La habitación quedó en silencio, la oscuridad me rodeaba, la venda de seda que tapaba mis ojos fue lo primero que me diste al llegar. No podía moverme, mis manos sujetas, mis tobillo atados firmemente.
No escuchaba ningún sonido...sólo tu respiración.
Perdí la noción del tiempo, del espacio, mi espalda desnuda sentía el frío del mármol, la piel erizada, expectante...percibía tu presencia, sabía que estabas sentado a pocos metros observándome, dejando transcurrir esos instantes necesarios para que mi conciencia se despojara del afuera.
Cuando supiste que era el momento, comenzaste a hablar, con tu voz pausada y tranquila, explicando lo que hoy querías de mi, haciendo que comprendiera y aceptara cederte el control.
Te acercaste y acariciaste mi cuerpo con algo suave, aterciopelado, relajándome aún más, ese contacto me llevó a un trance que creí era mi máxima fantasía, luego, más adelante comprendí cuanto camino me faltaba recorrer.
Desataste una de mis manos, me hiciste arrodillar y llevaste mi rostro hacia tu sexo, pero no dejaste que te toque, rodeaste mi espalda, girabas en torno de mi de modo que no supiera donde encontrarte.
Supiste que necesitaba un desahogo, instintivamente supliqué me permitieras sentir tu cuerpo, darte un orgasmo.
En tu grandeza, me lo concediste.
No escuchaba ningún sonido...sólo tu respiración.
Perdí la noción del tiempo, del espacio, mi espalda desnuda sentía el frío del mármol, la piel erizada, expectante...percibía tu presencia, sabía que estabas sentado a pocos metros observándome, dejando transcurrir esos instantes necesarios para que mi conciencia se despojara del afuera.
Cuando supiste que era el momento, comenzaste a hablar, con tu voz pausada y tranquila, explicando lo que hoy querías de mi, haciendo que comprendiera y aceptara cederte el control.
Te acercaste y acariciaste mi cuerpo con algo suave, aterciopelado, relajándome aún más, ese contacto me llevó a un trance que creí era mi máxima fantasía, luego, más adelante comprendí cuanto camino me faltaba recorrer.
Desataste una de mis manos, me hiciste arrodillar y llevaste mi rostro hacia tu sexo, pero no dejaste que te toque, rodeaste mi espalda, girabas en torno de mi de modo que no supiera donde encontrarte.
Supiste que necesitaba un desahogo, instintivamente supliqué me permitieras sentir tu cuerpo, darte un orgasmo.
En tu grandeza, me lo concediste.
13 comentarios - Iniciación
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
Tremenda primera sesión 😉
Espero más.... 😃
muy excitante