En un viaje a EE.UU. decidí tomarme una semana en Miami para conocer, tanto boludo me hablaba maravillas de Miami, que dije vamos a conocer. Ya que opinar de un país o una ciudad sin haber ido lo considero una burrada.
Para hablar hay que ir al lugar y hablar con la gente, no se puede comentar con tapas de diarios o cuentos de amigos.
Pare en un hotel de la Collins, con el mar a una cuadra. Estaba a 2 cuadras del restaurant del gordo Porcel. Recorrí las playas, una mugre, gays por todos lados y muchas minas solas. Era septiembre.
Fui a Little Habana otra cagada y al sur las mejores playas sobre todo en Key Biscaine, pero los gays se multiplicaban por 10. Así que me dije “ya estas acá pibe, te ensartaste, mala suerte”. Me quede por el hotel, no tenía sentido ir al sur con todos los gays que había, no tengo nada contra ellos, pero te rompen las bolas intentando levantarte y me canse de estar con cada uno diciéndole que la de ellos, no era mi palo.
Yo conozco bastante todo el caribe, he tenido la suerte de viajar mucho, y Miami no le llega ni a los talones a lugares como St. Marteen, Dominicana, Cuba o Mustique.
Salía todos los días a correr, por el malecón de madera que va paralelo a la Collins. Un día venia de vuelta terminando de correr, todo chivado y viene de frente una mina bajita, buenas tetas y buen culo. También corriendo, venía hablando con un tipo al lado.
Pasan y escucho a la mina, mientras me miraba “Ves, algo así necesito yo”, me reí y pensé “marche presa”. Me doy vuelta y le grito algo que ya me habían dicho a mí una vez “cuando quieras soy tuyo, solamente vení y pedimelo”.
La mina se para, se pone toda colorada, ni se imaginaba que hablaba español. El tipo que estaba con ella, se cagaba de risa y le decía “ ahora no arrugues, anda”.
Me quedo esperando, el tipo se va y viene la mina a hablar conmigo. Me dice “disculpame, eso me pasa por prejuzgar”, Le digo “está todo, ok, le podría haber pasado a cualquiera”. Le pregunte “ ¿y el tipo que estaba con vos?”. Me dice “es mi hermano”. Le digo “ Bueno, soy tu remedio o ¿no?”, riéndome. Me dice “y ahora, que queres, ¿que diga que no?, estaría mintiendo”.
Le agarro la mano y le digo “vení, vamos a caminar un rato” y nos fuimos. Era Argentina estaba con toda la familia, también re embolada, como yo. La invite a cenar a lo del gordo Porcel, me dice donde alquilaban y le digo “Bueno, 8 y 30, te paso a buscar”. Esa era Carla, estudiaba medicina.
Comimos bien, unas buenas pastas, estaba de minifalda, con una blusa suelta y las tetas que querían salirse de esa blusa.
Le digo vamos a bailar al bolichito de mi hotel, pido las llaves mías al conserje y pase para el boliche, voy a la puerta del boliche que da a la calle y la hago entrar.
Pedimos algo para tomar y nos fuimos a los asientos. Empezamos a besarnos, le metía las manos en las tetas y ella me pasaba la lengua por el cuello y la oreja, nos tomamos los tragos, y seguimos franeleando un rato, le metía la mano en la bombachita y se la termine sacando, le frotaba esa conchita y estábamos los dos muy calientes.
Le digo “ subimos a mi habitación y te doy lo que andas necesitando”, riéndome. Me manotea la pija y me dice “ya te lo iba a pedir yo, amor”.
Subimos, la desvestí, y empecé a chuparle esa conchita hermosa, la pongo en 4 patitas y empiezo a cogerla duro, le cierro las piernas y entraba ajustada. La pongo de costado y le sigo dando bomba. Con la mano le agarraba las tetas.
Cuando estaba por acabar, paraba y la volvía a coger. La tuve un buen rato así, aullaba, gemía, me agarraba de los pelos.
Tenía la concha roja y estaba toda mojada. Me tiro de espaldas en la cama y ella se viene me la chupa y se la tragaba toda. Le digo “subite que te acabo” se sube, y me empieza a cabalgar.
Le chupo esos pezones duritos, hasta que largo todos los lechazos, se tira sobre mí y me metía la lengua, casi hasta la garganta. Nos quedamos así.
La agarre de las cachas y le digo “gracias, amor” y me dice “mañana para el desayuno, quiero un vigilante con pastelera, mucha pastelera”.
