Me llamo Daniela. Este es mi segundo relato, en el primero (Pague
mi infidelidad), conte como fue mi primera infidelidad. Después de serle
infiel a mi marido, me senti mal, pero recordarlo me excitaba, y llegue a
masturbarme en varias ocasiones recordándolo.
Mi relacion con mi marido sigue pasando por una mala racha,
el sexo sigue siendo insatisfactorio, hemos llegado a la rutina, y no siento el
placer que sentia cuando nos casamos.
Asi que mi pensamiento de volver a serle infiel, cada vez
aparecia mas en mi mente. Necesitaba masturbarme con mas frecuencia que antes,
para calmar mis ganas de buen sexo, necesitaba sentir lo que sentia en el pasado
con mi marido, con lo que senti la primera vez que le fui infiel.
Asi que hace unos dias, volvi a serle infiel:
Estaba en el trabajo, y cuando llegaba la hora de terminar,
me di cuenta que llovia muy fuerte, pense que me iba a mojar, porque voy al
trabajo en mi motocicleta. Pero se me acerco Pedro, un compañero de trabajo que
siempre me echa muchos piropos, y que me hace proposiciones medio en broma todos
los dias.
-Daniela, has visto como llueve?, como vayas en tu
motocicleta, te vas a empapar, quieres que te lleve a casa?
La verdad, era buena idea, al menos no me mojaria. Pero me
sentia incomoda pensar que Pedro me llevaria, se pasaria todo el camino
diciéndome las cosas que me dice siempre. Al final acepte, preferia aguantar
media hora de sus comentarios, y llegar a mi casa seca.
-Muy bien, me harias un favor Pedro, llueve mucho-.
-Claro que si Daniela, vendre a buscarte-.
Llegó la hora de la salida, y alli estaba Pedro. Bajamos por
el ascensor hasta la planta del parking, ibamos hablando de cómo habia ido el
dia de trabajo. Subimos al coche, y me sente junto al asiento del conductor.
No tenia ganas de hablar con Pedro, la verdad, nunca me
resulto simpatico. Asi que decidi hacerme la dormida, cerre los ojos y eche mi
cabeza hacia el lado de mi ventanilla, fingiendo que me habia quedado dormida.
Escuche como decia mi nombre en un par de ocasiones, pero no
le conteste, para que creyera que estaba dormida, y no me molestara.
Pero en ese momento note su mano en mi muslo, por encima de
mis jeans. Me quede helada, pero decidi seguir haciendome la dormida. Su mano
comenzo a acariciar suavemente mi pierna, como intentando que no me despertara.
Pense que seria mejor dejarlo, al llegar a casa haria como que no me habia
enterado de nada.
Error, porque su mano comenzo a acariciar la parte interna de
mi muslo, cada vez mas arriba, casi llegando a mi entrepierna. Pense en que
aquello no estaba bien, no podia volver a ser infiel a mi marido, aunque
necesitaba sexo. Decidi dejarme llevar, y que Pedro me acariciara, al fin y al
cabo pensaria que yo no me enteraba.
Su mano cada vez subia mas, y llego a acariciar mi
entrepierna, con dos de sus dedos. Mi vagina comenzaba a mojarse, intentaba
disimular que estaba despierta. Solo podia tocarme con una mano, mientras la
otra la mantenia al volante.
Tras unos segundos acariciándome la entrepierna, debio
parecerle poco, y note como sus dedos subian, y bajaban la cremallera de mi
pantalón. Cada vez estaba mas excitada, dispuesta a dejarme tocar por Pedro.
Bajo mi cremallera, y note sus dos dedos tocando mis braguitas, acariciando mi
vagina por encima de la tela.
En ese momento ya estaba empapada, seguia haciendome la
dormida. Solto el boton de mi pantalón, y ya no eran dos dedos los que me
acariciaban, ya tenia cuatro dedos sobandome mi coñito, acariciando mis
braguitas, que ya comenzaban a mojarse con mis jugos.
