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Alejandra (19 añitos)

LO VUELO A PUBLICAR PORQUE ME LO ELIMINARON POR TENER EL TITULO EN MAYUSCULAS... Y BUENO...

Con Alejandra nos conocimos en el laburo, cuándo ella entro a trabajar tenía 19 añitos recién cumplidos, y pese a la diferencia de edad (en ese entonces yo 41) congeniamos enseguida. No estábamos en el mismo sector, ella estaba en atención al cliente y yo en contabilidad y aunque nos veíamos en escasos momentos, ya que su lugar de trabajo está en el primer piso y el mío en el subsuelo, se dio una química especial entre nosotros, algo como no me había pasado con ninguna otra compañera y menos de su edad. Al principio hablábamos de los temas comunes que tocan dos personas que están iniciando una amistad, hasta que la transfirieron a otra sucursal para suplir a una empleada que había faltado. Ese día nos comunicamos por el chat de la empresa, y luego de saludarnos y de pasarnos las novedades, empezamos a tratar temas sexuales. Uno de los dos mencionó como al pasar algo referido al sexo virtual, poniendo caritas de sorpresa ella me dijo que nunca lo había hecho y que le gustaría intentarlo. Como los dos estábamos desocupados en ese momento, le dije que porque no lo hacíamos, medio como que titubeó un poco, pero al final preguntó:
-¿Y cómo empezamos?-
-No sé… a ver… puedo ser un cliente que entra a la oficina, te encuentro sola y te tiró los galgos-
-¿Sabés? Hace rato vino un cliente, un viejo baboso y cada vez que me levantaba a buscar algo al archivo o a la impresora, me miraba el culo, el tipo no se daba cuenta pero lo veía por el reflejo de la ventana… jaja-
-Uh… si fuera ese viejo baboso te agarraba ahí mismo y te rompía todos los agujeros- le mandé.
-Llegas tarde papi… ya tengo todos los agujeros rotos-
Me quede mudo, no sabía que decirle, pero tampoco quería perder el ritmo de la caliente charla que estábamos manteniendo.
-No sabía que eras tan trolita-
-Muy…-
-Me encantan las pendejas trolitas como vos-
-Viejo verde-
-No tenés idea lo que te haría este viejo verde-
-A ver… Contame-
No les voy a poner acá toda la conversación que tuvimos esa tarde porque me llevaría varias hojas, pero fue muy, muy caliente, tanto que se me paró la pija y en cierto momento tuve la urgente necesidad de ir al baño. Por supuesto no le dije eso, sino que le puse cualquier otra excusa que igualmente no creyó.
-Disculpame pero tengo que ir a hacer unas fotocopias- le chamuyé.
-Ok… nos vemos- me puso y antes de cortar la conversación, agregó: -Ah, una última cosita…-
-¿Qué?-
-Dedícamela…- tecleando caritas de alegría.
¡Para qué! Me puse más loco todavía, la pendeja sabía que me iba a hacer una en su honor. Después de la paja que le dedique ese día, ya empecé a verla con otros ojos, me la quería coger a como dé lugar. Las sesiones de sexo virtual no se volvieron a repetir, aunque algunas cositas nos decíamos. Una vuelta me dijo:
-¿Te acordás del viejo baboso que te conté el otro día?-
-Sí, ¿Qué pasó?-
-Nada, vino otra vez y me pasó un papelito con su número de celular- me comentó.
-Pero, ¿Qué edad tiene?- le pregunté sorprendido.
-Creo que 44…-
Hija de puta, tres años más que yo y le decía “viejo baboso”.
-¿Y que vas a hacer? ¿Lo vas a llamar?-
-No sé… quizás, ¿a vos que te parece?-
-Que se yo, habría que ver que dice tu novio- le dije, porque a todo esto la pendeja trolita estaba de novia.
-Mientras no se entere… jaja-
-Que se yo, hace lo que quieras- ya se me empezaban a notar los celos.
