El experimento de Adabel
Adabel Cospeu era una socióloga de 23 años, ella estaba preparando una maestría en la facultad y para recibirse necesitaba presentar su Tesis a fin de año.
Con su grupo de compañeros estaban realizando un estudio sobre el impacto del sexo en la gente de menores recursos, es decir que para Adabel y sus colegas la gente con menos poder adquisitivo se predisponía mucho más fácilmente al sexo y también a nuevas experiencias.
Como todo trabajo para ser defendido, Adabel necesitaba de buena fuente varios argumentos para solidificar su teoría, por eso y con el consentimiento de sus compañeros ella se iba a encargar de la parte práctica o mejor dicho el trabajo experimental.
A Adabel la plata no le faltaba, era una joven de la alta sociedad que no tenía muchos prejuicios, es por eso que decidió tomarse unas breves vacaciones para abocarlas a su proyecto con una idea bastante impensada, se haría pasar por una mucama en el interior del país para verificar que ofertas sexuales obtenía.
Fue así de rápido que la joven morocha de pelos bien lacios tomó su bolso y lo lleno de la ropa más vieja y fea que tenía en su placard, se saco todos sus anillos, sus pulseras y decidió ir directo a la estación para tomar un micro de larga distancia.
Sin ninguna idea precisa, Adabel miró el cartel de partidas y se acercó a la boletería para comprar un pasaje a San Luis, en pocos minutos ya estaba arriba del mico y en algunas horas más bajaba en tierras cuyanas.
Al llegar sabía que no podía perder tiempo, compró el diario y se dirigió la primera casa en la cual solicitaban una mucama, ella sabia que iba a ser la elegida porque nadie podría sospechar nada raro ni perverso de tan hermosa mujer, solo debía bajar la voz, hablar pausado y con un tono raro para mentir sobre sus orígenes.
Su destino era una casa enorme con ladrillos a la vista situada en un barrio de buen poder adquisitivo, el escenario era el mejor porque Adabel iba a ser la sirvienta de esa casa y así podía interactuar con todo un ámbito al que nunca hubiese podido llegar como socióloga, siendo mucama charlaría con plomeros, electricistas, carteros, otras mucamas, etc.
Adabel tocó el timbre y un hombre de unos 55 años salió a la puerta, era Mario el padre de la casa, un doctor de larga trayectoria con una presencia impecable, pelos entrecanos y un rostro firme y moreno.
En una charla breve y con el doctor rendido a los pies de la hermosa Adabel no tardaron mucho en hacer la presentación oficial, la socióloga ya había entrado en un terreno que no solo le daría argumentos para su estudio sino que también despertaría en ella un sinfín de sensaciones.
La familia estaba compuesta por Mario, la mujer Clara, Jazmín de 15 años y Mauro el hijo mas grande con 18, como primera tarea Clara que estaba por salir de viaje le ordenó a Adabel limpiar los pisos, organizar el cuarto de servicios donde ella se quedaría y preparar la cena, si bien era algo que no le gustaba hacer sabía que el fin era otro y que las proposiciones no tardarían en llegar. No estaba muy errada.
Los primeros días pasaron bastante rápido, Adabel recibía algún que otro piropo cuando compraba en el mercado o cuando iba a pagar los impuestos siempre alguna mirada morbosa la impactaba, pero lo que nunca se podía imaginar fue lo que pasó una semana después de su llegada
Eran las tres y media de la tarde, la casa estaba vacía, Adabel ya un poco cansada de su investigación se recostó en su cuarto de servicio y luego de unos minutos sintió un ruido en la puerta y por el hueco de la escalera pudo ver que Mauro volvía de rugby con 5 amigos más.
El joven hijo del doctor era un semi profesional en el deporte, de piernas bien anchas y una espalda inmensa lo último que hacia pensar era que ese enorme hombre era de 18 años, sus amigos en cambio ya jugaban profesionalmente y eran mayores en tamaño y edad.
