Hola comunidad Poringera!
Les traigo Mi primer post. Se trata de mi primer relato erotico. Espero que lo disfruten.
Comenten que les parecio, si asi lo desean.
Sin mas preambulo, he aqui el relato:
La noche de ese viernes estaba hermosa, no hacia frio, ninguna nube en el cielo. Era una gran noche de verano. Había arreglado para encontrarme con mi amiga Verónica que hace bastante no veía.
Con ella solíamos juntarnos, salir de día y de noche. Teníamos mucha confianza mutua. Y aunque ninguno de los dos jamás lo dijo, ambos nos dábamos cuenta que existía una tensión sexual entre nosotros. Ella me gustaba y yo le gustaba a ella. Pero se ve que entendíamos que esa relación era importante para los dos y ninguno se animo a hacer nada. Los dos estábamos muy bien con eso.
Pero hace algunos años ella se puso de novia y empecé a verla cada vez menos. Esa disminución de nuestros encuentros llego al punto de no vernos por periodos muy extensos, y si nos veíamos era muy poco tiempo. Tan poco tiempo que solamente alcanzaba para contarnos los estados de nuestras rutinas.
Era evidente que todo eso era por su noviazgo, pero hasta ese entonces no sabía si era ella la que había cambiado, o a su novio no le gustaba que saliera con amigos.
Pero esta noche de verano, después de mucho tiempo, arreglamos para vernos en su casa. Casa a la que se había mudado con su novio hace un tiempo ya. No era el momento más cómodo para vernos, porque yo salía de trabajar y de jugar el fulbito con mis amigos. Pero no podía decirle que no a esa oportunidad.
Llego a su casa, toco el timbre y sale ella vestida toda deportiva. Ya tenía un lomazo, pero se ve que todo este tiempo le sentó muy bien, porque esta ropa dejaba ver todas sus curvas que estaban increíbles. Enseguida me volvieron todos los recuerdos de cuando salíamos. Ella tenia un cuerpo hermoso. Era una morocha divina, con unos ojos que parecían que te iban a comer cuando te miraba, unas tetas muy pulposas que le encantaba mostrar con sus escotes, y el recorrido desde su cinturita hacia ese terrible culo redondo que tenia. Ya en esa época me encantaba, ahora estaba mucho mejor. Hacia un esfuerzo terrible por dejar de mirar todo su cuerpo como si estuviera hipnotizado, pero se me hacia difícil.
Nos saludamos con un fuerte abrazo. Cuando le pregunte por la ropa me contesto que venia del gimnasio, que hacia un tiempo largo que iba.
Me preguntó:
- ¿Se nota?
- Si si, estas muy bien.
Respondí yo. Y fui suave, porque en realidad tenía ganas de decirle “Estas para partirte”
Entre a su casa. Me fue mostrando todas las habitaciones. Pero mientras iba recorriendo la casa me pareció raro no haber visto a su novio, así que le pregunte por él. Me dijo que se había ido con sus amigos de vacaciones por el finde y que ella se había quedado sola.
-Veo que no te molesta que se vaya de vacaciones con sus amigos. Me parece muy bien que des esas libertades.
Le dije yo.
-Si, pero mas me gusta haberme quedado sola. Son vacaciones para mí también.
Dibujo una sonrisa cómplice mientras me lo decía.
-¿En serio son vacaciones para vos también? No creo que sea tan pesado.
-En realidad ahora estoy sola, pero cuando él esta también es como si lo estuviera. Me trata re distante.
A todo esto ya estábamos en su dormitorio donde tenía la pc. Nos sentamos en unas sillas y ella puso música de fondo. Aproveche el momento para preguntarle
-Pero si te trata distante, no le molestaría que salgas vos y hagas la tuya también. Y sin embargo dejaste de hacer muchas cosas
-Si, es cierto. Por eso ando enojada con el. Es distante pero le molesta que haga la mía. Pero bueno, basta de hablar de eso y hablemos de nosotros que es lo que quiero de esta noche.