-Sí, por ahí lo llamo a ver que onda-
-Entonces te gustan los viejos babosos-
-Baboso por cómo me mira, pero la verdad es que no es tan viejo, debe tener tu edad, ¿no?, y además no está nada mal… ¿y sabes qué? Me calienta que me mire así, como cogiéndome con la mirada… jaja-
-Bueno, mirá, tengo mucho laburo así que te voy dejando, después me contás- le dije y ahí nomás le corté.
Saber que podía llegar a tener algo con ese tipo me desquiciaba, durante los días posteriores prácticamente no nos comunicamos, hasta que una tarde me pone:
-¿Estás ocupado?-
-No, decime-
-Nada, solo quería saludarte-
-Ah, gracias, yo también te saludo…- hice una pausa y ya no pude aguantar la ansiedad: -¿Y? ¿Al final llamaste al tipo ese?-
-Siiiiii…- me puso tecleando caritas de felicidad.
-Ah, por lo que veo te fue bien-
-Sí, salimos, me paso a buscar por la oficina y fuimos a…- ahí lo primero que pensé fue: “… un telo”, pero no -a comer- me dijo.
-Entonces todo bien-
-Sí, todo bien-
-¿Quedaron para otra vez?- le pregunté.
-No, solo salimos esta vez, no sé, no creo que se repita-
-Turra, entonces te lo cogiste- le puse, y les juro que me salió del alma, recién cuando apreté la tecla de enviar me di cuenta de lo que había puesto. Se caía de maduro que si el tipo no repetía la invitación, era porque ya había conseguido lo que buscaba, que era cogérsela.
-¿Y si me lo cogí qué? ¿Acaso sos mi novio para echármelo en cara?-
-No, pero…- no supe que ponerle.
-Lo que pasa es que estás celoso porque vos estás caliente conmigo-
-¿Qué?-
-Si se te nota, me querés dar y te da bronca que otro me haya dado, y encima uno de tu edad-
-Entonces cogieron…-
-No te lo voy a decir, solo te digo que la pase genial, chau- ahora fue ella la que cortó la comunicación y puso el cartelito de No Disponible.
Si antes ya quería cogérmela, con esto mucho más todavía. Le quería dar hasta reventarla. Con el correr de los días empezamos a hablar de nuevo, olvidando por completo esa discusión que tuvimos. No le volví a preguntar sobre el asunto y ella no me lo mencionó tampoco, hasta que llegó la cena de Fin de Año de la empresa. Esta vez se celebraría en el Rodizio de Puerto Madero. Quedamos en ir juntos, así que nos encontramos en la estación San Juan del subte “E” y hacia allá fuimos. Estaba preciosísima, con un vestido de gasa blanco que la hacía mucho más nena todavía. La cena estuvo normal, como toda cena de compañeros de trabajo. Terminamos cerca de la medianoche. Tal como habíamos llegado, nos fuimos juntos también, esta vez en taxi. Estábamos casi ya en la mitad del trayecto, cerca de su casa, que era la más cercana, cuándo junto coraje y le susurro al oído:
-¿Y si vamos a un telo?-
Soltó una carcajada al escucharme.
-¿Te volviste loco? Me está esperando mi novio- hacia un par de meses se había largado a vivir con el novio, baterista de una banda de rock.
-Pero hoy tenemos la excusa perfecta, le podés decir que la cena se hizo más larga de lo esperado- le insistí.
-¿Qué? ¿Le dirías lo mismo a tu esposa?- quiso saber. Creo que no lo dije, pero estoy casado y tengo dos hijos, por lo que esa era la ocasión perfecta.
-Sí, claro- asentí.
-Jaja- se rió –Che, ¿me parece o estás muy caliente vos?-
-Con vos estás caliente Ale, no sabés como me tenés-
-No, pero me lo imagino- dijo echándole una sorprendida mirada a mi entrepierna –Lo que tenés que hacer es llegar a tu casa y darle una buena cepillada a tu esposa- me aconsejó.
-Dale, no me vas a dejar así-
-Yo no te dejo nada, vos te pusiste así solito, además somos amigos, no amantes-
-Bueno, pero podemos ser amigos con derechos- le mandé.
