El día que perdí mi virginidad, me encontraba sola en casa. Mis padres habían salido con mi hermano y yo me quedé porque hacía mucho calor.
Estaba viendo la televisión cuando escuche el timbre. En un principio no iba a atender porque mi madre siempre me decía que cuando estaba sola no abra la puerta a nadie. Pero como siempre la desobedecía.
Era el mejor amigo de papa, Ignacio, que ademas era el socio. Para ese entonces el tenía 33, me llevaba unos cuantos años. Le dije que mi papa no estaba.
-Te molesta si lo espero? me dijo.
-No, pero van a tardar un poco porque fueron a llevar a Fede a Ezeiza a lo de un amigo. Le contesté.
-No hay drama, tengo tiempo.
A Ignacio lo conocía hace varios años, siempre andaba en casa. Fuimos a living, y nos quedamos viendo la tele. Notaba que me miraba mucho, ya mas de la cuenta y me incomodaba bastante. Por eso fui a la cocina a tomar algo. Mientras me servía jugo, siento que entra en la cocina.
Le ofrecí jugo, pero no me contestó, se me acercó y sin decirme nada, me tomó de mis hombros y me besó los labios. Me quedé inmóvil, jamás vi venir esa situación. Al principio solo besaba mis labios, pero luego sentía su lengua tratando de entrar en mi boca, yo la cerraba fuerte pero me dijo, que abra mi boca y lo obedecí. Su lengua recorrió mi lengua, era la primera vez que experimentaba un beso de lengua, me resultaba asqueroso sentir la saliva, pero no dije nada y el siguió besándome.
De a poco sus manos, fueron bajando y comenzó a tocar mi cuerpo, empezó con mi cintura, pero luego siguió con mis pechos. Estaba re incomoda, no sabía que decirle, pero no decía nada. Sentí que tomaba mi remera de la cintura y me la levantaba. Me dejó de la cintura para arriba sin nada, para esa época, no solía usar corpiño entre casa, sobre todo porque mis pechos eran pequeños. Apenas los vio, me los lamió como loco, sus lengua los devoraba, jamás me imaginé estar en esa situación. Mientras me los chupaba metió su mano derecha por debajo de mi calza negra y tanga y me manoseó mi concha, me tocaba mis labios y me metía sus dedos en la entrada de mi vagina.
-Decime que sos virgen nena, decime que sos virgen nena que me mata, me decía.
No dije nada. En me recostó sobre el suelo boca arriba y me bajó la calza y la tanga a la vez, con mucha rapidez.
Puso su cara contra mi vagina y me la chupo como un perro muerto de sed, era muy salvaje como me la lamia, parecía desesperado fuera de sí.
-Vas a probar una buena pija perrita.
Se recostó sobre mí, la acomodó en la entrada de mi vagina y empezó a hundir.
-Siempre supe que eras muy cerradita, no sabes las pajas que me hice pensando en este momento.
Yo estaba como en shock, me parecía como si estuviese en una película. En un momento sentí un gran dolor, como algo se cortaba dentro mió y su pene entro dentro de mi vagina, no llegó a meterlo todo pero me hizo gritar del dolor.
-Ahhhhhhh, me duele, ahhhhhhhh.
-Ya te vas a acostumbrar, me decía.
Cada vez la sentía mas adentro. Era extremadamente doloroso, pero no quería que pare, fué muy extraña la situación, no se si lo deseaba, pero me sentía sin saberlo excitada. Me hacía sentir linda que un hombre mayor tuviese relaciones conmigo. Me hacía sentir especial. Para ese entonces su pija estaba bien adentro mio, ya sentía sus huevos chocar contra mi cuerpo.
Cada vez lo hacía mas fuerte, me estremecía cada vez que me la metía hasta el fondo, pero no solo gritaba de dolor, en mi grito había algo de placer.
Pude sentirlo gemir muy fuerte y descargó su semen dentro mio.