Seguimos hablando un rato más de nuestras vidas y a medida que nos relajábamos y nos poníamos cómodos, mi mirada se iba hacia sus tetas. No podía evitar caer en el escote de ese top deportivo. Trataba de disimular pero resultaba evidente, y ella hacia como si no pasara nada, excepto por esa sonrisa cómplice que ponía.
Unos minutos después me dice
-Espera que me voy a bañar que estoy impresentable, solo voy a tardar un ratito.
Va al armario a buscar ropa, y cuando se agacha, me mostro ese culo redondo todo marcado por esa calza que llevaba puesta. No podía dejar de mirárselo. Sentía como la pija se me iba parando con todo. Por suerte llevaba un jean yo porque de otra manera iba a quedar muy en evidencia lo caliente que me ponía.
Se da vuelta, y me dice “vuelvo enseguida”. Agarro la toalla y se fue a bañar. Yo había quedado en llamas. No podía dejar de imaginármela mientras se desvestía y se enjabonaba. Ya estaba muy al palo y sentía que el jean me incomodaba. Tenía muchas ganas de sacarla y hacerme una paja para bajar la calentura.
Minutos después oigo que cierra la ducha, y para mi sorpresa entra al dormitorio envuelta con una toallita muy cortita, sostenida por sus terribles tetas y que terminaba justo donde terminaba su culito redondo. Mostraba todas sus piernas que de tanto entrenamiento se notaba que estaban muy duras. Casi tanto como yo.
-Me vine a cambiar acá porque en el baño hacia mucho calor y no quería volver a transpirar.
-Ah bueno…
-Esperame un ratito afuera y te aviso.
-Jaja dale.
El problema era que yo de tanto imaginar y de tanto ver ese lomazo que tenía estaba que no daba más. Y a pesar del jean se iba a notar que estaba recontra al palo, así que me hice el boludo como buscando el celular o algo así, me di vuelta un poquito, y me la acomode para que no se notara tanto. Me doy vuelta, y veo que ella me había visto. Ya sabia lo duro que estaba y se reía. Me hice el desentendido, me levante y salí.
No sabia que hacer. Tenia la mente a mil por hora, pero no sabia si avanzar a ver si ella quería que pasara algo, o si solo lo hacia por jugar y no quería nada mas. No podía dejar de pensar que hacer, cuando me llama diciendo “ya esta, vení”.
Entro a la pieza y la encuentro sentada cruzada de piernas. Se había puesto una pollerita muy cortita y una remerita con unos breteles muy finitos y un escote que me daban unas ganas de hundir la cara ahí.
Me siento al lado de ella y me dice “antes te decía que no me dan ni bola, y encima no quieren que haga mi vida. Yo me canse de eso. Voy a hacer lo que tengo ganas. Y lo que siempre tuve ganas de hacer…”
Yo empecé a contestarle cuando de repente la música cambio a una canción de Xuxa que no tenía nada que ver con la situación, entonces le digo “espera que cambio esto porque no da”. Arrimo la silla con rueditas a la pc y mientras busco una mejor canción, ella se me acerca por atrás, me apoya sus pulposas tetas en la cabeza, las va bajando por mi cuello hasta que su boca queda al lado de mi oreja y las tetas en mi espalda. Me dice “pone algo suave”.
No sé que me hizo calentar mas, si la recorrida de sus tetas por mi cabeza o el tono con el que me dijo eso. Al toque puse una seguidilla de temas de blues que a ella le gustaba. Rote con la silla para tenerla de frente.
Ella se me sentó encima me dijo “espere mucho tiempo para esto” y me empezó a comer la boca como pocas veces me lo han hecho. El sabor de sus labios me encantaba, saboreaba todos sus besos. Disfrutaba de sus labios, su lengua, su saliva, su respiración. Todo.
Con mis manos la agarraba de su cintura, y lentamente empecé a explorar su espalda. Mi mano derecha subía, la agarraba de la nuca y el pelo para poderle comer la boca mejor, y mi mano izquierda bajaba hasta su pierna, la tocaba por todos lados y lentamente comencé a subir corriendo despacito su pollerita. Llegué hasta su culo, se lo apretaba con todas las ganas acumuladas que tenia, en ese momento note la diminuta tanguita que se puso. Estaba toda metida en ese culito, que no podía dejar de tocar y apretar.
