La verdad es que no sé si da para llamarla 'amante', pero algo así era. Igual eso no es lo importante. Vayamos yendo al grano: es una mina con la cual nos llevabamos bastante bien, teníamos muy buena onda e inmejorable cama. Como es una flaca con la cual no me unía ningún lazo romántico, por decirlo de algún modo, es con ella que decidí llevar a cabo mi fantasía de trío hombre-mujer-hombre. Si bien soy heterosexual, la famosa fantasía del chabón con las dos minas no me interesa, prefiero concentrarme en una sola mujer. Lo que sí me cabe de que participe otro hombre es esa cosa voyeurista, además de que me re cabe que las minas gocen como perras. Siendo breve, la mina, si bien no era una puta reventada, le cabía bastante el garche, la fiesta. Digamos que vive su sexualidad con total libertad y sin tapujos. Así que la idea del trío le re cabía, y nunca ninguno de los dos lo había hecho de ese modo. Entramos a hablar para ver como hacíamos, a quién invitábamos, pero nada nos terminaba por cerrar. Bueno, cuestión que la cosa quedó en el tintero, latente.
Una vuelta participamos de una fiesta multitudinaria. Fiesta en un caserón gigante, fuera de joda, 500 personas. Imaginensé el tenor de la joda: mucho, mucho chupi, nubes de porro, gente entrando y saliendo del baño constantemente, muchos pibes alzados, muchas minas entregadas. La cosa es que la mina se había mudado ahí hacía una semana (la dueña era amiga, ella se había quedado sin techo, y le tiró una mano). Tipo madrugada me entra a pasear por toda la casa, decenas de habitaciones, un galpón propio de un club, escaleras y conexiones por todos lados, una terraza de la concha de la madre, en fin, una edificación espeluznante. Por supuesto que estábamos bastante chupete, e idílicamente se daba la situación de estar alzado, y tener con quien y donde coger sin que te rompan las pelotas en medio de una fiesta. Listo, entramos a la habitación que estaba en el piso de arriba, bien alejada, y que estaba reformando para que sea suya. Simple, nos empezamos a echar un polvo, y cuestión que un momento yo no daba más de la calentura, del morbo, de todo. Y le digo de frente manteca que bajemos, que busquemos a un flaco, y subamos los tres. Ella estaba algo insegura porque nos podíamos quemar jodido delante de alguien, pero finalmente la convencí. Lo que me calentaba de la mina era eso: ella estaba a full conmigo, pero también era cierto que ya se había sentado en varios, varios muñecos del mismo... grupo, por decirlo así, pero imaginemos algo bastante más grande que un grupo, como una empresa, como la putita de la empresa, pero sin ser un grupo de laburo. Eso me calentaba, pensar que se había acostado con tal y tal, que compartíamos concha, y no sólo eso, aventurar en mi cabeza si se había acostado con tal o tal otro. Yo creía obvio que la mina estaba caliente con varios más, así que básicamente le dije que elija uno y le demos para adelante. La verdad es que pensé que iba a ser más fácil, ella me dijo de ir con uno con quien ella ya había estado, pero eso no me cabía, no sé por que, el tema es que ella me decía que si alguien decía que no, no podíamos seguir tirando plenos porque íbamos a quedar como el ojete. Bueno, vayamos a todo o nada. Y sí, tuvimos suerte. Ella se fijó en un chabón que la calentaba, y con quien ambos teníamos buena onda, de saludarnos, cruzar un par de palabras. Nos quedamos hablando, tomando algo, tranqui. Ella me empezó a excluir de la charla, yo iba, sacaba chupi, volvía, en fin, la jugaba de boludo. En un momento me dejan con los vasos en la mano, y se van a dar una vuelta. Yo me quedé ahí, tranqui, tomando algo, viendo como se reventaban los pibes y las pibas. Lindo clima. Pasa como media hora y nada. Le tiro un mensaje, en qué andás, como viene la cosa, que hacemos. Me dice que todo bien, que ya se lo había transado, que calculaba que iban a subir a su pieza. El hecho de leer eso ya me hizo sacudir el bocho. Listo, avisame. Suben, la