-No seas tarado-
Ya estábamos a casi una cuadra de su casa, cuándo agarra el celular y llama al novio. Yo creí que era para avisarle que ya estaba llegando, pero entonces la escucho decirle:
-Hola gordo, si, esto está medio denso, pero están los jefes, ya sabés como es… sí, creo que voy a tener para un buen rato más… ¿comiste?... no boludo, como te voy a llevar algo, ¿querés que salga con mi viandita de acá?… jaja… chau, un beso, después nos vemos- cortó la llamada, guardó el celular y le dice al tachero: -Por favor, ¿nos puede llevar a un hotel alojamiento?- los ojos del tipo se le daban vuelta, habrá pensado pero que flor de suertudo el tipo este (o sea yo). Ojo, yo también lo pensaba, ya que no podía creer lo que acababa de escuchar.
Entonces Alejandra se acercó aún más a mí, me miró a los ojos, me dijo:
-Te saliste con la tuya, al final me vas a coger- y me besó en una forma que todavía estoy alucinando. Tiene la boca más dulce, fresca y caliente que jamás hube saboreado.
Llegamos al telo, le pagué al tachero y entramos a la habitación. Y ahí en el medio de la suite, habiendo cerrado apenas la puerta, volvimos a besarnos en esa forma que revelaba las ganas que veníamos acumulando, por lo menos de mi parte. Mientras la lengüeteaba, saboreando sus labios, lengua, saliva, todo, podía sentir como una de sus manos se deslizaba por mi entrepierna palpando lo que ya se estaba armando solo para ella.
-¡Mmmm… como estás!- alcanzó a exclamar.
-Estoy así por vos, mamita- le aseguré.
-No sé si esto se vuelva a repetir, por eso quiero que esta noche me cojas mucho, haceme todo lo que quieras, esta noche soy solo tuya, solo para vos- me dijo.
Yo cada vez estaba más loco, una pendeja de 19 años se me estaba entregando en bandeja de plata, sin condición alguna, era mi sueño hecho realidad. Entre besos, y caricias, y más besos y más caricias, caímos en la cama, yo de espalda y ella sobre mí, lo que aprovechó para aprisionarme entre sus piernas y sentándose sobre mi cuerpo, bajarse los breteles del vestido y desabrochándose el corpiño enseñarme sus pechos. No se trata de una mina demasiado tetona, pero tiene unas tetitas redonditas sumamente deliciosas, muy bien formadas y con unos pezones que… ¡¡uffff!!... estaban que explotaban.
-¿Viste? Así se me ponen cuando estoy muy caliente- me dice, retorciéndoselos y estirándoselos con los dedos -¿Y sabes? Hace tiempo que no se me ponían así-
Lo que me estaba diciendo era que estaba MUY caliente y que yo la había puesto así, eso ya era demasiado. Ahora era yo el que jugueteaba con esos pezones largos y puntiagudos, mientras ella se frotaba suavemente contra mi entrepierna, poniendo los ojos en blanco al sentir la dureza de mi erección. Luego se inclinó y volvió a besarme, en realidad me comió la boca, enlazando su lengua con la mía en un profuso intercambio de saliva. A partir de ahí comenzó a bajar, siempre besándome aquí y allá, y a medida que me desabrochaba la camisa, botón por botón, me mordía una tetilla, luego la otra, levantaba la cabeza, me sonreía, volvía a bajar, siguiendo por mi panza, mi ombligo, al que lamió y relamió como si buscara algo adentro, y al llegar a mi cintura, me volvió a sonreír en esa forma tan incitante y comenzó a desabrocharme el pantalón. Todo transcurría como si fuera un video porno, y yo el único espectador privilegiado. Me soltó el cinturón, me desprendió el botón, me bajó el cierre, y ella misma me ayudo a quitármelo, observando con ansiedad el bulto que se me formaba debajo del calzoncillo. Dejo tirado el pantalón en el suelo, y regresó conmigo, tocándome el paquete por sobre la tela del slip, apretándomelo despacito, mordiéndose incitante el labio inferior al comprobar su turgencia.
-No sabés desde hace cuánto que quiero chupártela- me dijo casi en un susurro a la vez que me bajaba de un tirón el slip.