A los segundos sentí alivio. Su pene estaba poniéndose flácido, y ya no me estiraba tanto dentro mi vagina, pero a la vez me sentía sucia. Toda pegajosa por dentro. Había visto películas eróticas, pero nunca imaginé sentir el semen dentro de mi.
Salió de adentro mio. y se recostó sobre el suelo a mi lado, nos quedamos uno al lado del otro mirando el techo.
Mi vagina dolía demasiado. Me metí dos dedos y sentí sus restos de semen, mis dedos quedaron pegajosos. Los miré y no solo vi semen, vi que había algo de sangre. Me asusté bastante y no dije nada. No quería quedar como una nena delante de el.
Me pasé los dedos por mi muslo para limpiarlos.
Pasaron varios minutos. No me decía nada, solo estábamos recostados. Hasta que me dijo, te voy hacer una mujer completa. no sabía que significaba, pero me puso boca abajo, y lo siguiente que sentí fue su lengua en la raya de mi cola, para luego situarse en la entrada de mi ano. Me resultaba desagradable que me chupe el ano, no entendía. Para ese entonces no conocía el sexo anal. Me parecía raro. Luego me metió un dedo y me hizo gritar del dolor. Comenzó a penetrarme con su dedo, me lastimaba, pero era solo el comienzo luego fueron dos dedos.
-Lo que te espera perrita, me decía.
Se arrodilló detrás mio, y me hizo poner en cuatro patas.
-Vas a quedar doblada y se reía.
Me asusté mucho para ese momento. Sentía que se acomodaba detrás mio. Cerré los ojos bien fuerte y esperé lo peor, que llegó.
Sentía su cabeza del pene contra mi ano y el presionaba para hacerlo entrar, trataba de hundirlo pero no entraba, se patinaba, presionaba y no entraba. Me hizo recostar boca abajo, me escupió dos veces en el ano y se recostó sobre mí. Pude sentir su pene contra mi ano y empezó a dejar caer su cuerpo. Esta vez, sentía como su miembro se abría paso dentro de mi ano, y era brutalmente doloroso, empecé a gritar de dolor.
-No grites, que van a escuchar los vecinos. Me dijo.
Pero cada vez gritaba mas fuerte era impresionante como me dolía, y eso que apenas había entrado.
De lo fuerte que gritaba, me hizo callar. Con su mano izquierda, me tapó la boca. Y empezó a darme mas fuerte. Podía sentirlo bien adentro mio. Gritaba, pero su mano atenuaba mis gritos. No pasó mucho hasta que lo sentí gemir nuevamente y descargó su semen dentro de mi cola.
Quedó jadeando el. Yo agitada con ganas de vomitar e ir de cuerpo. Me levanté rápido para ir al baño, pero me detuvo una puntada muy fuerte, que la sentía desde mi cola hasta el estomago. Me hizo gritar y caminé mas despacio. Pude sentir como se me corría el semen que salía de mi ano, a través de mis muslos interiores. Estaba desecha, sucia, pegajosa, pero me excitó la situación.
Cuando salí, Ignacio ya estaba cambiado. Yo estaba cubierta con una toalla.
-No hace falta que te diga, que de esto ni una palabra. Imagínate que pensaran tus viejos cuando sepan que ya sos una puta de mierda.
Asentí con la cabeza.
-Me voy, ya nos vamos a ver de vuelta mi perrita.
Y se fue. Yo quedé atontada por la experiencia, eran muchas emociones dentro mio.
Me bañé, me limpie todos mis orificios y me fui a dormir.
Me despertó mi mama cuando llegó. Le dije que estaba con sueño que quería seguir durmiendo. Esa noche ni siquiera cené. Me dolía todo hasta para caminar dos pasos.
El dolor me duró varios días pero con cada paso que daba recordaba ese momento y llegué a disfrutarlo. Cuando ya no dolía tanto me masturbé pensando en ese día.
