skype)
Final UFO
(Aportados por mis "yo" del futuro, del pasado, y de presentes alternos, los tengo agregados al Skype)
Final UFO
En medio de la noche, una luz blanca envolvió la casa, Mariana tenia miedo, pero yo en el fondo ya sabia lo que estaba pasando, mi visita había acabado muy pronto, la despedida era inminente.
-- Son ellos. Comente rápidamente.
-- Cómo que ellos, quienes? me pregunto sorprendida.
-- Lo siento Mariana, mi Planeta me necesita.
La puerta principal se abrió, permitiendo que una luz intensa invadiera la sala, dejando ciega por algunos segundos a la incauta joven, momentos despues, cuando recupero la vision, yo ya no me encontraba ahí, Mariana cayó desmayada al piso por el shock inicial. Al cabo de unas horas ella despertó, y al ver que no había rastro de la apasionada noche que había pasado, decidió asumir que todo había sido un sueño de Resines.
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Final Culebron
Mis días en Caballito habían terminado, las noches con Mariana me acompañarían a lo largo de mi vida fuera donde fuera, sin importar el tiempo que pasara, y de todos modos, ya estaba pensando en cuando volver a visitarla, nos habían quedado muchas cosas por probar. Mientras proseguía con mis pensamientos internos, el ruido del tren llegando a la estación se hacia sentir, un sentimiento de melancolía invadió mi dolorido pecho, ya extrañaba Caballito, sus calles, sus gentes...a Mariana.
El ruido de fuertes pisadas se sentía detrás mio, era alguien que estaba corriendo, y ese alguien se me estaba acercando, la curiosidad me pudo y me di vuelta, sin esperar ni siquiera imaginar que me iba a encontrar con alguien que se tiraría encima mio y me daría un abrazo. Una mujer, una mujer alta, mas alta que yo, aunque eso no fuera nada difícil...ese olor, Mariana, era ella ¿Qué hacia en la estación? ya nos habíamos despedido.
-- ¿Qué haces acá boluda?
-- ¡Llevame con vos! Me grito desesperada.
-- ¿Qué decís? ¿Cómo te voy a llevar conmigo? Le replique con el culo lleno de dudas.
-- Es que...estoy...-La pausa en sus palabras hizo que se detuviera el tiempo.
-- ¿Estás qué? Le pregunte impaciente.
-- ¡ESTOY EMBARAZADA!
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Menuda monstruosidad de texto me salio, no se si alguien se lo va a leer entero, pero bueno, con que lo lea la chica a quien esta dedicado estoy feliz, de todos modos ya es un desperdicio de post porque se queda en Novatos, hay que aceptar las normas de Poringa, no se muere nadie.
A los que se lo lean, mil gracias por fumárseloo y se agradecerán las criticas, si alguien tiene alguna idea para algún relato me la puede hacer saber con un comentario o con un MP, puedo hacer relatos por encargo jajajajaja
Y a @Mariputita, que decir, no voy a decir que no me muero de ganas de cogerte 🤤 , pero seguro estoy en la Friendzone. Tenes un toque especial que hace que me caigas re bien, me metí en Poringa! mas que nada por vos y creo que me voy a hacer asiduo a publicar chanchadas acá gracias a eso, también decirte que sos una grosa y siempre vas a ser mi Poringuera especial 😉
Me divertí mucho escribiendo este relato, de a ratos me daba asco a mi mismo de tanto repetir pija, concha, culo, y andar poniendo diminutivos, pero de a poco le fui tomando cariño a mi creación, puedo decir que estoy orgulloso.
Un saludo a todos y les deseo un feliz Domingo.
4 comentarios - Mi fantasía y mis ratones con @Mariputita
Me encantó el relato, me imaginaba que estar con vos sería exactamente como lo describis.
" "¿Y?¿Cuando me lo vas a romper?", sinceramente no se puede ser mas... "¿Me lo queres romper verdad? R-O-M-P-E-M-E-L-O" "
Lo amé.
Fue difícil escribirlo primero porque soy un colgado, y segundo porque muchas veces me terminaba poniendo al palo, eso de calentarme escribiendo solo es nuevo para mi. Así que tuve que luchar contra mis propias carnes para lograr terminarlo jajajajaja
Sobre el final UFO, ya sabias que estaba loco, no te vas a venir a quejar ahora, además tenia planeado otro final, el Final Poringuero, tipo : ¿Y a donde vamos?...¡VAMOS A PORINGA
Silent Hill? JAJAJA! Muy bueno me encanto me puse re asdksajz!
Pasate por mis post en una de esas te gustan igual vendran mas jajaja
Ella es un bombón y me encanta y me dio un enorme y maravilloso placer haber estado con ella !!!
Angie
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
Gracias por comentar y por fumarte semejante texto, la verdad es que se me fue de las manos xD
Un saludo Angie, sos una privilegiada 😉
Besos.
-Jenny