La pija salió disparada de su escondite como si fuera una catapulta, quedándose erguida y palpitante ante los ojos de Alejandra que no dejaba de recorrerla arriba y abajo con sus ojos. Cuándo me la agarró con una mano me estremecí, sentir sus manos jóvenes, tiernas, tan suaves, agarrándomela provocó que una descarga eléctrica me recorriera de pies a cabeza. Sin dejar de mirarme se la acercó a la cara y comenzó a olerla, a pasearla por sus mejillas, sobre sus labios, a familiarizarse con mi tamaño y textura. Entonces me dio un besito en la punta, otro más abajo, otro en los huevos y subiendo decidida, abrió la boca y se devoró un buen pedazo.
-¡Ahhhhhhhhh…!- esa exclamación fue mía.
Veía los tersos labios de Alejandra cerrándose en torno a mi pija, y no lo podía creer, me agarraba la cabeza, incapaz de procesar todas esas emociones. Y fue todavía mucho más intenso cuándo me la empezó a chupar con todas sus fuerzas, tratando de comérsela casi hasta los pelos, no es que sea muy pijudo, pero siempre cuesta que se la metan toda en la boca, por lo general te chupan la cabeza y un poco más, pero a ella parecía gustarle comerse todo, por lo menos eso intentaba. De a ratos me la soltaba, y con el rostro todo congestionado, por el esfuerzo que había hecho al chupar y al tratar de comérsela toda, me la escupía, me pajeaba un poco y se la volvía a mandar bien profundo en la garganta. Debo decir que para su edad (recuerden, 19 añitos) Ale era toda una experta mamadora. El pete que me hacía no me lo había hecho ni la puta más cara con la que estuve. Esto era… alucinante. Un pete digno de una actriz porno. Finalmente se la sacó de la boca, se golpeó con ella las tetas, y se levantó de un salto para terminar de sacarse el vestido. Si verla con las tetas al aire ya era un sueño, verla totalmente desnuda, con la conchita peluda y no depilada como se usa actualmente, fue como decir, listo, ya está, me puedo morir tranquilo. Se echó de espalda al lado mío, se abrió de piernas y tocándose el clítoris me dijo:
-Ahora te toca a vos, a ver que tal lo haces-
No tuvo que pedirme más, me acomodé entre sus piernas, me las puse sobre los hombros y entre a chuparle la concha como si no hubiera un después, le metía lengua, dedos, labios, tratando de estar a la altura de lo que ella me había hecho, y al parecer lo estuve, por la forma en que gemía y se mojaba era evidente que lo estaba disfrutando. Dejándola ya a punto caramelo, me estiré para agarrar uno de los preservativos que estaban sobre la mesa, pero ella me detuvo.
-Quiero que me cojas así, sin forro- me dijo.
-¿Estás segura?-
-Ajá, me cuido, no te preocupes-
Si ella así lo quería… agarré mi pija con una mano y la ubique entre sus labios, le restregué la cabeza en torno a su entrada, para empezar a metérsela poco a poco, pero antes de que pudiera dar la estocada final, ella misma me rodeó con sus piernas y me atrajo de forma tal que la pija se hundió por completo dentro de su conchita… el calor que hacía ahí dentro ni se lo imaginan. Era un infierno… un infierno de placer. Me quede adentro un rato, sintiendo ese fuego que me envolvía, y recién entonces comencé a moverme, despacio, muy lento, disfrutando cada movimiento, regocijándome con los gestos que esbozaba, gestos de placer que yo le provocaba.
-¡Ahhhhh… si… así… ahhhhh…!- gemía totalmente entregada, comenzando ya a mover sus caderas para acompañar mis cada vez más profundas penetraciones.
Se la metía hasta los pelos una y otra vez, haciéndole pegar un respingo cuándo le llegaba al fondo.
-¡Ahhhhhh… que bien me cogés… que rico… si… toda… dámela toda!- me pedía y yo se la daba toda, se la mandaba hasta lo más profundo, sintiendo como su concha me absorbía y me retenía en su interior.