Pase de besar su boca a hacer un recorrido por sus cachetes, y cuando bajaba por su cuello lo besaba con muchísimas ganas, lo mordía, lo volvía a besar. Me encantaba. Seguí bajando hasta que llegue a sus tetas. Tanto tiempo queriendo hacer lo que estaba a punto de hacer. Con mi mano derecha le desabroche el corpiño, y después le baje los breteles de su remera sin sacársela. La seguí besando y chupando el principio de sus tetas. Bajaba de a poquito. Y mientras mas bajaba las le sacaba la remera. Seguía bajando y chupándoselas y besándolas desesperadamente. Hasta que de un golpe le baje la remera y salieron sus tetas como si estuvieran reprimidas esperando salir.
Comencé a lamerle los pezones. Esos pezones hermosos que tenía. Se le pusieron duros al toque. Empecé a chupárselos muy despacito pero cada instante lo hacia un poquito mas fuerte. Mis manos ya estaban por todos lados y mi poronga ya no daba más. Necesitaba sacarla de ahí adentro de mis pantalones. Pedía libertad.
Como si me hubiese leído la mente, ella toma distancia, baja sus manos y de un tirón me abre el cinturón ajustable que tenia. Desabrocha el botón del pantalón y baja el cierre. Y como si me torturara baja muy lentamente el pantalón y mi bóxer, hasta que mi pija salta como un resorte comprimido de lo dura que estaba. Tenia toda la punta llena de leche que brotaba. Como si desbordara. Como si anunciara lo que iba a venir.
Vuelve a sentarse sobre mi y ahora si puedo sentirla mucho mas. Me empecé a mover para rozar mi pija contra su concha. Ella hacia lo mismo, nos besábamos y manoseábamos por todos lados mientras nos movíamos a un ritmo hipnótico.
Yo ya no aguantaba más. La quería coger. Así que baje mi mano, agarre su tanguita y se la corrí a un costado. Empecé a rozarle la concha con mi pija, ahora si, sin ningún intermediario. Podía sentir lo mojada que estaba. Totalmente empapada.
Ese ritmo al que nos movíamos ya me volvió loco. Tenía la mente solo un pensamiento. Totalmente nublada para otra cosa que no sea cogérmela ahí nomas. Empecé a moverme cada vez mas para atrás. La punta de mi poronga se acercaba peligrosamente a la parte más húmeda de su concha. Y ya estando a las puertas del no retorno, se me puso en blanco la mente, no aguante más y se la puse así como estaba.
El placer que sentí en ese momento fue inolvidable. Ella también me lo hizo saber con sus gemidos, que le había encantado. Y en esa misma pose, en esa misma silla, empezamos a coger como locos. Como desesperados. Cada vez más fuerte y más profundo.
Ella me decía
-¡Qué duro que estás! ¡Seguí así y cógeme más!
-Así me la pusiste desde que llegue. Ya no aguantaba más. ¡Me volvía loco por cogerte así!
Le respondí.
La agarré con las dos manos del culo, me levante dejándola a ella en el aire. La lleve hasta la cama y sin sacársela la tire ahí. Seguimos cogiendo ahora haciendo el misionero. Cogíamos con todo. En esta pose ahora se la ponía tan adentro como quisiera. Y yo se la ponía todo lo adentro que podía. Mientras le comía la boca, el cuello, las orejas. Todo lo que podía.
“Quiero que me cojas en cuatro” me dice. Cambiamos de pose, pero antes nos sacamos lo que quedaba de ropa para estar más cómodos. Se la vuelvo a poner y entramos a coger con todas las ganas. Como si cada vez tuviéramos más calentura los dos.
