Me pasó por ver muchas películas de zombis

Estaba obsesionado con una película Gore, por las noches deliraba con los zombis. No había caso, sus imágenes no me aterraban y por el contrario surgían en mi tensiones que solo podía compararlas como mis pulsiones sexuales.
Piel verdosa y putrefacta, en huesos con cartílagos y tendones descuajeringados, me ponían al mango con solo imaginarlo.
Debo confesarlo, mis pulsiones sexuales no son fáciles de controlar, más cuando surgía todo como idea obsesiva.
Fue así que me hice frecuente de una barra de amigos que paraban en una cochería. Primero en las cocheras que eran impresionantes y que todavía no había hecho salas velatorias, debido a su antigüedad, eran caballerizas, así que guardaba el auto aunque quedaba a seis cuadras de casa.
Conocí a Guillermo que era el maquillador de los cadáveres. Le pedí un día si me dejaba ver su arte y me invito a una sesión de maquillaje a un anciano que había fallecido ahogado.
Le dije que me gustó mucho lo que había hecho pero que me invitara a una sesión donde hubiera una mina bien puesta.
Guillermo accedió y me dijo con horas de anticipación que tenía una pendeja de 21 años, un bombón, me dijo que se había dado una piña con la moto del novio.
Como en esas sesiones estaba solo, no dude en preparar dos cervezas con un poco de clonazepan para que se durmiera y ver si yo tenía oportunidad de concretar mi sueño.
Así llegue a la sesión preparatoria, el cadáver de una belleza impactante tenía dos deterioros graves. Uno el trabajo hecho en la morgue, otro el rostro desfigurado por el accidente.
Guillermo, cerveza en mano, comenzó a trabajar. Poco a poco se fue quedando y se durmió.
Estaba ahí desnuda, lista para que yo pudiera concretar mi primer necrofilia. No me era revulsivo aunque dudaba de la profanación del cuerpo, mis escrúpulos y mis culpas.
Asumí la situación y me desnude y me puse al lado del su cuerpo frio acaricie su pelo y puede oler es olor acre del comienzo de la descomposición de la carne.
No entrare en detalles truculentos, pero básicamente, llegue a mi objetivo.
No siento remordimiento alguno, pero debo ser sincero, no me gusto. Pero debía calmar mi obsesión.