Mauro llevo su laptop a la cocina mientras sus amigos embarrados y transpirados se servían jugo y tomaban algún que otro energizante
Adabel empezó a sentir unos gemidos y pudo ver que los 6 estaban viendo un video pornográfico de gangbang, ella podía espiarlos desde la escalera y fue ahí donde vio que todos estaban más que excitados.
Uno de los amigos propuso llamar a una prostituta para poder “descargar” tanta energía, pero lo más llamativo fue que Mauro con voz baja murmullo algo a los oídos de sus amigos y enseguida camino hacia la parta baja de las escaleras.
Adabel al ver la reacción del joven, rápidamente entro en su cuarto hasta que un golpe en la puerta la hizo abrir
-Hola Ada, como estas?
-Bien, acá descansando un poco porque estoy con dolor de cabeza.
-Uh que pena, yo vine con unos amigos y estábamos tomando algo abajo.. Papá me dijo que vos te quedabas en casa porque tenés que llevar plata para tu familia no?
-Si, somos de Junín y la verdad necesitamos mucho la plata
-Te puedo proponer algo, hay $600 y solamente son dos horitas
-Si, que tengo que hacer?
Adabel sabía que la oferta había llegado, como socióloga jamás hubiese pensado que sus teorías iban a concretarse, en unos pocos días ya tenia su primera oferta sexual
-Te cuento Ada, nosotros somos 6 y la verdad estamos muy calientes (mientras le mostraba su corto pantalón de rugby donde se veía un apretado y grueso miembro)
-Y que tengo que hacer yo ¿?
-Unas caricias, pero para no perder tiempo nos podes acariciar a todos juntos y después te volvés a acostar, obviamente no le decimos nada a nadie
-Y tus amigos que dicen?
-Queres ver como están?
-Si, quiero ver…
Mauro le pasó una mano por el cuello y juntos se arrimaron a la escalera, para ver una escena que Adabel nunca se hubiese imaginado, en la cocina de esa enorme casa 5 hombres enormes estaban con su miembro inflado de semen esperándola a que baje.
Adabel con un poco de miedo pero con ganas de probar su teoría y algunas cosas más accedió a bajar.
-Vamos, bajemos que los chicos están que no dan más
-Bueno, pero me van a tratar bien?
-Vemos, si te bancas algunas cosas mas te podemos dar más plata
La socióloga no había empezado y las ofertas y el morbo subían a cada instante
-Cuanto es más?
-El doble, te va?
-Y que me van a hacer?
-Ese es el precio, no vas a saber pero es el doble, que decís?
-Si, si quiero…
Adabel estaba vestida con un uniforme rosa que le quedaba chico, Mauro se lo miró de arriba abajo y le dijo que estaba perfecta para lo que se venía
Juntos empezaron a bajar.
En la cocina los 5 hombres se estaban tocando sus respectivas vergas, una mas grande y ancha que la otra, eran 5 rugbiers y faltaba Mauro que todavía no había mostrado lo bien dotado que estaba
Adabel se puso de rodillas y de a poco los 6 la rodearon, Mauro ni se bajó los pantalones, saco su pene por la manga del corto short y le refregó la cabeza bien roja por la cara de la joven mucama
Sus amigos no se quedaron quietos, enseguida le llenaron la boca de miembros enormes y las lágrimas no tardaron en llegar, era tanto lo que tenía adentro que casi ni podía respirar.
Tres estaban ocupados con la boca, en cada mano Adabel sostenía unas calientes vergas y por el cuello el otro jugador le hacia caricias con su glande
Los gemidos eran bien agudos, los hombres transpirados y bien marcados la subieron a la mesa para poder hacerle más cosas
-Te dije que te iba a gustar (dijo Mauro), vos querías plata no? Acá la tenes la platita… Y le puso en la boca un rollo con la plata que los amigos habían juntado
-Escupila “Puta”, escupila!!
