CHICOS GRACIAS POR LOS MSJ, PERO NO ENVIEN MSJ PARA TRATAR DE CONTACTARME, O PARA ESTAR CONMIGO, PORQUE MI VIDA PRIVADA ES SAGRADA, Y LA MANTENGO FUERA DE TODO ESTO
Desde hacía mucho tiempo rondaba en mi cabeza la curiosidad de saber cómo se sentiría ser una puta. La idea de recibir dinero a cambio de un poco de placer me generaba un morbo absoluto.
Unos días después de aquella loca idea me encontraba leyendo los clasificados de una página de internet, y sin saber porque bajé hasta el conocido rubro “59” y me dije: “ésta es mi oportunidad”.
Coloqué un aviso detallando mi busqueda; en él aclaré que se trataba nada más que de cumplir una fantasía, recuerdo que lo remarqué con mayúsculas; no quería que se me confundiera con chicas que viven de la prostitución, y dejé un número de teléfono, (uno nuevo qué adquirí exclusivamente para eso)
Al día siguiente al despertar ya ni me acordaba de mi travesura, ni estaba pendiente de la publicación.
Desayunaba cuando una música extraña salía desde un cajón; me había olvidado; era mi nuevo celu ja ja ja.
Era un mensaje; decía que quería conocerme, que le gustaban las maduras (38) etc, etc. Y como ese llegaron infinidad de sms, desde; un simple “hola” hasta algunos con contenido grotesco, y si algo tengo en claro es que no me gusta la vulgaridad.
Comencé a borrar aquellos desagradables y dejé los que no, de todas formas no respondí ninguno.
Mi clasificado decía claramente que sólo aceptaba llamadas, llamadas de gente que realmente estuviese interesada en cumplirme la fantasía…
Por la tarde estando en mi trabajo sonaba mi nuevo celular dentro de mi cartera, esta vez no era un simple mensaje, era una llamada; dude en atender, estaba sola, pero mis nervios me estaban jugando una mala pasada, hasta que tomé coraje y atendí.
Era la voz de una persona madura, su timbre sonaba claro, alguien seguro de lo que buscaba, me dijo estar realmente interesado en complacerme, preguntó mi tarifa.
¡Si! ¡Si! “tarifa”
ja ja
Un detalle que se me había pasado por alto, no tenía idea cuánto decirle, le fui sincera y se lo hice saber; entonces fue él quien me puso un “precio”, me pareció razonable y después de una extensa charla donde lo maté a preguntas para quitarme todas las dudas existenciales; accedí a verlo esa misma noche a las 22 hs.
Se trataba de un forastero, tenía su casa a la que venía por las temporadas con su familia, pero en esta ocasión había venido por unos trámites; por lo que lo hizo solo.
Me hice llevar con una amiga con la cual no tengo secreto alguno.
El miedo estaba presente, la desconfianza más allá que su voz y sus palabras me hubieran sonado confiable, no dejaba de perturbarme… Pero me tranquilizaba qué en caso de que me pasara algo, al menos mi mejor amiga sabía mi paradero.
Al tocar timbre salió a recibirme un señor muy alto, canoso, de ojos celestes, y de tez blanca, un cincuentón largo; me saludo con un beso en mi mejilla y me hizo pasar.
Mi amiga no emprendió marcha hasta que yo le hice una seña de que estaba todo bien.
Me examinó de arriba abajo, (sabía por el aviso que se iba a encontrar con una gorda, así que no se sorprendió para nada al verme) es más; me había adelantado por teléfono que fue eso lo que lo decidió a llamar. Qué siempre había querido estar con alguien como yo pero que hasta ese momento no se le había dado la oportunidad…
Me encontró muy sexy y seductora, también me dijo que tenía un rostro muy bonito, elogió mi boca mientras pasaba sus dedos por mis labios entreabriéndolos un poco, yo estaba nerviosa, y él obviamente lo percibió, así que me ofreció un café, me hizo pasar a la cocina, y me invitó a sentar.
Hablamos de otras cosas que nada tenía que ver con el hecho de estar allí; ésto ayudo a que me distendiera, después de la charla y del café me sentí mucho mejor.
En un momento se puso de pie y se paró frente a mí, posó sus manos sobre mis pechos y me hizo saber que no se los imaginaba tan grandes, que la sorpresa era muy agradable para sus ojos.
