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Éramos pocos y llegó la abuela, bah, mi madre, última par

Éramos pocos y llegó la abuela, bah, mi madre, última par
Regresamos de la salida en "familia" ya entrada la noche, mientras mi madre se bañaba, mi hijo Leo iba al almacén del barrio a buscar unos víveres para cenar, yo me puse a preparar la comida.
No era todavía el momento adecuado para conversar con mi madre, esperaría hasta que Leo se marchara por la mañana rumbo a incorporarse al ejército y cumplir con el servicio militar obligatorio.
De pronto, mi madre apareció en la sala de estar y tomó asiento "cuál una lady" en un sofá, vestida o, más bien casi desvestida con una camisa, camisolín, bata, o no se que cosa negra y un sombrero haciendo juego.
Parecía creerse una actriz de Hollywood.
¡Qué hacés así vestida! Le espeté nerviosa
¿Cómo así vestida? ¡Estoy de entre casa! Me respondió muy campante
¡Si, pero medio desnuda! ¡No estamos solas! Aclaré enojada
¡Ya se, está mi nieto! ¿Qué estoy mal, desubicada con mi atuendo? Me preguntó la descocada caradura
¡Si, por supuesto! ¡Andá a vestirte! ¡Ponete pantalones! Le grité
Fue justo en el instante que mi hijo Leo ingresaba a la casa con las compras de último momento.
¡Qué pasa! ¡Siempre gritándole a la abuela! Exclamó él
¡Por eso no la conozco! ¡Porque están peleadas! Aseguró Leo
Mi madre lenta y disimuladamente se retiró al dormitorio, el de mi hijo, donde estaban sus cosas hasta que regresara Felina, mi hija, su nieta, la hermana de Leo.
¡No, bueno, pero se cree que estamos solas! ¡No te ve como un hombre! Dije y me arrepentí al hacerlo
No fuera cosa que este pendejo calentón, quisiera demostrárselo (ser hombre) a su abuela, ya me tenía a mi y también a su hermana, como para flirtear con su abuela, adulta mayor.
madre
Fastidiada, mi madre se cambió de ropas, hasta pantalones se puso para cenar, a mi me puso "cara de orto", sin embargo a Leo, le hacía "sonrisitas" y creía que no me daba cuenta.
De todos modos, bajé un cambio, tampoco mi hijo era un adonis, tal vez sólo era buscar la complicidad de su nieto desconocido por ella, una forma de empatía familiar.
Terminamos de cenar, me levanté para lavar los trastos y ella se ofreció hacerlo y me dijo ¡Porqué no te duchás!
¡Si, tenés razón, me mató este intenso día! Respondí, e indiqué que primero usara el cuarto de baño Leo, pero, él me respondió, ¡No, bañate así la ayudo a la abuela, mientras charlamos y después si, me voy a dormir, porque mañana me incorporo al ejército!
Me pareció lógico y me fui a duchar, mientras me desvestía antes de abrir el grifo y que saliera el agua, los escuchaba conversar y reír a los dos.
Ya con el agua cayendo y duchándome no oí nada más.
Al salir, mi madre ya no estaba, sólo mi hijo me esperaba para ducharse él, rápidamente y acostarse a dormir.
Yo, salí y al verlo sólo pregunté por mi madre, Leo me respondió, que me había dejado las "buenas noches" y que estaba cansada y se había ido a dormir, agregó ¡Pobre abuela, si vos estás cansada imaginate ella con sus años!
¡Yo estaba cansada! Dije, quitándome el toallón que me cubría el cuerpo recién lavado y me mostré desnuda ante mi hijo con el único atuendo de la toalla, enroscada en mis húmedos cabellos recién enjuagados, con cara insinuante, sugestiva, sexy.
incesto
El se sorprendió, pero mal, no le gustó mi actitud, me dijo ¡Qué hacés, enloqueciste! ¡Cubrite, está la abuela!
¡Acostada! ¡No me acabás de decir que se fue a dormir, la señora mayor! Ofendida respondí
