Bueno, ya conté en mi primer post como fue que después de mucho tiempo, terminé, durante un par de meses, garchando con una ex profe del colegio. Divina la mina. Más grande obvio, pero con cara de pendeja. Bah, cara, estilo, forma de ser, cuerpo...
Si bien ya lo conté muy por arriba, recien leía algunos relatos, y me dieron ganas de contar con un poquito más de detalle como fue la primera vez que le di por atrás.
Ella tiene un culito divino: chiquitido, redondito, durito. De esos que hacen que te pinte la degeneración absoluta.
Un día cualquiera (siempre nos juntábamos en situaciones así, de repente, un día de semana temprano que siempre se extendía hasta muy tarde) estábamos en su cuarto, matándonos. Era verano todavía, y por más q fuese de noche y el aire del living estuviese prendido, hacía calor, y estábamos los dos bien transpirados. Creo que íbamos por el segundo polvo, no lo se, pero estaba buenísimo. Para variar (gran error de los dos), no estábamos usando forro. Varias veces no lo usamos, pq nos sacábamos de calentura, y pasaba. Por suerte nunca pasó nada, pero era una locura lo que hacíamos.
Estaba ella en cuatro - más bien arrodillada, y culito empinado, y su cuerpo casi todo apoyado en la cama - y yo, explotando de calentura - por lo mojada que estaba ella, viendo, cada vez que tiraba la pija hacia atrás, como venía con partes blanquitas - la agarraba de la cola y le daba. No era rápido, pero era intenso, y profundo. La sacaba casi toda y la volvía a meter, hasta el fondo. Ella, con su voz fininta y semi difónica (me vuelve loco como habla) gemía. Cada tanto decía "que caliente que me tenés. Que rico, cojeme" (un día me confesó que no solo jamás había dicho cosas en la cama, sino que otras parejas suyas a veces se quejaban que ella parecía no involucrada cada vez que garchaban). Así que le empecé a dar más, y más, y más rápido.
En un momento estaba dándole con todo. Sus gemidos eran suficientes para hacerme acabar, pero me aguantaba. Siempre me aguantaba con ella. Los dos estábamos ultra transpirados. En un momento, mientras le daba y le miraba ese culito divino, unas gotas de sudor cayeron de mi rostro a su culito... Y ahí fue cuando flipé. La agarré del pelo, bien firme, y empujé su cabeza hacia abajo. La tenía semi inmobilizada, mientras le daba con todo y le miraba el culito. Y no me aguanté: sin decirle nada, sin insinuarle nada, sin ni siquiera saber si le gustaba o no (y no me importaba), escupí su culito... Lo dejé ensalivado, y mientras le daba empezaba a acariciar ese culito con un dedo. Lo circulaba, hacía un poco de presión, seguía circulándolo. Le daba, y el dedo empezó a entrar despacito. Ella, sin decir una palabra (no hacía falta), se tembló toda. En ese momento me dije a mi mismo: ese culito hoy es mío.
Le seguía dando, más despacio, reincorporado, con una mano agarrándola de las caderas, y la otra en su culito. Mi dedo del medio entraba cada vez más. Giraba el dedo adentro de su culito, mientras lo metía y sacaba. Ella estaba como loca. En un momento tuvo una seguidilla de unos 15 segundos (supongo, aprox) que no paraba de decir "ay dios, ay dios, ay dios". Me ponía loco esa vocesita sexy diciendo eso. En un momento saco el dedo, y lo llevo, junto con el índice, a su boca. Para mi sorpresa empezó a chupar los dos como una puta. Me agarró la mano y me chupaba los dedos como si fuesen la pija que más quizo chupar en su vida. Me los dejó bien enchastrados de saliva, y para mi segunda sorpresa, ella misma lo hizo: llevo mis dos dedos a su colita. Cruzé los dedos y se los empecé a meter. Por dios, como se puso esta mina... Imagínense, ella estaba en cuatro, de piernas bien abiertas, con los codos apoyados en la cama. Empezó a moverse convulsivamente hacia delante y hacia atrás, casi como si ella se estuviese garchando a alguien que estaba debajo de ella (no se si me explico). Empecé a girar los dedos y a meterselos y sacárselos, mientras todavía le daba por la conchita (ultra húmeda). En cierto momento se tensionó toda y me agarró la mano: dejé los dedos adentro de su colita, pero ella me sostenía la mano como para q no la mueva. No se si acabó o no, pero tuvo un momento de muchísima tensión. Y eso obvio, me calentó a no poder más. Saqué la pija de su conchita (la tenía completamente brillosa, parecía q me la hubiese estado chupando con MUCHA saliva) y empecé a frotar mi pija entre su conchita y su culito. Estaba tan mojada que entre la saliva y sus flujos, no hacía falta nada más. Entonces puse la cabecita en su culito. Ella me dice, con esa voz q solo de recordarla, me deja la pija dura - ay dale... dale... Uffff, se me hincharon los huevos. La puntita empezó a entrar. Ella largada gemidos ahogados, y se movía para delante como intentando suavizar la metida. Me dijo - ay ay ay ay pará - le digo - te duele? - me dice - si si ay ay, despacio, no pares... Mi pija sigue entrando de a poquito, de a poquito. La meto un poquito más, la saco casi toda. La vuelvo a meter, entrando un poquito más, la saco casi toda. Así durante unos momentos, hasta que entró toda. Ahí empecé a darle. La sacaba casi toda, y la metía al fondo. Por dios como me apretaba la pija ese culito... Increíble!