Llevaba una linda remera escotada, muy escotada, dejando asomar generosamente un poco mis atributos femeninos. (Cómo toda gordita tenemos que resaltar nuestros encantos para ser admiradas)
Me tomó de la mano y nos dirigimos nuevamente al living. Se acercó y me comenzó a besar; la situación era rara, me estaba besando con un “desconocido”, alguien que jamás hubiese mirado si me lo encontraría por la calle.
¡Osvaldo! Ese era su nombre; no era mi tipo, y estaba muy lejos de serlo…
Mientras el buscaba mi lengua con la suya, mi figura se contorneaba sobre su bulto fingiendo que me estaba comenzando a excitar; desde ese instante comencé a sentir como una puta, solo pensaba en el dinero que me iba a llevar como recompensa…
Me empezó a desvestir quitándome la remera.
Su temple pasó de armónico a salvaje, a lo bruto y de un empujón me tiró sobre el sillón, se abalanzó sobre mí y sumergió su cara entre mis tetas, me estrujó el corpiño dejando los pezones fuera de el, con su boca comenzó a succionar uno, y con una mano amasaba la otra, mis pezones reaccionaron al instante, se pusieron duritos, y esto le encantó, me los mordisqueaba, succionaba al punto de generarme cierto dolor, pero no le dije nada, por el contrario empujé su cabeza contra mis senos, dándole a entender que me gustaba y que quería más…
Luego de un largo tiempo de jugar con mis tetas se enderezó y se paró frente a mí que yacía semi acostada sobre el sillón; desprendió su cinto y bajó el cierre del pantalón.
Esto indicaba que era momento de actuar, de ganarme la “moneda”, me miraba insinuante, como diciendo:
¡Cómemela!
Me senté derecha logrando quedar a la altura exacta de su miembro.
Le bajé el pantalón dejándolo caer sobre sus pantorrillas e hice lo propio con el slip. Con mis manos rodee su trasero, clavando mis uñas sobre sus cuartos a la vez que mi boca iba directo en busca de su miembro, estaba erecto y duro como una roca, mi labios hicieron tope sobre su pelvis perdiéndose su pija completamente en mi boca mientras mi lengua se movía de lado a lado. En su rostro se dibujaba una excitación extrema, repetía una y otra vez
-¡Así putita, así! -
Seguí lamiendo hasta que presentí que estaba a punto de acabar, lo miraba y me re lamía a la vez que con mi voz de calienta pija le decía:
¡Dame la lechita papito! ¡Dámela toda!
Solté sus nalgas y tomé su pedazo con mis manos, lo llevé hasta el surco que divide mis pechos, los apretaba y masajeaba desde los laterales frotando su pija, hasta que no aguantó más y exploto de placer bañando mis tetas y mi cara con su leche al grito de:
- ¡Tomá puta! ¡Tomá; acá la tenés!-
Lo miré; le sonreí y le pedí que me indicara donde estaba el baño.
Me di una ducha ligera y al salir me estaba aguardando detrás del cortinado, se había vuelto a vestir; en sus manos tenía un toallón blanco, con él envolvió mi cuerpo con mucha delicadeza, demostrando su caballerosidad. (No muy común en estos tiempos, y mucho menos en aquellos que aun no llegan a los 40).
Agradecí el gesto y comencé a secarme el cabello con otro mas pequeño.
Tomó mi ropa que había dejado colgada de la percha junto al toallero y me hizo seguirlo hasta el cuarto. Una vez en él me quitó el toallón dejándome al desnudo, aun estaba algo humeda.
Yo creía que ahí había terminado la cita, pero muy por el contrario faltaba un segundo tiempo…
Se paró detrás de mí y comenzó a besar mi cuello, a jugar con su lengua en mis oídos y con sus manos alcanzaba mis pechos desde esa posición.
Realmente me había sentado bien el baño, estaba relajada pero curiosamente también estaba comenzando a excitarme.
(Decidí entregarme y disfrutar).
Se voltio y buscó mí boca con la suya, nos la comimos con entusiasmo, luego la abandonó y bajó por mi cuello utilizando su lengua durante el recorrido.
Con una mano acariciaba mis piernas, y con la otra intentaba alcanzar mi cuevita.
-mmmm –
-Amor que suavecita que la tienes-
Con firmeza apoyó su cuerpo varonil sobre el mío y nos dejamos caer tendidos sobre la cama, quedando debajo de èl.
