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Lorena, la anesteciologa

Primero que nada, quiero presentarme, pongamos que mi nombre es Juan ya que no quiero revelar el real por motivos personales, tengo 25 años, soy morocho, 1.71 de estatura, debo admitir que en este momento tengo unos kilitos de más pero tampoco para decir que soy gordo, solo digamos que no estoy en mi mejor forma física, tengo un buen pene que tampoco es de un tamaño inmenso, pero digamos que tienen un buen grosor y unos considerables 19 centímetros.
Respecto al sexo, debo decir que he cumplido la mayoría de mis fantasías, sexo en el agua, en un baño público, estuve con dos chicas, compartí una chica con varios chicos, y hasta tuve la experiencia de estar con una profesora de la facultad, pero esas historias se las contare en otra circunstancias, ya que el motivo por el cual escribo remota a la actualidad en la que vivo.
En lo que se refiere a mi vida personal, soy casado, tengo dos hijos por los que daría mi vida esto incluye a mi esposa, soy administrador de empresa, y debido a la falta de experiencia en el rubro me he sentido obligado a conformarme con otros trabajos hasta poder realizarme profesionalmente de lo que en realidad me gusta y para lo que he estudiado.
Como les decía por la necesidad de entrar dinero en la casa, tuve que buscar otras opciones de trabajo, y en la actualidad soy empleado de seguridad en un consorcio de 5 torres en Palermo, piscina, micro cine, spa, gym y más servicios, por lo que imagínense el capital que se debe tener para comprar o alquilar una de la residencias. La mayoría de los propietarios son más bien jóvenes, y la mayoría parejas y algunos solteros/as, el hecho de que haya piscina me hizo pasar un verano más que caluroso, debido al desfile de chicas que pude ver, obviamente chicas inalcanzables para mí o al menos eso fue lo que creía.
Ocurrió hace aproximadamente 3 meses, una propietaria de nombre Lorena (no es su nombre real) se acerca para comentarme que no podía encender los aires de su departamento por lo que me pidió si podía mandar al personal de mantenimiento, a lo que le conteste que fuera a su departamento tranquila y esperara ahí a que el empleado vaya a solucionar su problema.
Lorena es una chica de 31 años, anestesióloga en una clínica privada, trigueña, maso menos diría que 1.68 de altura, con unas curvas para el infarto, muy buenas tetas y una cola que te deja con la lengua abierta y no te deja sacar los ojos de encima cuando la tenes de espalda. Pero lo más lindo que tiene, es su rostro, el cual siempre esboza su mejor sonrisa, y una simpatía que demuestra humildad a pesar de su posición social.
Me dispuse a avisar a los demás puestos que se traten de comunicar con Alberto el empleado de mantenimiento y que le informen de la situación. Tratamos y tratamos de comunicarnos pero al ser las 1 de la madrugada, supuse que debía de estar escondido en algún sector de los subsuelos intentando dormir, y por eso no tenía señal en el radio. Al no podernos comunicar y ante la insistencia de Lorena porque alguien suba a ver cuál era el inconveniente con el aire, el encargado me dijo que fuera e intentara solucionarlo, no soy electricista ni técnico de aires, pero nada perdía con intentar, así que me dirigí al departamento en cuestión.
Al tocar la puerta Lorena me abre y al verla de inmediato mi pantalón levanto campamento, estaba vestida con un short muy cortito y ajustado blanco que transparentaba dejando ver una tanga de color rojo, y solamente un corpiño de bikini en la parte superior del mismo color que la tanga, de tan solo verla mi cabeza estallaba, y a pesar de que nunca le fui infiel a mi esposa sabía que si lo fuera no sería justamente con alguien así, sino mas bien alguien más de mi posición.
Me dirigí a la habitación e intente encender los aires pero no respondían, le pregunte a Lorena donde estaba el tablero de electricidad del Depto., y baje la llave térmica general sin avisarle y sentí que me agarraba de un brazo notando el miedo que le genero la situación, por un momento al intentar tomarme, toco con una de su manos mi entrepierna que luego retiro rápidamente pidiendo disculpas, sinceramente estaba que me quería morir en ese mismo momento, mi pantalón estaba que reventaba, y ella seguramente lo había notado, le pedía a la tierra que me tragara y tan sólo fue un instante. Cuando volvía a subir la térmica luego de un minuto, ella me soltó y me pregunto porque había cortado la energía, le explique que la mayoría de estos equipos se apagan automáticamente y al querer encenderlos muchas veces su sistema al estar colgado no dejaba encenderlos, por lo que había que bajar la térmica, para que se reinicie el equipo y poder encenderlo, efectivamente esa era la solución.