Me la cogía con todo, pero en algunos momentos, me gustaba sacársela y volvérsela a poner muy despacito. Se la volvía a sacar y a poner muy despacito. “¡No seas tan malo!” me decía. Yo escuchaba el ruidito que hacia al metérsela estando tan mojada. Eso me volvía loco. Mas ganas de cogerla me daba al escuchar eso.
Me dice “quiero chuparla. Quiero limpiártela y sentir tu gustito mezclado con el mio”. Se da vuelta y en 4 me la empieza a chupar. Me la lame toda. Se la mete en la boca y la saborea como si fuera una golosina. Después se la mete hasta el fondo y la vuelve a saborear. Se la saca de la boca, me mira, sonríe y se vuelve a dar vuelta para que me la siga cogiendo.
“como puede estar tan buena y ser tan puta” pensé. Se la volví a poner y cogimos con todo. La agarre del pelo y ahora si le entre a dar duro. Con fuerza y profundo. Sentía el bamboleo de sus tetas en cada empuje que le daba. Eso me calentaba todavía más.
“Cogeme así que voy a acabar. ¡Me vas a hacer acabar!” me dice y al toque siento como todo su cuerpo se endurece, se arquea y larga unos gemidos de placer puro. Nunca me voy a olvidar de eso.
Yo también estaba a punto de acabar así que seguí metiéndosela y le dije
-“Me vas a hacer acabar vos ahora.” “¿Queres que te tire la lechita?”
-¡Si! ¡La quiero toda!
Y ahí nomas llegue al punto máximo. Saque mi pija de adentro de su concha, la agarré con mi mano y con solo unos movimientos mas estallo como un volcán todo sobre su espalda y su culo. Nunca me salió tanta leche como esa vez. Fue un enchastre. Un hermoso enchastre.
Ella se acuesta boca abajo y me pongo a su lado. Nos besamos con ternura y nos hacíamos unos mimos. Estábamos los dos muy relajados.
Me dice:
-Fue mucho mejor de lo que me imagine todos estos años.
-Si, fue increíble.
Y antes de volverme a besar me avisa:
-Prepárate, porque tenemos toda la noche. Va a ser una noche larga. Muy larga. Para los dos…
Fin.
Les traigo Mi primer post. Se trata de mi primer relato erotico. Espero que lo disfruten.
Comenten que les parecio, si asi lo desean.
Sin mas preambulo, he aqui el relato:
La noche de ese viernes estaba hermosa, no hacia frio, ninguna nube en el cielo. Era una gran noche de verano. Había arreglado para encontrarme con mi amiga Verónica que hace bastante no veía.
Con ella solíamos juntarnos, salir de día y de noche. Teníamos mucha confianza mutua. Y aunque ninguno de los dos jamás lo dijo, ambos nos dábamos cuenta que existía una tensión sexual entre nosotros. Ella me gustaba y yo le gustaba a ella. Pero se ve que entendíamos que esa relación era importante para los dos y ninguno se animo a hacer nada. Los dos estábamos muy bien con eso.
Pero hace algunos años ella se puso de novia y empecé a verla cada vez menos. Esa disminución de nuestros encuentros llego al punto de no vernos por periodos muy extensos, y si nos veíamos era muy poco tiempo. Tan poco tiempo que solamente alcanzaba para contarnos los estados de nuestras rutinas.
Era evidente que todo eso era por su noviazgo, pero hasta ese entonces no sabía si era ella la que había cambiado, o a su novio no le gustaba que saliera con amigos.
Pero esta noche de verano, después de mucho tiempo, arreglamos para vernos en su casa. Casa a la que se había mudado con su novio hace un tiempo ya. No era el momento más cómodo para vernos, porque yo salía de trabajar y de jugar el fulbito con mis amigos. Pero no podía decirle que no a esa oportunidad.
Llego a su casa, toco el timbre y sale ella vestida toda deportiva. Ya tenía un lomazo, pero se ve que todo este tiempo le sentó muy bien, porque esta ropa dejaba ver todas sus curvas que estaban increíbles. Enseguida me volvieron todos los recuerdos de cuando salíamos. Ella tenia un cuerpo hermoso. Era una morocha divina, con unos ojos que parecían que te iban a comer cuando te miraba, unas tetas muy pulposas que le encantaba mostrar con sus escotes, y el recorrido desde su cinturita hacia ese terrible culo redondo que tenia. Ya en esa época me encantaba, ahora estaba mucho mejor. Hacia un esfuerzo terrible por dejar de mirar todo su cuerpo como si estuviera hipnotizado, pero se me hacia difícil.