Los demás ya la habian empezado a penetrar por la vagina toda húmeda y mojada, uno de ellos se seguía tocando mientras olía la bombacha de Adabel que tenía algunas gotas de pis
_Arrodillate, y date vuelta
Adabel no emitía palabras, ya había escupido la plata pero siempre tenía la boca ocupada, es más, estaba rodeada de miembros que no la dejaban casi reaccionar
Si uno la penetraba, otro le ponía su gruesa verga en la boca, otros dos tomaban sus manos y la hacían que los pajeara, otro le estaba chupando el culo mientras el tercero le pasaba las bolas por las tetas
En su cabeza, la socióloga no paraba de disfrutar ese escenario que jamás hubiese imaginado, era todo el morbo junto y todavía faltaba lo peor, o lo mejor para ella
El mas alto de los compañeros la levanto e hizo que la joven morocha se pusiera en cuatro patas, con poco cariño y con una cabeza enorme empezó a empujar en el culo bien estrecho de Adabel, los demás se frotaban los pies de la morocha con sus pijas, le metían los dedos en la boca y hasta le tiraban del pelo
Habían pasado casi cuarenta minutos y el mas bajo de los compañeros se hizo un lugar por debajo para poder penetrarla de a dos, Mauro y otro más se la pusieron nuevamente en la boca y el éxtasis de Adabel era extremo
-Te dije que te iba a gustar eh, viste que te gusta
- ss..sssSsii, sssiiSIII, me gusta
_Si, como no te va a gustar si tenes una cara de putita terrible
-AAgrr AAAAAAAaahhh siiiSIi, Sii me encanta, me encanta
_Te gusta que seamos muchos no? (mientras le tiraba fuerte de los pelos)
_Me gusta como me pasan la pija por la cara
-Entonces esto que viene ahora te va a gustar más
Luego de penetrarla y apretarle las tetas hasta que los gritos se oyeran a cuadras, entre dos la pusieron de rodillas nuevamente y la hicieron gatear hasta donde había un plato en el suelo, seguramente pertenecía a alguna mascota que ya no habitaba la casa
-Ahora te vamos a acabar toda, sabes? Y te vas a tomar todo y mi amigo va a acabar en el plato y te lo vas a comer, escuchaste!!!
-Si, sii…
Mauro acabó con una potencia poca veces vista, le lleno la cara de leche caliente, le hizo tragar todo lo que quedaba en esa cabeza enorme y le restregó bien la verga por la cara
Uno de sus compañeros al ver esa escena le acabó en las tetas y también presionó su cabeza entre los pezones, Adabel a todo esto estaba exhausta por el trajín del desenfreno y por la cantidad de orgasmos que tuvo
El tercero miraba la situación y seguía sosteniendo la bombacha de la mucama en la mano, se acercó al plato y acabo una cantidad enorme de semen y se lo hizo tragar todo.
El antepenúltimo la hizo acostar y le acabó en los pies, el anteúltimo le refregó las bolas por la boca y desparramó toda su leche en el pelo de la socióloga, el ultimo tomó el fajo que antes Adabel había escupido y billete por billete se lo tiró en todo el cuerpo para luego acabar por encima de todo el hermoso collage llamado gang bang.
-Bueno, te portaste bien eh, la verdad nos hiciste pasar un buen ratito, ahora nos volves a chupar bien la pija así no nos tenemos que bañar sabes? Y después limpias todo que mi viejo esta por llegar.
Adabel hizo lo que le pidieron, uno a uno fueron pasando y les absorbió las ultimas gotas de su semen, se ligó también algún cachetazo de lujuria y alguna que otra mordedura en el cuello como saludo final de los 6 toros salvajes.
Unos días más y Adabel decidió irse, dejó una carta de despedida y no hizo mención de lo sucedido.
Llegó a Buenos Aires y se puso a describir solo los piropos y las ofertas que había tenido de los trabajadores pero nunca detallo la tarde de goce que recibió de parte de 6 sementales, no los detalló porque según su ultimo escrito necesitaba varias pruebas más y por eso viajaría nuevamente pero con otro destino en busca de mucho más desenfreno de placer.
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