Así le estuve dando un ratito. Lento al principio, subiendo la velocidad de a poco... Llegado el momento, ya le estaba dando bomba, no demasiado rápido, pero con ritmo y muy intenso. Ella gemía fuerte. Con sus manos se agarraba las nalgas y se las abría. Tenía el rostro apoyado en la cama. Se lo miraba mientras le daba y me calentaba cada vez más. De repente una de sus manos fue a su conchita. Se empezó a tocar como loca, y empezó a gemir y moverse sacada. En instantes, acabó. Y cuando lo hizo, su cuerpo cayó sobre el colchón (saliendo toda mi pija de su culito) y temblaba. Yo quedé tan caliente, que estaba por acabar. Gemía como loco, así que empecé a pajearme. Me subí sobre ella, la agarré del pelo otra vez apoyando su rostro contra el colchón y de repente exploté. Tiré un par de chorros de semen en su culito (no adentro, pero entre sus nalgas) y después llevé mi pija rápido hacia más arriba. Algo de semen fue dejando camino sobre su espalda, pero después lo grueso de la acabada lo tiré del lado izquierdo de su rostro, que apuntaba hacia mi mientras apoyado en el colchón. Le tiré un tanto de semen en su cachete, y en su boca (sus labios más q nada). De repente empezó a pasar la lengua por sus labios y apretárselos (como hacen las mujeres cuando se ponen lápiz labial). Por dios que putita increíble esta mina. Con todo respeto, la respeto mucho como persona, es una mina genial... Pero en las veces que cojimos, siempre se puso muy putita. Y sinceramente, jamás me lo hubiese esperado.
Esto fue an principios de diciembre de año pasado. Nos vimos algunas veces más, pero después no nos vimos más. Cada tanto nos mensajeabamos o nos mandábamos mails, pero una cosa y otra (de la vida de cada uno) la cosa como que se enfrío un poco. Luego me dijo un día "creo que estoy de novia".
Hace poco nos vimos una vez más. La onda no era q pase nada, ella está de novia (no se si lo dije, pero yo también, desde hace más de un año) y quería portarse bien. Y yo juro que lo respeté. Pero hay una química entre los dos que no se puede negar, y terminó pasando. La próxima lo contaré.
Si bien ya lo conté muy por arriba, recien leía algunos relatos, y me dieron ganas de contar con un poquito más de detalle como fue la primera vez que le di por atrás.
Ella tiene un culito divino: chiquitido, redondito, durito. De esos que hacen que te pinte la degeneración absoluta.
Un día cualquiera (siempre nos juntábamos en situaciones así, de repente, un día de semana temprano que siempre se extendía hasta muy tarde) estábamos en su cuarto, matándonos. Era verano todavía, y por más q fuese de noche y el aire del living estuviese prendido, hacía calor, y estábamos los dos bien transpirados. Creo que íbamos por el segundo polvo, no lo se, pero estaba buenísimo. Para variar (gran error de los dos), no estábamos usando forro. Varias veces no lo usamos, pq nos sacábamos de calentura, y pasaba. Por suerte nunca pasó nada, pero era una locura lo que hacíamos.
Estaba ella en cuatro - más bien arrodillada, y culito empinado, y su cuerpo casi todo apoyado en la cama - y yo, explotando de calentura - por lo mojada que estaba ella, viendo, cada vez que tiraba la pija hacia atrás, como venía con partes blanquitas - la agarraba de la cola y le daba. No era rápido, pero era intenso, y profundo. La sacaba casi toda y la volvía a meter, hasta el fondo. Ella, con su voz fininta y semi difónica (me vuelve loco como habla) gemía. Cada tanto decía "que caliente que me tenés. Que rico, cojeme" (un día me confesó que no solo jamás había dicho cosas en la cama, sino que otras parejas suyas a veces se quejaban que ella parecía no involucrada cada vez que garchaban). Así que le empecé a dar más, y más, y más rápido.
En un momento estaba dándole con todo. Sus gemidos eran suficientes para hacerme acabar, pero me aguantaba. Siempre me aguantaba con ella. Los dos estábamos ultra transpirados. En un momento, mientras le daba y le miraba ese culito divino, unas gotas de sudor cayeron de mi rostro a su culito... Y ahí fue cuando flipé. La agarré del pelo, bien firme, y empujé su cabeza hacia abajo. La tenía semi inmobilizada, mientras le daba con todo y le miraba el culito. Y no me aguanté: sin decirle nada, sin insinuarle nada, sin ni siquiera saber si le gustaba o no (y no me importaba), escupí su culito... Lo dejé ensalivado, y mientras le daba empezaba a acariciar ese culito con un dedo. Lo circulaba, hacía un poco de presión, seguía circulándolo. Le daba, y el dedo empezó a entrar despacito. Ella, sin decir una palabra (no hacía falta), se tembló toda. En ese momento me dije a mi mismo: ese culito hoy es mío.