Nos saludamos con un fuerte abrazo. Cuando le pregunte por la ropa me contesto que venia del gimnasio, que hacia un tiempo largo que iba.
Me preguntó:
- ¿Se nota?
- Si si, estas muy bien.
Respondí yo. Y fui suave, porque en realidad tenía ganas de decirle “Estas para partirte”
Entre a su casa. Me fue mostrando todas las habitaciones. Pero mientras iba recorriendo la casa me pareció raro no haber visto a su novio, así que le pregunte por él. Me dijo que se había ido con sus amigos de vacaciones por el finde y que ella se había quedado sola.
-Veo que no te molesta que se vaya de vacaciones con sus amigos. Me parece muy bien que des esas libertades.
Le dije yo.
-Si, pero mas me gusta haberme quedado sola. Son vacaciones para mí también.
Dibujo una sonrisa cómplice mientras me lo decía.
-¿En serio son vacaciones para vos también? No creo que sea tan pesado.
-En realidad ahora estoy sola, pero cuando él esta también es como si lo estuviera. Me trata re distante.
A todo esto ya estábamos en su dormitorio donde tenía la pc. Nos sentamos en unas sillas y ella puso música de fondo. Aproveche el momento para preguntarle
-Pero si te trata distante, no le molestaría que salgas vos y hagas la tuya también. Y sin embargo dejaste de hacer muchas cosas
-Si, es cierto. Por eso ando enojada con el. Es distante pero le molesta que haga la mía. Pero bueno, basta de hablar de eso y hablemos de nosotros que es lo que quiero de esta noche.
Seguimos hablando un rato más de nuestras vidas y a medida que nos relajábamos y nos poníamos cómodos, mi mirada se iba hacia sus tetas. No podía evitar caer en el escote de ese top deportivo. Trataba de disimular pero resultaba evidente, y ella hacia como si no pasara nada, excepto por esa sonrisa cómplice que ponía.
Unos minutos después me dice
-Espera que me voy a bañar que estoy impresentable, solo voy a tardar un ratito.
Va al armario a buscar ropa, y cuando se agacha, me mostro ese culo redondo todo marcado por esa calza que llevaba puesta. No podía dejar de mirárselo. Sentía como la pija se me iba parando con todo. Por suerte llevaba un jean yo porque de otra manera iba a quedar muy en evidencia lo caliente que me ponía.
Se da vuelta, y me dice “vuelvo enseguida”. Agarro la toalla y se fue a bañar. Yo había quedado en llamas. No podía dejar de imaginármela mientras se desvestía y se enjabonaba. Ya estaba muy al palo y sentía que el jean me incomodaba. Tenía muchas ganas de sacarla y hacerme una paja para bajar la calentura.
Minutos después oigo que cierra la ducha, y para mi sorpresa entra al dormitorio envuelta con una toallita muy cortita, sostenida por sus terribles tetas y que terminaba justo donde terminaba su culito redondo. Mostraba todas sus piernas que de tanto entrenamiento se notaba que estaban muy duras. Casi tanto como yo.
-Me vine a cambiar acá porque en el baño hacia mucho calor y no quería volver a transpirar.
-Ah bueno…
-Esperame un ratito afuera y te aviso.
-Jaja dale.
El problema era que yo de tanto imaginar y de tanto ver ese lomazo que tenía estaba que no daba más. Y a pesar del jean se iba a notar que estaba recontra al palo, así que me hice el boludo como buscando el celular o algo así, me di vuelta un poquito, y me la acomode para que no se notara tanto. Me doy vuelta, y veo que ella me había visto. Ya sabia lo duro que estaba y se reía. Me hice el desentendido, me levante y salí.