En un momento se la dejo bien clavada adentro, busco su boca y la beso, en ese preciso instante tiene su primer orgasmo, se deshace en suspiros y jadeos, entregándose en cuerpo y alma a un goce superlativo, de esos que te hacen sentir que alcanzas otros universos. Aprovechando ese momento de desconcierto, la pongo en cuatro y le sigo dando, quiero practicar todas las poses posibles con ella, y de perrito es una de mis favoritas, sobre todo con ella, teniendo ante mí ese culo casi adolescente bien abierto y entregado, me la cojo sin pausa, sin respiro, sudando a mares pero gozando en todo momento de ese cuerpo de ninfa que por ese instante me pertenece por completo. La estoy cogiendo así, en cuatro, cuándo empieza a tantearse ella misma el ojete y me dice:
-¿Querés darme por la colita? A mi novio le gusta-
Me quede impactado, cada vez me resultaba más puta. Luego me contaría que su primera vez fue, precisamente, por la cola, a los 16 y con el profesor de educación física de su colegio. Cada vez se me volaba más la cabeza. Debo ser sincero y admitir que nunca le hice el culo a una mujer, aunque suponía que no debía ser muy distinto a hacerlo por adelante, total era cuestión de meter y sacar, por supuesto no le dije que no tenía experiencia al respecto, y como si se tratara de algo habitual en mí, se la puse en el agujero del culo y comencé a empujar.
-Lubricame un poquito antes- me dijo con una sonrisa. Parece que se dio cuenta de mi inexperiencia. Le lubrique el ojete como pude, con saliva y con los fluidos que manaban de su concha, logrando dilatárselo lo suficiente como para introducir la cabeza. Soltó un quejido al sentirme, pero no dijo nada, por lo que supuse estar haciéndolo bien, así que seguí empujando, metiéndosela hasta la mitad de un solo tiro, no sé pero me daba la sensación que ese culito estaba bastante entrenado, ya que el resto entro como por un tubo. A partir de ahí no tuve problemas en cogerla por el culo, dándole y dándole, hasta que volvió a estallar en un orgasmo que remeció las paredes de la habitación con la fuerza de sus gemidos. Yo a todo esto seguía con la pija bien al palo.
-Que aguante que tenés, eh… se nota que me tenías ganas- me dijo al agarrármela y sentir que estaba como si recién hubiera empezado.
-Me pediste que te cogiera mucho- le recordé.
-Sí, me encanta tu pija- me dijo y se agacho para volver a chupármela.
De a poco y mientras ella la tenía en la boca, me fui acomodando debajo de su cuerpo, de modo que rápidamente terminamos en un soberbio 69, chupándonos mutuamente, con frenesí y entusiasmo, disfrutando el uno del sexo del otro. Seguimos cogiendo por un buen rato más, de costado, sentados, de parados, yo estaba a full, sin poder acabar, hasta que ya no pude más, se la saque de la concha y comencé a pajearme bien fuerte, con la intención de acabarle sobre las tetas, pero ella se fue corriendo hasta quedar con la boca a la altura de mi pija, y mientras yo me la seguía sacudiendo, se puso a lengüetearme el glande…
-Ya sé lo que estás queriendo- me dijo con una sonrisa traviesa, y abriendo la boca justo debajo de mi verga, se dispuso a esperar la descarga.
Ese fue el tiro de gracia, la leche empezó a salir a borbotones, cayendo toda en su boca, y ella que no hacía nada por evitar que el semen se acumulara en su paladar, muy por el contrario parecía que ese era su propósito. Y cuándo ya no tuve más para soltar, me mostro lo que había juntado y se lo tragó, de una, relamiéndose los labios como si acabara de saborear el néctar de los dioses.
-¡Mmmm… riquísimo!- exclamó y abrió la boca para mostrarme que se había tragado hasta la última gota.
Pendeja hija de puta, pensaba yo, vas a terminar desquiciándome. Luego de semejante polvo nos echamos a descansar un rato.
-¿Y, como estuvo?- le pregunté entonces.
-Buenísimo, me cogiste pero… súper bien- me dijo.
-¿Mejor que el viejo baboso ese?- quise saber refiriéndome al tipo con el que había salido.