Comenzó a besar mi panza mis rollos… esos pliegues que tanto me avergüenzan frente al espejo, pero que a la hora de gozar me olvido y me desinhibo por completo.
Fue bajando lentamente sin despegar sus labios de mi piel, hasta llegar a mi sexo prolijamente depilado, a esa altura estaba muy excitada, deseaba que hundiera su boca entre mis piernas y me generara tantos orgasmos como fueran posible.
Suerte la mía que además de recibir dinero me comiera la conchita como todo un experto en cunnilingus.
Una lengua larga e inquieta subía y bajaba por toda mi cavidad haciendo mi cuerpo vibrar a su paso, entregándole la miel de mi placer en cada uno de mis orgasmos.
Contento por el resultado obtenido se levantó y ausento del cuarto por unos minutos, mientras qué; yo quedé dubitativa tendida sobre la cama; miré el reloj y comprobé que aún quedaba tiempo para que se cumpliera el tiempo acordado.
Me incorporé y me dirigí hacia el baño, oriné y me higienicé en el bidet.
Saliendo del baño lo vi a Osvaldo dirigiéndose hacia a la habitación con algo en su mano, cuando lo apoyó sobre la mesa de luz vi que se trataba de una caja de forros.
-Ponte en cuatro – Me dijo con voz potente señalandome la cama.
No me quedó otra que obedecer, estaba cumpliendo un servicio, y debo decir que me calentó mucho que me lo ordenara, estaba maravillada, me hacía sentir una verdadera puta, y a eso había ido.
Hizo que me arrodillara más cerca de la orilla y él se paró fuera de ella. Con ambas manos abrió mis labios vaginales y me empezó a pasar la lengua desde la vagina hacia el ano, una y otra vez, cuando llegaba al hoyito de mi cola intentaba penetrarme con su lengua, la movía en círculos y lameteaba con abundante saliva, sentía como corría hasta llegar a mi concha, me sentía mojada, y no era solo por su saliva, realmente me sorprendí al percibirme mojada, estaba deseosa de que ese tipo me cogiera cuanto antes y tan duro como pudiera…
-Como te mojaste mami, qué rico-
¡Me haces calentar mucho “papi”! ¡Cógeme! ¡Ponte el forro y húndeme tu pija todo lo más profundo que puedas!
Aquellas palabras surtieron el efecto esperado. Se colocó el forro y me la metió de una. (No tenía un gran tamaño, pero la sabía mover, y se sentía bien)
Clavó sus manos en mi cintura ejerciendo presión sobre mi cuerpo logrando una penetración completa, sentía sus huevos golpear muy fuerte siendo esto un complemento de mayor excitación…
-¡Qué bien se ve desde acá atrás! ¡Qué orto enorme! ¡Me vuelvo loco NENA!
-¿Te gusta así? ¡Putita! ¿Así? –
Aaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaa
¡Siiiiiiiii¡ seguí, seguí así papi…
Pero no lo hizo, cuando más caliente estaba me la sacó, apoyó en mi culo y me la metió de una y sin piedad, cada una de sus embestidas, fueron firmes y precisas logró hacerme sentir cada centímetro de su dura pija.
Y hasta que no me arrancó un nuevo orgasmo se contuvo de acabar. Cuando empecé a gemir lo movía en círculos, uffff no puedo expresar con palabras lo bien que me la sentí… mis gemidos aumentaban mezclándose con sus exclamaciones.
-¡Tomá! ¡Puta! ¡Tomá¡ –
Repitió varias veces mientras su pija devorada por mi hoyo bombeaba terribles chorros de leche siendo contenidos por el preservativo.
Sus manos se relajaron y soltaron mi cintura, despegó su cuerpo del mío acompañado de un suspiro de liberación, de éxtasis absoluto.
Me miró y me dijo: -resultaste más putita que una prostituta –
A lo que yo no pude menos que reír mientras me incorporaba de la cama.
Me alegro que la hayas pasado bien, qué para eso me llamaste ¿No?
Asentía con su cabeza mientras me miraba recoger partes de mis prendas…
Mientras Osvaldo se fue al baño me terminé de vestir. Al regresar vino con el dinero que me entregó en mano con la siguiente frase:
-¡Agarra putita hermosa! ¡Acá tienes lo que te mereces! Y más allá de tu fantasía piénsalo, me animo a decir que si te dedicaras a esto te iría muy, muy bien.