Pasaba sus manos por mis braguitas, y me hacia sentir un
placer que hacia tiempo no sentia, la situación era excitante. Segui con los
ojos cerrados, disfrutando de las caricias de mi compañero, que no satisfecho
con tocarme por encima de mi ropa, subio sus dedos y consiguió meterlos por
encima de mis braguitas, llegando a mi vagina directamente. Mi coñito estaba
bien mojado, y el lo noto enseguida:
-Esta mojada la puta, esta disfrutando-.
Entonces deje de notar su mano en mi cuerpo, y aprecie que el
coche daba un giro brusco, y por el ruido, me di cuenta que ibamos por un camino
de tierra. En unos minutos, el coche se paro. Comenzaba a asustarme, pero mi
excitación era tan grande, que estaba dispuesta a llegar al punto que Pedro
quisiera.
Una vez el coche parado, note como sus manos acariciaban mis
muslos, volvio a meter su mano por dentro de mis bragas, y acariciaba mi
clÃtoris con destreza. Me contenia para no gritar del placer que sentia, tenia
que seguir haciendome la dormida. Note como uno de sus dedos me penetraba, lo
metia y lo sacaba lentamente, explorando todo mi vagina. Sentia que iba a
explotar de placer.
Senti como se agachaba, intentando besar mi vagina, pero por
la posición en que yo me encontraba sentada, y con mis pantalones, le era
imposible, notaba de vez en cuando su lengua pasar por mi ropa interior.
Decidio volver a meter sus dedos por mi vagina, y con la otra
mano desabrocho con cuidado,y uno a uno los botones de mi camisa. Si no queria
que aquello llegase mas lejos, debia pararlo, hacer que me despertaba, pero
estaba llena de placer, mi vagina se mojaba cada vez mas, estaba dispuesta a
todo.
Me desabrocho toda la camisa, y rapidamente besaba mis
pezones que se marcaban en la tela de mi sostén, ya duros hacia tiempo. Al mismo
tiempo, su otra mano acariciaba mi coñito mojado.
No pude aguantarme mas, y no pude contener mi gemido:
-mmmmmm,siiiii-.
-Te gusta Daniela, quieres que siga?-. no parecio
sorprenderle que estuviera despierta, y seguia besándome y acariciándome.
-Si, si, sigue Pedro, sigue asi, mmmmmm-.
Acariciaba con mi mano su cabeza, notaba su dedo
penetrándome, estaba loca, loca de placer, y me excitaba mas, pensar que no era
mi marido el que me estaba dando placer.
Me quite los zapatos, Pedro intentaba bajarme los pantalones,
y le facilite el trabajo levantando mi culo del asiento, me los quito del todo,
y a continuación me bajo las bragas. Se sento en su asiento, y se bajo los
pantalones, dejando salir su verga completamente dura:
-Vamos puta, quiero follarte-.
Claramente note lo que queria, asi que me sente sobre su
polla, dejando mis pechos a la altura de su cara. Sentia su polla en la entrada
de mi coño, y me sentia loca de placer, gozaba como nunca.
Me sente sobre su polla, y me entro con facilidad por lo
mojado que tenia mi coño, me quede unos segundos inmóvil, sintiendo su verga
toda dentro de mi. Pedro ya habia sacado mis pechos por fuera de mi sostén, y
chupaba y mordisqueaba mis pezones.
Muévete puta, quiero follarte, montame -.
Y lo hice, subia y bajaba lentamente, la notaba toda dentro
de mi, como entraba y salia de mi coño, y notaba sus labios en mis pezones.
Llego mi orgasmo, y gritaba como una loca:
-si,si,mmmmm,me gusta, sigue,sigue, follame-.
-Eres una buena zorrita daniela, que diria tu marido si te
viera asi...-.