Le seguía dando, más despacio, reincorporado, con una mano agarrándola de las caderas, y la otra en su culito. Mi dedo del medio entraba cada vez más. Giraba el dedo adentro de su culito, mientras lo metía y sacaba. Ella estaba como loca. En un momento tuvo una seguidilla de unos 15 segundos (supongo, aprox) que no paraba de decir "ay dios, ay dios, ay dios". Me ponía loco esa vocesita sexy diciendo eso. En un momento saco el dedo, y lo llevo, junto con el índice, a su boca. Para mi sorpresa empezó a chupar los dos como una puta. Me agarró la mano y me chupaba los dedos como si fuesen la pija que más quizo chupar en su vida. Me los dejó bien enchastrados de saliva, y para mi segunda sorpresa, ella misma lo hizo: llevo mis dos dedos a su colita. Cruzé los dedos y se los empecé a meter. Por dios, como se puso esta mina... Imagínense, ella estaba en cuatro, de piernas bien abiertas, con los codos apoyados en la cama. Empezó a moverse convulsivamente hacia delante y hacia atrás, casi como si ella se estuviese garchando a alguien que estaba debajo de ella (no se si me explico). Empecé a girar los dedos y a meterselos y sacárselos, mientras todavía le daba por la conchita (ultra húmeda). En cierto momento se tensionó toda y me agarró la mano: dejé los dedos adentro de su colita, pero ella me sostenía la mano como para q no la mueva. No se si acabó o no, pero tuvo un momento de muchísima tensión. Y eso obvio, me calentó a no poder más. Saqué la pija de su conchita (la tenía completamente brillosa, parecía q me la hubiese estado chupando con MUCHA saliva) y empecé a frotar mi pija entre su conchita y su culito. Estaba tan mojada que entre la saliva y sus flujos, no hacía falta nada más. Entonces puse la cabecita en su culito. Ella me dice, con esa voz q solo de recordarla, me deja la pija dura - ay dale... dale... Uffff, se me hincharon los huevos. La puntita empezó a entrar. Ella largada gemidos ahogados, y se movía para delante como intentando suavizar la metida. Me dijo - ay ay ay ay pará - le digo - te duele? - me dice - si si ay ay, despacio, no pares... Mi pija sigue entrando de a poquito, de a poquito. La meto un poquito más, la saco casi toda. La vuelvo a meter, entrando un poquito más, la saco casi toda. Así durante unos momentos, hasta que entró toda. Ahí empecé a darle. La sacaba casi toda, y la metía al fondo. Por dios como me apretaba la pija ese culito... Increíble!
Así le estuve dando un ratito. Lento al principio, subiendo la velocidad de a poco... Llegado el momento, ya le estaba dando bomba, no demasiado rápido, pero con ritmo y muy intenso. Ella gemía fuerte. Con sus manos se agarraba las nalgas y se las abría. Tenía el rostro apoyado en la cama. Se lo miraba mientras le daba y me calentaba cada vez más. De repente una de sus manos fue a su conchita. Se empezó a tocar como loca, y empezó a gemir y moverse sacada. En instantes, acabó. Y cuando lo hizo, su cuerpo cayó sobre el colchón (saliendo toda mi pija de su culito) y temblaba. Yo quedé tan caliente, que estaba por acabar. Gemía como loco, así que empecé a pajearme. Me subí sobre ella, la agarré del pelo otra vez apoyando su rostro contra el colchón y de repente exploté. Tiré un par de chorros de semen en su culito (no adentro, pero entre sus nalgas) y después llevé mi pija rápido hacia más arriba. Algo de semen fue dejando camino sobre su espalda, pero después lo grueso de la acabada lo tiré del lado izquierdo de su rostro, que apuntaba hacia mi mientras apoyado en el colchón. Le tiré un tanto de semen en su cachete, y en su boca (sus labios más q nada). De repente empezó a pasar la lengua por sus labios y apretárselos (como hacen las mujeres cuando se ponen lápiz labial). Por dios que putita increíble esta mina. Con todo respeto, la respeto mucho como persona, es una mina genial... Pero en las veces que cojimos, siempre se puso muy putita. Y sinceramente, jamás me lo hubiese esperado.
Esto fue an principios de diciembre de año pasado. Nos vimos algunas veces más, pero después no nos vimos más. Cada tanto nos mensajeabamos o nos mandábamos mails, pero una cosa y otra (de la vida de cada uno) la cosa como que se enfrío un poco. Luego me dijo un día "creo que estoy de novia".
Hace poco nos vimos una vez más. La onda no era q pase nada, ella está de novia (no se si lo dije, pero yo también, desde hace más de un año) y quería portarse bien. Y yo juro que lo respeté. Pero hay una química entre los dos que no se puede negar, y terminó pasando. La próxima lo contaré.
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