Tienes todo para ser una gran ¡PUTA!
Le di las gracias por cumplir mi fantasía, me acerqué a darle un beso de despedida pero no me dejó; estiró su brazo alcanzando unas llaves, y sin siquiera preguntarme si aceptaba o no, me dijo:
-¡Te llevo!-
Al llegar le agradecí por el gesto, me acerqué y le di un beso en su mejilla.
Osvaldo me pidió de seguir en contacto, quería que repitiéramos cuando volviera en verano con su familia; sacó de la guantera un tarjetero, tomó una tarjeta y me la puso en la mano, dijo que confiaba en mi discreción, en ella estaban sus datos personales, me pidió que lo agregara al face y al msn; le di el OK y me bajé del auto sabiendo que nunca lo agregaría, todo había terminado para mí; mi fantasía ya había sido cumplida.
Llegué directo a darme un baño de inversión, con música suave de fondo me relajé en la bañera y pensaba en la situación que acaba de vivir, y caí en cuenta que si bien mi fantasía había sido cumplida me había gustado tanto la experiencia que al próximo llamado que me resultara interesante volvería a aceptar haciéndole creer que sería el primero en cumplirme la fantasía de sentirme una prostita de verdad...
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Desde hacía mucho tiempo rondaba en mi cabeza la curiosidad de saber cómo se sentiría ser una puta. La idea de recibir dinero a cambio de un poco de placer me generaba un morbo absoluto.
Unos días después de aquella loca idea me encontraba leyendo los clasificados de una página de internet, y sin saber porque bajé hasta el conocido rubro “59” y me dije: “ésta es mi oportunidad”.
Coloqué un aviso detallando mi busqueda; en él aclaré que se trataba nada más que de cumplir una fantasía, recuerdo que lo remarqué con mayúsculas; no quería que se me confundiera con chicas que viven de la prostitución, y dejé un número de teléfono, (uno nuevo qué adquirí exclusivamente para eso)
Al día siguiente al despertar ya ni me acordaba de mi travesura, ni estaba pendiente de la publicación.
Desayunaba cuando una música extraña salía desde un cajón; me había olvidado; era mi nuevo celu ja ja ja.
Era un mensaje; decía que quería conocerme, que le gustaban las maduras (38) etc, etc. Y como ese llegaron infinidad de sms, desde; un simple “hola” hasta algunos con contenido grotesco, y si algo tengo en claro es que no me gusta la vulgaridad.
Comencé a borrar aquellos desagradables y dejé los que no, de todas formas no respondí ninguno.
Mi clasificado decía claramente que sólo aceptaba llamadas, llamadas de gente que realmente estuviese interesada en cumplirme la fantasía…
Por la tarde estando en mi trabajo sonaba mi nuevo celular dentro de mi cartera, esta vez no era un simple mensaje, era una llamada; dude en atender, estaba sola, pero mis nervios me estaban jugando una mala pasada, hasta que tomé coraje y atendí.
Era la voz de una persona madura, su timbre sonaba claro, alguien seguro de lo que buscaba, me dijo estar realmente interesado en complacerme, preguntó mi tarifa.
¡Si! ¡Si! “tarifa”
ja ja
Un detalle que se me había pasado por alto, no tenía idea cuánto decirle, le fui sincera y se lo hice saber; entonces fue él quien me puso un “precio”, me pareció razonable y después de una extensa charla donde lo maté a preguntas para quitarme todas las dudas existenciales; accedí a verlo esa misma noche a las 22 hs.
Se trataba de un forastero, tenía su casa a la que venía por las temporadas con su familia, pero en esta ocasión había venido por unos trámites; por lo que lo hizo solo.
Me hice llevar con una amiga con la cual no tengo secreto alguno.
El miedo estaba presente, la desconfianza más allá que su voz y sus palabras me hubieran sonado confiable, no dejaba de perturbarme… Pero me tranquilizaba qué en caso de que me pasara algo, al menos mi mejor amiga sabía mi paradero.
Al tocar timbre salió a recibirme un señor muy alto, canoso, de ojos celestes, y de tez blanca, un cincuentón largo; me saludo con un beso en mi mejilla y me hizo pasar.
Mi amiga no emprendió marcha hasta que yo le hice una seña de que estaba todo bien.