Encendí el equipo y me encaminaba a la puerta y ella me acompañaba dándome las gracias una y otra vez, y yo con una sonrisa por haberlo solucionado, antes de abrirme la puerta me dice que no podía irme sin darme una propina, me negué, pero después de tanto insistir por su parte tuve que aceptar, cuando saco un billete de 100 pesos de la cartera me mira a los ojos y me dice, “antes de darte la plata, decime porque estas así”, la mire con una vergüenza que nadie se puede llegar a imaginar y le conteste como sin saber a lo que se refería “a que te referís”, me miró saco de sus labios una sonrisa muy pero muy de puta, me apretó contra la puerta y me agarro el pene por encima del pantalón, soltó un suspiro y al oído me dijo, “perdón la pregunta era porque la tenes así”, nunca imagine esa situación, no sabía cómo reaccionar, y ante mi inseguridad y mi sorpresa ella fue la que tomo la iniciativa, me empezó a besar de una manera que parecía que iba a tener un orgasmo con cada beso, sus labios, su lengua, su sabor, eran, son incomparables, y no exagero, era como besar un algodón de azúcar de lo dulce de su boca, por mi mente lo que único que pasaba era un, no lo puedo creer, esto de verdad está pasando, cerraba los ojos y los volvía a abrir y siii era real.
Mis manos que hasta ese momento habían estado quietas fueron a su cola, empecé a apretar esas nalgas bien ejercitadas, y parecía de verdad que estaba en el cielo, en un momento se a parto un paso atrás y desato la parte de arriba del bikini y ante mis ojos una tetas de monumento, bien paraditas con unos pesoncitos duritos, se los tocaba se miraba las tetas y me volvía a mirar, era una verdadera mirada de deseo, una mirada de una verdadera puta.
Me abalance sobre ella y le empecé a chupar las tetas como si se me fuera la vida en ellos, una delicia, le mordía los pezones, se los estiraba y mis manos se encargaban de ir bajando su short, y luego su tanga dejándola como vino al mundo, una hermosura por completo, una cola lisa y una concha depilada por completo con unos labios perfectos, es algo inexplicable.
La lleve hasta la cama sin dejar de meter mano, sin dejar de besarla, cada caricia era un suspiro para ambos, cada beso era infinito, la tumbe y la bese desde la punta del pie y fui ascendiendo por sus piernas, mi lengua recorría toda sus piernas, hasta que llegue a ese tesoro, esa conchita que hasta el olor parecía de otro planeta, se lo comí, chupe y use mi lengua lo mejor que pude, y conseguí su primer orgasmo, si bien no era la primer mujer a la que le practicaba sexo oral fue la primera vez, que pude lograr un orgasmo de esta manera, fue algo increíble ella presionaba mi cabeza contra su concha como si quisiera que me metiera dentro de ella, se retorcía, sentía como su cuerpo se estremecía, hasta que se detuvo, me aparto de la cama y me dio un beso que me hizo compartir con ella todo sus juegos.
Empezó a sacarme la camisa y la corbata, me besaba los pechos, me apretaba la cola y lentamente iba bajando hasta quedarse de rodillas, me miro con picardía y empezó a bajarme el pantalón, y me dijo “haber que tenes para mi papi”, mi pene estaba que explotaba, bajo mis bóxer y tomo mi miembro con sus manos, me miro y me dijo “que buena pija papi, no está nada mal”, me la pajeaba y empezó por darle un beso en la punta, con su lengua fue recorriendo de arriba a los costados, hasta llegar a los huevos, los empezó a chupar con devoción, de su boca se escuchaba un mmmmm constante, les cuento que además me depilo la entrepierna, me parece algo sumamente higiénico. Lorena me chupaba los huevos y me masturbaba, con su lengua paseaba por ese espacio entre los huevos y el culo, me estaba por hacer explotar, de repente empieza a subir sin dejar de mirarme en ningún momento y me dice “te gusta tu propina” y se mete mi pija en la boca hasta la mitad, yo solo suspire, estaba recibiendo la mejor propina de mi vida, la sacaba y devuelta a meterla, en cada chupada veía como un poquito más de mi pija se perdía en su boca, un poquito más y un mmmmm, y un poquito más, hasta que la tenía por completo en su boca, tuvo alguna que otra arcada pero eso no le impedía chupar más y más, “me vas a hacer acabar” le dije, y en vez de sacársela de la boca aumento el ritmo de su boca hasta que estalle en ella, no se cuanta fue la cantidad de semen que salió pero estoy seguro que fue abundante, sin embargo no vi una sola gota, se lo trago todo…
Siguió chupando, hasta dejarme seco, y mi pija no perdía su erección, me tumbo en la cama y subió encima mío, apunto y lentamente fue enterrando mi pene en su tesoro, no costó mucho que entrara debido a la gran excitación y lubricación, me cabalgo de una manera fenomenal, estuvimos así unos quince minutos, hasta que se levanto se puso en cuatro y me levanto la colita como invitándome a que ahora el que cabalgara fuera yo.