mina le comenta al chabón, el chabón medio medio, pero ya estaba en el baile, así que... Me manda un mensaje, y yo me mando para arriba. Entro a la habitación, y estaban los dos tirados en la cama. Nos miramos, y nos entramos a reír. Bien. La verdad es que yo tenía unas ganas de besarla que me moría, así que fui directo y me la entré a transar muy bien. Lo miraba de reojo al chabón y bien, tranqui. En un momento ella sale de mi, y se dirige hacia el otro. La verdad es que fue un momento heavy, no por la moralina, pero es re flashero, se me movieron un par de estantes, pero bueno, ya estaba, no había vuelta atrás. Yo le entro a besar el cuerpo, la espalda, la voy desvistiendo, ella seguía meta saliva y lengüetazo con el otro flaco. Le sigo sacando la pilcha, le chupo bien las tetas, esas gomas grandes, de esa piel tan, pero tan suave, me llenaba bien la boca de todo ese alimento. Primeros gemiditos, y ella que empieza a manotear los dos mástiles por encima de los lompas, a querer sacarnos la ropa. Listo, nos entramos a desvestir nosotros dos, y ella que con su boca buscaba implorando por nuestras pijas, me desabrocha el pantalón y empieza a pegarme una mamada intensa, bien hasta el fondo, bien ruidosa, mucha saliva, mucha lengua, me pajeaba extremadamente bien con sus manos humectadas por los jugos de mi verga. A esta altura ya estábamos todos bastante relajados. Ahora yo quería verla chupando la otra verga. Así es que entre conversaciones guarangas, le ordené que mame la otra pija. Para que, jaja. Automáticamente se dió vuelta, le bajó el pantalón, los calzoncillos, y se llenó la boca. Que sensaciones más fuertes, verla comerse otra pija delante mío me voló la saviola. Acto seguido, comencé a succionarle bien la concha, los jugos, rememorar ese río vaginal me llena de placer. Después de dejarla punto caramelo, le empecé a bombear la conchita, mamita, que calentura que tenía, la cabeza hecha un bombo, el cuerpo hipertensionado. No podía hacer otra cosa que cogermela bien, bien, pero bien fuerte, de modo muy violento, sujetandola del pelo, fajándola un poquito, insultándola. Me encontraba prácticamente fuera de mí, después pude ver que el chabón se había sorprendido un poquito, por un momento se limitó a ser sólo un partenaire, pero después se soltó. Yo me la cojía, ella la chupaba, pero la verdad es que tenía la mente en como me la estaba bombeando. Luego de un buen rato se la puse en la boca, y entró el otro chabón. Se la cojió bien, pero yo me la cojí por la boca aún mejor. Que maravilloso fue ensuciarle bien toda la cara, pasarle toda la pija, mientras veía como la penetraban. Que linda putita, por favor. El chabón acabó, y paramos un poco. Yo 'sufro' de eyaculación retardada, ya lo mencioné en relatos anteriores. Ella me volvió a chupar la pija, ante la mirada del chabón, que ya estaba medio perdido. Pero ni bien se recuperó, volvió a llenarle la boquita. Variantes van, variantes vienen, le seguimos llenando el cañito de carne. El chabón volvió a acabar, y se tendió fundido en la cama. El flaco estaba bien, estaba relajado, le había tomado el gustito. Yo ya tenía los huevos a full, así que procedí a darle la lechita, lechita que siempre, siempre, se tomaba. El chabón estuvo piola y mientras ella me la chupaba, él la empezó a manosear, se la cogió un rato, le decía porquerías, e indescriptible es el placer que experimenté al verla tan pero tan poseída por el placer.
-'¿Me vas a dar la lechita, mi amor? Mm, que rica tu lechita, mi amor, dale, dame tu lechita, dame...'
Sentir esa boca bajando y subiendo una y otra vez hasta eyacular todo mi placer dentro de su boca, sentir que toda mi leche se la llenaba, y ella iba tragando para seguir chupando, para finalmente mostrarme su boca vacía, sacando la lengua. Bien putita, bien. Luego de semejante derroche de energía, nos quedamos cuasi dormidos, abrazados, el chabón la pescó en el aire, se empilchó, y lo pude ver como se iba, con mis ojos a medio abrir.