Le digo “acordate, que te doy lo que necesites”. Nos dormimos, había que levantarse temprano para preparar el desayuno…..
Para hablar hay que ir al lugar y hablar con la gente, no se puede comentar con tapas de diarios o cuentos de amigos.
Pare en un hotel de la Collins, con el mar a una cuadra. Estaba a 2 cuadras del restaurant del gordo Porcel. Recorrí las playas, una mugre, gays por todos lados y muchas minas solas. Era septiembre.
Fui a Little Habana otra cagada y al sur las mejores playas sobre todo en Key Biscaine, pero los gays se multiplicaban por 10. Así que me dije “ya estas acá pibe, te ensartaste, mala suerte”. Me quede por el hotel, no tenía sentido ir al sur con todos los gays que había, no tengo nada contra ellos, pero te rompen las bolas intentando levantarte y me canse de estar con cada uno diciéndole que la de ellos, no era mi palo.
Yo conozco bastante todo el caribe, he tenido la suerte de viajar mucho, y Miami no le llega ni a los talones a lugares como St. Marteen, Dominicana, Cuba o Mustique.
Salía todos los días a correr, por el malecón de madera que va paralelo a la Collins. Un día venia de vuelta terminando de correr, todo chivado y viene de frente una mina bajita, buenas tetas y buen culo. También corriendo, venía hablando con un tipo al lado.
Pasan y escucho a la mina, mientras me miraba “Ves, algo así necesito yo”, me reí y pensé “marche presa”. Me doy vuelta y le grito algo que ya me habían dicho a mí una vez “cuando quieras soy tuyo, solamente vení y pedimelo”.
La mina se para, se pone toda colorada, ni se imaginaba que hablaba español. El tipo que estaba con ella, se cagaba de risa y le decía “ ahora no arrugues, anda”.
Me quedo esperando, el tipo se va y viene la mina a hablar conmigo. Me dice “disculpame, eso me pasa por prejuzgar”, Le digo “está todo, ok, le podría haber pasado a cualquiera”. Le pregunte “ ¿y el tipo que estaba con vos?”. Me dice “es mi hermano”. Le digo “ Bueno, soy tu remedio o ¿no?”, riéndome. Me dice “y ahora, que queres, ¿que diga que no?, estaría mintiendo”.
Le agarro la mano y le digo “vení, vamos a caminar un rato” y nos fuimos. Era Argentina estaba con toda la familia, también re embolada, como yo. La invite a cenar a lo del gordo Porcel, me dice donde alquilaban y le digo “Bueno, 8 y 30, te paso a buscar”. Esa era Carla, estudiaba medicina.
Comimos bien, unas buenas pastas, estaba de minifalda, con una blusa suelta y las tetas que querían salirse de esa blusa.
Le digo vamos a bailar al bolichito de mi hotel, pido las llaves mías al conserje y pase para el boliche, voy a la puerta del boliche que da a la calle y la hago entrar.
Pedimos algo para tomar y nos fuimos a los asientos. Empezamos a besarnos, le metía las manos en las tetas y ella me pasaba la lengua por el cuello y la oreja, nos tomamos los tragos, y seguimos franeleando un rato, le metía la mano en la bombachita y se la termine sacando, le frotaba esa conchita y estábamos los dos muy calientes.
Le digo “ subimos a mi habitación y te doy lo que andas necesitando”, riéndome. Me manotea la pija y me dice “ya te lo iba a pedir yo, amor”.
Subimos, la desvestí, y empecé a chuparle esa conchita hermosa, la pongo en 4 patitas y empiezo a cogerla duro, le cierro las piernas y entraba ajustada. La pongo de costado y le sigo dando bomba. Con la mano le agarraba las tetas.
Cuando estaba por acabar, paraba y la volvía a coger. La tuve un buen rato así, aullaba, gemía, me agarraba de los pelos.
Tenía la concha roja y estaba toda mojada. Me tiro de espaldas en la cama y ella se viene me la chupa y se la tragaba toda. Le digo “subite que te acabo” se sube, y me empieza a cabalgar.
Le chupo esos pezones duritos, hasta que largo todos los lechazos, se tira sobre mí y me metía la lengua, casi hasta la garganta. Nos quedamos así.
La agarre de las cachas y le digo “gracias, amor” y me dice “mañana para el desayuno, quiero un vigilante con pastelera, mucha pastelera”.
Le digo “acordate, que te doy lo que necesites”. Nos dormimos, había que levantarse temprano para preparar el desayuno…..
0 comentarios - Pese a la gusanera Cubana, en Miami se come bien – Carla