-Jaja… no seas tarado, el viejo baboso ese no existe-
-¿Qué?- la mire sorprendido.
-Si tonto, no existe, lo invente para darte celos y a ver si de una buena vez me tirabas los perros, sos medio lenteja, viste, desde que entre a trabajar que tengo ganas de darte- me terminó confesando.
Desde entonces hemos estado juntos un par de veces más, siempre me dice que es la última, que no podemos volver a coger porque yo soy casado y ella tiene su novio, pero le insisto un poco y al final termina cediendo. La próxima ya les cuento las otras veces que lo hicimos que la verdad no tienen desperdicio. Saludos a todos.







26 comentarios - Alejandra (19 añitos)

maritainfiel +2
Me encanto el relato, espero que sigas escribiendo mas experiencias con la pende... Besos
isahn1969 +1
Uyyyy!!! Gracias Diosa, por comentarme, por los puntos y por recomendarme, si no fuera por vos no me leia nadie, de nuevo gracias, sos una capa, reputa (con todo el respeto) y por supuesto que ahora voy a seguir escribiendo porque la historia con la pende sigue.
esteban_10
marita zorra 😛 ❤️ 🤤
bachamos
gran, gran relato capo, muy caliente y real!

sale reco y porotos

Alejandra (19 añitos)
isahn1969 +1
Muchisimas gracias maestro, por leer, por la reco, los porotos y el comentario...
bachamos
@isahn1969 merecidisimos
Elvergon_zoso
¡¡ muy buen relato espero que sigas contando como te coges a la pendeja !!
isahn1969
Gracias y claro que voy a seguir, ya estoy preparando el segundo
liamed84
Muy bueno, me re calentó. Gracias @maritainfiel por la recomendación. También van mis puntos diarios.
isahn1969 +1
Gracias a vos y tambien a maritainfiel, claro, por recomendarme sino pasaba sin pena ni gloria...
laranaP
Un afortunado!!! muy buen relato!!!
isahn1969
Gracias
sole280
chuparle la concha como si no hubiera un después...excelente!
isahn1969
Y si... asi es, despues de eso que me lleve Dios, ¿para que mas?
trapo75
muy bueno. van ptos
TuFantasiaSexual
muy buen relato y la verdad q si afortunado de comerse tremenda pendeja 😉 🆒
isahn1969
Gracias...
masitasexxx
muy caliente tu relato!!!!!
uno cree que nunca pasan estas cosas pero si se buscan aparecen las oportunidades.
isahn1969
Tenes razon, no sabes hace cuanto que vengo deseando algo con una pendeja, el target que buscaba era una de 23, 24, pero se me dio con una de 19!!! ¿Que mas puedo pedir?
masitasexxx
@isahn1969 Ahi volvi con los puntos que no te pude dejar ayer, seguí contandonos lo de esta pendeja, que aquí estaremos....
A mi me pasó algo parecido y pronto lo veran en mis relatos...disfrutala.
SebastianElsexi
Que buen relato !!! amigo escribi mas, posta
isahn1969
Gracias, ahora si estoy mas motivado para seguir escribiendo, asi que nos estamos viendo..
Luni_91
Me encanto el relato...
Me senti identificada con la protagonista...
Putita y calentona...
Te dejo puntitos y besitos...
isahn1969
Gracias Luni... se agradece el comentario y los puntos...
nietoger18
alta pendeja te comiste! te felicito! segui contando experiencias!
lualsa
Muy bueno, hermoso relato!
elexbahiense
que buèn relato/experiencia, excelente, te dejo unos puntos, espero el pròximo
ren6o
Muy buen relato! Muy caliente y bien contado! Felicitaciones!
Alejandra
manuelkkk
Felicitaciones, muy buena y caliente tu historia !
Ya estoy leyendo la tercera y no quería dejar de pasar por acá.
juanenporinga
QUE HISTORIA!!!!!!!
muy buen relato y muy caliente la pendeja
esperamos ser testigos de mas de tus aventuras con la pendex
un abrazo y segui compartiendo
va punto