¡Bueno, pero ya no estamos solos! Contestó de manera lógica, haciéndome ver como una fanática ninfómana
Con los ojos húmedos me fui a mi dormitorio sin saludarlo.
El me interceptó y me pidió ¡No te enojes! ¡Dentro de unas pocas horas tengo que irme, quiero descansar porque no se como será la instrucción militar! Y me besó tiernamente en los labios cariñosamente.
Se me pasó el berrinche ¡Tenés razón, pero lo que pasa es que te amo! ¡Temprano, me levanto y te hago el desayuno! ¡Así que ya mismo me duermo para levantarme a las 6.00 am! Y me fui a dormir, Leo tenía que estar en la ciudad de La Plata a las 8.00 am.
Lo escuché mientras me dormitaba bañándose y el ruido del agua corriendo me durmió.
abuela
Cuando Leo, salió del cuarto de baño, en la sala principal, en el living de la casa, se encontraba ella, mi madre, la abuela de mi hijo en ropa interior sugestiva, Marjo observó a su nieto y le dijo ¡Tengo sed!
Leo, la vio, y no podía creer lo bien que estaba la anciana ¿Querés tomar una gaseosa? Preguntó temeroso
¡No precisamente! ¿En esta casa no hay algo más fuerte? Inquirió Marjo la abuelita
¡Creo que hay whisky, pero no se, porque yo no tomo! Aclaró el nieto
¡Bueno, pero hoy vas hacer una excepción! ¡No podés dejar beber sola a una dama, más siendo tu abuela! Dijo irónica ¡No me gusta el término, vos llamame por mi nombre! Aclaró ella
¡Ok Marjo, haré una concesión, por vos!
Su padre tenía guardado un "white horse" un whisky de los caros para brindar en ocasiones especiales, y está lo era, penso Leo.
Un trago llevó a otro, y otro a uno más y el joven estaba borracho y animado una cosa trajo la otra y ambos terminaron en el dormitorio que por una noche compartirían.
Y de un momento a otro Leo se excitó y recordaba estar blandiendo su miembro dentro de sus pantalones cortos, ofreciéndolo a su abuela, eso fue lo último que recordaba.
hijo
A las seis en punto, su madre, lo despertó con un café negro, su hijo no podía levantarse, olía a alcohol, su madre dormía, Angélica la llamó para que la ayudara con su hijo y nieto de ella, entre ambas lo despabilaron, y él, Leo riéndose se cambió contento, marchándose apurado a viajar hacia su destino militar.
nieto
Angélica, la madre de Leo, todo esto le hacía ruido y la miraba sin disimular a su madre fijamente, ella permnecía con esa bata, camisa, blusa, o no se que cosa blanca, sin nada abajo, solo su traje de Eva, mirando perdida hacia el horizonte, pensativa.
Éramos pocos y llegó la abuela, bah, mi madre, última par
Leo, ya en el micro, que lo llevaría a la "colimba" entre dormido, recordaba vagos sucesos de lo acaecido esa noche con su veterana abuela, lo que si tenía presente, era la claridad del amanecer pegándole en el rostro, al aire libre, en el fondo de su casa, con la claridad del día y su abuela de rodillas frente a él y realizando una fellatio, una tirada de goma, una chupada de pija, una mamada de verga y se durmió riéndose.

44 comentarios - Éramos pocos y llegó la abuela, bah, mi madre, última par

tonyloco21
Gracias por seguirme alimentando con ésta gran historia!!! Espero la siguiente.
sersh
buena historia!!! yo la quiero con mi suegra!!
Mercer95
Muy buen post, me los lei todas las partes del relato de una jajaja, este es el ultimo capitulo de esta historia en general?
er11
Buenos post impresionante historia jejej recien ahora los pude ver ando corto de tiempo. Saludos !!!
chikouz
muy buena como para un best seller jaja
dany5354
esta buenisima la historia
te felicito 😛
saludos
nito56
lo que daria por tener a la abuela esa!!!
nito56
no no a la mia.. a esta!!!
Nena1525
Que manera de calentarme...