Aquellas palabras en lugar de enfadarme, me excitaban mas
todavÃa, pensar que estaba siendo infiel aumentaba mis ganas de ser follada. Asi
que acelere mis movimientos, subiendo y bajando mas rapido, notándola llegar
hasta lo mas profundo de mi, pasaba mis manos por su cabeza, me agarraba al
asiento, estaba a punto de tener otro orgasmo casi seguido al anterior, y en ese
mismo momento, note como llenaba mi interior con su leche, al notarla bien
caliente, llego mi orgasmo. Su semen estaba caliente, lo notaba deslizándose por
mi vagina y chorreando por mis muslos, pero yo seguia moviéndome, agotando los
ultimos escalofrios que ocasionaba mi orgasmo.
Alli nos quedamos quietos, con su polla dentro de mi vagina,
intentado retomar la respiración, nos quedamos unos minutos, hasta que su verga
comenzo a volver a su tamaño normal. Volvà a sentarme en mi asiento, y me puse
mis braguitas y mi pantalón, me abroche mi camisa. El hizo lo mismo, y arranco
el coche.
Durante el camino, no hablamos, pero notaba su semen todavÃa
en mi vagina y por mis muslos, que habia manchado mi pantalons y mi ropa
interior, y eso volvia a excitarme, eso y saber que habia vuelto a ser infiel.
Por otro lado, sentia pena por haber engañado a mi marido, pero el placer y la
excitación eran mas fuerte.
Llegamos a mi casa, y sin decirnos nada, me baje del coche y
entre en mi casa. Llegue al baño, y rapidamente me desnude, y recordando lo
ocurrido esa noche y notando su semen todavÃa en mi cuerpo, me masturbe como
hacia tiempo no lo hacia, chupaba mis dedos, que tenian el olor de su semen.
Al terminar, me duche.
Esto ocurrio hace unos dias, y como la primera vez, he
pensado mucho en seguir siendo infiel, y aunque por un lado, me siento mal
cuando pienso en mi marido, por otro lado no puedo dejar de excitarme cuando
pienso en las dos situaciones vividas.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto 😳 😳
mi infidelidad), conte como fue mi primera infidelidad. Después de serle
infiel a mi marido, me senti mal, pero recordarlo me excitaba, y llegue a
masturbarme en varias ocasiones recordándolo.
Mi relacion con mi marido sigue pasando por una mala racha,
el sexo sigue siendo insatisfactorio, hemos llegado a la rutina, y no siento el
placer que sentia cuando nos casamos.
Asi que mi pensamiento de volver a serle infiel, cada vez
aparecia mas en mi mente. Necesitaba masturbarme con mas frecuencia que antes,
para calmar mis ganas de buen sexo, necesitaba sentir lo que sentia en el pasado
con mi marido, con lo que senti la primera vez que le fui infiel.
Asi que hace unos dias, volvi a serle infiel:
Estaba en el trabajo, y cuando llegaba la hora de terminar,
me di cuenta que llovia muy fuerte, pense que me iba a mojar, porque voy al
trabajo en mi motocicleta. Pero se me acerco Pedro, un compañero de trabajo que
siempre me echa muchos piropos, y que me hace proposiciones medio en broma todos
los dias.
-Daniela, has visto como llueve?, como vayas en tu
motocicleta, te vas a empapar, quieres que te lleve a casa?
La verdad, era buena idea, al menos no me mojaria. Pero me
sentia incomoda pensar que Pedro me llevaria, se pasaria todo el camino
diciéndome las cosas que me dice siempre. Al final acepte, preferia aguantar
media hora de sus comentarios, y llegar a mi casa seca.
-Muy bien, me harias un favor Pedro, llueve mucho-.
-Claro que si Daniela, vendre a buscarte-.
Llegó la hora de la salida, y alli estaba Pedro. Bajamos por
el ascensor hasta la planta del parking, ibamos hablando de cómo habia ido el
dia de trabajo. Subimos al coche, y me sente junto al asiento del conductor.