No sabia que hacer. Tenia la mente a mil por hora, pero no sabia si avanzar a ver si ella quería que pasara algo, o si solo lo hacia por jugar y no quería nada mas. No podía dejar de pensar que hacer, cuando me llama diciendo “ya esta, vení”.
Entro a la pieza y la encuentro sentada cruzada de piernas. Se había puesto una pollerita muy cortita y una remerita con unos breteles muy finitos y un escote que me daban unas ganas de hundir la cara ahí.
Me siento al lado de ella y me dice “antes te decía que no me dan ni bola, y encima no quieren que haga mi vida. Yo me canse de eso. Voy a hacer lo que tengo ganas. Y lo que siempre tuve ganas de hacer…”
Yo empecé a contestarle cuando de repente la música cambio a una canción de Xuxa que no tenía nada que ver con la situación, entonces le digo “espera que cambio esto porque no da”. Arrimo la silla con rueditas a la pc y mientras busco una mejor canción, ella se me acerca por atrás, me apoya sus pulposas tetas en la cabeza, las va bajando por mi cuello hasta que su boca queda al lado de mi oreja y las tetas en mi espalda. Me dice “pone algo suave”.
No sé que me hizo calentar mas, si la recorrida de sus tetas por mi cabeza o el tono con el que me dijo eso. Al toque puse una seguidilla de temas de blues que a ella le gustaba. Rote con la silla para tenerla de frente.
Ella se me sentó encima me dijo “espere mucho tiempo para esto” y me empezó a comer la boca como pocas veces me lo han hecho. El sabor de sus labios me encantaba, saboreaba todos sus besos. Disfrutaba de sus labios, su lengua, su saliva, su respiración. Todo.
Con mis manos la agarraba de su cintura, y lentamente empecé a explorar su espalda. Mi mano derecha subía, la agarraba de la nuca y el pelo para poderle comer la boca mejor, y mi mano izquierda bajaba hasta su pierna, la tocaba por todos lados y lentamente comencé a subir corriendo despacito su pollerita. Llegué hasta su culo, se lo apretaba con todas las ganas acumuladas que tenia, en ese momento note la diminuta tanguita que se puso. Estaba toda metida en ese culito, que no podía dejar de tocar y apretar.
Pase de besar su boca a hacer un recorrido por sus cachetes, y cuando bajaba por su cuello lo besaba con muchísimas ganas, lo mordía, lo volvía a besar. Me encantaba. Seguí bajando hasta que llegue a sus tetas. Tanto tiempo queriendo hacer lo que estaba a punto de hacer. Con mi mano derecha le desabroche el corpiño, y después le baje los breteles de su remera sin sacársela. La seguí besando y chupando el principio de sus tetas. Bajaba de a poquito. Y mientras mas bajaba las le sacaba la remera. Seguía bajando y chupándoselas y besándolas desesperadamente. Hasta que de un golpe le baje la remera y salieron sus tetas como si estuvieran reprimidas esperando salir.
Comencé a lamerle los pezones. Esos pezones hermosos que tenía. Se le pusieron duros al toque. Empecé a chupárselos muy despacito pero cada instante lo hacia un poquito mas fuerte. Mis manos ya estaban por todos lados y mi poronga ya no daba más. Necesitaba sacarla de ahí adentro de mis pantalones. Pedía libertad.
Como si me hubiese leído la mente, ella toma distancia, baja sus manos y de un tirón me abre el cinturón ajustable que tenia. Desabrocha el botón del pantalón y baja el cierre. Y como si me torturara baja muy lentamente el pantalón y mi bóxer, hasta que mi pija salta como un resorte comprimido de lo dura que estaba. Tenia toda la punta llena de leche que brotaba. Como si desbordara. Como si anunciara lo que iba a venir.
Vuelve a sentarse sobre mi y ahora si puedo sentirla mucho mas. Me empecé a mover para rozar mi pija contra su concha. Ella hacia lo mismo, nos besábamos y manoseábamos por todos lados mientras nos movíamos a un ritmo hipnótico.