Me examinó de arriba abajo, (sabía por el aviso que se iba a encontrar con una gorda, así que no se sorprendió para nada al verme) es más; me había adelantado por teléfono que fue eso lo que lo decidió a llamar. Qué siempre había querido estar con alguien como yo pero que hasta ese momento no se le había dado la oportunidad…
Me encontró muy sexy y seductora, también me dijo que tenía un rostro muy bonito, elogió mi boca mientras pasaba sus dedos por mis labios entreabriéndolos un poco, yo estaba nerviosa, y él obviamente lo percibió, así que me ofreció un café, me hizo pasar a la cocina, y me invitó a sentar.
Hablamos de otras cosas que nada tenía que ver con el hecho de estar allí; ésto ayudo a que me distendiera, después de la charla y del café me sentí mucho mejor.
En un momento se puso de pie y se paró frente a mí, posó sus manos sobre mis pechos y me hizo saber que no se los imaginaba tan grandes, que la sorpresa era muy agradable para sus ojos.
Llevaba una linda remera escotada, muy escotada, dejando asomar generosamente un poco mis atributos femeninos. (Cómo toda gordita tenemos que resaltar nuestros encantos para ser admiradas)
Me tomó de la mano y nos dirigimos nuevamente al living. Se acercó y me comenzó a besar; la situación era rara, me estaba besando con un “desconocido”, alguien que jamás hubiese mirado si me lo encontraría por la calle.
¡Osvaldo! Ese era su nombre; no era mi tipo, y estaba muy lejos de serlo…
Mientras el buscaba mi lengua con la suya, mi figura se contorneaba sobre su bulto fingiendo que me estaba comenzando a excitar; desde ese instante comencé a sentir como una puta, solo pensaba en el dinero que me iba a llevar como recompensa…
Me empezó a desvestir quitándome la remera.
Su temple pasó de armónico a salvaje, a lo bruto y de un empujón me tiró sobre el sillón, se abalanzó sobre mí y sumergió su cara entre mis tetas, me estrujó el corpiño dejando los pezones fuera de el, con su boca comenzó a succionar uno, y con una mano amasaba la otra, mis pezones reaccionaron al instante, se pusieron duritos, y esto le encantó, me los mordisqueaba, succionaba al punto de generarme cierto dolor, pero no le dije nada, por el contrario empujé su cabeza contra mis senos, dándole a entender que me gustaba y que quería más…
Luego de un largo tiempo de jugar con mis tetas se enderezó y se paró frente a mí que yacía semi acostada sobre el sillón; desprendió su cinto y bajó el cierre del pantalón.
Esto indicaba que era momento de actuar, de ganarme la “moneda”, me miraba insinuante, como diciendo:
¡Cómemela!
Me senté derecha logrando quedar a la altura exacta de su miembro.
Le bajé el pantalón dejándolo caer sobre sus pantorrillas e hice lo propio con el slip. Con mis manos rodee su trasero, clavando mis uñas sobre sus cuartos a la vez que mi boca iba directo en busca de su miembro, estaba erecto y duro como una roca, mi labios hicieron tope sobre su pelvis perdiéndose su pija completamente en mi boca mientras mi lengua se movía de lado a lado. En su rostro se dibujaba una excitación extrema, repetía una y otra vez
-¡Así putita, así! -
Seguí lamiendo hasta que presentí que estaba a punto de acabar, lo miraba y me re lamía a la vez que con mi voz de calienta pija le decía:
¡Dame la lechita papito! ¡Dámela toda!
Solté sus nalgas y tomé su pedazo con mis manos, lo llevé hasta el surco que divide mis pechos, los apretaba y masajeaba desde los laterales frotando su pija, hasta que no aguantó más y exploto de placer bañando mis tetas y mi cara con su leche al grito de:
- ¡Tomá puta! ¡Tomá; acá la tenés!-
Lo miré; le sonreí y le pedí que me indicara donde estaba el baño.
Me di una ducha ligera y al salir me estaba aguardando detrás del cortinado, se había vuelto a vestir; en sus manos tenía un toallón blanco, con él envolvió mi cuerpo con mucha delicadeza, demostrando su caballerosidad. (No muy común en estos tiempos, y mucho menos en aquellos que aun no llegan a los 40).
Agradecí el gesto y comencé a secarme el cabello con otro mas pequeño.