A pesar de que ya había acabado, sabía que de seguir así no tardaría en acabar devuelta, así que me agache y le empecé a chupar devuelta la concha para aflojarme y prolongar el orgasmo, en esa posición le saque varios suspiros, y tenía el culito a disponibilidad, y ella me lo hacía saber parándolo para mi mejor labor. Le empecé a dar unos leve lengüetazos, que fueron incrementando hasta que se lo chupaba por completo, gemía como si estuviera por venirse, le fui metiendo un dedo, y lo movía para dilatarlo, estaba muy apretado no sé si era virgen, pero estaba muy apretado, luego metí otro, hasta que logre meter tres, Lorena gemía en grititos de dolor y placer, me pare y dirigí mi pene a su concha y se la metí de un envión, repetí lo mismo unas veces más hasta que lo saque, y apunte a la entrada de su culo, “por favor, hacelo muy despacio” me dijo, fui haciendo presión y no lograba entrar, lo ensalive, unte mi pene por sus jugos vaginales, y volví a intentar de repente se escucho un “haaaaaagrrrrrr, hayyyy” entro la cabeza y sentía la presión en su interior, a pesar del dolor, seguí metiendo hasta que entro la mitad, lo deje unos segundos en los que aprovechaba para tocarle la concha y llevarle los dedos a su boca, Lorena tenía una cara de dolor y de placer que me hicieron dar un último envión, con fuerza, sin anestesia, sin vaselina, hasta que le enterré toda mi pija en el culo, grito, mordió la almohada y empezó a llorar, me asuste un poco, el rostro de Lorena cambio prácticamente a un color pálido, le pedí disculpas, y le dije que la iba a sacar, pero para mi sorpresa, ella hizo presión para atrás y me dijo “duele mucho, pero me encanta, no la saques”. No lo podía creer, esas fueron las palabras mágicas, empecé a moverme lentamente y en cada envestida ella gritaba de dolor y placer, le estaba rompiendo el orto a la anestesióloga sin ningún tipo de anestesia, fui aumentado el ritmo hasta que sentí que ella hacía más presión, como queriendo enterrarse más aun mi pene, era increíble a pesar de la culeada violenta que le estaba pegando ella quería más, más y más, “más papi, me estas rompiendo el culo, siiiii másss” el dolor dio paso al placer, y termine llenándole el culo de leche mientras ella estallaba en otro orgasmo. Fue de verdad como si hubiera sacado el quini del placer y la felicidad que sentía y esbozaba en su rostro. Por mi parte, sentía una sensación de satisfacción, no hace falta tener gorda la billetera para levantarte una mina así, más bien alcanza con tener gorda la pija.
Cuando la saque un hilo de semen y sangre corría por sus piernas, nos dimos un beso, y pase al baño a lavarme, me vestí y ella en bata me despidió, sin antes darme los 100 pesos y sentenciar “gracias por encenderme el aire”.
Baje a mi puesto después de dos horas y media, en la que dos fueron de puro sexo, mi jefe me pregunto si estaba todo bien si lo pude arreglar, con la sonrisa más grande del universo, le dije que sí y hasta recibí propina. En la mañana, Alberto de mantenimiento me agradeció por haberle salvado las papas, pero el agradecido era yo, porque gracias a que se quedo dormido, tuve la mejor propina de mi vida.
Espero le haya gustado mi historia, que fue solo el comienzo, espero comentarios así me animan a contar más de mis historias con Lorena, y algún que otro anécdota. Elmesias88.

DEJEN SUS COMENTARIOS, GRACIAS POR PASAR POR MI POST.

5 comentarios - Lorena, la anesteciologa

mexyman
Espectacular relato !!