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Penetrando una veterana cola

Hace un par de años que conozco a E, pero por algún motivo nunca pudimos concretar un encuentro si bien ya habíamos tenido charlas muy calientes; simplemente cuando ella estaba soltera yo tenía alguna relación o viceversa pero pude comprobar empíricamente que lo bueno se hace esperar. Concretamos una cita un caluroso viernes por la noche, como un caballero la pase a buscar por un lugar céntrico de donde ella vive cerca de Ezeiza, acordamos encontrarnos en una plaza frente a un banco, llegue puntual y la espere durante unos 15 minutos. Finalmente llego, madurita de 42 años, linda; pantalón blanco marcando la cola, musculosa verde con un poco de escote mostrando dos pechos enormes. Contextura normal y bien tetona como me gusta, correctamente maquillada, perfumada, sonriendo, sensual. Prometía ser una gran noche, nos saludamos efusivamente con un beso en la comisura de los labios subimos al auto y marchamos para San Telmo en busca de algún bar. Estacione, caminamos, nos sentamos tomamos un par de Caipiroskas, con el calor y alcohol nos la charla subió de tono, los besos continuaban mientras tocaba su cola me aclaro que tenía una tanga muy diminuta, me calenté y partimos en busca de un hotel. Llegamos, estaciono, pido una habitación. Entramos y lo primero que hicimos fue acostarnos para que baje un poco el alcohol ya que estábamos un poco mareados, la acción estaba por comenzar. Ella entro al baño y cuando salió estaba solo con su tanga diminuta y corpiño blanco que contenían sus grandes pechos, digamos 100cm. Hice lo mismo, entre al baño me lave un poco la cara y salí solo con un bóxer bien ajustado, ella me esperaba boca abajo apuntado con su culo para arriba, me recosté sobre ella jugando con mi pija en su culo, la frotaba haciendo que se ponga bien dura y gruesa. La tumbe boca arriba le arranque el corpiño y le chupe esas tetas bien grandes que me volvían loco, tenía los pezones bien grandes, los comía con ganas, con fuerza, los mordía, pasaba toda mi lengua con ganas las comía con una furia y calentura tremendas. Baje mi con mi lengua hasta llegar a su vientre, subió las piernas se saco la tanga y quedo frente a mí una conchita hermosa bien mojada, ella se la abría y me pedía por favor que se la chupe. Automáticamente me dedique a mi especialidad y chupe su concha con maestría, estilo; la abría, penetraba con mi lengua, frotaba su clítoris bien fuerte, la chupaba, tragaba sus jugos. Metí dos dedos dentro de ella, continúe frotando su clítoris y llego su primer orgasmo; sentí la presión con la que salían sus jugos dentro de su conchita, metía mi lengua y tragaba sus jugos; una experiencia única. Ahora era mi turno, ella me saco el bóxer a la fuerza, me obligo a pararme al borde de la cama y sentada me dio una chupada de pija magistral, lo hacía como una profesional del porno; la agarraba desde la base, la saboreaba toda, se la metía completita, jugaba con la puntita la escupía; continuo durante unos minutos hasta que no aguante más me puse un forro tire algo de lubricante en su conchita y la penetre en cuatro. La cogía con fuerza teniendo una vista de su linda cola, con ganas, fuerza, sentía el ruido que hacían nuestros cuerpos al chocar, estuve así varios minutos; la volvia loca cuando cambiaba de ritmo pasaba de la penetración fuerte a dejarla adentro hasta el fondo hasta que mis huevos choquen con su conchita, estábamos como locos.; luego de chatear durante tanto tiempo estábamos cogiendo como conejos. Me dijo que ahora era su turno de cogerme, me tumbo boca arriba en la cama y me dio una cabalgada tremenda, se movía con unas ganas, cogía como si fuera la última vez, me volvió loco ver como se movían su pechos, se sacudían de arriba abajo con fuerza, yo los tomaba, los apretaba, me los metía en la boca, mordía sus pezones. Cuando se canso se cabalgarme fui yo el encargado de moverme con fuerza, con ganas, con frenesí, llevante mis rodillas y continúe en la misma posición haciendo que en cada penetración pegara sobresaltos, cada vez lo hacía con más fuerza de tal manera que la cama hacía mucho pero mucho ruido al golpear contra la pared terminamos estallados de risa pensando que nos iban a llamar por teléfono para que no hagamos más ruido. Finalmente llego lo mejor, se volvió a poner en 4 pero antes saco un lubricante sabor frutilla se lo tiro en toda la cola y me obligo a chuparla, le chupe toda la cola, comía cada una de sus nalgas hasta que se tiro más lubricante pero en el ano. Ahora con su mano me obligo a comerle el culito, con ganas lo comía, lo penetraba con mi lengua, metía un dedo hasta que no se pudo contener y tuve frente a una increíble imagen. Me pateo hacía atrás se abrió con ambas manos el culito y me grito: cógeme el culo pendejo degenerado, que me rompan el culo me vuelve loca. Como un perro en celo obediente le hice caso, la metí en culo y la cogí con las misma ganas que lo hice por su conchita, la pija entraba con tanta facilidad producto de todo el lubricante usado y de mis chupadas. Cogía su culo con tantas fuerzas como pocas mujeres lo aguantan, encima pedía más y más; siempre en cuatro seguía y seguía rompiendo su culito. No recuerdo cuando tiempo estuve pero la transpiración culpa del alcohol, calor y la penetración anal era a esta altura insoportable. Mientras cogía su ano tuvimos una charla sexual y me dijo que no tenía límites, así que redoble la apuesta y le dije si se animaba a lo siguiente. Sacaba mi pija de su culo y la metía en boca y acababa todo. Me dijo que no, así que la segui cogiendo hasta acabar fui al baño, limpie mi herramienta que estaba extremadamente gruesa. Ella me esperaba de rodillas y me dijo: vení pendejo acabame todo en la boca. Nuevamente obediente le hice caso, me la chupo unos minutos como una estrella porno hasta que toda mi leche acumulada salió con fuerza en su boca, no dejo caer ni una gotita y se la trago toda. Nos pegamos una ducha para limpiar nuestros cuerpos, nos acostamos y dormimos hasta el día siguiente, la lleve a su trabajo y acordamos otro encuentro. Después de tanto tiempo finalmente tuvimos nuestra cogida inolvidable.

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