Que polvo, que putita más linda, que experiencia tan intensa, cuanto placer me electrizó todo el cuerpo.
No sé si el relato es del todo bueno, no, no lo es, puede ser mejor, pero la calentura que tengo me hace omitir detalles, sí, quizás esenciales o importantes.
Saludos a todos y a todas, les deseo buenos polvos por venir.
Una vuelta participamos de una fiesta multitudinaria. Fiesta en un caserón gigante, fuera de joda, 500 personas. Imaginensé el tenor de la joda: mucho, mucho chupi, nubes de porro, gente entrando y saliendo del baño constantemente, muchos pibes alzados, muchas minas entregadas. La cosa es que la mina se había mudado ahí hacía una semana (la dueña era amiga, ella se había quedado sin techo, y le tiró una mano). Tipo madrugada me entra a pasear por toda la casa, decenas de habitaciones, un galpón propio de un club, escaleras y conexiones por todos lados, una terraza de la concha de la madre, en fin, una edificación espeluznante. Por supuesto que estábamos bastante chupete, e idílicamente se daba la situación de estar alzado, y tener con quien y donde coger sin que te rompan las pelotas en medio de una fiesta. Listo, entramos a la habitación que estaba en el piso de arriba, bien alejada, y que estaba reformando para que sea suya. Simple, nos empezamos a echar un polvo, y cuestión que un momento yo no daba más de la calentura, del morbo, de todo. Y le digo de frente manteca que bajemos, que busquemos a un flaco, y subamos los tres. Ella estaba algo insegura porque nos podíamos quemar jodido delante de alguien, pero finalmente la convencí. Lo que me calentaba de la mina era eso: ella estaba a full conmigo, pero también era cierto que ya se había sentado en varios, varios muñecos del mismo... grupo, por decirlo así, pero imaginemos algo bastante más grande que un grupo, como una empresa, como la putita de la empresa, pero sin ser un grupo de laburo. Eso me calentaba, pensar que se había acostado con tal y tal, que compartíamos concha, y no sólo eso, aventurar en mi cabeza si se había acostado con tal o tal otro. Yo creía obvio que la mina estaba caliente con varios más, así que básicamente le dije que elija uno y le demos para adelante. La verdad es que pensé que iba a ser más fácil, ella me dijo de ir con uno con quien ella ya había estado, pero eso no me cabía, no sé por que, el tema es que ella me decía que si alguien decía que no, no podíamos seguir tirando plenos porque íbamos a quedar como el ojete. Bueno, vayamos a todo o nada. Y sí, tuvimos suerte. Ella se fijó en un chabón que la calentaba, y con quien ambos teníamos buena onda, de saludarnos, cruzar un par de palabras. Nos quedamos hablando, tomando algo, tranqui. Ella me empezó a excluir de la charla, yo iba, sacaba chupi, volvía, en fin, la jugaba de boludo. En un momento me dejan con los vasos en la mano, y se van a dar una vuelta. Yo me quedé ahí, tranqui, tomando algo, viendo como se reventaban los pibes y las pibas. Lindo clima. Pasa como media hora y nada. Le tiro un mensaje, en qué andás, como viene la cosa, que hacemos. Me dice que todo bien, que ya se lo había transado, que calculaba que iban a subir a su pieza. El hecho de leer eso ya me hizo sacudir el bocho. Listo, avisame. Suben, la mina le comenta al chabón, el chabón medio medio, pero ya estaba en el baile, así que... Me manda un mensaje, y yo me mando para arriba. Entro a la habitación, y estaban los dos tirados en la cama. Nos miramos, y nos entramos a reír. Bien. La verdad es que yo tenía unas ganas de besarla que me moría, así que fui directo y me la entré a transar muy bien. Lo miraba de reojo al chabón y bien, tranqui. En un momento ella sale de mi, y se dirige hacia el otro. La verdad es que fue un momento heavy, no por la moralina, pero es re flashero, se me movieron un par de estantes, pero