Yo ya no aguantaba más. La quería coger. Así que baje mi mano, agarre su tanguita y se la corrí a un costado. Empecé a rozarle la concha con mi pija, ahora si, sin ningún intermediario. Podía sentir lo mojada que estaba. Totalmente empapada.
Ese ritmo al que nos movíamos ya me volvió loco. Tenía la mente solo un pensamiento. Totalmente nublada para otra cosa que no sea cogérmela ahí nomas. Empecé a moverme cada vez mas para atrás. La punta de mi poronga se acercaba peligrosamente a la parte más húmeda de su concha. Y ya estando a las puertas del no retorno, se me puso en blanco la mente, no aguante más y se la puse así como estaba.
El placer que sentí en ese momento fue inolvidable. Ella también me lo hizo saber con sus gemidos, que le había encantado. Y en esa misma pose, en esa misma silla, empezamos a coger como locos. Como desesperados. Cada vez más fuerte y más profundo.
Ella me decía
-¡Qué duro que estás! ¡Seguí así y cógeme más!
-Así me la pusiste desde que llegue. Ya no aguantaba más. ¡Me volvía loco por cogerte así!
Le respondí.
La agarré con las dos manos del culo, me levante dejándola a ella en el aire. La lleve hasta la cama y sin sacársela la tire ahí. Seguimos cogiendo ahora haciendo el misionero. Cogíamos con todo. En esta pose ahora se la ponía tan adentro como quisiera. Y yo se la ponía todo lo adentro que podía. Mientras le comía la boca, el cuello, las orejas. Todo lo que podía.
“Quiero que me cojas en cuatro” me dice. Cambiamos de pose, pero antes nos sacamos lo que quedaba de ropa para estar más cómodos. Se la vuelvo a poner y entramos a coger con todas las ganas. Como si cada vez tuviéramos más calentura los dos.
Me la cogía con todo, pero en algunos momentos, me gustaba sacársela y volvérsela a poner muy despacito. Se la volvía a sacar y a poner muy despacito. “¡No seas tan malo!” me decía. Yo escuchaba el ruidito que hacia al metérsela estando tan mojada. Eso me volvía loco. Mas ganas de cogerla me daba al escuchar eso.
Me dice “quiero chuparla. Quiero limpiártela y sentir tu gustito mezclado con el mio”. Se da vuelta y en 4 me la empieza a chupar. Me la lame toda. Se la mete en la boca y la saborea como si fuera una golosina. Después se la mete hasta el fondo y la vuelve a saborear. Se la saca de la boca, me mira, sonríe y se vuelve a dar vuelta para que me la siga cogiendo.
“como puede estar tan buena y ser tan puta” pensé. Se la volví a poner y cogimos con todo. La agarre del pelo y ahora si le entre a dar duro. Con fuerza y profundo. Sentía el bamboleo de sus tetas en cada empuje que le daba. Eso me calentaba todavía más.
“Cogeme así que voy a acabar. ¡Me vas a hacer acabar!” me dice y al toque siento como todo su cuerpo se endurece, se arquea y larga unos gemidos de placer puro. Nunca me voy a olvidar de eso.
Yo también estaba a punto de acabar así que seguí metiéndosela y le dije
-“Me vas a hacer acabar vos ahora.” “¿Queres que te tire la lechita?”
-¡Si! ¡La quiero toda!
Y ahí nomas llegue al punto máximo. Saque mi pija de adentro de su concha, la agarré con mi mano y con solo unos movimientos mas estallo como un volcán todo sobre su espalda y su culo. Nunca me salió tanta leche como esa vez. Fue un enchastre. Un hermoso enchastre.
Ella se acuesta boca abajo y me pongo a su lado. Nos besamos con ternura y nos hacíamos unos mimos. Estábamos los dos muy relajados.
Me dice:
-Fue mucho mejor de lo que me imagine todos estos años.
-Si, fue increíble.
Y antes de volverme a besar me avisa:
-Prepárate, porque tenemos toda la noche. Va a ser una noche larga. Muy larga. Para los dos…
Fin.
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