Tomó mi ropa que había dejado colgada de la percha junto al toallero y me hizo seguirlo hasta el cuarto. Una vez en él me quitó el toallón dejándome al desnudo, aun estaba algo humeda.
Yo creía que ahí había terminado la cita, pero muy por el contrario faltaba un segundo tiempo…
Se paró detrás de mí y comenzó a besar mi cuello, a jugar con su lengua en mis oídos y con sus manos alcanzaba mis pechos desde esa posición.
Realmente me había sentado bien el baño, estaba relajada pero curiosamente también estaba comenzando a excitarme.
(Decidí entregarme y disfrutar).
Se voltio y buscó mí boca con la suya, nos la comimos con entusiasmo, luego la abandonó y bajó por mi cuello utilizando su lengua durante el recorrido.
Con una mano acariciaba mis piernas, y con la otra intentaba alcanzar mi cuevita.
-mmmm –
-Amor que suavecita que la tienes-
Con firmeza apoyó su cuerpo varonil sobre el mío y nos dejamos caer tendidos sobre la cama, quedando debajo de èl.
Comenzó a besar mi panza mis rollos… esos pliegues que tanto me avergüenzan frente al espejo, pero que a la hora de gozar me olvido y me desinhibo por completo.
Fue bajando lentamente sin despegar sus labios de mi piel, hasta llegar a mi sexo prolijamente depilado, a esa altura estaba muy excitada, deseaba que hundiera su boca entre mis piernas y me generara tantos orgasmos como fueran posible.
Suerte la mía que además de recibir dinero me comiera la conchita como todo un experto en cunnilingus.
Una lengua larga e inquieta subía y bajaba por toda mi cavidad haciendo mi cuerpo vibrar a su paso, entregándole la miel de mi placer en cada uno de mis orgasmos.
Contento por el resultado obtenido se levantó y ausento del cuarto por unos minutos, mientras qué; yo quedé dubitativa tendida sobre la cama; miré el reloj y comprobé que aún quedaba tiempo para que se cumpliera el tiempo acordado.
Me incorporé y me dirigí hacia el baño, oriné y me higienicé en el bidet.
Saliendo del baño lo vi a Osvaldo dirigiéndose hacia a la habitación con algo en su mano, cuando lo apoyó sobre la mesa de luz vi que se trataba de una caja de forros.
-Ponte en cuatro – Me dijo con voz potente señalandome la cama.
No me quedó otra que obedecer, estaba cumpliendo un servicio, y debo decir que me calentó mucho que me lo ordenara, estaba maravillada, me hacía sentir una verdadera puta, y a eso había ido.
Hizo que me arrodillara más cerca de la orilla y él se paró fuera de ella. Con ambas manos abrió mis labios vaginales y me empezó a pasar la lengua desde la vagina hacia el ano, una y otra vez, cuando llegaba al hoyito de mi cola intentaba penetrarme con su lengua, la movía en círculos y lameteaba con abundante saliva, sentía como corría hasta llegar a mi concha, me sentía mojada, y no era solo por su saliva, realmente me sorprendí al percibirme mojada, estaba deseosa de que ese tipo me cogiera cuanto antes y tan duro como pudiera…
-Como te mojaste mami, qué rico-
¡Me haces calentar mucho “papi”! ¡Cógeme! ¡Ponte el forro y húndeme tu pija todo lo más profundo que puedas!
Aquellas palabras surtieron el efecto esperado. Se colocó el forro y me la metió de una. (No tenía un gran tamaño, pero la sabía mover, y se sentía bien)
Clavó sus manos en mi cintura ejerciendo presión sobre mi cuerpo logrando una penetración completa, sentía sus huevos golpear muy fuerte siendo esto un complemento de mayor excitación…
-¡Qué bien se ve desde acá atrás! ¡Qué orto enorme! ¡Me vuelvo loco NENA!
-¿Te gusta así? ¡Putita! ¿Así? –
Aaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaa
¡Siiiiiiiii¡ seguí, seguí así papi…
Pero no lo hizo, cuando más caliente estaba me la sacó, apoyó en mi culo y me la metió de una y sin piedad, cada una de sus embestidas, fueron firmes y precisas logró hacerme sentir cada centímetro de su dura pija.
Y hasta que no me arrancó un nuevo orgasmo se contuvo de acabar. Cuando empecé a gemir lo movía en círculos, uffff no puedo expresar con palabras lo bien que me la sentí… mis gemidos aumentaban mezclándose con sus exclamaciones.