No tenia ganas de hablar con Pedro, la verdad, nunca me
resulto simpatico. Asi que decidi hacerme la dormida, cerre los ojos y eche mi
cabeza hacia el lado de mi ventanilla, fingiendo que me habia quedado dormida.
Escuche como decia mi nombre en un par de ocasiones, pero no
le conteste, para que creyera que estaba dormida, y no me molestara.
Pero en ese momento note su mano en mi muslo, por encima de
mis jeans. Me quede helada, pero decidi seguir haciendome la dormida. Su mano
comenzo a acariciar suavemente mi pierna, como intentando que no me despertara.
Pense que seria mejor dejarlo, al llegar a casa haria como que no me habia
enterado de nada.
Error, porque su mano comenzo a acariciar la parte interna de
mi muslo, cada vez mas arriba, casi llegando a mi entrepierna. Pense en que
aquello no estaba bien, no podia volver a ser infiel a mi marido, aunque
necesitaba sexo. Decidi dejarme llevar, y que Pedro me acariciara, al fin y al
cabo pensaria que yo no me enteraba.
Su mano cada vez subia mas, y llego a acariciar mi
entrepierna, con dos de sus dedos. Mi vagina comenzaba a mojarse, intentaba
disimular que estaba despierta. Solo podia tocarme con una mano, mientras la
otra la mantenia al volante.
Tras unos segundos acariciándome la entrepierna, debio
parecerle poco, y note como sus dedos subian, y bajaban la cremallera de mi
pantalón. Cada vez estaba mas excitada, dispuesta a dejarme tocar por Pedro.
Bajo mi cremallera, y note sus dos dedos tocando mis braguitas, acariciando mi
vagina por encima de la tela.
En ese momento ya estaba empapada, seguia haciendome la
dormida. Solto el boton de mi pantalón, y ya no eran dos dedos los que me
acariciaban, ya tenia cuatro dedos sobandome mi coñito, acariciando mis
braguitas, que ya comenzaban a mojarse con mis jugos.
Pasaba sus manos por mis braguitas, y me hacia sentir un
placer que hacia tiempo no sentia, la situación era excitante. Segui con los
ojos cerrados, disfrutando de las caricias de mi compañero, que no satisfecho
con tocarme por encima de mi ropa, subio sus dedos y consiguió meterlos por
encima de mis braguitas, llegando a mi vagina directamente. Mi coñito estaba
bien mojado, y el lo noto enseguida:
-Esta mojada la puta, esta disfrutando-.
Entonces deje de notar su mano en mi cuerpo, y aprecie que el
coche daba un giro brusco, y por el ruido, me di cuenta que ibamos por un camino
de tierra. En unos minutos, el coche se paro. Comenzaba a asustarme, pero mi
excitación era tan grande, que estaba dispuesta a llegar al punto que Pedro
quisiera.
Una vez el coche parado, note como sus manos acariciaban mis
muslos, volvio a meter su mano por dentro de mis bragas, y acariciaba mi
clÃtoris con destreza. Me contenia para no gritar del placer que sentia, tenia
que seguir haciendome la dormida. Note como uno de sus dedos me penetraba, lo
metia y lo sacaba lentamente, explorando todo mi vagina. Sentia que iba a
explotar de placer.
Senti como se agachaba, intentando besar mi vagina, pero por
la posición en que yo me encontraba sentada, y con mis pantalones, le era
imposible, notaba de vez en cuando su lengua pasar por mi ropa interior.
Decidio volver a meter sus dedos por mi vagina, y con la otra
mano desabrocho con cuidado,y uno a uno los botones de mi camisa. Si no queria
que aquello llegase mas lejos, debia pararlo, hacer que me despertaba, pero
estaba llena de placer, mi vagina se mojaba cada vez mas, estaba dispuesta a
todo.
Me desabrocho toda la camisa, y rapidamente besaba mis
pezones que se marcaban en la tela de mi sostén, ya duros hacia tiempo. Al mismo
tiempo, su otra mano acariciaba mi coñito mojado.