Bueno esta fue mi primera vez.
Estaba viendo la televisión cuando escuche el timbre. En un principio no iba a atender porque mi madre siempre me decía que cuando estaba sola no abra la puerta a nadie. Pero como siempre la desobedecía.
Era el mejor amigo de papa, Ignacio, que ademas era el socio. Para ese entonces el tenía 33, me llevaba unos cuantos años. Le dije que mi papa no estaba.
-Te molesta si lo espero? me dijo.
-No, pero van a tardar un poco porque fueron a llevar a Fede a Ezeiza a lo de un amigo. Le contesté.
-No hay drama, tengo tiempo.
A Ignacio lo conocía hace varios años, siempre andaba en casa. Fuimos a living, y nos quedamos viendo la tele. Notaba que me miraba mucho, ya mas de la cuenta y me incomodaba bastante. Por eso fui a la cocina a tomar algo. Mientras me servía jugo, siento que entra en la cocina.
Le ofrecí jugo, pero no me contestó, se me acercó y sin decirme nada, me tomó de mis hombros y me besó los labios. Me quedé inmóvil, jamás vi venir esa situación. Al principio solo besaba mis labios, pero luego sentía su lengua tratando de entrar en mi boca, yo la cerraba fuerte pero me dijo, que abra mi boca y lo obedecí. Su lengua recorrió mi lengua, era la primera vez que experimentaba un beso de lengua, me resultaba asqueroso sentir la saliva, pero no dije nada y el siguió besándome.
De a poco sus manos, fueron bajando y comenzó a tocar mi cuerpo, empezó con mi cintura, pero luego siguió con mis pechos. Estaba re incomoda, no sabía que decirle, pero no decía nada. Sentí que tomaba mi remera de la cintura y me la levantaba. Me dejó de la cintura para arriba sin nada, para esa época, no solía usar corpiño entre casa, sobre todo porque mis pechos eran pequeños. Apenas los vio, me los lamió como loco, sus lengua los devoraba, jamás me imaginé estar en esa situación. Mientras me los chupaba metió su mano derecha por debajo de mi calza negra y tanga y me manoseó mi concha, me tocaba mis labios y me metía sus dedos en la entrada de mi vagina.
-Decime que sos virgen nena, decime que sos virgen nena que me mata, me decía.
No dije nada. En me recostó sobre el suelo boca arriba y me bajó la calza y la tanga a la vez, con mucha rapidez.
Puso su cara contra mi vagina y me la chupo como un perro muerto de sed, era muy salvaje como me la lamia, parecía desesperado fuera de sí.
-Vas a probar una buena pija perrita.
Se recostó sobre mí, la acomodó en la entrada de mi vagina y empezó a hundir.
-Siempre supe que eras muy cerradita, no sabes las pajas que me hice pensando en este momento.
Yo estaba como en shock, me parecía como si estuviese en una película. En un momento sentí un gran dolor, como algo se cortaba dentro mió y su pene entro dentro de mi vagina, no llegó a meterlo todo pero me hizo gritar del dolor.
-Ahhhhhhh, me duele, ahhhhhhhh.
-Ya te vas a acostumbrar, me decía.
Cada vez la sentía mas adentro. Era extremadamente doloroso, pero no quería que pare, fué muy extraña la situación, no se si lo deseaba, pero me sentía sin saberlo excitada. Me hacía sentir linda que un hombre mayor tuviese relaciones conmigo. Me hacía sentir especial. Para ese entonces su pija estaba bien adentro mio, ya sentía sus huevos chocar contra mi cuerpo.
Cada vez lo hacía mas fuerte, me estremecía cada vez que me la metía hasta el fondo, pero no solo gritaba de dolor, en mi grito había algo de placer.
Pude sentirlo gemir muy fuerte y descargó su semen dentro mio.