-¡Tomá! ¡Puta! ¡Tomá¡ –
Repitió varias veces mientras su pija devorada por mi hoyo bombeaba terribles chorros de leche siendo contenidos por el preservativo.
Sus manos se relajaron y soltaron mi cintura, despegó su cuerpo del mío acompañado de un suspiro de liberación, de éxtasis absoluto.
Me miró y me dijo: -resultaste más putita que una prostituta –
A lo que yo no pude menos que reír mientras me incorporaba de la cama.
Me alegro que la hayas pasado bien, qué para eso me llamaste ¿No?
Asentía con su cabeza mientras me miraba recoger partes de mis prendas…
Mientras Osvaldo se fue al baño me terminé de vestir. Al regresar vino con el dinero que me entregó en mano con la siguiente frase:
-¡Agarra putita hermosa! ¡Acá tienes lo que te mereces! Y más allá de tu fantasía piénsalo, me animo a decir que si te dedicaras a esto te iría muy, muy bien.
Tienes todo para ser una gran ¡PUTA!
Le di las gracias por cumplir mi fantasía, me acerqué a darle un beso de despedida pero no me dejó; estiró su brazo alcanzando unas llaves, y sin siquiera preguntarme si aceptaba o no, me dijo:
-¡Te llevo!-
Al llegar le agradecí por el gesto, me acerqué y le di un beso en su mejilla.
Osvaldo me pidió de seguir en contacto, quería que repitiéramos cuando volviera en verano con su familia; sacó de la guantera un tarjetero, tomó una tarjeta y me la puso en la mano, dijo que confiaba en mi discreción, en ella estaban sus datos personales, me pidió que lo agregara al face y al msn; le di el OK y me bajé del auto sabiendo que nunca lo agregaría, todo había terminado para mí; mi fantasía ya había sido cumplida.
Llegué directo a darme un baño de inversión, con música suave de fondo me relajé en la bañera y pensaba en la situación que acaba de vivir, y caí en cuenta que si bien mi fantasía había sido cumplida me había gustado tanto la experiencia que al próximo llamado que me resultara interesante volvería a aceptar haciéndole creer que sería el primero en cumplirme la fantasía de sentirme una prostita de verdad...
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29 comentarios - Soy puta y qué?
El relato es excelente !
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
APARECIÓ LA ESCRITORA HOT!!!! BUENISIMO!!!!
ME GUSTÓ ESTE RELATO VIVIDO.
SI BIEN SON MUY BUENAS LAS PARTES HOT , EN MI CASO , QUE SOY MEDIO LOCO, ME MATARON LAS PEQUEÑAS PARTES DONDE TE VAS DESCRIBIENDO A VOS MISMA, LAS PARTES DE LAS TETAS Y CUANDO HABLAS DE TUS ROLLITOS POR EJEMPLO.
NAAAAAAAAAAA IBA ARMANDO TU FISONOMIA COMO UN ROMPECABEZAS Y A MEDIDA QUE ESO PASABA MI PIJA SE PONIA CADA VEZ MAS DURA.
FALTÓ , CUANDO EL VETERANO TE LA QUERIA PONER POR EL CULO , QUE VOS LE DIJERAS LO QUE TODA PUTA DICE EN ESE CASO , POR EJEMPLO UN...... NO PAPI POR EL CULO ES OTRO PRECIO..............JAJAJAJAJAJAJA
CREO QUE ESTOY MAS LOCO QUE UNA CABRA PERO CADA UNO TOMA LO QUE MAS LE GUSTA DE UN RELATO.
TE DEJO UNA RECO Y MAÑANA PASO CON POROTOS, ES UNA ALEGRÓN QUE TODAVIA ESTES CON NOSOTROS.
BESOS.
🆒 🆒 🆒
MUY BUEN POST Y GRACIAS POR COMPARTIR
BESOTES POR TODAS TUS PARTES!!!!!!
gracias por tus besos , pasé a dejarte los 10 porotos merecidos y de paso lenguetazos por tus rollitos ............mmmmmmmmm como me calentó esa parte!!!!!!! 🤤
Se los quiere!!
ANTO 😉
Y espero leer mas mucho mas!
Un beso señorita @Antohott ❤️
🤤 🔥 🤤 🤤 🔥 🤤 🔥 🤤 🔥 🤤 🔥