bueno, ya estaba, no había vuelta atrás. Yo le entro a besar el cuerpo, la espalda, la voy desvistiendo, ella seguía meta saliva y lengüetazo con el otro flaco. Le sigo sacando la pilcha, le chupo bien las tetas, esas gomas grandes, de esa piel tan, pero tan suave, me llenaba bien la boca de todo ese alimento. Primeros gemiditos, y ella que empieza a manotear los dos mástiles por encima de los lompas, a querer sacarnos la ropa. Listo, nos entramos a desvestir nosotros dos, y ella que con su boca buscaba implorando por nuestras pijas, me desabrocha el pantalón y empieza a pegarme una mamada intensa, bien hasta el fondo, bien ruidosa, mucha saliva, mucha lengua, me pajeaba extremadamente bien con sus manos humectadas por los jugos de mi verga. A esta altura ya estábamos todos bastante relajados. Ahora yo quería verla chupando la otra verga. Así es que entre conversaciones guarangas, le ordené que mame la otra pija. Para que, jaja. Automáticamente se dió vuelta, le bajó el pantalón, los calzoncillos, y se llenó la boca. Que sensaciones más fuertes, verla comerse otra pija delante mío me voló la saviola. Acto seguido, comencé a succionarle bien la concha, los jugos, rememorar ese río vaginal me llena de placer. Después de dejarla punto caramelo, le empecé a bombear la conchita, mamita, que calentura que tenía, la cabeza hecha un bombo, el cuerpo hipertensionado. No podía hacer otra cosa que cogermela bien, bien, pero bien fuerte, de modo muy violento, sujetandola del pelo, fajándola un poquito, insultándola. Me encontraba prácticamente fuera de mí, después pude ver que el chabón se había sorprendido un poquito, por un momento se limitó a ser sólo un partenaire, pero después se soltó. Yo me la cojía, ella la chupaba, pero la verdad es que tenía la mente en como me la estaba bombeando. Luego de un buen rato se la puse en la boca, y entró el otro chabón. Se la cojió bien, pero yo me la cojí por la boca aún mejor. Que maravilloso fue ensuciarle bien toda la cara, pasarle toda la pija, mientras veía como la penetraban. Que linda putita, por favor. El chabón acabó, y paramos un poco. Yo 'sufro' de eyaculación retardada, ya lo mencioné en relatos anteriores. Ella me volvió a chupar la pija, ante la mirada del chabón, que ya estaba medio perdido. Pero ni bien se recuperó, volvió a llenarle la boquita. Variantes van, variantes vienen, le seguimos llenando el cañito de carne. El chabón volvió a acabar, y se tendió fundido en la cama. El flaco estaba bien, estaba relajado, le había tomado el gustito. Yo ya tenía los huevos a full, así que procedí a darle la lechita, lechita que siempre, siempre, se tomaba. El chabón estuvo piola y mientras ella me la chupaba, él la empezó a manosear, se la cogió un rato, le decía porquerías, e indescriptible es el placer que experimenté al verla tan pero tan poseída por el placer.
-'¿Me vas a dar la lechita, mi amor? Mm, que rica tu lechita, mi amor, dale, dame tu lechita, dame...'
Sentir esa boca bajando y subiendo una y otra vez hasta eyacular todo mi placer dentro de su boca, sentir que toda mi leche se la llenaba, y ella iba tragando para seguir chupando, para finalmente mostrarme su boca vacía, sacando la lengua. Bien putita, bien. Luego de semejante derroche de energía, nos quedamos cuasi dormidos, abrazados, el chabón la pescó en el aire, se empilchó, y lo pude ver como se iba, con mis ojos a medio abrir.
Que polvo, que putita más linda, que experiencia tan intensa, cuanto placer me electrizó todo el cuerpo.
No sé si el relato es del todo bueno, no, no lo es, puede ser mejor, pero la calentura que tengo me hace omitir detalles, sí, quizás esenciales o importantes.
Saludos a todos y a todas, les deseo buenos polvos por venir.
13 comentarios - Trío HMH con mi amante (Real)
Genial, gracias por compartir tu experiencia 😉