No pude aguantarme mas, y no pude contener mi gemido:
-mmmmmm,siiiii-.
-Te gusta Daniela, quieres que siga?-. no parecio
sorprenderle que estuviera despierta, y seguia besándome y acariciándome.
-Si, si, sigue Pedro, sigue asi, mmmmmm-.
Acariciaba con mi mano su cabeza, notaba su dedo
penetrándome, estaba loca, loca de placer, y me excitaba mas, pensar que no era
mi marido el que me estaba dando placer.
Me quite los zapatos, Pedro intentaba bajarme los pantalones,
y le facilite el trabajo levantando mi culo del asiento, me los quito del todo,
y a continuación me bajo las bragas. Se sento en su asiento, y se bajo los
pantalones, dejando salir su verga completamente dura:
-Vamos puta, quiero follarte-.
Claramente note lo que queria, asi que me sente sobre su
polla, dejando mis pechos a la altura de su cara. Sentia su polla en la entrada
de mi coño, y me sentia loca de placer, gozaba como nunca.
Me sente sobre su polla, y me entro con facilidad por lo
mojado que tenia mi coño, me quede unos segundos inmóvil, sintiendo su verga
toda dentro de mi. Pedro ya habia sacado mis pechos por fuera de mi sostén, y
chupaba y mordisqueaba mis pezones.
Muévete puta, quiero follarte, montame -.
Y lo hice, subia y bajaba lentamente, la notaba toda dentro
de mi, como entraba y salia de mi coño, y notaba sus labios en mis pezones.
Llego mi orgasmo, y gritaba como una loca:
-si,si,mmmmm,me gusta, sigue,sigue, follame-.
-Eres una buena zorrita daniela, que diria tu marido si te
viera asi...-.
Aquellas palabras en lugar de enfadarme, me excitaban mas
todavÃa, pensar que estaba siendo infiel aumentaba mis ganas de ser follada. Asi
que acelere mis movimientos, subiendo y bajando mas rapido, notándola llegar
hasta lo mas profundo de mi, pasaba mis manos por su cabeza, me agarraba al
asiento, estaba a punto de tener otro orgasmo casi seguido al anterior, y en ese
mismo momento, note como llenaba mi interior con su leche, al notarla bien
caliente, llego mi orgasmo. Su semen estaba caliente, lo notaba deslizándose por
mi vagina y chorreando por mis muslos, pero yo seguia moviéndome, agotando los
ultimos escalofrios que ocasionaba mi orgasmo.
Alli nos quedamos quietos, con su polla dentro de mi vagina,
intentado retomar la respiración, nos quedamos unos minutos, hasta que su verga
comenzo a volver a su tamaño normal. Volvà a sentarme en mi asiento, y me puse
mis braguitas y mi pantalón, me abroche mi camisa. El hizo lo mismo, y arranco
el coche.
Durante el camino, no hablamos, pero notaba su semen todavÃa
en mi vagina y por mis muslos, que habia manchado mi pantalons y mi ropa
interior, y eso volvia a excitarme, eso y saber que habia vuelto a ser infiel.
Por otro lado, sentia pena por haber engañado a mi marido, pero el placer y la
excitación eran mas fuerte.
Llegamos a mi casa, y sin decirnos nada, me baje del coche y
entre en mi casa. Llegue al baño, y rapidamente me desnude, y recordando lo
ocurrido esa noche y notando su semen todavÃa en mi cuerpo, me masturbe como
hacia tiempo no lo hacia, chupaba mis dedos, que tenian el olor de su semen.
Al terminar, me duche.
Esto ocurrio hace unos dias, y como la primera vez, he
pensado mucho en seguir siendo infiel, y aunque por un lado, me siento mal
cuando pienso en mi marido, por otro lado no puedo dejar de excitarme cuando
pienso en las dos situaciones vividas.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto 😳 😳
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