Comiendo a Nutella...

Apareció una víspera de feriado, sin quererlo su charla me envolvió, y su cabeza se volvió hipnótica a todos mis sentidos. Nuestras conversaciones se fueron haciendo más largas, teníamos puntos en común y algún que otro apocalipsis zombie. Cada mensaje hacia que el siguiente fuera esperado, ansiado, codiciado por mis pupilas… Y no me defraudaba, nos hacíamos reír, el eclipse fue total…
Las charlas derivaron en otros lares, otras sensaciones, imágenes, que mi cerebro no supo distinguir que es lo convencional, de lo incorrecto…pero aún así, quería ser su esclava en todos los niveles.

Una tarde de lluvia, se encontraron. Las miradas eran infalibles, penetrantes, corroboraba cada parte inventada en mi cerebro y mejor aún… la mejoraban…
El café y la charla delirante pasaron, fue entonces cuando decidí que viniera a casa, no tuve más que invitarlo, para que asintiera, pagara y nos escapáramos del lugar.

Sólo basto cerrar la puerta para que lo sintiera detrás de mí, dejándome un mínimo espacio para el movimiento. Mi cuello era su presa y sus manos apretando mis tetas. Mis gemidos fueron incrementándose, mientras en mi colita sentía como cada vez crecía más su pija, esa que tantas veces supe fantasear tras horas de mensajes

Logro darme vuelta, ahora lo miro a los ojos, esos ojos marrones penetran en mí una vez más, provocando que mi entrepierna se lubrique sus jugos.

Las ropas ahora pertenecen al suelo, mis manos tocan esa piel, mi lengua lame todo rincón recorrido por mis pensamientos.
Lamo, muerdo, chupo todo lo que está a mi alcance. Me arrodillo hasta estar frente a la fuente de mi lujuria.

Recorro esa pija como si fuera un camino recorrido varias veces, mientras levanto la vista y lo miro, me encanta ser su putita. Mi entrega es total y mi boca sigue degustando tal preciado premio…
Luego de una serie de gemidos, él decide levantarme...
Me tumba en la cama, me abre las piernas, esboza una sonrisa divina, acerca su boca a mis piernas
El contacto es glorioso, cada presión genera chismas en mi cuerpo, mi pelvis es imposible dejarla quieta ante tal degustación . Mi cabeza ansia cada nuevo contacto, mis gemidos van aumentando en intensidad. Son ahora mis manos rasguñando esa espalda mientras que sus besos van subiendo hasta buscar mi boca.

En esa posición me muevo de tal manera que su cabeza se posa en mi entrada, basta sólo empujar para que entre. Mis piernas lo envuelven, presionándolo. La penetración es total. Los movimientos se incrementan y la fuerza también.

Siento que me desarma, aun así quiero más y más.
Mis uñas se hunden en su espalda, ya no importa nada, solo sentirlo en mi, desgarrándome con más vigor en cada embestida.
Mi locura se acerca, mis ojos se cierran, me dejo llevar, mi cabeza siento que va a explotar.
Mi espalda se arquea, no soy ni dueña de mis gemidos, mientras el sigue penetrándome con energía. El cuerpo empieza a temblar, no puedo controlarme. Tengo la piel de gallina, mis piernas siguen abrazándolo, me aferro, mientras se desploma en mí.


Ahora lo tengo en mi cama, no voy a dejarlo ir…




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