A los segundos sentí alivio. Su pene estaba poniéndose flácido, y ya no me estiraba tanto dentro mi vagina, pero a la vez me sentía sucia. Toda pegajosa por dentro. Había visto películas eróticas, pero nunca imaginé sentir el semen dentro de mi.
Salió de adentro mio. y se recostó sobre el suelo a mi lado, nos quedamos uno al lado del otro mirando el techo.
Mi vagina dolía demasiado. Me metí dos dedos y sentí sus restos de semen, mis dedos quedaron pegajosos. Los miré y no solo vi semen, vi que había algo de sangre. Me asusté bastante y no dije nada. No quería quedar como una nena delante de el.
Me pasé los dedos por mi muslo para limpiarlos.
Pasaron varios minutos. No me decía nada, solo estábamos recostados. Hasta que me dijo, te voy hacer una mujer completa. no sabía que significaba, pero me puso boca abajo, y lo siguiente que sentí fue su lengua en la raya de mi cola, para luego situarse en la entrada de mi ano. Me resultaba desagradable que me chupe el ano, no entendía. Para ese entonces no conocía el sexo anal. Me parecía raro. Luego me metió un dedo y me hizo gritar del dolor. Comenzó a penetrarme con su dedo, me lastimaba, pero era solo el comienzo luego fueron dos dedos.
-Lo que te espera perrita, me decía.
Se arrodilló detrás mio, y me hizo poner en cuatro patas.
-Vas a quedar doblada y se reía.
Me asusté mucho para ese momento. Sentía que se acomodaba detrás mio. Cerré los ojos bien fuerte y esperé lo peor, que llegó.
Sentía su cabeza del pene contra mi ano y el presionaba para hacerlo entrar, trataba de hundirlo pero no entraba, se patinaba, presionaba y no entraba. Me hizo recostar boca abajo, me escupió dos veces en el ano y se recostó sobre mí. Pude sentir su pene contra mi ano y empezó a dejar caer su cuerpo. Esta vez, sentía como su miembro se abría paso dentro de mi ano, y era brutalmente doloroso, empecé a gritar de dolor.
-No grites, que van a escuchar los vecinos. Me dijo.
Pero cada vez gritaba mas fuerte era impresionante como me dolía, y eso que apenas había entrado.
De lo fuerte que gritaba, me hizo callar. Con su mano izquierda, me tapó la boca. Y empezó a darme mas fuerte. Podía sentirlo bien adentro mio. Gritaba, pero su mano atenuaba mis gritos. No pasó mucho hasta que lo sentí gemir nuevamente y descargó su semen dentro de mi cola.
Quedó jadeando el. Yo agitada con ganas de vomitar e ir de cuerpo. Me levanté rápido para ir al baño, pero me detuvo una puntada muy fuerte, que la sentía desde mi cola hasta el estomago. Me hizo gritar y caminé mas despacio. Pude sentir como se me corría el semen que salía de mi ano, a través de mis muslos interiores. Estaba desecha, sucia, pegajosa, pero me excitó la situación.
Cuando salí, Ignacio ya estaba cambiado. Yo estaba cubierta con una toalla.
-No hace falta que te diga, que de esto ni una palabra. Imagínate que pensaran tus viejos cuando sepan que ya sos una puta de mierda.
Asentí con la cabeza.
-Me voy, ya nos vamos a ver de vuelta mi perrita.
Y se fue. Yo quedé atontada por la experiencia, eran muchas emociones dentro mio.
Me bañé, me limpie todos mis orificios y me fui a dormir.
Me despertó mi mama cuando llegó. Le dije que estaba con sueño que quería seguir durmiendo. Esa noche ni siquiera cené. Me dolía todo hasta para caminar dos pasos.
El dolor me duró varios días pero con cada paso que daba recordaba ese momento y llegué a disfrutarlo. Cuando ya no dolía tanto me masturbé pensando en ese día.
Bueno esta fue mi primera vez.
9 comentarios - primera vez con el mejor amigo de papa